lunes, 30 de mayo de 2016

Santos protectores y sanadores: santa Bárbara (y 5ª parte)

Francesco Mazzola 'Il Parmigianino' (1503-1540)
En esta última entrada me voy a detener a comentar distintos aspectos de la vida de la santa, como su patronazgo de mineros y artilleros, su relación con los conjuros para alejar las tormentas, su protagonismo en algunas comedias de teatro del Siglo de Oro, su sincretismo religioso con divinidades de la santería y como interventora milagrosa en la administración del viático a san Estanislao de Kostka.

Santa Bárbara, patrona de los mineros


Si patronazgo sobre los mineros se basa en el rayo que fulminó a su padre nada más degollarla, que vino acompañado de truenos y centellas, lo que se asociaría al trabajo de los mineros en las profundidades de las minas y al uso de explosivos.

Santa Bárbara bendita, como himno-canción de los mineros, canción conocida también como En el pozo María Luisa, se ha convertido en una seña de identidad emblemática para los mineros asturianos y leoneses y, por extensión, para toda la clase trabajadora. Lo que en una primera fase se refería a la muerte por accidente de 17 mineros en dicho Pozo, situado en Langreo (Asturias) en el año 1949, a causa de una explosión de grisú, se ha reconvertido con el paso del tiempo en un himno-canción reivindicativo de lucha por lograr unas mejores condiciones de trabajo. El carbón de hulla se extrae en Asturias y León al menos desde el siglo XVIII, convirtiéndose en pilar fundamental de la economía de la zona hasta bien entrado el siglo XX.

La letra alude al minero quien, con su camisa ensangrentada por la sangre de un compañero, relata a la que se supone su mujer (Maruxina) el fallecimiento de varios compañeros. La letra no acusa directamente a nadie ni se señalan culpables por la tragedia, pero con el tiempo se ha ido considerando reivindicativa desde la revolución del año 34, pasando por la Guerra Civil y finalmente por la huelga de los mineros asturianos en la primavera de 1962 y en julio de 1963, en pleno franquismo, huelgas que fueron duramente reprimidas. Dichas huelgas despertaron una corriente de solidaridad entre los intelectuales, cuyo primer firmante del manifiesto no fue otro sino don Ramón Menéndez Pidal, al que se sumaron artistas plásticos, poetas, literatos, cineastas, etc.

De la canción existen más o menos variantes que añaden o quitan determinadas frases. Copio una de las versiones más conocidas:

                                              Santa Bárbara bendita,
                                              trailará lará, trailará,
                                              patrona de los mineros.
                                              Mira, mira Maruxina, mira,
                                              mira cómo vengo yo.
                                              En el pozo María Luisa
                                              trailará lará, trailará
                                              murieron cuatro mineros.
                                              Mira, mira Maruxina, mira,
                                              mira cómo vengo yo.
                                              Traigo la camisa roja
                                              trailará lará, trailará
                                              de sangre de un compañero.
                                              Mira, mira Maruxina, mira,
                                              mira cómo vengo yo.
                                              Traigo la cabeza rota,
                                              trailará lará, trailará
                                              que me la rompió un barreno.
                                              Mira, mira Maruxina, mira,
                                              mira cómo vengo yo.

La letra fue incorporando o sustituyendo versos adicionales que, en un principio, no formaban parte de la canción. Un ejemplo de añadido es el siguiente:

                                            Me cago en los capataces,
                                            accionistas y esquiroles... Mira, mira Maruxina...

Sobre el origen de la canción hay quienes piensan que procede de una canción de 'borrachera' muy conocida en Galicia y que contiene el mismo estribillo: Mira, mira Maruxina. Sea como fuere, lo importante es la aceptación de la misma como canción emblemática y de culto de las aspiraciones reivindicativas y solidarias de la clase obrera e incorporada al repertorio de cantautores como Elisa Serna, Julia León, Chicho Sánchez Ferlosio y otros muchos artistas y formaciones que la han versionado.

                                             Éche un andar miudiño,
                                             miudiño, miudiño,
                                             miudiño, miudiño,
                                             o que eu traio.

                                            Que eu traio unha borracheira
                                            de viño, que auga non bebo.
                                            Mira, mira Maruxiña;
                                            mira, mira, como eu veño.

                                            Éche un andar miudiño…

Santa Bárbara, como patrona de los mineros, artilleros, bomberos, electricistas, etc. no es exclusiva de la península o de América latina, como se recoge en estas ilustraciones polaca y francesa, respectivamente:



Pero regresemos a santa Bárbara a través de esta imagen donde auxilia a un minero herido, según el oleo de August von Heyden (1827-1897), conservado en la iglesia católica de Dudweiler en Alemania.


Santa Bárbara, patrona de los artilleros


La relación de santa Bárbara con la artillería viene dada por la analogía del ruido del cañón con el rayo y posterior trueno con el que Dios castigó a Dióscoro y por el temor de que un rayo pudiera afectar a los polvorines de armas y municiones, llamados en armadas y ejércitos con el nombre de 'Santa Bárbara'.

Según se recoge en los estatutos de la Asociación Religiosa de Señoras Santa Bárbara de los Artilleros, de 1894, estas cofradías o congregaciones ya eran conocidas desde la primera mitad del siglo XVI, 'para arbitrar recursos con que socorrer a los artilleros enfermos y a sus familias, pagar su entierro, celebrar sufragios por sus almas y atender al cuidado de los huérfanos'.
                  
Conjuraderos para alejar las tormentas

'Esconjuradero' de Guaso (Huesca)
El conjuradero se refiere, por lo general, a una construcción popular de planta cuadrada abierta a los cuatro lados por arcos de medio punto y cubierta por una bóveda de aspecto piramidal y rematada por una cruz de hierro. Estas construcciones, de las que desgraciadamente ya quedan muy pocas, tenían una función eminentemente práctica relacionada con las creencias populares, cuyo fin era neutralizar los efectos desastrosos de los temporales mediante el recurso a los exorcismos eclesiásticos.

Balcón conjuradero de Poza de la Sal (Burgos)
Estas construcciones eran el escenario donde se invocaba o se conjuraba para ahuyentar las tormentas u otro tipo de males. Estas construcciones no son los únicos lugares para desarrollar los conjuros, pues también podían utilizarse para tales fines los pórticos de las iglesias o pequeñas capillas, bien exentas o apoyadas sobre arcos o torrecillas donde sobresalía un balcón conjuradero presidido generalmente por una imagen de la santa.

Las causas naturales de las tormentas se entremezclaban en el imaginario popular con causas de carácter sobrenatural como fruto de la cólera de dios ante los pecados humanos o fruto del poder maléfico del diablo o de brujas.

Una vez agotadas las vías ordinarias para atajar las tormentas (repicar las campanas, etc.) entraba en juego el sacerdote exorcista mediante conjuros excepcionales al considerar que las tormentas no procedían de causas naturales, sino de demonios o de fuerzas extraterrenas. A pesar de que estas prácticas implicaban un riesgo de desviación litúrgica, la Iglesia lo aceptaba como prácticas excepcionales. Aunque la Iglesia, a partir del concilio de Trento, trató de frenar estas prácticas, dejó vía libre para que cada diócesis, según su criterio, las siguiese practicando para no interferir en los usos y costumbres ya establecidos.

Si nos remontamos nada menos que al siglo XVI, encontramos en un libro singular con el título de Supersticiones y Hechicerías, obra del franciscano Fray Martín de Castañega, editado en Logroño en 1529 a instancias del obispo de Calahorra que pretendía la reprobación de las supersticiones tan extendidas en su diócesis. Este libro quedó en el olvido al aparecer un año más tarde un manual de similares características cuyo autor es Pedro Ciruelo, reeditado en numerosísimas ediciones. Pues bien, en el 'olvidado' libro (no ha habido reedición hasta el siglo XX, en 1946 por la Sociedad de Bibliófilos Españoles), de Castañega, se dice sobre los conjuradores:



Restos del conjuradero de Cozuelos de Ojeda (Palencia)

Santa Bárbara y el teatro


La leyenda de santa Bárbara también ha sido fuente de inspiración para el teatro. En la colección conocida como Códice de Autos Viejos, compuesto por 96 piezas (95 religiosas y una profana), manuscrito conservado en la Biblioteca Nacional de Madrid (Ms. 14.711), obras datadas entre el 1550 y 1575. Una de ellas es el Auto del martyrio de Sancta Barbara, de autor anónimo y de un solo acto. Conocemos también la Farsa de Santa Bárbara, de Diego Sánchez de Badajoz. Estas primeras obras del último cuarto del siglo XVI estaban destinadas sobre todo a representarse en la festividad del Corpus y aún no habían alcanzado los recursos dramáticos suficientes para ser representadas en los corrales de comedias y gozar de la estima y el favor del público.

Los grandes dramaturgos del Siglo de Oro supieron aprovechar dramáticamente las leyendas hagiográficas para trasladarlas a sus comedias. En el caso que nos ocupa, la obra más conocida es la atribuida a Guillén de Castro con el título El prodigio de los montes y mártir del cielo.

En otras comedias del Siglo de Oro, aunque no especialmente dedicadas a santa Bárbara, sí se la menciona como protectora ante los truenos. Tirso de Molina (1579-1648), en su comedia Santo y sastre hace exclamar a Pendón, que hace de personaje gracioso:

                                               ¡San Antón en los santelmos,
                                               San Cristobal en los rayos,
                                               Santa Bárbara en los truenos,
                                               te rogamus, audi nos!

Esta curiosa cita parece designar a cada uno de los santos mencionados una especialidad, lo que abre otras perspectivas de interpretación, si bien puede deberse a un simple recurso retórico para dotar de agilidad al diálogo.

Santa Bárbara y la santería

Por sincretismo religioso se entiende un variado conjunto de creencias que interrelacionan rasgos culturales de origen diferente. En el caso de la santería, desarrollada principalmente en Cuba, se mezclan o fusionan elementos propiamente católicos con creencias de la cultura tradicional yoruba. El pueblo yoruba procede del oeste africano, principalmente asentado en la actual Nigeria y disperso en comunidades por países limítrofes donde comparten un complejo entramado de creencias y mitos de carácter religioso.

Desde que los ingleses desplazaron a los portugueses en la costa nigeriana en 1533, Gran Bretaña monopolizó el tráfico de esclavos hacia América. La trata y el comercio de negros a América fue secundada y practicada con más o menos intensidad por el resto de los países europeos que tenían intereses en la colonización americana. Los primeros esclavos negros llegaron a América a finales del siglo XV y su número fue aumentando hasta bien entrado el siglo XIX. Gran parte de la población yoruba fueron esclavizada por los europeos, a partir más o menos de mediados del siglo XIX, y embarcados rumbo a América.

El cristianismo que llevaron los españoles a América se mezcló con los ritos y creencias indígenas y, posteriormente, con aquellos traídos por los esclavos negros procedentes de África dando lugar a la identificación de los santos católicos con divinidades de distinto origen.


La equivalencia de los santos del catolicismo con los dioses yorubas es una muestra clara de sincretismo religioso. Santa Barbara se identifica con Changó, divinidad orisha yoruba, gobernador de los relámpagos, el fuego, los truenos y la danza. Changó es además un guerrero de fuerte temperamento y personificación de la virilidad y amante de todo tipo de placeres.

Tal es el sincretismo de Changó con santa Bárbara, que ha pasado a formar parte de una muy conocida canción popular, en ritmo de guaracha, como la interpretada por el que fuera famoso dúo cubano Celina y Reutilio en 1949, y que puede escucharse a través del siguiente enlace:

                                     https://www.youtube.com/watch?v=K0_0frqtOok

                                    Santa Bárbara bendita
                                    para ti surge mi lira
                                    y con emoción se inspira
                                    ante te tu imagen bonita

                                    ¡Que viva Changó! ¡Que viva Changó!
                                    ¡Que viva Changó, señores!

                                    Con voluntad infinita
                                    arranco del corazón
                                    la melodiosa expresión
                                    pidiendo que desde el cielo
                                    nos envíes tu consuelo
                                    y tu santa bendición

                                    ¡Que viva Changó! ¡Que viva Changó!
                                    ¡Que viva Changó, señores!

                                     Virgen venerada y pura,
                                     santa Bárbara bendita,
                                     nuestra oración favorita
                                     llevamos hasta tu altura

                                    ¡Que viva Changó! ¡Que viva Changó!
                                    ¡Que viva Changó, señores!

                                     Con alegría y ternura
                                     quiero llevar mi trovada
                                     allá, en tu mansión sagrada,
                                     donde lo bueno ilumina
                                     junto a tu copa divina
                                     y tu santísima espada.

                                    ¡Que viva Changó! ¡Que viva Changó!
                                    ¡Que viva Changó, señores!

                                    En nombre de mi nación,
                                    santa Bárbara, te pido
                                    que riegues con tu fluido
                                    tu sagrada bendición

                                    ¡Que viva Changó! ¡Que viva Changó!
                                    ¡Que viva Changó, señores!

                                    Yo también, de corazón,
                                    te daré mi murmurío
                                    con orgullo y poderío;
                                    haré que tu nombre suba
                                    y en el nombre de mi Cuba
                                    este saludo te envío

                                    ¡Que viva Changó! ¡Que viva Changó!
                                    ¡Que viva Changó, señores!


Santa Bárbara y san Estanislao de Kostka

Para terminar esta ya larga serie sobre santa Bárbara no quisiera dejar de comentar la milagrosa intervención de la santa en la vida de uno de los patronos de Polonia.

Estanislao de Kostka (1550-1568), fue el segundo de los seis hermanos. En 1564, con apenas 14 años, ingresó con Pablo, su hermano mayor, en el internado contiguo al Colegio Imperial de Viena. Al año de su internamiento tuvieron que alojarse en unas habitaciones alquiladas en un palacio propiedad del luterano senador Kimberker. En esta nueva residencia fue maltratado por su hermano y por otros compañeros. Al caer gravemente enfermo el senador luterano no permitió que un sacerdote católico le administrase el viático.

 Estanislao recurrió entonces a santa Bárbara (patrona, recordemos, de la buena muerte) de quien se cuenta que visitó al enfermo acompañada de dos ángeles y le administró ella misma el viático. Una vez recuperado decidió huir vestido de peregrino hacia Augsburgo con el fin de integrarse como jesuita ejerciendo labores de criado y de limpieza. Enviado posteriormente a Roma fue admitido en el noviciado próximo a la iglesia de San Andrés de Quirinal.

Con apenas 18 años y una vez hecho los votos para integrarse plenamente en la orden jesuita, encontró la muerte. Fue canonizado por Benedicto XIII el último día del año 1726. El santoral lo conmemora el día 13 de noviembre.



Antonio Lorenzo

domingo, 22 de mayo de 2016

Santos protectores y sanadores: santa Bárbara (4ª parte)

Detalle del tríptico de Robert Campin (ca. 1375-1444)
En esta cuarta entrada me voy a detener exclusivamente a comentar algunos aspectos de la iconografía de la santa que me parece que se apartan un tanto de las habituales imágenes sueltas a las que estamos acostumbrados. He de confesar que la belleza de estas imágenes me han sugerido que merecían por sí solas un atento paseo, tanto por su composición como por el simbolismo que emanan.

La imagen de santa Bárbara que ilustra esta entrada forma parte de un hermosísimo tríptico conservado en el Museo del Prado de Madrid al que le falta la tabla central. En las dos tablas laterales que se conservan puede apreciarse la minuciosidad de los detalles junto a la perspectiva del paisaje y el marco doméstico para situar las escenas sacras.





La tabla donde se representa a la santa se enmarca en un ambiente confortable mientras lee atentamente al lado de una chimenea. A su vez, está rodeada de objetos cotidianos que encierran o sugieren significados simbólicos, cuya interpretación es siempre subjetiva y abierta a interpretaciones erróneas: la toalla que cuelga y la jarra del agua, como símbolo de castidad y limpieza; el fuego de la chimenea, como símbolo de la purificación; la azucena azul en el jarrón puede asociarse con la pureza y la esperanza en la resurrección; el paño en la mano que sostiene el libro sugeriría la humildad... Pero la asociación de esta escena con la figura de Bárbara se deduce al contemplar desde la estancia interior, y a través de la ventana abierta, la construcción de la torre como parte del paisaje donde será encerrada y martirizada santa Bárbara, que sin ese determinante detalle hubiese sido más complicado identificarla.



Adjunto otro retablo donde se detallan escenas de la vida legendaria de la santa. De autor anónimo, aunque hay estudiosos que lo identifican con Aert van den Bossche, pintor activo en Bruselas entre 1470 y 1500.

Aert van den Bossche (ca. 1470-1500)
El retablo trata de reconstruir las principales escenas de la vida de la santa. En su parte izquierda puede observarse lo que parece el bautismo de la santa y su conversión al cristianismo.


En su parte derecha se ve a un enfurecido Dióscoro blandiendo su espada y a Bárbara escondida en un peñasco tras haber huido de la torre donde la encerró su padre. En el lateral derecho parece apreciarse la entrega de Bárbara al juez para ser juzgada, siendo finalmente torturada y degollada por su padre.


Otro cuadro que recoge en escenas la vida de la santa es el conservado en la iglesia de san Isidoro de Oviedo, obra atribuida a Diego Valentín Díaz (1586-1660), pintor barroco de formación manierista.

Santa Bárbara aparece en el cuadro bajo un dosel cubierto de ángeles y rodeada por ocho pinturas con las escenas más significativas de su vida e incorporando motivos arquitectónicos y escultóricos para dotar de una mayor teatralidad al lienzo.


Un ejemplo del gótico valenciano es este bello tríptico de Puertomingalvo, en la comarca de Gúdar-Javalambre, (Teruel), fechado alrededor en la primera mitad del siglo XV, época de una creciente y pujante vitalidad política, cultural y económica en aquellos años, y cómo no, también en el campo de su producción pictórica.

El tríptico se atribuye a Gonçal Peris Sarrià, entre 1380 y 1451 conservado actualmente en el Museu Nacional d'Art de Catalunya. La devoción a santa Bárbara adquirió un enorme auge durante todo el siglo XV, como atestiguan las numerosas cofradías, ermitas y altares en el antiguo reino de Aragón.


Debajo del calvario, que aparece en la parte superior de la tabla central, aparece de pie la figura de la santa sosteniendo en su mano derecha la consabida torre y en su mano izquierda la palma del martirio. Las dos calles laterales desarrollan escenas propias de la leyenda. En la primera escena vemos a la santa recibiendo el bautismo por el sacerdote Valentín, enviado por Orígenes según la leyenda, con las manos juntas y desnuda de cintura para arriba y en presencia de dos eremitas. La siguiente escena de la misma tabla recoge la construcción de la torre donde Bárbara parece exigir el que abran tres ventanas para reverenciar a la Santísima Trinidad.


La siguiente escena recoge cómo Dióscoro amenaza con su espada a Bárbara y esta se oculta en el bosque. En el siguiente compartimento, Dióscoro a caballo en persecución de su hija encuentra a un pastor que la delata, convirtiéndose tanto el pastor como sus ovejas en estatuas de mármol. En otras versiones de la leyenda las ovejas se convierten en langostas, como ya comenté en la primera entrada.

Las siguientes escenas ejemplifican su presencia ante el juez que ordena su suplicio; el episodio donde le arrancan los pechos y por fin la degollación de la santa a manos de su propio padre, quien muere inmediatamente fulminado por un rayo, justificando el protectorado de la santa contra rayos y centellas.


Las predelas que cierran el retablo recogen, de izquierda a derecha, las siguientes figuras sedentes: Santa Úrsula, santa Lucía con los ojos en el plato y la Virgen Dolorosa. A continuación aparece san Juan Evangelista, santa Margarita y santa Catalina, junto a su famosa rueda de martirio.



Para acabar este breve repaso por la iconografía de la santa no quiero dejar de mencionar otro hermoso retablo, conservado en el palacio condal de Cocentaina en Alicante, donde se ejemplifican también los episodios más significativos de la leyenda y que cuenta, además, como curiosidad, la representación a los pies de la santa titular de dos figuras de monarcas


Antonio Lorenzo

lunes, 16 de mayo de 2016

Santos protectores y sanadores: santa Bárbara (3ª parte)


En esta tercera parte voy a detenerme fundamentalmente en las invocaciones a los patronazgos más comunes de la santa y a las oraciones para pedir su protección. Desde siempre se ha vinculado a santa Bárbara como protectora ante los rayos y centellas, recordando alegóricamente cómo su padre fue calcinado por uno de ellos tras degollarla con su espada. Pero esta protección ante los rayos y los estragos de las tormentas conectaba muy bien con el campesinado, muy preocupado por sus actividades agrícolas o ganaderas y que trataban de neutralizar los efectos desastrosos de las tormentas y temporales mediante invocaciones a la santa junto a determinadas prácticas. Una tormenta repentina podía arruinar la cosecha de un año. Por eso, era una de las principales amenazas contra la economía rural. Todos los campanarios solían contar con una campana dedicada a Santa Bárbara, abogada contra las tormentas, que se hacía sonar cuando estas se aproximaban. La pérdida de uno o más animales, o la cosecha de todo un año, significaba una terrible desgracia en la economía de las familias en tiempos donde no existía ningún tipo de seguro agrario.

La variedad de prácticas para protegerse de las tormentas son numerosas: desde el repicar las campanas para ahuyentar a las nubes mediante su estruendo y agitaciones en el aire o lanzando tiros de artillería contra los nublados, en la creencia de que calentaban el aire y transformaban el granizo en lluvia benéfica, práctica basada en la suposición de que disipaba y dispersaba las tormentas. También se encendían velas bendecidas el Jueves Santo, se quemaba laurel o romero o se exponían en forma de cruz los palos de limpiar el horno; se arrojaban piedras o puñados de sal contra las nubes o se colocaban las hoces con el filo hacia el cielo, entre otras muchas prácticas. Si todo esto fallaba siempre quedaba la intervención del sacerdote conjurador, admitido más o menos de forma subrepticia por las autoridades eclesiásticas como remedio último.

El culto a santa Bárbara como protectora de las tormentas se solapa con el dedicado a san Bartolomé, auxiliar también en alumbramientos y en partos dificultosos, pero centrémonos en santa Bárbara.






Breve repertorio de invocaciones populares

                                        Detente, detente,
                                        no mates a la gente.
                                        Detente nublao,
                                        que vienes "mu" cargao.
                                        Detente nublao,
                                        no vengas derrotao.
                                        Detente nublao,
                                        si vienes enfadao.
                                        Detente, detente,
                                        no mates a la gente.
                                        Detente nublao,
                                        no mates a la gente,
                                        ni tampoco al ganao.

La más conocida es la siguiente:

                                       Santa Bárbara bendita,
                                       que en el cielo estás escrita,
                                       con papel y agua bendita,
                                       y en el ara de la Cruz.
                                       Pater Noster,
                                       Amén, Jesús.


O con variantes:

                                       Santa Bárbara doncella,
                                       líbranos de la centella
                                       y del rayo mal parado.
                                       Jesucristo está clavado
                                       en el arco de la Cruz.
                                       Pater Noster,
                                       Amén, Jesús.


                                      Santa Bárbara bendita,
                                      que en el cielo estás escrita,
                                      con papel y agua bendita,
                                      guarda el pan y guarda el vino
                                      y a la gente del camino.
                                      Si eres agua, ven acá;
                                      si eres piedra, vete allá.

                                      Santa Bárbara doncella,
                                      que en el cielo fuiste estrella,
                                      líbranos de esta centella
                                      como libraste a Jonás
                                      del vientre de la ballena. (versión chilena)





















Novenas, gozos e indulgencias


























Hans Baldun Grien - (ca. 1484-1545)

En una posterior entrada comentaré su relación con el teatro del Siglo de Oro y con otros patronazgos: como el de ser también abogada de los mineros y artilleros, así como su relación con la santería.

Antonio Lorenzo


miércoles, 11 de mayo de 2016

Santos protectores y sanadores: santa Bárbara (2ª parte)


En esta segunda entrada dedicada a santa Bárbara reproduzco algunos de los pliegos de cordel en los que, de alguna forma, se desarrollan episodios donde interviene milagrosamente la santa o vienen acompañados de oraciones para protegerse de los rayos y truenos.

Comienzo con el editado en Valencia en la imprenta de Rodríguez y Compañía [s.a.].



De la imprenta madrileña de José María Marés este otro pliego que narra cómo un ángel, vestido de peregrino, dicta una oración que debe colocarse en el campanario, a modo de talismán, para protegerse de los rayos y centellas que en su día asolaron el convento produciendo numerosas víctimas entre los religiosos. El convento de Nuestra Señora de la Peña de Crinta, creo que es corrupción de Sintra (Portugal), donde sabemos que radicó el convento de Nuestra Señora de la Peña de la orden jerónima en el siglo XVI y sobre el que se construyó posteriormente el Palacio da Pena en el siglo XIX como residencia veraniega de la familia real portuguesa, aunque conservando partes del antiguo convento, como el claustro y otras antiguas dependencias.



Otro pliego, que recoge también la misma oración que el anterior, incluye, además, la conocida relación que comienza con 'Bárbara divina y santa', recogida en numerosas ocasiones por tradición oral y seguramente deudora de estos o similares pliegos.



Añado otros impresos de santa Bárbara como abogada protectora contra rayos y centellas. En este caso, procedente de la imprenta cordobesa de don Luis de Ramos y Coria [s.a].



De la imprenta regentada por José María Marés en Madrid, este otro pliego, editado en 1856 y con una diferente xilografía, donde se nos narra versificada la vida de la santa.



Añado otro hermoso pliego que retoma el tema de la oración protectora del ángel vestido de peregrino para protegerse de piedras y centellas y donde se especifica, en este caso, que ha de colocarse en una piedra del campanario. El pliego recomienda también que llevando la imagen y rezando con fe ante ella se ganan 180 días de indulgencias.



Otro ejemplo, con el mismo asunto de la oración del ángel peregrino, es el reproducido con distinta xilografía: con la consabida torre y un barco al fondo en lo que parece un añadido incongruente.


Para finalizar esta segunda entrada reproduzco un curioso pliego donde se declara el milagro que obró santa Bárbara con un pastorcillo devoto de la santa. El pliego está editado en Sevilla [s.a.] por el editor y librero don José G. (Guillermo) Fernández.



Antonio Lorenzo