lunes, 20 de mayo de 2019

Partos asombrosos y nacimientos extraordinarios [I]

Ilustración de la leyenda de Margaret de Henneberg y sus 365 hijos
Sobre los partos múltiples, sus creencias y explicaciones asociadas, existe una abundante bibliografía que remonta a la antigüedad grecolatina y que se ha mantenido tanto en fábulas como en leyendas. También se hallan presentes en el imaginario colectivo de distintas sociedades de una forma recurrente y que, en nuestro caso, han sido recogidas en una serie de pliegos de cordel, tal y como iremos repasando en esta y en sucesivas entradas.

Sobre el origen de estos sucesos cada cultura ha ido desarrollando interpretaciones diferentes sobre las causas o motivaciones de estos nacimientos excepcionales. La literatura popular impresa se hizo eco enseguida de estos casos para difundirlos a una población ávida de acontecimientos fuera de lo común. No hay que olvidar, a la postre, que se tratan de productos comerciales cuya finalidad era el despertar el interés del público lector u oyente acentuando el sensacionalismo de lo tratado y otorgando importancia a los grabados que acompañan el texto. La fuerza de la cultura visual de los grabados tiene como fin la de conmover, impresionar o producir fascinación al receptor.

Una causa general o explicación de estos sucesos tiene que ver con una especie de castigo a causa de un mal comportamiento, lo que nos llevaría a considerarlos, con las debidas cautelas, como ejemplos funcionales de sentido moralizante. La explicación sobre los partos múltiples estaba asociada a la creencia de promiscuidad de la mujer al haber mantenido relaciones con muchos hombres, creencia muy arraigada en el imaginario popular.

Poco a poco iré desgranando a grandes rasgos referencias a la tradición literaria de los partos asombrosos y a sus creencias asociadas. Para entrar en materia, comienzo con un pliego del siglo XVII, impreso en Madrid en 1633 por los herederos de Diego Flamenco y reimpreso en Sevilla por Manuel de Sande.

En él se recogen varias composiciones, dos de las cuales se refieren propiamente a la descripción de partos múltiples, reimpresas en numerosas ocasiones con más o menos variantes. El contenido del pliego es el siguiente:
1. Relación muy verdadera, en que se da cuenta de una mujer natural de Sevilla, que en tiempo de doce años que hace que es casada, ha parido cincuenta y dos hijos, y hoy en día está viva. Compuesto por el licenciado Fernando Álvarez.
2. Cuenta de una señora muy principal de Irlanda, que parió trescientos setenta hijos en una fuente de plata, y los bautizaron: y esta fuente se la enseñaron al Emperador Carlos V, por caso prodigioso.
3. Lleva al cabo una Enigma muy curiosa, y un romance nuevo de los mejores que hasta ahora han salido.
4. Romance nuevo de los mejores que hasta ahora han salido
Comentarios

1. La primera relación se dice compuesta por el licenciado Fernando Álvarez, del que no he logrado encontrar datos sobre el mismo. En dicha relación se describe el caso de una mujer, natural de Sevilla, que, tras estar casada doce años, ha parido a cincuenta y dos hijos.

2. Sobre la mujer que parió trescientos setenta hijos, conocemos un claro antecedente literario en la Rosa Gentil del valenciano Timoneda (ca.1520-1583). Sabemos que Joan Timoneda, aparte de su original producción literaria, fue un recopilador y editor de numerosos romances, entre ellos este que nos ocupa donde se trata de neutralizar la sospecha de que los nacimientos múltiples eran consecuencia de que la mujer había tenido relación con muchos hombres, teniendo los cronistas buen cuidado en resaltar la intachable decencia de personajes nobles en cuanto a que su descendencia provenía de un único padre.

La leyenda ya se conocía fuera de nuestras fronteras y atribuida a la condesa Margaret de Henneberg. Según dicha leyenda la altiva condesa recriminó a una pobre mendiga que llevaba gemelos achacándola de que deberían ser fruto de padres diferentes. Ofendida la mujer, rogó a Dios que castigase a la desdeñosa condesa haciéndola parir tantos niños como días tiene el año, dando a luz un total de 365 niños el Viernes Santo de 1276 (leyenda retocada en el romance donde se habla de 370 niños). Esta leyenda medieval aún se mantiene viva y tiene su correspondencia en una tablilla conmemorativa donde aparecen los dos supuestos cuencos de madera donde fueron bautizados los niños y conservada en la iglesia de Loosduiden, cerca de La Haya, lugar de peregrinación adonde acuden las mujeres infértiles para lograr una pronta descendencia.


La adaptación de la leyenda recogida y reelaborada por Timoneda, y reproducida en el pliego, sitúa los hechos en Irlanda y con un desarrollo algo distinto, como el que el señor obispo bautizó a todos los niños, que eran pequeños como ratoncillos, en una fuente de plata para mostrárselos nada menos que al emperador Carlos.


Este romance se asocia con el Tipo 762 de la conocida clasificación de cuentos tradicionales elaborada por Aarne-Thompson, del que existen versiones orales, tanto españolas como de fuera de nuestras fronteras.

Lope de Vega aprovechó esta leyenda popular para escribir su comedia Los porceles de Murcia donde entremezcla elementos legendarios e históricos.

3. Enigma muy curioso. Fragmento entresacado de la comedia El mayor imposible, ambientada en Nápoles, Acto I, escena II, de Lope de Vega (1562-1635).

4. El candado. Fragmento entresacado de la novela Lisardo enamorado de Alonso de Castillo Solórzano (1584-ca.1648)












©Antonio Lorenzo

viernes, 10 de mayo de 2019

Virtudes del cagar y defensa del pedo [XII]

Evacuation of Holland, caricatura de 1793
Con esta entrada doy fin al interesante folleto del jesuita Ramón María Vinuesa con el título Coprógenas. Páginas turbias, por X, con un prólogo de X, en su edición de 1925 y que comencé en la entrada anterior.

Incluyo también el apéndice y el nombrado como «documento importante» para completar la edición de esta singular obra, donde se ratifica solemnemente la disposición de permitir la expulsión de toda parte sólida o gaseosa para alivio de la humanidad y de ese modo liberarnos del encogimiento y la retención forzosa de nuestros traseros.
















©Antonio Lorenzo

domingo, 5 de mayo de 2019

Virtudes del cagar y defensa del pedo [XI]


Traigo en esta ocasión un rarísimo folleto que alcanzó una notable popularidad, aunque de forma subrepticia y medio a escondidas, no solo por su contenido sino también por su autor, que corresponde al religioso jesuita Ramón María Vinuesa, aunque figure como anónimo en las ediciones que conocemos amparándose discretamente en una X.

Le edición que vamos a reproducir entera en esta y en sucesivas entradas, se corresponde con la editada en Tolosa por la Casa editorial de T. López en 1925. Conocemos también otra edición, mucho más reciente, de la madrileña Ediciones Studium del año 1971.

En el Catálogo del fondo histórico vasco de la biblioteca universitaria de Deusto 1831-1939, editado por la propia Universidad el año 2014, figura este folleto como editado en San Sebastián en 1910 por la imprenta de P. Hernández, de 62 páginas, y atribuido a Ramón María Vinuesa.

El interés de esta obrita es notable al tratarse de una nada despreciable singularidad literaria, divertida y sorprendente, que ha hecho las delicias de las generaciones que han tenido la suerte de conocerla o disfrutarla y que ahora pongo a disposición de todo aquel que quiera sumergirse entre sus olorosas  y aromatizadas páginas.

La autoría de la obra fue erróneamente atribuida al P. Luis Coloma (el célebre autor de «Pequeñeces» y recreador del «Ratoncito Pérez»), así como a su hermano Gonzalo, a quien se atribuyó el prólogo, seguramente por ser todos jesuitas.

Sin embargo, lo más documentado y creíble es la atribución de su autoría al P. Ramón María Vinuesa, hermano del también jesuita y brillante orador P. José Vinuesa. Ramón María, aparte de sus incursiones escatológicas, también es conocido por ser poeta y articulista colaborador de las publicaciones «Bromas y Veras» y «La Avalancha» entre 1915 y 1919, publicando ese último año su poemario «Rimas».

Entre 1898 y 1903 desempeñó el cargo de director del Colegio La Inmaculada de Gijón.

Según diversos datos consultados falleció el 14 de julio de 1920.

Con el título de coprógenas, aludiendo a la materia orgánica en descomposición, se inician sus «páginas turbias» con un larguísimo prólogo donde se desarrolla un documentado tratado sobre la mierda y su relación con el arte y la literatura, se repasa su evolución a lo largo del tiempo y se añaden unos apuntes sobre teoría jurídica entremezclados con utilísimos consejos de índole práctica y moral convenientemente aromatizados. El prólogo resulta de interés por su ilustrada documentación y por proporcionar noticias o alusiones a escritores consagrados o a personajes importantes de la época, como Azorín o Antonio Maura.

En esta primera entrada reproduzco el prólogo (naturalmente, sin desperdicio) dejando para las siguientes el resto de tan suculenta obra.



















©Antonio Lorenzo