lunes, 16 de mayo de 2016

Santos protectores y sanadores: santa Bárbara (3ª parte)


En esta tercera parte voy a detenerme fundamentalmente en las invocaciones a los patronazgos más comunes de la santa y a las oraciones para pedir su protección. Desde siempre se ha vinculado a santa Bárbara como protectora ante los rayos y centellas, recordando alegóricamente cómo su padre fue calcinado por uno de ellos tras degollarla con su espada. Pero esta protección ante los rayos y los estragos de las tormentas conectaba muy bien con el campesinado, muy preocupado por sus actividades agrícolas o ganaderas y que trataban de neutralizar los efectos desastrosos de las tormentas y temporales mediante invocaciones a la santa junto a determinadas prácticas. Una tormenta repentina podía arruinar la cosecha de un año. Por eso, era una de las principales amenazas contra la economía rural. Todos los campanarios solían contar con una campana dedicada a Santa Bárbara, abogada contra las tormentas, que se hacía sonar cuando estas se aproximaban. La pérdida de uno o más animales, o la cosecha de todo un año, significaba una terrible desgracia en la economía de las familias en tiempos donde no existía ningún tipo de seguro agrario.

La variedad de prácticas para protegerse de las tormentas son numerosas: desde el repicar las campanas para ahuyentar a las nubes mediante su estruendo y agitaciones en el aire o lanzando tiros de artillería contra los nublados, en la creencia de que calentaban el aire y transformaban el granizo en lluvia benéfica, práctica basada en la suposición de que disipaba y dispersaba las tormentas. También se encendían velas bendecidas el Jueves Santo, se quemaba laurel o romero o se exponían en forma de cruz los palos de limpiar el horno; se arrojaban piedras o puñados de sal contra las nubes o se colocaban las hoces con el filo hacia el cielo, entre otras muchas prácticas. Si todo esto fallaba siempre quedaba la intervención del sacerdote conjurador, admitido más o menos de forma subrepticia por las autoridades eclesiásticas como remedio último.

El culto a santa Bárbara como protectora de las tormentas se solapa con el dedicado a san Bartolomé, auxiliar también en alumbramientos y en partos dificultosos, pero centrémonos en santa Bárbara.






Breve repertorio de invocaciones populares

                                        Detente, detente,
                                        no mates a la gente.
                                        Detente nublao,
                                        que vienes "mu" cargao.
                                        Detente nublao,
                                        no vengas derrotao.
                                        Detente nublao,
                                        si vienes enfadao.
                                        Detente, detente,
                                        no mates a la gente.
                                        Detente nublao,
                                        no mates a la gente,
                                        ni tampoco al ganao.

La más conocida es la siguiente:

                                       Santa Bárbara bendita,
                                       que en el cielo estás escrita,
                                       con papel y agua bendita,
                                       y en el ara de la Cruz.
                                       Pater Noster,
                                       Amén, Jesús.


O con variantes:

                                       Santa Bárbara doncella,
                                       líbranos de la centella
                                       y del rayo mal parado.
                                       Jesucristo está clavado
                                       en el arco de la Cruz.
                                       Pater Noster,
                                       Amén, Jesús.


                                      Santa Bárbara bendita,
                                      que en el cielo estás escrita,
                                      con papel y agua bendita,
                                      guarda el pan y guarda el vino
                                      y a la gente del camino.
                                      Si eres agua, ven acá;
                                      si eres piedra, vete allá.

                                      Santa Bárbara doncella,
                                      que en el cielo fuiste estrella,
                                      líbranos de esta centella
                                      como libraste a Jonás
                                      del vientre de la ballena. (versión chilena)





















Novenas, gozos e indulgencias


























Hans Baldun Grien - (ca. 1484-1545)

En una posterior entrada comentaré su relación con el teatro del Siglo de Oro y con otros patronazgos: como el de ser también abogada de los mineros y artilleros, así como su relación con la santería.

Antonio Lorenzo


miércoles, 11 de mayo de 2016

Santos protectores y sanadores: santa Bárbara (2ª parte)


En esta segunda entrada dedicada a santa Bárbara reproduzco algunos de los pliegos de cordel en los que, de alguna forma, se desarrollan episodios donde interviene milagrosamente la santa o vienen acompañados de oraciones para protegerse de los rayos y truenos.

Comienzo con el editado en Valencia en la imprenta de Rodríguez y Compañía [s.a.].



De la imprenta madrileña de José María Marés este otro pliego que narra cómo un ángel, vestido de peregrino, dicta una oración que debe colocarse en el campanario, a modo de talismán, para protegerse de los rayos y centellas que en su día asolaron el convento produciendo numerosas víctimas entre los religiosos. El convento de Nuestra Señora de la Peña de Crinta, creo que es corrupción de Sintra (Portugal), donde sabemos que radicó el convento de Nuestra Señora de la Peña de la orden jerónima en el siglo XVI y sobre el que se construyó posteriormente el Palacio da Pena en el siglo XIX como residencia veraniega de la familia real portuguesa, aunque conservando partes del antiguo convento, como el claustro y otras antiguas dependencias.



Otro pliego, que recoge también la misma oración que el anterior, incluye, además, la conocida relación que comienza con 'Bárbara divina y santa', recogida en numerosas ocasiones por tradición oral y seguramente deudora de estos o similares pliegos.



Añado otros impresos de santa Bárbara como abogada protectora contra rayos y centellas. En este caso, procedente de la imprenta cordobesa de don Luis de Ramos y Coria [s.a].



De la imprenta regentada por José María Marés en Madrid, este otro pliego, editado en 1856 y con una diferente xilografía, donde se nos narra versificada la vida de la santa.



Añado otro hermoso pliego que retoma el tema de la oración protectora del ángel vestido de peregrino para protegerse de piedras y centellas y donde se especifica, en este caso, que ha de colocarse en una piedra del campanario. El pliego recomienda también que llevando la imagen y rezando con fe ante ella se ganan 180 días de indulgencias.



Otro ejemplo, con el mismo asunto de la oración del ángel peregrino, es el reproducido con distinta xilografía: con la consabida torre y un barco al fondo en lo que parece un añadido incongruente.


Para finalizar esta segunda entrada reproduzco un curioso pliego donde se declara el milagro que obró santa Bárbara con un pastorcillo devoto de la santa. El pliego está editado en Sevilla [s.a.] por el editor y librero don José G. (Guillermo) Fernández.



Antonio Lorenzo

domingo, 1 de mayo de 2016

Santos protectores y sanadores: santa Bárbara (1ª parte)

Francisco Bayeu (1734-1795) - Santa Bárbara (c. 1770)
'Acordarse de santa Bárbara cuando truena'

Una de las santas de más relieve en el imaginario colectivo popular es la de santa Bárbara. Su leyenda, compilada por Simeón de Metafrastro en el siglo X, se popularizó enormemente en el siglo XIII al estar incluida en la célebre Leyenda Dorada de Santiago de la Vorágine.

La historicidad de la santa es altamente insegura y llena de elementos contradictorios e inverosímiles. No en vano, tras el Concilio Vaticano II, se eliminó del calendario litúrgico, al igual que a otros santos de dudosa historicidad, sustituyéndolos por otros con biografías más o menos documentadas históricamente. En el año 1969, en la última reforma de la Iglesia encabezada por del Papa Pablo VI (la Reforma Litúrgica), se deliberó qué santos tenían categoría universal y qué otros santos no estarían reconocidos como tales, ya que la Iglesia no contaba con una biografía suficiente para acreditar su existencia, aunque mantuviese su veneración más por tradición y por control social que por su verificación. Santa Bárbara se conmemora, tanto en la iglesia ortodoxa como en la católica, el día 4 de diciembre.

En entradas posteriores comentaré la dimensión popular de la santa en pliegos, oraciones, gozos y patronazgos. También señalaré su paralelismo con la religiosidad afrocatólica, pues la santa es la versión femenina de Shangó en muchos lugares de América latina, donde se le ofrecen manzanas rojas, vino tinto o un manto de color carmín. Shangó o Changó es una deidad de la religión yoruba que la santería lo sincretiza con santa Bárbara o con san Marcos

También comentaré sus distintos patronazgos, como aquellos que la convierten en patrona de los mineros y artilleros o que manejen explosivos, así como el considerarla también abogada protectora de truenos y rayos o invocada contra la muerte repentina, pero antes repasemos algunos acontecimientos de su leyenda.

La leyenda cuenta que Bárbara era hija del pagano Dióscoro, nacida en Nicomedia (actual ciudad turca de Izmit a orillas del mar de Mármara), quien la encerró en una torre para protegerla de sus muchos pretendientes debido a su gran belleza. Por ello, mandó construir en su estancia  dos ventanas para que le proporcionaran luz. Autorizada a recibir la visita de algunos viejos filósofos con el fin de completar su instrucción, fue a través de un sacerdote, enviado por Orígenes de Alejandría, quien se hizo pasar por médico para instruirla en la fe cristiana. De esta forma, Bárbara encontró la manera de que le administrara el bautismo sin que se enterara su padre. Y para simbolizar su fe en la Santísima Trinidad, logró que los obreros perforasen en el muro no dos, como su padre había ordenado para que le entrase la luz, sino tres ventanas en la torre.

A partir de entonces decidió permanecer virgen y consagrar enteramente su vida a Dios.

Enterado su padre de la conversión de su hija, en un arrebato de cólera desenvainó su espada dispuesto a matarla. Pero entonces, se escindió un peñasco que la cobijó milagrosamente en su interior y la trasladó a la cima de una montaña donde permaneció escondida un tiempo.

Escenas de la huida de la torre

Peter Paul Rubens (1577-1640) - Santa Bárbara huye de su padre

Pinturiccio (1492-1494) - Fuga de la torre (fresco del palacio vaticano)

Meister Francke - Escena del retablo
Hans Fries - Dióscoro encuentra a su hija (1503)


















Pero uno de los pastores, que era sabedor de su escondite, la denunció a Dióscoro y por intercesión de Bárbara el pastor quedó convertido en estatua de piedra y su rebaño de ovejas en langostas, episodio recogido en el retablo del maestro Francke, h. 1410-1415, conservado en el Museo Nacional de Helsinki.


Capturada finalmente, Dióscoro la entregó al juez Marciano para que la juzgase y la sentenciase a terribles castigos, entre otros:

                              Azotada con vergajos
                              Desgarrada con peines de hierro
                              Arrastrada sobre fragmentos de cerámica punzantes
                              Quemada con hierros candentes
                              Cercenados y arrancados sus pechos

Maestro Francke - Escena del retablo
Jean The Elder Bellegambe - Martirio (1528)


















Como ninguno de estos castigos hicieron que renegase de su fe, Dióscoro pidió permiso para ser él mismo quien ejecutara y degollara a su hija. Prosigue la leyenda que, una vez degollada, cayó sobre Dióscoro desde lo alto del cielo un terrible rayo que lo abrasó por completo convirtiendo su cuerpo en cenizas.

Es frecuente que en las escenas donde se recoge la decapitación de Bárbara su padre vaya vestido a la manera turca y blandiendo una espada o bien una cimitarra mientras sujeta por los pelos a su hija.

 Jorg Ratgeb - Escena del retablo fechado en 1550

Lucas Cranach - Decapitación
Jacopo Chimenti da Empoli (1603)



















Giorgio Ghisi (1520-1582)
Jan Van der Straet (1523-1605)


















Iconología y selección escogida de imágenes

Además de la palma del martirio y la corona se la suele representar junto a otros atributos que permiten reconocerla con facilidad: la torre con tres ventanas, presente ya desde el medievo, que puede llevar en una de sus manos o como simple ornamento que la identifica. Aunque menos frecuente se la representa también con una pluma de pavo real en la mano como símbolo de la inmortalidad. A raíz de la Contrarreforma, suele aparecer con un cáliz en la mano simbolizando su protección contra la muerte súbita. En otras imágenes aparece a sus pies un cañón junto a unas balas, atributos que han dado pie a que los artilleros la conviertan en su patrona.




















Gonçal Peris - Retablo de santa Bárbara (entre 1410-1425)


















Jan van Eyck - St. Bárbara
Libro de Horas de Toul (de 1437 a 1452)
Fco. de Goya - Santa Bárbara

















Antonio Lorenzo