martes, 14 de marzo de 2017

Pisaverdes, petimetres, lechuguinos, currutacos, gurruminos, linajudos, mariposones, gomosos... [V]


Siguiendo con estos personajes tan proclives a las apariencias y a las modas, reproduzco un curioso folleto, original de 1798 y reimpreso sucesivas veces, que lleva por título Don Líquido o el currutaco vistiéndose.

El folleto, obra del gallego Juan Jacinto Rodríguez Calderón (1770-1840), consiste en una pequeña pieza teatral donde el currutaco trata de vestirse con los incómodos trajes de moda de la época para un simple paseo matutino. Don Líquido, que es el nombre del currutaco, tiene un criado llamado Roque, que es el encargado de ayudarle en la complicada tarea de vestirle.

El autor, que se anuncia como cadete del Regimiento de Infantería de Órdenes Militares, lo es también de un folleto de corte hispanófilo titulado La bolerología o Quadro de las escuelas del bayle bolero, tales quales eran en 1794 y 1795, en la Corte de España, donde critica los excesos y malas prácticas derivadas de los cambios de moda de fines del siglo XVIII.

La escena se dedica exclusivamente al ritual de ponerse los adornos y la vestimenta necesaria para dar un paseo matutino. Nada más levantarse, el currutaco se queja del desarreglo en que se encuentra todo y comienza a pedirle al criado las prendas necesarias para vestirse:
"¡Quanto los hombres que sufrir tenemos con estos insensatos! Y si ignoran que es CorbataCamisetaPetoSitoyen, y otros muchos nombres propios que todo Currutaco fino y diestro debe saber".
Tras la descripción pormenorizada de cada prenda y adorno pregunta por el peluquero, personaje que considera indispensable para un currutaco que se precie.
"Sin peluquero, el Currutaco es nadie, con él es hombre al cabo de provecho".
Pero el momento más angustioso es el colocarse los estrechos calzones. Pero un hecho inesperado sucede: ¡se le rompen los calzones al tratar de ponérselos, siendo, además, los únicos que le quedaban por estrenar!

¡Gran tragedia para don Líquido, que pretendía cortejar a su amada Isabel!

Esta escena unipersonal guarda una estrecha relación, en cuanto a su estructura, con el llamado melólogo, Con esta acuñación tardía suele designarse a la obra que desarrolla un monólogo donde los pasajes más representativos pueden ir subrayados por un acompañamiento musical. Este subgénero, de presencia efímera en España, era una clara invitación a la parodia, cuya conocida técnica consiste en resaltar la condición ridícula del protagonista y la situación absurda en la que se ve envuelto, lo que provoca la risa de los espectadores.

Estas representaciones, desarrolladas en casas particulares, adquirieron notable auge en el último tercio del siglo XVIII y el primero del XIX, lo que refleja un interesante fenómeno cultural en los ambientes urbanos de aquellos años.









©Antonio Lorenzo

jueves, 9 de marzo de 2017

Pisaverdes, petimetres, lechuguinos, currutacos, flamantes, gurruminos, linajudos, mariposones, gomosos... (IV)



La obra colectiva y de referencia Los españoles pintados por sí mismos, aparecida entre los años 1843 y 1844, recoge una serie de artículos sobre el imaginario colectivo que se tenía entonces sobre "lo español". En dicha obra se recogen tipos, costumbres y profesiones del siglo XIX escritas por periodistas, críticos e intelectuales y escritores de reconocido renombre, como Bretón de los Herreros, Fermín Caballero o el Duque de Rivas, entre otros.

Para el tema que nos ocupa, el artículo que recoge el personaje de El Elegante, está firmado por Ramón de Navarrete (1822-1897), quien fuera un afamado escritor costumbrista y director durante un tiempo del periódico La Gaceta así como de novelas y obras teatrales. Como "periodista del corazón", que llamaríamos ahora, se le deben las mejores crónicas sociales recogidas muchas de ellas en La Ilustración Española y Americana o en La Época, donde retrata con detalle todo lo reseñable que ocurría en los salones que frecuentaba la aristocracia madrileña.

El Elegante se identifica claramente (así lo hace el autor) con personajes como los petimetres, currutacos y lechuginos, a los que estamos prestando atención. Hace hincapié en su "narcisismo", en ser esclavo de la moda y en su falsa erudición (eruditos a la violeta, que escribiera Cadalso)







©Antonio Lorenzo

lunes, 6 de marzo de 2017

Pisaverdes, petimetres, lechuguinos, currutacos, flamantes, gurruminos, linajudos, mariposones, gomosos... (III)

Petimetre con frac de mañana, pantalones, botas, botones de acero y sombrero inglés


Reproduzco un primer ejemplo de pliego donde se recogen los motivos para no casarse de un mozo soltero y currutaco de los del día, donde desarrolla pormenorizadamente los enormes gastos que supone el casarse, tema recurrente de otros muchos impresos populares.

El pliego carece de pie de imprenta, pero por las descripciones y contenido puede datarse en el siglo XVIII.





©Antonio Lorenzo