domingo, 3 de noviembre de 2024

Estereotipos de los habitantes por provincias junto a las peculiaridades de las mujeres

 

Un ejemplo de pliego de cordel donde se expresan imágenes culturales o estereotipos de las subjetivas características de los habitantes de las distintas provincias españolas, seguidos de un segundo con las sugeridas singularidades de las cuatro clases de mujeres madrileñas, y de un tercero con las aparentes peculiaridades representativas de las mujeres españolas por provincias.

Estos tres ejemplos se añaden a los que dediqué, hace hoy justamente seis años, con la etiqueta «Sobre el carácter de los naturales de algunas provincias de España», de los que adjunto el enlace:


En estos tres pliegos reproducidos se entremezcla el sentido irónico y burlesco con expresiones ciertamente misóginas, propio de la formación generalizada de estereotipos a través de la literatura popular impresa. Desde un punto de vista antropológico y sociológico ofrecen un claro interés que merecerían un análisis pormenorizado de cada uno de ellos como ejemplos populares y representativos de amplios colectivos sociales de la segunda mitad del siglo XIX.

En relación al controvertido papel de la mujer y de los habitantes de las diferentes regiones españolas, propios de una sociedad patriarcal, sería conveniente el dedicar un mayor espacio a otras muestras populares como los refranes y frases hechas para documentar y enmarcar más ampliamente estos tópicos y clichés tan extendidos en la evolución del imaginario social.





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©Antonio Lorenzo

sábado, 26 de octubre de 2024

El submarino Peral, lo que pudo ser y no fue

Litografía de José María Mateu de 1889 (BNE)
El marino y científico militar Isaac Peral (1851-1895) fue el inventor, a finales del siglo XIX, del primer submarino con propulsión eléctrica y con la capacidad de lanzar torpedos sin tener que emerger a la superficie, lo que posiblemente hubiera evitado la pérdida del imperio colonial español de ultramar y el desastre de 1898. A pesar del éxito de las pruebas llevadas a cabo las autoridades desecharon el extraordinario invento promoviendo toda una etapa de desprestigio contra el inventor. Las controversias, espionajes y desacuerdos sobre este importante invento acabaron desechando su puesta en práctica.

La construcción de este primer submarino eléctrico comenzó en el Arsenal de la Carraca en Cádiz bajo un estricto secretismo inicial. Tras diversas y exitosas pruebas se realizó su botadura en la bahía de Cádiz en septiembre de 1888.

Tras unas campañas de desprestigio, espionajes de otras potencias extranjeras y desavenencias políticas, el ilustre inventor del novedoso submarino eléctrico no vio correspondido su extraordinario invento por los oscuros intereses que dirigían la política española. Un controvertido error de Peral fue el aceptar por parte del pueblo el presentarse en una parcial candidatura a diputado a Cortes por el Puerto de Santa María frente a otro candidato, hijo del entonces ministro de Marina, José María Beránger, quien no le perdonó que alcanzase un mejor resultado que su hijo. En su etapa como ministro en el gobierno de Cánovas se dedicó a perjudicar el proyecto del submarino de Peral oponiéndose a su desarrollo como arma submarina.

Un grave defecto fue el no guardar con cuidado el secreto de la invención, ya que se llegaron a publicar los planos y secretos técnicos antes de su construcción definitiva, lo que fue aprovechado por potencias extranjeras a consecuencia del desinterés en las pruebas públicas en la bahía de Cádiz y la no presencia de autoridades militares, aunque observadas por cientos de periodistas internacionales en las distintas pruebas efectuadas por el submarino.

Un interesante y oscuro personaje en todo este proceso fue la intervención del inglés Basil Zaharoff, intermediario en la venta de armas y falsos submarinos a países como Grecia, Turquía y Rusia. Especialista en sobornos y fichado por el Servicio de Inteligencia Británico se mostró muy interesado en la innovación que suponía el submarino de Peral de cara a sus intereses y beneficios.

El invento del submarino, de tan exigua trayectoria, fue superado técnicamente, aunque diez años más tarde, por la armada de los Estados Unidos, por lo que dicho invento primordial no fue reconocido hasta ya fallecido su propulsor y reconociendo su valiosa aportación que no se utilizó en su tiempo como hubiese debido. Su desmantelamiento fue clave para la pérdida de las posesiones españolas de ultramar, como las de Cuba y Filipinas, lo que hubiera cambiado el curso de las batallas navales. George Dewey, almirante de la fuerza naval estadounidense, al rememorar su victoria sobre la escuadra naval española en Santiago de Cuba, cita en sus memorias: «Si España hubiese tenido allí un solo submarino torpedero como el inventado por el señor Peral, reconozco que yo no habría podido mantener el bloqueo de Santiago ni 24 horas».

Tras los reconocidos éxitos de las pruebas que pasó el submarino, en 1891 fue desmontado por partes salvándose solo el casco que permaneció durante cuarenta años en el Arsenal de La Carraca hasta que fue remolcado a Cartagena, ciudad donde nació el ilustre Isaac Peral. La supremacía naval que hubiera supuesto la participación de tan importante e innovador invento frente a los modernos navíos de guerra norteamericanos no se alcanzó al quedar desarticulado como arma de guerra.

No deja de resultar llamativo el que, en el pasado año 2023, el actual alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, junto a la alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, presentaran del 17 al 23 de marzo una réplica a escala real del submarino de Peral en el Paseo del Prado frente al Museo Naval a modo de escaparate para la conmemoración del Día Mundial del Submarino, aunque sin referenciar ni tener en cuenta todo lo acaecido en su oscura trayectoria, ya que nunca participó en una guerra. Su objetivo era el reivindicar el papel primordial de la defensa marítima que tiene Cartagena y ensalzar la labor de la Armada española en los mares: «de la que tan orgullosos nos debemos sentir y que tanta gloria ha aportado a la historia de España». 

El pueblo ensalzó la figura de Peral como un héroe, obviando por desconocimiento la injusticia histórica cometida por los gobernantes, dando lugar a la composición de distintas piezas musicales propias de la época, como polkas, valses, tangos, habaneras, pasodobles, pasacalles o mazurcas y hasta obras de teatro, como las estrenadas en Sevilla y Málaga en abril de 1889.


           

Los pliegos

En este primer pliego se recoge de forma socarrona y burlesca, no exenta de misoginia, el inverosímil deseo de Peral de dotar como tripulación de su submarino a modistas, cigarreras y verduleras de quince a veinte años, lo que seguramente impediría la acción de guerra de un barco extranjero al distraerse con su presencia.

Su autor, Francisco Jiménez, natural de Almería, aparece también en otros pliegos de parecida factura como "Coplas nuevas y divertidas para cantar los amantes a sus damas y ellas sepan corresponder a sus amantes".





Los siguientes pliegos, aunque alabando superficialmente la importancia del descubrimiento de Peral, les sirve de motivo para incluir como acompañantes de los marineros a mozas de oficios diversos que demostrarán sus habilidades, todo ello envuelto en un sentido misógino, aunque edulcorado con sus referencias a su atracción y osadía. Aparte de esta claros prejuicios y estereotipos sobre la figura de la mujer y sus precarios oficios lo que se saca en conclusión es la estrechez de la vida de los marineros respecto a sus precarias condiciones de trabajo.

En el segundo pliego reproducido se integran muchos de los versos del primero, pero en la segunda parte del "Bonito tango del submarino Peral" se ensalza la vida de su inventor y la importancia de su descubrimiento alabando la protección del señor Casado. Este señor Casado se refiere al Carlos Casado del Alisal, procedente de la Pampa Argentina y que ofreció de forma altruista a Peral 200.000 libras esterlinas para sufragar su proyecto y que el ilustre marino depositó en el Banco de España notificándolo a sus superiores. Tras las pruebas exitosas realizadas a principios de 1890, a lo largo del transcurso del año el Consejo de Marina anunciaba que el prototipo de Peral no dejaba de ser "una curiosidad técnica sin mayor trascendencia", lo que hizo que se abandonara el proyecto y que Peral devolviese la donación aportada. Tras todo ello, no dudó en solicitar su apartamiento y la licencia absoluta de la Armada.










Para saber más



©Antonio Lorenzo

jueves, 17 de octubre de 2024

¡Oh, cuánto puede el dinero!

Quentin Massys - El cambista y su mujer (1514) (Museo del Louvre)

Hay expresiones y frases proverbiales que se han mantenido a lo largo de los siglos sin perder actualidad alguna, como es el caso del valor concedido al dinero como conseguidor de prebendas. Por contextualizar el contenido de los pliegos reproducidos creo necesario aludir a referentes literarios indiscutibles. Tal vez el más importante o conocido sean las estrofas incluidas por Juan Ruiz, arcipreste de Hita, en su Libro de Buen Amor, obra de carácter fragmentario y discontinuo, pero que constituye un importante y valioso ejemplo de la literatura medieval del siglo XIV. En la miscelánea trama de sus escritos aparecen aventuras amorosas y alegóricas junto a principios morales y disquisiciones didácticas muy unidas a las manifestaciones de la cultura popular, como las referidas al valor y a las propiedades del dinero tan conocidas y de innegable actualidad.

El acceso a los textos del Libro de Buen amor en un castellano actualizado fue una importante contribución que debemos a María Brey Mariño, quien lo publicó en Valencia en 1954 en la editorial Castalia. Se trata de una adaptación moderna de importante valor docente y facilitador generalista para su lectura al margen de los estudios de filólogos o eruditos que se decantan por el antiguo texto. María Brey, fue la esposa del gran erudito y bibliógrafo Antonio Rodríguez-Moñino con quien se unió en 1939. Tras la muerte del gran maestro en 1970 y junto a la que fue su esposa María Brey fueron los salvadores de un importante patrimonio bibliográfico cultural al legar gran parte de su biblioteca privada y por disposición testamentaria a la Real Academia Española, donde se conservan también valiosos manuscritos, cancioneros, romanceros y pliegos sueltos de cordel como fruto de sus investigaciones.

Del libro modernizado al español de hoy y adaptado por María Brey copio, aunque de una forma entremezclada, lo referente al poder del dinero escrito por el arcipreste y que guarda relación temática con el contenido de los pliegos reproducidos.

Hace mucho el dinero, mucho se le ha de amar;
al torpe hace discreto, hombre de respetar,
hace correr al cojo, al mudo le hace hablar;
el que no tiene manos bien lo quiere tomar.
 
Aun el hombre necio y rudo labrador
dineros le convierten en hidalgo doctor;
cuanto más rico es uno, más grande es su valor,
quien no tiene dineros no es de sí señor.
 
Si tuvieres dinero tendrás consolación,
placeres y alegrías y del Papa ración,
comprarás el Paraíso, ganarás salvación:
donde hay mucho dinero hay mucha bendición.
 
Yo vi en corte de Roma, do está la Santidad,
que todos al dinero tratan con humildad,
con grandes reverencias, con gran solemnidad;
todos a él se humillan como a la Majestad.
 
Creaba los priores, los obispos, abades,
arzobispos, doctores, patriarcas, potestades;
a los clérigos necios dábales dignidades,
de verdad hace mentiras; de mentiras, verdades.
 
Hacía muchos clérigos y muchos ordenados,
muchos monjes y monjas, religiosos sagrados,
el dinero les daba por bien examinados:
a los pobres decían que no eran ilustrados.
 
Ganaba los juicios, daba mala sentencia,
es del mal abogado segura mantenencia,
con tener malos pleitos y hacer mala avenencia:
al fin, con los dineros se borra penitencia.
 
El dinero quebranta las prisiones dañosas,
rompe cepos y grillos, cadenas peligrosas;
al que no da dinero le ponen las esposas.
¡Hace por todo el mundo cosas maravillosas!
 
He visto maravillas donde mucho se usaba:
al condenado a muerte la vida le otorgaba,
a otros inocentes, muy luego los mataba;
muchas almas perdía, muchas almas salvaba
 
El hace caballeros de necios aldeanos,
condes y ricoshombres de unos cuantos villanos,
con el dinero andan los hombres muy lozanos,
cuantos hay en el mundo le besan hoy las manos.

Yo he visto a muchos monjes en sus predicaciones
denostar al dinero y a las sus tentaciones,
pero, al fin, por dinero otorgan los perdones,
absuelven los ayunos y ofrecen oraciones.
 
Aunque siempre lo insultan los monjes por las plazas,
guárdanlo en el convento, en vasijas y en tazas,
tapan con el dinero agujeros, hilazas;
más escondrijos tienen que tordos y picazas.
 
Dicen frailes y clérigos que aman a Dios servir,
mas si huelen que el rico está para morir
y oyen que su dinero empieza a retiñir,
por quién ha de cogerlo empiezan a reñir.

Toda mujer del mundo, aunque dama de alteza,
págase del dinero y de mucha riqueza,
nunca he visto una hermosa que quisiera pobreza:
donde hay mucho dinero allí está la nobleza.
 
El dinero es alcalde y juez muy alabado,
es muy buen consejero y sutil abogado,
alguacil y merino, enérgico, esforzado;
de todos los oficios es gran apoderado.
 
En resumen lo digo, entiéndelo mejor:
el dinero es del mundo el gran agitador,
hace señor al siervo y siervo hace al señor;
toda cosa del siglo se hace por su amor.
 
Deshace fuerte muro y derriba gran torre,
los cuidados y apuros el dinero socorre,
hace que del esclavo la esclavitud se borre;
de aquel que nada tiene, el caballo no corre.

El tema del dinero fue retomado ampliamente por los poetas barrocos al considerarlo como el mayor causante de los males sociales. El más conocido es la referencia al mismo que hizo Quevedo en su sarcástico Poderoso caballero es don Dinero, y que muchos de nosotros descubrimos gracias a la labor del gran cantautor Paco Ibáñez a través de sus adaptadas interpretaciones musicales y vocales, y al que debemos también el descubrimiento de otros poetas con los que no estábamos familiarizados.

La condena al poder del dinero fue un tema frecuente y lugar común de la literatura europea de la Edad Media y en los escritos de los poetas barrocos, pues aparte de Quevedo, Luis de Góngora trató también en varias de sus composiciones el tema del dinero, al igual que Lope de Vega haciendo hincapié al afán desmedido hacia el dinero recogido de forma dispersa en algunas de sus conocidas obras teatrales. 

La literatura popular impresa, tanto en láminas para enganchar a una varilla a modo de un mango como abanico o "ventall", así como en pliegos sueltos, se otorga un alto valor al dinero como medio para prosperar.



En el pliego, las referencias del autor hacia el dinero se centran en oficios populares propios de una sociedad de clase baja en contraposición a los clérigos, monjes, obispos, doctores o alcaldes de los que menciona el arcipreste. Entre los oficios que se señalan para ganar más dinero por las triquiñuelas que ejercitan se encuentran los sastres, los zapateros, los herradores, los especieros, los sombrereros, los panaderos, los carniceros..., donde al final del pliego el ciego solicita y anima a sus oidores o lectores a comprar sus "papelitos" por un real.

Tras el pliego representativo y procedente del taller valenciano de Ildefonso Mompié, del año 1822, en pleno desarrollo del conocido como Trienio Liberal, añado un par de referencias procedentes del taller de José María Moreno en Carmona (Sevilla), del año 1856, y del taller de la Viuda de Caro, de Sevilla capital, sin año.





Taller de José María Moreno en Carmona (Sevilla, 1856)

Taller de la Viuda de Caro (Sevilla), sin año

©Antonio Lorenzo

martes, 8 de octubre de 2024

Castigo por disparar a una imagen de Cristo

 

¿Dios puede ser castigador y vengativo? Dicha pregunta, que implica diferentes matices, ha suscitado diversas reflexiones desde tiempos remotos. Ello guarda relación con el contenido narrado en estos dos pliegos donde Dios ejerce de castigador por agraviar su imagen. En el primer pliego, ambientado en una localidad francesa, se nos dice que un cazador regresando de la caza disparó a una imagen del Cristo crucificado dando con su bala en un costado, y tras disparar se le produjo un dolor intenso que le impidió andar y lamentándose también por haber perdido el habla y lanzando "aullidos espantosos". No halló tampoco el auxilio de los vecinos quienes consideraban que el castigo de Dios se manifestaba de una forma bien clara y bendiciendo la justicia de su poderosa mano. Pero gracias a la intercesión y a las palabras del cura acabó arrepintiéndose de su acto al poder elegir entre su salvación o el infierno, eligiendo lógicamente lo primero donde se proclama un dios justiciero al que todo creyente debe someterse para evitar su escarmiento.

En el segundo pliego, acaecido en un supuesto pueblo de la provincia de Barcelona, uno de los dos monteros que cabalgaban cargados con escopetas se encontraron con la imagen de una Santa Cruz. Uno de ellos se quita el sombrero y se dispone a rezar una oración al Jesús sacramentado. Su acompañante, en cambio, enfila y carga su escopeta disparando siete pedigones a la imagen de la Cruz. Tras ello, por inminente castigo de Dios, se abrió la tierra quedando su cuerpo medio sepultado y cercado por las llamas. Finalmente fue tragado por la tierra en medio de un olor a azufre y en presencia del cura y los vecinos, aunque sin llegar a recibir el perdón como sucede en el primer pliego.

En estos dos pliegos donde se dispara a una imagen religiosa nos recuerda al más reciente episodio del fusilamiento por parte de los milicianos a la efigie del Sagrado Corazón de Jesús en el Cerro de los Ángeles en Getafe (Madrid) en los inicios de la guerra civil española.


El castigo de Dios o de la Virgen, en el selvático mundo de los pliegos de cordel, adquiere un gran protagonismo como consecuencia de determinados comportamientos o acciones, pero en este caso me detengo en estos dos ejemplos donde se castiga el agravio sufrido a una imagen simbólica de Dios sin atender a contextualizar dicho agravio por parte de su ejecutor.

La polémica de un Dios justiciero y misericordioso a la vez, como tema complejo y considerado contrapuesto, ha provocado diversas interpretaciones que tratan de conjugar estos dos aspectos al presentarse en los libros del Antiguo Testamento un Dios cruel que castiga la rebeldía al vincular la culpa con el miedo y con el castigo directo. Si escogemos muchos textos del Antiguo Testamento vemos como el Dios castigador se manifiesta en episodios como los narrados en el Génesis con la caída de Adán y Eva, extensivo a toda la humanidad al pecar Adán a sabiendas; en el Diluvio Universal como castigo divino por la mala conducta del ser humano destruyendo a toda criatura que no se hubiera incorporado al arca de Noe; la destrucción de Sodoma y Gomorra; el derrocamiento de Jericó; el envío de plagas desastrosas al pueblo egipcio por la esclavitud que infringían a los israelitas, etc.

La imagen de Dios que se nos presenta en el Antiguo y en el Nuevo Testamento resulta contradictoria si solo nos atenemos a la literalidad de los escritos al margen de su controvertida explicación. En el Nuevo Testamento se nos presenta un cambio evidente sobre las características de Dios en el sentido de mostrarle misericordioso, si es que pedimos perdón y nos arrepentimos por nuestros pecados y malas acciones. En la búsqueda de un posible equilibrio la fe cristiana ha tratado de coordinar la justicia con la misericordia y el perdón en sus interpretaciones de las Sagradas Escrituras. Numerosos pensadores, a través de una enorme cantidad de escritos y debates, procuran definir, estudiar y conjugar la dicotomía entre la fe y la razón. No obstante, toda fe se basa en la creencia y en la convicción de una verdad que no requiere ninguna evidencia. Esta dicotomía respecto a la razón no quiere decir que sean excluyentes en todo caso y que no puedan ser compatibles según a lo que se refieran.

Los exégetas católicos, tratando de neutralizar o disolver la imagen despótica del Dios del Antiguo Testamento, introdujeron progresivamente la imagen de un Dios misericordioso y justo que acabó muriendo en la cruz para salvar al hombre de sus pecados y convertido en un Dios amoroso. De esta forma se trata de preservar la integridad de las Escrituras con interpretaciones alegóricas y con sentidos figurados para dulcificar de alguna forma lo expresado literalmente en el Antiguo Testamento al considerar que la fe se encuentra siempre por encima de la razón, lo que abre interrogantes no dilucidados.

El Dios del Antiguo Testamento resulta distinto al Dios en el que creen la mayoría de los cristianos practicantes. Al margen de la posición que adoptemos es cierto que admite muchas interpretaciones según el valor que le demos a quienes sostienen que la misericordia y la justicia no son incompatibles, sino que incluso se requieren mutuamente. La trasmisión oral de las Escrituras, antes de fijarse por escrito, así como las revisiones de las copias antiguas llevadas a cabo sobre la Biblia a lo largo de los años, han dado pie, según sostienen los eruditos bíblicos e investigadores cristianos, a una gran variedad de modificaciones y correcciones de palabras, de interpolaciones y declaraciones contradictorias que no han logrado despejar de una forma definitiva las incertidumbres que siguen despertando. Las muchas controversias en el intento de lograr una reconciliación entre la fe y la razón por parte de la iglesia no se han agotado y permanecen activas entre los filósofos y teólogos y entre todo aquel que medite o busque respuestas personales sobre ello.

En su conjunto los textos de la biblia están cuajados de alegorías difíciles de entender desde un razonamiento crítico, lo que viene a ser una excusa barata de los exégetas cristianos para justificar las incongruencias y los sinsentidos tratando de conciliar la imagen de un Dios vengativo y castigador con el Dios amoroso del Nuevo Testamento.

Los pliegos que reproduzco solo son un par de ejemplos de otros muchos donde Dios infringe castigos no asociados en su mayoría al arrepentimiento por los pecados cometidos.

En la cabecera de este primer pliego se señala la noticia aparecida en La Gaceta de Madrid del 21 de abril del año 1832. Tratando de validar dicha información no la he encontrado en la publicación que se señala, sino en El Correo: periódico literario y mercantil del lunes 23 de abril de 1832 y que reproduzco.











©Antonio Lorenzo