viernes, 14 de junio de 2019

Partos asombrosos y nacimientos extraordinarios [V]


El interés de los pliegos por los sucesos sensacionalistas queda bien reflejado en esta relación que recoge la ajetreada vida de las gemelas siamesas Millie y Cristina. El fenómeno de los gemelos, y más si son siameses compartiendo algún miembro como en este caso, siempre ha suscitado fascinación y alimentado tabúes sobre muchos y variados aspectos.



Las hermanas Millie y Christine McCoy nacieron un 11 de julio de 1851 en Carolina del Norte. Sus padres, Jacob y Monimia, quienes habían tenido otros siete hijos normales, eran esclavos de un herrero llamado Jabez McKay, quien no tardó en venderlas, junto a su madre, a un empresario circense para exhibirlas en los espectáculos que regentaba. Presentadas como «Las siamesas de Carolina» acabó vendiéndolas a un rico comerciante que las exhibió en pases privados a diversas personalidades. 

Tras una serie de peripecias acabaron puestas en libertad en Inglaterra, donde la esclavitud ya estaba prohibida, bajo la custodia de su madre. Las dos gemelas fueron poco a poco ingresando notables cantidades de dinero por exhibirse en espectáculos. Recibieron clases de protocolo, música, canto y baile, llegando a ser presentadas como «El ruiseñor de las dos cabezas».

Contratadas por P. T. Barnum, adquirieron enorme prestigio y popularidad participando en giras internacionales donde cantaban canciones escritas especialmente para ellas, al tiempo que una tocaba la guitarra y la otra el piano.

Contentas con su condición, en ningún momento se plantearon el separarse, puesto que con el dinero que les pagaban ayudaron al resto de sus hermanos, haciendo donaciones a instituciones benéficas y patrocinando, incluso, un colegio para niños negros.

Tras cumplir los treinta años se retiraron de tan ajetreadas giras. Millie enfermó de tuberculosis muriendo en octubre de 1912, y su hermana Christine a las pocas horas después, a la edad de 61 años.

Fue tal la popularidad de las hermanas que aparecen en numerosos grabados y estampas, como en el pliego reproducido, así como en el «ventall» o abanico catalán que también adjunto, junto a otras imágenes y muestras de su paso por el mundo.





©Antonio Lorenzo

lunes, 10 de junio de 2019

Partos asombrosos y nacimientos extraordinarios [IV]


Este pliego se aparta del estilo habitual de los mismos en cuanto a su lenguaje y autoría. El pliego está firmado por Calixto Navarro (hijo), autor del que nada sabemos ni si desarrolló su labor escritora en otros ámbitos.

El autor del impreso es hijo del que fuera prolífico escritor zaragozano Calixto Clemente Navarro y Mediano (1847-1900), al que se le atribuyen cerca de trescientas obras. Colaborador de músicos como Bretón, Valverde o Fernández Caballero, se dedicó a escribir profesionalmente obras teatrales, juguetes cómicos, monólogos, comedias y zarzuelas, así como a desempeñar funciones de empresario en los teatros madrileños Novedades y Recoletos. Acusado también de firmar obras ajenas y de disponer de «negros» para la elaboración de obras que luego supervisaba o revisaba el texto que luego se atribuía.

También fue precursor de integrar en sus representaciones cuplés sicalípticos a la usanza francesa, por lo que fue ampliamente denostado por párrocos, asociaciones familiares o gobernadores civiles, aunque no se consiguió su neutralización, ya que prosiguió de forma imparable, así como la cada vez más notoria presencia de bailes extranjerizantes.

Calixto Navarro (hijo) nació en 1877 o 1879, según se deduce de los escasos datos que dio a conocer su padre en unos apuntes autobiográficos:
«Me casé en 1875, fui padre en el 77; reincidí el 79 y tuve la inmensa desgracia de perder a mi madre en el 86. Rodeado de mi padre, mi mujer y mis dos hijos, vivo como puedo».
Calixto (hijo), comienza el pliego con el conocido recurso de falsa modestia de autoempequeñecerse por no ser poeta, sino un mísero coplero. Tras un largo preámbulo critica la intención desmesurada de procrear hijos mientras se detiene en alabar, con erotismo solapado, el atractivo físico de la figura de la mujer. Tras alguna opinión de carácter social pasa a relatarnos el parto de los seis gemelos, lo que aprovecha para obsequiarnos con el siguiente consejo:
                          «¡Echar mano al cuenta gotas
                          y cerrar el grifo tiempo!
                          Que aunque es muy grande este mundo
                          ya apenas en él cabemos.
                          Disminuir los bautizos!
                          ¡¡¡A ver si hay huelga de clérigos!!!»
 




©Antonio Lorenzo

lunes, 3 de junio de 2019

Partos asombrosos y nacimientos extraordinarios [III]


Uno de los pliegos que con mayor frecuencia se han editado sobre los partos asombrosos es el que recoge el extraordinario nacimiento de cinco hijos varones llevando cada uno de ellos una extraña señal distintiva. Todos los pliegos consultados coinciden en las señales que aporta cada niño, no así en cuanto a los nombres de sus padres o a la localidad donde se produjo tan fabuloso parto.

En todos los casos se trata de cinco varones. El primero de ellos nació con una espiga de trigo en la mano; el segundo, con dos espadas en su vientre en forma de cruz; el tercero, con una espiga de cebada; el cuarto, con un racimo de uvas en su mano derecha; y el quinto, con una vara en el muslo a modo de escopeta o trompeta,

Sobre el significado de tales señales poco podemos aventurar, pues el propio pliego no ofrece ninguna aclaración sobre el significado de tales símbolos y nos remite como fuente de autoridad a la obra de Antonio de Fuentelapeña El ente dilucidado, obra de la que ya dimos noticia en la entrada anterior.

Un pequeño repaso por los nombres y localidades de los padres es como sigue: en este primer pliego la mujer se llama Inés González, originaria de Montellano (Vizcaya) y casada con Francisco García. La misma historia se nos cuenta como sucedida en la localidad de La Unión (Murcia), cuya madre se llama María Gutiérrez. Otra versión sitúa los hechos en la localidad de Jalapa (Valencia), con igual nombre de la madre y casada con Isidro López. Algo más extraña es la lámina que recoge la misma historia, con María Gutiérrez de protagonista, pero sucedida en Xalapa, del reino de México.

Xilografía del pliego editado en Córdoba por Fausto García Tena
Aparte del sensacionalismo propio de la historia, donde acaban falleciendo tanto la madre como los cinco varones, la finalidad última es fomentar un acatamiento a la moral y a las buenas costumbres que postulan las prácticas de la iglesia romana.

Reproduzco varios ejemplo de tan singular historia. El primer pliego, donde se añaden unos lamentos fúnebres de relleno, se editó en Madrid y se reimprimió en Barcelona en la imprenta de Cristóbal Miró en 1863.





La siguiente lámina impresa a dos caras sitúa el parto en México y nos proporciona, incluso, la fecha del mismo: el 27 de febrero de 1803.



Añado otro pliego del mismo asunto editado en Murcia por la imprenta de Pedro Belda en 1892.





Para completar este recorrido reproduzco la portada del pliego que se hallaba a la venta en Sevilla en la librería de José Guillermo Fernández en 1891.


©Antonio Lorenzo