
En los dos pliegos reproducidos, tanto una viuda como un viudo celebran y se alegran por el fallecimiento de su cónyuge.
En el caso de la viuda, tras la muerte de su marido, se fue a cenar con su nuevo esposo y aprovechó el dinero recibido para auto regalarse una nueva indumentaria contraria al convencional luto.
El viudo, por su parte, celebra el fallecimiento de su mujer junto a dos músicos que pasaban por su puerta y tras un lindo baile acudieron juntos a una taberna. Tampoco quiso pagar las misas que se dijeron por ella y se mostró deseoso de que Dios la mantuviera con penas en el infierno.
En este primer pliego no aparece el taller de donde procede ni el año. En el segundo, impreso en Barcelona por los Herederos de Juan Jolis, tras las coplas graciosas se añade la composición Las virtudes de la noche, que conecta temáticamente con los debates o controversias propias de otros pliegos sueltos y a los que he dedicado cierta atención en entradas anteriores.
🔅🔅🔅🔅🔅

©Antonio Lorenzo
No hay comentarios:
Publicar un comentario