martes, 16 de mayo de 2017

El temerario viaje en globo de Lunardi por el cielo madrileño en 1792 y 1793 (II)

Lunardi pierde uno de los remos en el ascenso
El primer viaje en globo del capitán Lunardi por los cielos madrileños se efectuó el día 12 de agosto de 1792 saliendo de los Jardines del Buen Retiro y acabando en el pueblo de Daganzo, como hemos visto en una entrada anterior.

La expectación causada por este primer viaje fue tal, que no me resisto a copiar parte de lo publicado unos días antes en el Diario de Madrid, sobre las advertencias a tener en cuenta para asistir a tan magno acontecimiento:
1. los expectadores (sic) que vayan en coche se podrán apear en la puerta de la 'Glorieta', frente al Pósito, y en la principal llamada de 'Aparicio'. que está en el patio del juego de Pelota; y por ellas podrán entrar los Volantes y gente de Librea (sin jaquetilla), que vayan son los coches y lleven Boletines.
2. Los que vayan a pie de Militar, en cuerpo, con capa, y mugeres (sic) con mantilla o sin ella, entrarán por la puerta llamada de 'Pobar' y todos saldrán por las mismas puertas que han entrado, para evitar las contingencias y recíprocas incomodidades de las gentes de a pie con las de los coches.
3. Al entrar las mugeres (sic) con mantilla, se baxarán (sic) ésta de la cabeza, y los hombres con capa se quitarán el embozo.
4. No pasarán los que lleven Boletines de peseta o entrada, sin que entreguen estos a los Recogedores, que estarán dentro de las puertas, y los que lleven Boletines de asiento, se los mostrarán para que no detengan el paso dichos Recogedores, y lo mismo harán al introducirse por las Vallas; pero no los entregarán hasta que estén sentados, y vayan otros comisionados a recogerlos.
5. Se sentarán indistintamente conforme vayan llegando, según la clase correspondiente al Boletín, en los asientos desocupados, y podrán llevar Quitasol, que recogerán a la hora de volar el Globo...., etc.
 Precios (en reales):
Primeras sillas, por más inmediatas.....................................24
Idem, segundas sobre el Parterre..........................................20
Asiento de bancos situados en varios parages (sic)..............16
Boletines de entrada para los que han de estar en pie...........4
A los pocos meses de esta primera exhibición aérea, en enero de 1793, los propios reyes, Carlos IV y María Luisa de Parma, junto al primer ministro Godoy, pudieron disfrutar también de un viaje aerostático de Lunardi, que se elevó al cielo madrileño junto al Palacio Real con el objetivo de recaudar fondos para los Reales Hospitales; en este caso, el viaje duró dos horas y concluyó en las proximidades de Pozuelo. Este segundo viaje no estuvo exento de dificultades, pues debido al frío de la noche y a los cambios de dirección del viento, hasta los propios monarcas tuvieron que desplazarse, recién ascendido el globo, para poder observarlo desde otras posiciones, según se recoge en el Diario de Madrid del 10 de enero de 1793, donde se da también noticia de un tercer vuelo que acabó cerca de la "Villa de Horcaxo, Provincia de La Mancha".


Anteriormente a las experiencias protagonizadas por el intrépido Lunardi en el cielo de Madrid, contamos con unos excelentes cuadros de Antonio Carnicero, quien fuera pintor de la corte de Carlos IV. En el primero se recoge el acontecimiento de 1783 donde los entonces príncipes de Asturias, futuros Carlos IV y María Luisa de Parma, presenciaron el el Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial, la experiencia de elevación de un globo por el francés Pilâtre de Rozier desde una plataforma poligonal. El cuadro recoge la presencia de la princesa junto a sus damas, que se encuentran sentadas sobre una alfombra y cobijadas bajo una sombrilla, mientras el futuro Carlos IV se encuentra de pie. La composición del cuadro refleja un verdadero cuadro de costumbres, pues entre los espectadores, que se hallan en círculo y a una cierta distancia, se puede apreciar el colorido de la indumentaria de los majos y majas, vendedores ambulantes, monjes y mendigos.

Antonio Carnicero - Elevación aerostática (Museo de Bellas Artes de Bilbao)
Añado otro excelente cuadro, también de Antonio Carnicero, donde se recoge la ascensión del francés Bouclé sobrevolando los jardines del Real Sitio de Aranjuez el 5 de junio de 1784. Esta hazaña aerostática parece ser que acabó de modo accidentado, puesto que el arriesgado aeronauta acabó herido al no poder controlar debidamente su descenso. Como en el lienzo anterior se recoge en el mismo una variedad de tipos pertenecientes al estamento privilegiado junto a gentes de variada clase y condición.

Antonio Carnicero - Ascensión de un globo Montgolfier en Aranjuez (Museo del Prado)
Volviendo de nuevo a Lunardi, este siguió desarrollando vuelos, como el efectuado el día 8 de enero de 1793 (como recoge la magnífica estampa y el pliego reproducido).

El 3 de mayo de 1793 volvió a elevarse de nuevo desde los Jardines del Buen Retiro hasta descender en las inmediaciones de Vicálvaro.


Entrados ya en el siglo XIX, el día 5 de noviembre de1802, con motivo del viaje de los reyes a Barcelona, La Gaceta de Madrid, del 16 de noviembre del mismo se hacía eco de la noticia de la última exhibición de Lunardi y de su accidentado descenso.
"Hizo un viaje aerostático elevándose en un globo de seda de bastante magnitud en cuya construcción se emplearon 1.200 varas... Mudó el viento Norte y le fue preciso a Lunardi practicar maniobras para bajar y no obstante su experiencia, fue a parar 200 toesas mar adentro, pero como la barquilla era de corcho, pudo acercarse a la playa".
Tras esa ascensión el italiano cayó al mar donde fue recogido por unos marineros, que ya estaban advertidos de lo que podía suceder, tal y como recoge la estampa.



En el 1967, cumpliéndose el 165 aniversario de la ascensión de Lunardi por el cielo barcelonés, se recogió su experiencia en sellos de correos y en estampillas para envíos postales.


Estos primeros inicios de la aeronáutica en España estaban concebidos, más que con pretensiones científicas, como espectáculo y entretenimiento por la incertidumbre del desenlace, a caballo entre lo cómico y lo inesperado, o ante un no descartable accidente. Estas experiencias, que proliferaron por diversos países de Europa, alimentaron seguramente el interés del gran escritor Julio Verne sirviéndole de inspiración para su célebre libro Cinco semanas en globo (1863).


Estas célebres ascensiones del capitán Lunardi, efectuadas en Inglaterra años antes de sus ascensiones madrileñas, tuvieron una gran acogida viéndose recogida en la moda de damas y caballeros donde se incluyen elementos con motivos aerostáticos, así como en en estampas y cuadros, como el que reproduzco a continuación, donde se ve a un joven y apuesto Lunardi agitando su sombrero, acompañado de su asistente y de la famosa actriz y modelo Letitia Anne Sage, en una retocadísima e inverosímil escena de una ascensión en Londres en 1785.

John-Francis Rigaud - Los tres viajeros aéreos favoritos (ca. 1785)
Para acabar esta breve relación sobre los inicios de la aerostación en España concluyo con la segunda parte del pliego donde se exalta la ascensión del día 8 de enero de 1793 del intrépido capitán italiano.









©Antonio Lorenzo

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