domingo, 7 de julio de 2013

El pronunciamiento fallido de Villacampa

Retrato de Villacampa en la revista "La Ilustración Española y Americana" (1889)

Toda la historia política del siglo XIX en España ha estado marcada por los numerosos «pronunciamientos y asonadas militares» que se fueron sucediendo durante toda la centuria.

Uno de ellos, y tal vez de los menos conocidos por su estrepitoso fracaso, fue el protagonizado por el brigadier (cargo militar que hoy correspondería al de general de brigada) Manuel Villacampa, en septiembre de 1886, que es el que motiva la publicación del pliego que presentamos.

Manuel Villacampa (Betanzos, 1827-Melilla, 1889) fue un militar español que fue separado del ejército en 1877 por sus ideas republicanas, aunque fue de nuevo admitido en 1882. Estuvo implicado en la conspiración que organizó el que fuera ministro y jefe de gobierno Ruiz Zorrilla en su intento de restaurar la república.

Para situar en su contexto esta sublevación conviene recordar algunos hechos: un año antes de la fallida sublevación de Villacampa fallecía Alfonso XII, dejando a su esposa María Cristina de Habsburgo, que se encontraba embarazada del futuro Alfonso XIII, como regente. Alfonso nació como rey el 17 de mayo del mismo año del pronunciamiento de Villacampa que se produciría unos meses más tarde.

La estrategia conspiradora de Ruiz Zorrilla a manos de Villacampa para restituir la república consistía en conseguir que varios grupos de militares se levantasen en armas en diversos puntos de la península, esquema típico del pronunciamiento español, sin apenas derramamiento de sangre, a semejanza del pronunciamiento de Martínez Campos en Sagunto que dio origen a la Restauración.

Adjunto un enlace donde se puede ver en una cronología histórica un resumen de los motines, pronunciamientos, conjuras, sublevaciones, rebeliones y golpes de estado acaecidos durante los siglos XIX y XX.


Parece ser que Villacampa adelantó por su cuenta el pronunciamiento al 19 de septiembre (a Ruiz Zorrilla le dijeron que sería el 22). Reunió en una sastrería de la madrileña calle de Preciados a varios militares y a algunos civiles para proponerles las diez de la noche como hora y el cuartel de los Docks, en Atocha, como punto de reunión. A la hora convenida, los comprometidos de Villacampa recorrieron de punta a punta Madrid gritando: "¡Viva la República!". Uno de los involucrados confesaba años después que solo les siguió "una turba de chiquillos" que tomó el golpe como una chanza.

Abortada la sublevación, Villacampa fue sometido a un sumarísimo consejo de guerra y condenado a muerte. Sin embargo, el gobierno de Sagasta le concedió el indulto que fue ratificado por la regente María Cristina. Ya indultado fue confinado en un primer momento a la isla de Fernando Poo (hoy Bioko) hasta su traslado a la ciudad de Melilla el 15 de febrero de 1887, permaneciendo allí hasta su muerte, que se produjo el 12 de febrero de 1889.

El indulto a Villacampa por María Cristina se presentó ante el pueblo como acto de misericordia de la reina. De hecho, el periódico republicano «El Liberal» publicó en el número del día 6 de octubre de 1886 un artículo titulado La corona de la piedad, en el que se leían párrafos como los siguientes:
«En estos momentos la opinión pública, unánime y henchida de entusiasmo, se acerca a las gradas del trono con el ramo de oliva, que representa la paz, y con la aclamación más espontánea de que puede existir memoria, para colocar sobre la frente de la Reina Regente de España, Mª Cristina, la mejor de todas las coronas: la corona de la piedad».
Esta exaltación de la generosidad de la soberana es la que convenía a los partidos filomonárquicos para despertar las simpatías hacia su persona.






El pliego, en su conjunto, se lamenta de la situación de general ignorancia del pueblo haciéndose eco de los abusos de poder y promesas incumplidas de los poderosos y de las influencias para obtener mejores condiciones de vida y de trabajo.

No deja de ser curiosa la mención en el pliego a la pérdida de las islas Carolinas, descubiertas por Fernando Magallanes en 1521 en su búsqueda de especias, y que pasaron a manos de los alemanes por compra de 25 millones de pesetas. El valor estratégico de las islas venía dado por ser escala habitual de las rutas que cruzaban el Pacífico. El conflicto se zanjó a la postre con la venta de parte del archipiélago a los alemanes en 1899 coincidiendo con la guerra hispano-norteamericana y el desastre colonial. El dominio español sobre los archipiélagos de las Marianas, las Carolinas y Palaos, que se ejerció durante más de trescientos años, había llegado a su fin.

Pero el éxito del pliego no se basa, a mi juicio, en el desarrollo de los intereses políticos, ciertamente idealistas de progreso y libertad, que animaban a Villacampa y a su ideólogo Ruiz Zorrilla, sino a la focalización del mismo en la historia sentimental de su hija, que solicitó el indulto para su padre ante Sagasta y ante la propia regente. Es el sentimentalismo el eje sobre el que descansa el desarrollo del pliego, como se manifiesta en la mentira piadosa de su hija Emilia cuando le contesta a su padre en su agonía que la república por la que siempre luchó se ha instaurado.

A pesar de la indiferencia general con la que fue acogido el pronunciamiento de Villacampa no faltaron escritores de cierto renombre que aprovecharon la ocasión como argumento inspirador de alguna de sus obras. Es el caso de Marcos Zapata (1842-1914), que escribió una obra, inspirada en la sublevación del general, titulada «La piedad de una reina», obra de la que adjunto la portada.


La obra fue prohibida por orden gubernativa para ser representada y las primeras páginas reproducen la opinión de la prensa sobre la prohibición gubernativa, así como las sesiones del Congreso en las que esta se trató. Lo que subyace en la prohibición de la obra es que se aminoraba en ella la actuación de María Cristina al indultar a los sublevados de Villacampa. No obstante, la obra alcanzó cierto éxito y hasta se llegó a leer en el Ateneo de Madrid.

El «bonito tango»

Un aspecto que llama la atención es el porqué de titular el pliego como «bonito tango». Dado que no figura la fecha de edición del pliego, pero que es de suponer de finales del XIX, es posible que el término ya se refiera al auge que experimentó el llamado tango americano que, como sabemos, extendió su influencia muy rápidamente en España en la segunda mitad del siglo XIX.

Una noticia del auge del tango como canción, si bien no se corresponde exactamente a lo que ahora conocemos como el tango rioplatense, nos la ofrece Ramón Domínguez en su "Diccionario Nacional o Gran Diccionario Clásico de la Lengua Española" (1846-1847) donde en una de las acepciones sobre la entrada "tango" escribe:
Americanismo. Canción entremezclada con algunas palabras de la jerga que hablan los negros, la cual se ha hecho popular y de moda entre el vulgo en estos últimos tiempos
También lo define como:
"Colectivo de los mulatos rioplatenses, llegados a ambas orillas del gran estuario con el tráfico de esclavos".
Es decir, al margen de las especulaciones sobre el origen de la palabra los estudiosos del flamenco (en su versión más ortodoxa) consideran que en España ya se conocía el tango flamenco (con las características peculiares que se quiera) como predecesor del llamado tango americano y, desde luego, anterior al tango rioplatense tal y como hoy lo conocemos.

Contraria a esta opinión, Arcadio de Larrea y García Matos defienden el origen americanista de los tangos flamencos, llegando a afirmar: "El tango americano llegó a Cádiz proveniente de La Habana y aquí los gitanos se apoderaron de él aflamencándolo en un proceso ya conocido por repetido", aunque el eminente musicólogo argentino Carlos Vega sostiene el origen hispano del tango.

Sea como fuere, lo cierto es que las influencias entre el tango flamenco, el tango afro-cubano y el tango criollo rioplatense necesitan de una revisión tanto musicológica como literaria.


Antonio Lorenzo



2 comentarios:

  1. Excelente artículo y blog.


    Un par de rectificaciones:

    - La fecha de fallecimiento la tiene mal al principio es 1889 y no 1887. Más adelante la transcribe correctamente.
    - El enlace sobre los levantamientos del XIX (y la web del autor) exige usuario y contraseña actualmente, por lo que no es accesible.


    Una puntualización sobre la datación del pliego:

    Creo que se equivoca al analizar la estrofa sobre las pretensiones alemanas de las islas Carolinas. En el pliego no indica que se perdieran, como sí indica en la entrada. La pérdida por venta a Alemania fue en 1899, y el acuerdo por laudo Papal fue en 1885 que es al hecho que creo se relata en la estrofa. Es importante pues este hecho para datar el pliego en fecha posterior a 1885 (evidentemente posterior a 19/09/1886 fecha del levantamiento) pero probablemente anterior a 1899, ya que sino la redacción de la estrofa recogería la pérdida real y no “...con coraje / protestando le enseña los dientes...” que haría referencia a la mediación papal para resolver el conflicto.


    Y por último unos enlaces con grabaciones sonoras del tango y versiones flamencas muy posteriores que probablemente ya conociera:

    -http://musicadelsavis.blogspot.com/2015/03/la-hija-de-villacampa.html
    - http://www.goear.com/listen/cde3b9a/la-hija-de-villacampa-chaqueton
    - http://www.goear.com/listen/8313f5a/la-hija-de-villacampa-pericon


    Nuevamente gracias, tomo nota de su blog para seguirlo (si sigue trabajando en él) o tenerlo como referencia de consulta.

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  2. Muchas gracias, amigo PECE, por el comentario. Ya he rectificado la fecha del fallecimiento. Agradezco mucho la información que me facilita y que añade datos de gran interés que desconocía y que hay que tener en cuenta.
    Respecto al enlace que sugería en mi entrada, es cierto que ahora exige una contraseña, algo que entonces no ocurría. Cuando consulté esa referencia estaba abierta a cualquier consulta. No tuve en su día la precaución (julio de 2013) de haber descargado esa información para hacerla asequible a quien quisiera ahondar en sus pesquisas. He estado tratando de contactar con el autor de esa información y me ha sido del todo punto imposible, cosa que lamento.
    Los enlaces que aporta son de gran ayuda para ilustrar la entrada y le confieso que desconocía, por lo que le quedo doblemente agradecido.
    Gracias por el interés mostrado por este blog.
    Reciba un cordial saludo.

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