domingo, 29 de marzo de 2015

Domingo de Ramos: entrada de Jesús en Jerusalén

Grabado de Hans Collaert (ca. 1530-1580)
El Domingo de Ramos conmemora el hecho de la entrada de Jesús de Nazaret en Jerusalén junto a una multitud que le aclamaba como el Mesías, tal y como recogen los evangelios canónicos antes de su pasión, muerte y resurrección, conmemoración que da inicio a la Semana Santa.

La bendición de las palmas y las ramas de olivos, como símbolos de alegría y victoria, se colocan posteriormente tras la puerta de entrada de la casa a modo de protección formando parte de las costumbres y celebraciones litúrgicas de este día en numerosas localidades, a las que suelen acompañar canciones alusivas, como las recogidas por el folklorista alemán y nacionalizado estadounidense Kurt Schindler en su magna obra Folk Music and Poetry of Spain and Portugal (1941), fruto de su recopilación folklórica por tierras españolas y portuguesas entre 1929 y 1932. En dicha obra se recogen muestras significativas de las canciones interpretadas en el Domingo de Ramos, de las que extraigo unos ejemplos.

























El pliego que reproduzco está editado en Barcelona en 1880 por la imprenta Peninsular y a la venta en la tienda de los Sucesores del impresor Antonio Bosch.





Antonio Lorenzo

viernes, 20 de marzo de 2015

La gitanilla de Madrid

Músicos ambulantes ilustrados por Doré
Otro de los pliegos derivados del teatro es el que se refiere a la gitanilla de Madrid. Si bien la fuente primera es una de las famosas Novelas ejemplares de Cervantes (publicadas en Madrid en 1613), ésta fue inspiradora e imitada por autores como Antonio de Solís o Gabriel Estrella.

Antonio de Solís y Rivadeneira (1610-1686), eclesiástico y político español, autor también de la Historia de la conquista de México (1684), se inspiró en la obra de Cervantes para construir su comedia La gitanilla de Madrid en 1632, si bien se conocen dos versiones parecidas atribuidas una de ellas a Juan Pérez de Montalbán en una edición suelta, aunque parece ser que esta última no es sino una auto-refundición o reelaboración del mismo título retocada y adaptada por el propio Antonio de Solís, compuesta en primera redacción en 1632 y que fue representada en 1657 en El Buen Retiro con motivo del cumpleaños del rey Felipe IV.

 Estas atribuciones erróneas eran frecuentes en el Siglo de Oro debido al trasiego de copias sueltas que circulaban entre las compañías de teatro y que incorporaban y/o modificaban los textos para adaptarlos a sus representaciones.


La obra del mismo título de Gabriel Estrella es menos problemática, ya que él mismo acepta su deuda y admiración por la obra cervantina.




Sobre el pueblo gitano se han proyectado imágenes y atribuciones que no siempre responden a la realidad. Debido a la histórica falta de confianza sobre el gitano se han ido desarrollando un conjunto de tópicos y prejuicios, como atribuirles fama de ladrones, robos de bestias o secuestro de niños para su explotación, que es el caso central que nos sugiere tanto la novela cervantina como los pliegos. Esta creencia sobre el robo de niños se traduce en frases tan extendidas como aquella de: «Si no te portas bien, vendrán los gitanos y te llevarán».

Bien es cierto que el propio Cervantes trata de suavizar algo estas creencias desde la primera página de su novela, donde escribe:

Parece que los gitanos y gitanas solamente nacieron en el mundo para ser ladrones: nacen de padres ladrones, críanse con ladrones, estudian para ladrones y, finalmente, salen con ser ladrones corrientes y molientes a todo ruedo; y la gana del hurtar y el hurtar son en ellos como accidentes inseparables, que no se quitan sino con la muerte.
Una, pues, desta nación, gitana vieja, que podía ser jubilada en la ciencia de Caco, crió una muchacha en nombre de nieta suya, a quien puso nombre Preciosa, y a quien enseñó todas sus gitanerías y modos de embelecos y trazas de hurtar […] Salió Preciosa rica de villancicos, de coplas, seguidillas y zarabandas, y de otros versos, especialmente de romances, que los cantaba con especial donaire.

Antes de dar paso al pliego completo reproduzco otras portadas sobre el mismo asunto por diferentes impresores.

Sin lugar de edición y sin año

Sevilla, Viuda de Vázquez y Cía, 1816
Valencia, imprenta de Laborda, sin año

























El pliego completo, dividido en dos partes, carece de lugar de impresión y de fecha. Es curioso notar como el que se declara autor del mismo, un tal Vicente Benavente, guarda un estrecho parentesco temático con la obra de Solís y Rivadeneira, pues tanto los pliegos como la comedia conservan el mismo título, a lo que se une el supuesto conocimiento del autor del pliego respecto a algunos de sus personajes tanto de la obra de Cervantes como la de Solís.









Antonio Lorenzo

domingo, 15 de marzo de 2015

Seguidillas donde el enamorado pinta la hermosura de su dama

Grabado ochocentista alusivo al mes de mayo
El mes de mayo se ha considerado desde siempre como un tiempo de renovación de la vida y de los campos tras el letargo invernal. Las fiestas que se celebran en numerosas localidades el día primero de mayo tienen un claro origen pre-cristiano asociado a un rico simbolismo (el árbol de mayo, la 'maya', las virtudes mágicas asociadas al 'agua de mayo', la Cruz de Mayo, la bendición de los campos, las enramadas, las rogativas, etc.).

Entre las manifestaciones simbólicas más conocidas se encuentran, entre otras muchas, la elección de la 'maya' (muchacha ricamente ataviada que se entroniza a las puertas de las casas a modo de altar), los emparejamientos o casamientos fingidos entre mozos y mozas o las rondas de los 'mayos' que recorren las calles la noche del treinta de abril.

Ejemplo inédito de estas canciones de mayo es el recogido en el pueblo de El Atazar en la provincia de Madrid.

Versión de El Atazar (Madrid), cantada por Isabelo Martín, de 71 años. Recogida el 10 de abril de 1983 por A. Lorenzo, P. Esteban y A. Duro.

               Mayo florido y hermoso    a estas puertas me has traído;
               para echarte un lindo mayo,    señores, licencia pido.
               Y esa licencia, galanes,    siempre la llevo conmigo:
               de echar mayo a quién quisiera,    no echándome a mí en olvido.
               ¿Quién vive en ese aposento,    que llamo y no me responde?
               Vive la sal del lugar,    ‘Fulana’ tiene por nombre.
               ¿Qué mayo la echaré yo    que la enrame y corte flores?
               Allá se queda 'Fulano',    que muere por tus amores.
               Y ella dice que le quiere,    y él dice que le ha de amar
               con el amor verdadero    que jamás se han de olvidar.
               Si acaso quedas dudosa,  o bien no lo has entendido,
               'Fulano' se llama el mozo,    y 'Fulanez' de apellido.
               Con esto ya quedarás    más contentilla y alegre
               que el rey con sus alcabalas    y en mundo con tanto tiene.
               Ya hemos hecho una boda,    sin cura y sin sacristán,
               para todo mayo y junio,    y luego Dios dispondrá.

Más conocido como canto de mayo en muchas localidades es el 'retrato de la dama', canción seriada o enumerativa donde se glosan las partes del cuerpo de la muchacha de la cabeza a los pies con metáforas que, por lo general, suelen resultar tópicas y manidas.

Existen también canciones del retrato ‘a lo divino’ asociadas a la Virgen e incluso a la Cruz.

Estos cantos no son exclusivos de la península, pues se conocen versiones italianas y también sefardíes, usadas en el norte de Marruecos como cantos epitalámicos.

El pliego que reproduzco procede del siglo XVIII, pues sabemos que su impresor, Andrés de Sotos, con oficina en Madrid, editó entre 1764 y 1792. Las analogías con la canción del retrato de la dama si las comparamos con los numerosos textos recogidos por tradición oral son evidentes. Otro ejemplo más de la intrínseca relación entre los pliegos de cordel y la tradición oral en su conjunto.






Antonio Lorenzo

miércoles, 11 de marzo de 2015

El valiente Juan García Nebrón


De la prolífica imprenta cordobesa editora de pliegos de don Rafael García Rodríguez, de la que tengo pendiente dedicar una entrada exclusiva, reproduzco este pliego, sin año, donde se nos narran las aventuras y fechorías del bravo Juan García Nebrón, nacido en la malagueña localidad de Cañete la Real. Traficante de tabaco y de sedas se va deshaciendo de todo aquel que se le pone por delante hasta que finalmente cae preso. Ya en la cárcel da cuenta de todas las muertes anteriores de las que ha sido ejecutor y gracias a la intercesión de dos ilustres hermanas marquesas logra que se le conmute la pena de muerte por la de cadena perpetua. 











Antonio Lorenzo

viernes, 6 de marzo de 2015

Estragos del vino



Del conocido impresor barcelonés Ignacio Estivill, al que dedique una anterior entrada que puede consultarse a través del siguiente 'enlace', reproduzco este pliego, fechado en 1846, donde se nos narran las terribles consecuencias que sufrió el matrimonio formado por Domingo y Juana a causa de la afición al vino de la mujer, con el resultado del marido desesperado que se arrojó por el balcón y su mujer a un pozo, dejando desamparadas a sus tres hijas

La historia entra de lleno en el tremendismo propio de esta clase de pliegos, pero al que se une en este caso la magnífica xilografía que lo ilustra y acompaña.






Antonio Lorenzo

domingo, 1 de marzo de 2015

Apuntes sobre impresores y estamperos populares: Pedro Belda, de Murcia


Son pocos los datos de que disponemos sobre la literatura murciana de cordel, a lo que se une la escasez y dispersión de documentos recogidos tanto en las bibliotecas públicas como privadas a pesar de las pesquisas y el interés por estas 'menudencias de imprenta' de figuras señeras como lo fue el bibliófilo ciezano Antonio Pérez Gómez (1902-1976).

Utilizo datos entresacados de los libros Antología de la literatura de cordel en la Región de Murcia (siglos XVIII-XX, de Juan González Castaño y Ginés José Martín-Consuegra, Editora Regional de Murcia, 2004, y de José Pío Tejera y R. de Moncada (1846-1902): Biblioteca del murciano o ensayo de un Diccionario biográfico y bibliográfico de la Literatura de Murcia, dispuesto y compilado por... , obra premiada por la Biblioteca Nacional en concurso público en 1896.


Si atendemos en exclusiva a los impresores de pequeños opúsculos establecidos en la capital murciana en el siglo XIX, donde aparte de los pliegos de cordel, que exigían escasa inversión y tenían facilidad de venta, editaban también bandos, novenas, sermones, edictos o folletos de todo tipo, podemos citar a la viuda de Santamaría y a su hijo José, establecidos en 1820 en Murcia en la calle de la Platería número 20, aunque ya contaban con establecimiento abierto cuatro años antes en Lorca. Aparte de otras actividades los Santamaría editaron pliegos de cordel hasta 1854. Otros impresores de pliegos fueron José Carles Palacios, con imprenta abierta en 1841, Antonio Molina, instalado desde 1851 o Fermín Guirao, con establecimiento conocido entre 1849 y 1858. Pero si hubo una imprenta dedicada preferentemente a los pliegos de cordel y estampería general en la capital murciana en la segunda mitad del siglo XIX fue sin duda la de Pedro Belda.

La cronología de la actividad impresora de Pedro Belda, y a la luz de los datos consultados, podemos establecerla de la siguiente forma:

- Durante unos tres años regentó el establecimiento tipográfico de los Herederos de Teruel. El iniciador de esta imprenta fue don Felipe Teruel, quien desarrolló su actividad impresora en la segunda mitad del siglo XVII, entre 1781 y 1799, pasando luego a su viuda, Antonia Ramírez, quien se hizo cargo del taller entre 1781 y 1799. El hijo de ambos, Juan Vicente Teruel, siguió regentando la imprenta entre 1800 y 1822, al que sucedieron los Herederos de Teruel, editores entre 1824 y 1855. 

- Tras regentar durante esos primeros años la imprenta de los Herederos de Teruel y conseguido su traspaso se estableció por su cuenta a partir de 1857 y editando con continuidad hasta al menos 1895 en la calle de la Lencería, nº 20 de la capital murciana.

Como ejemplo de lo editado en el taller de Pedro Belda en 1858, este pliego característico de la jactancia propia de los pliegos de jaques y valientes. En este caso el protagonista es un tal Pepito el jerezano, ejemplo de un andalucismo trasnochado, reimpreso en numerosas ocasiones.





©Antonio Lorenzo