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martes, 27 de diciembre de 2016

Aleluyas: Don Tembleque y la bruja narigona

 
Retomando los pliegos de aleluyas, traigo en esta ocasión la curiosa historia de don Tembleque. El pliego está editado en Madrid y se hallaba de venta al por mayor en la castiza y galdosiana calle de La Colegiata 6.

Para apreciarlo mejor, subdivido el pliego en tres partes y lo expongo completo a continuación.





©Antonio Lorenzo

domingo, 17 de abril de 2016

Pliegos de aleluyas: Sucesos memorables de España hasta 1840


Es innegable el poder de síntesis de esta aleluya donde se repasan en 48 viñetas, con sus correspondientes dísticos, los sucesos más notables de la historia de España hasta el reinado de Isabel II. Obviamente, reflejan una historia 'políticamente correcta' como diríamos ahora, donde se ensalzan los logros y se minimizan o se ocultan los hechos que no interesan. Estas aleluyas son, en definitiva, 'imágenes para leer' donde se fija de forma condensada la conveniencia de lo que debe perdurar en el imaginario colectivo sin dejar el menor atisbo de opción a un espíritu crítico, pues no se limita únicamente a describir los hechos, sino a valorarlos.

Está editada por los Sucesores de Hernando, imprenta de larga y fructífera trayectoria, a la que dedicó un pormenorizado y completo estudio Jean François Botrel: Nacimiento y auge de una editorial escolar: la Casa Hernando de Madrid (1828-1902), en 'Libro, prensa y lectura en la España del siglo XIX', Fundación Germán Sánchez Ruipérez y Ediciones Pirámide, Madrid, 1993.


Antonio Lorenzo

domingo, 17 de enero de 2016

Pliegos de aleluyas: Vida de un gallego o la rueda de la fortuna


De la imprenta madrileña de los Sucesores de Hernando, continuadora de la original Casa Hernando fundada por Victoriano Hernando y Palacios en 1828, este pliego de aleluyas sobre la vida de un gallego al que le tocó la lotería y su final. Los tópicos y estereotipos sobre los gallegos, que pueden rastrearse fácilmente en las comedias del Siglo de Oro (al igual que sobre los andaluces, asturianos, etc.), se mantienen en estas composiciones populares. El poder de síntesis de estas aleluyas es notable, pues en cuarenta y ocho viñetas con sus correspondientes dísticos o pareados se nos ofrece una historia completa sobre las peripecias de este gallego.

Tras reproducirla en su forma completa la divido en secciones para apreciarla mejor.








Antonio Lorenzo

miércoles, 22 de octubre de 2014

Pliegos de aleluyas: Los polichinelas

Giovanni Domenico Tiepolo - The Triumph of Pulcinella

El personaje del Polichinela es de origen y etimología incierta. Unos lo hacen derivar de 'pulcino (polluelo), o de 'pulce' (pulga), otros lo asocian al actor Silvio Fiorillo como su inventor y otros al actor y comediante napolitano Paolo Cinelli en el siglo XVI quien lo llevó a la fama en la llamada Commedia dell' arte.

Dicha comedia es un tipo de teatro popular que incorpora elementos teatrales del Renacimiento donde no faltan alusiones carnavalescas en su vestuario dentro de una trama sencilla y donde los actores adquieren un mayor protagonismo que la propia acción, pues amplifican e improvisan gestos y situaciones en su afán de conectar fácilmente con el público.

Esta tradición de comedia burlesca lleva aparejada un vestuario extravagante donde los personajes como el arlequín, con su vestimenta de parches en forma de rombos y el antifaz o tricornio en la cabeza, nos resultan ahora tan conocidos por las series dedicadas a ellos por Picasso.

Los personajes del Arlequín, Polichinela, Brighella, Pedrolino, etc. solían ejercer el papel de criados o sirvientes pobres y ambiciosos (los llamados 'zannis'), todos ellos con características propias aunque con ciertos elementos comunes y que por lo general solía meterse en líos y acabar de mala manera.

La evolución del criado, entendido como personaje teatral, arranca del teatro clásico romano, pasando por la Comedia del arte italiana, el teatro castellano con personajes como el pastor bobo o el rústico urbano y en los Siglos de Oro con el personaje del gracioso.

El polichinela suele representarse como un viejo solterón, egoista y glotón, de carácter irónico y cruel, atormentado a causa de su joroba y que trata de tomar venganza por su defecto físico vengándose de los demás ante cualquier ocasión. Se le representa también vestido de blanco y con un gorro puntiagudo, con barbilla prominente, nariz ganchuda y portador de un garrote u otro instrumento ofensivo.

Esta estructura o modelo teatral se ha mantenido en su forma clásica hasta bien avanzado el siglo XIX, aunque se ha retomado con fuerza en el siglo XX en el llamado teatro completo o total donde la improvisación, los títeres, guiñoles y marionetas, así como el ritmo y el contacto directo con el público han cobrado un renacido protagonismo.

Valle Inclán fue deudor de la Commedia dell’arte y del uso de las máscaras en La marquesa Rosalinda (1912), entre otras obras. Lorca, a su vez, tan atento siempre a lo popular, rescata esos teatros de títeres y costumbres rurales en su intento de renovar un teatro anquilosado. En Los títeres de cachiporra (1928) y en El retablillo de don Cristobal (1930) recoge y amplifica los recursos de los teatros de títeres que ya triunfaron en la Sevilla del siglo XVI por actores italianos.

El éxito del Polichinela como títere obedece en gran manera al uso de la cachiporra. De tal forma que el personaje se inserta en la tradición española como prototipo. En España Polichinela será bautizado como Cristobaldo, Cristobita, Cristobalón o Cristobilla. Lorca, en los títeres de la cachiporra o en el Retablillo recoge esa tradición y dota al personaje de don Cristobal Polichinela con el simbolismo de un ser primario que busca el placer sin sentimientos y con y el uso de la cachiporra como elemento disuasorio ante aquellos que no le otorgan la razón.

Grabado anónimo: Famiglia di Pulcinella 

Antes de dar paso al pliego de los polichinelas con tacos más grandes de los habituales reproduzco, por su interés, unos grabados sobre los personajes-actores de La comedia del arte realizados por el francés Jacques Callot (1592-1635) bajo el título de 'Balli di Sfessania', fuente posterior de un juego de cartas.










Naipes inspirados en los grabados de Callot

El pliego de aleluyas editado en Madrid por Hernando (s.a), con apenas 16 viñetas, nos presenta una serie de personajes cuya relación con los antiguos cómicos, que parecen haber perdido sus antiguas referencias, hay que basarla en sus estrafalarias vestimentas y en su decidido carácter grotesco.



Antonio Lorenzo

domingo, 21 de septiembre de 2014

Pliegos de aleluyas: El cómico de la legua


El llamado cómico de la legua, actor que recorría pequeñas poblaciones donde ofrecía sus espectáculos, bien solo o con una pequeña compañía, tiene como antecedente más próximo a los actores de la Commedia dell'arte italiana. Estos cómicos, llamados 'de la legua' por la prohibición de que acamparan a menos de una legua de la población, alegraron la vida de los habitantes de los medios rurales durante el llamado Siglo de Oro.

La legua es una antigua medida de longitud variable que solía oscilar entre los 4 y los 7 kilómetros y consistía en lo que una persona podía caminar en una hora. Obviamente, la indefinición de la distancia recorrida variaba de un sitio a otro. La legua castellana quedó fijada en el siglo XVI entre los 5'5 y los 6 kilómetros.

El cómico de la legua era un actor que no hallaba acomodo en una compañía fija y se veía obligado a trabajar en poblaciones pequeñas y en compañías ambulantes. La distancia de mantenerse a una legua (o más, según las disposiciones) de la Corte o de poblaciones importantes donde desarrollaban su labor las compañías fijas tenía por motivo el no hacerse competencia mutua.

Agustín de Rojas Villandrando (1572-¿1635?), escritor y también comediante, en su obra El viaje entretenido (1603) nos relata en forma de diálogo hasta ocho 'variantes' de este tipo de trashumantes cómicos: el Bululú (actor solitario), Gangarilla (tres o cuatro actores con un muchacho que hacía el papel femenino), Cambaleo (cinco actores con actriz cantante), etc.

La Segunda República promovió y rescató de alguna forma esta especie de teatro ambulante formado por universitarios e intelectuales para difundir el teatro clásico, el cine, las canciones, títeres y marionetas, etc. por zonas rurales y aisladas. Esta labor cultural se integró en las llamadas Misiones Pedagógicas donde nombres como Alejandro Casona, con su Teatro del pueblo, o Federico García Lorca con La barraca recorrieron de 1931 a 1935 numerosas poblaciones desarrollando una importante, aunque efímera, labor cultural que se vio cercenada por el estallido de la guerra civil.

Antes de reproducir la aleluya incluyo un pliego editado en Valencia por la imprenta de Martín Peris en 1817, cuyo autor es un desconocido J.C.T. donde el protagonista desarrolla con cierta gracia las miserias que comporta el oficio de cómico y lamentándose de haber abandonado su antiguo oficio de sillero en Madrid.































De la imprenta madrileña de la calle Colegiata, 6, este pliego de aleluyas (s.a) donde se nos narra la azarosa y rocambolesca vida de este cómico de 'teatral anhelo' donde tiene que sortear las numerosas imprecaciones de un público que le lanza tomates, botellas y sillas, acabando de apuntador y con un desgraciado final.

Divido la aleluya en cuatro secciones y la reproduzco entera el final.








Antonio Lorenzo

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Pliegos de aleluyas: Escenas grotescas contemporáneas


Editadas en Madrid por Hernando y anteriormente por los editores José María Marés y Manuel Minuesa, estas escenas de carácter burlesco que conectan con las ilustraciones de la prensa y de las revistas satíricas de la época.

Divido la aleluya en cuatro secciones para que pueda apreciarse mejor y la reproduzco completa a continuación.








Antonio Lorenzo

sábado, 6 de septiembre de 2014

Pliegos de aleluyas: Vida del enano de la venta


De la imprenta madrileña de la calle Colegiata, 6, especializada en la venta 'al por mayor' de aleluyas y romances, traigo en esta ocasión la vida del enano de la venta, donde ya se nos anticipa burlonamente en la primera viñeta: 'lo hallaron recién nacido en un melonar metido', lo que ya nos predispone a seguir las peripecias a las que se verá sometido.

Lo divido en cuatro secciones para que pueda apreciarse mejor y lo reproduzco entero al final.








Antonio Lorenzo

jueves, 4 de septiembre de 2014

Pliegos de aleluyas: Corrida bufa de toros


De la imprenta madrileña de los Sucesores de Hernando, en la calle Arenal 11, este pliego de aleluyas de 30 viñetas con cuartetas al pie que se aparta del modelo 'canónico' de 48 viñetas y dísticos pareados.

Lo divido en secciones y lo reproduzco completo a continuación.






Antonio Lorenzo