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jueves, 16 de enero de 2025

Semanario "La Correspondencia del Diablo" [y III]

 

Antes de finalizar con la reproducción de las ilustraciones que aparecieron en el semanario La Correspondencia del Diablo, cuyo último número fue el 23 de marzo de 1873, creo de interés el localizar a los personajes que figuran en la ilustración que encabeza esta entrada y que fue publicada por la revista La Flaca (conocida por entonces como La Madeja, seguramente para evitar la censura) el 14 de marzo de 1875).

El autor de la original ilustración de la cabecera fue el célebre caricaturista Tomás Padró (1840-1877), quien trabajó repetidamente para La Flaca, donde nos ofrece un resumen desde la revolución de 1868, pasando por el gobierno provisional, el corto reinado de Amadeo I y la proclamación de la I República, hasta concluir con el pronunciamiento del general Martínez Campos, en diciembre de 1874, que propició la vuelta de los borbones con la figura de Alfonso XII.

La identificación de los personajes está entresacada del blog dedicado a la historia de España del profesor Baldomero Rodríguez.

Para completar las ilustraciones caricaturescas de La Correspondencia del diablo, iniciadas en las dos entradas anteriores, reproduzco las restantes hasta el último número del semanario en 1873.

Como ejemplos de humor gráfico, estas ilustraciones son portadoras por sí mismas de referencias culturales que contribuyen a comprender y a contextualizar mediante un lenguaje visual la realidad histórica de aquella España del siglo XIX.

N.º 17 (22 de diciembre de 1872)

Año 2, N.º 1 (2 de febrero de 1873)

Año 2, N.º 2 (9 de febrero de 1873)

Año 2, N.º 3 (16 de febrero de 1873)

Año 2, N.º 4 (2 de marzo de 1873)

Año 2, N.º 5 (9 de marzo de 1873)

Año 2, N.º 6 (23 de marzo de 1873)

©Antonio Lorenzo

lunes, 13 de enero de 2025

Semanario "La Correspondencia del Diablo" [II]

Revista La Flaca (28 de marzo de 1873)

Continúo con las siguientes ilustraciones aparecidas en el Semanario La Correspondencia del Diablo, con clara intencionalidad satírica, poco antes de proclamarse la Primera República española el 11 de febrero de 1873.

N.º11 (10 de noviembre de 1872)

  
N.º 12 (17 de noviembre de 1872)

N.º 13 (24 de noviembre de 1872)

N.º 14 (31 de noviembre de 1872)

N.º 15 (8 de diciembre de 1872)

N.º 16 (15 de diciembre de 1872)
©Antonio Lorenzo


viernes, 10 de enero de 2025

Semanario "La Correspondencia del Diablo" [I]

Imagen de la primera portada del Semanario

La Correspondencia del Diablo. Semanario Universal de Noticiones. Eco imparcial de cuanto bueno y malo chorrea la opinión y destila la prensa, fue una publicación periódica de carácter satírico que se comenzó a publicar en Barcelona el 5 de abril de 1872 hasta llegar a su último número el día 23 de marzo de 1873.

Esta publicación de periodicidad semanal tuvo que afrontar muchos problemas para conseguir una cierta regularidad editorial debido a su tendencia claramente liberal y favorable a la República Federal. Se comenzó a publicar en pleno reinado de Amadeo de Saboya y poco antes de proclamarse la Primera República. Se publicaba los miércoles, pero fue suspendida del 18 de abril al 16 de septiembre de 1872 y del 29 de diciembre al 1 de febrero de 1873. Esta última prohibición se produjo unos pocos días antes de la abdicación de Amadeo I el día 10 de febrero.

En cuanto se conoció la noticia de la abdicación de Amadeo I los federales pidieron la proclamación de la República y al día siguiente, el 11 de febrero de 1873, el Congreso y el Senado, reunidos en la Asamblea Nacional, proclamaron la República por 258 votos contra 32, aunque su pronta disolución se produjo el 29 de diciembre de 1874, cuando a raíz del levantamiento del general Martínez Campos se provocó la restauración monárquica de los Borbones con Alfonso II.

En menos de un año se sucedieron cuatro presidentes, prueba evidente de la inestabilidad de la Primera República donde ni tan siquiera se pudo promulgar un proyecto de Constitución Federal por las desavenencias entre los partidos.

El reinado de Amadeo I fue un fallido intento de crear una monarquía parlamentaria democrática. En tan escaso periodo monárquico fue altamente frecuente la lucha entre los distintos grupos políticos que no reconocían la legitimidad de esta nueva monarquía, ya fueran los partidarios de la República, los favorables a una monarquía Carlista, que reivindicaban la figura de Carlos VII, nieto del hermano de Fernando VII, Carlos María Isidro, o los partidarios de una restauración monárquica con el hijo de Isabel II, Alfonso XII.

En el número inicial, publicado en vísperas de las elecciones, se anticipaba su clara finalidad política: "Poner en verso y mucha prosa, es decir, dejar la paja a los progresistas y comparsa y el grano para vosotros". Se resaltaba, a su vez, la importancia de las imágenes que acompañarán la publicación.

Heredera de la más conocida y célebre revista La Flaca (llamada así por contraposición a La Gorda, antiliberal carlista), fue una revista satírica, también de carácter republicano y federal, editada pocos años antes en Barcelona desde marzo de 1869, y que se prolongó cambiando de título (La Carcajada, La Madeja política, La Risotada, El lío o La Madeja), hasta 1876. Dicha publicación vino a ser todo un referente por la excelente calidad de sus ilustraciones en cuatricromía, como técnica de impresión donde se combinan cuatro colores.

La Correspondencia del Diablo, menos conocida que la anterior, fue una publicación igualmente partidaria de una República Federal con la subyacente idea de la descentralización política y división del poder para alcanzar pactos entre el gobierno central con los ayuntamientos o gobiernos regionales. Esta idea republicana generalista dio lugar a diferentes tendencias no bien explicitadas. A todo ello se unió la idea sostenida por Pi y Margall para elaborar previamente una Constitución federal guiada por la moderación y la prudencia para frenar las insurrecciones cantonales, el inicio de la Tercera Guerra Carlista y sofocar la Guerra de Cuba, conocida como la de los "diez años". La Constitución no se llegó a promulgar por existir diversas posturas entre los propios republicanos: la idea de elaborar una Constitución "de arriba abajo" y proceder luego a integrar y a reconciliar a los estados federados o los cantones, frente a la postura de "abajo arriba" de los cantonalistas insurrectos con el fin de lograr subdivisiones administrativas propias. En todo este confuso trajín parlamentario tuvo lugar el golpe de Estado de Pavía el 3 de enero de 1874 que acabó con la República de 1873.

La convergencia entre un estado federal y un estado unitario y centralista supone diferentes posturas sobre la descentralización y el concepto de autonomía para lograr un pacto igualitario y compatible. En su conjunto, el republicanismo español del siglo XIX no presenta una homogeneidad ni ideológica ni de acción debido a sus importantes discrepancias. 

A pesar de los excelentes trabajos de algunos investigadores, el estudio de la prensa republicana decimonónica aún se encuentra un tanto descuidado por la historiografía. Al margen de tratar de contextualizar las ilustraciones, lo que supondría todo un detenido estudio de cada una de ellas, la intención de esta y sucesivas entradas es la de resaltar la importancia de la ilustración satírica como una forma de propaganda y de crítica social y política. La reproducción de estas espléndidas caricaturas, al margen de su clara intención política, son también una forma popular de entretenimiento de cara a una población con un alto grado aún de analfabetismo. Ello guarda semejanza con las abundantes ilustraciones aparecidas en otros muchos y diferentes almanaques, aunque es cierto que no son tan incisivas y van más orientadas a la crítica social. Estas ilustraciones constituyen unos ejemplos más de la literatura popular impresa a las que dediqué algunas entradas anteriores.

Las ilustraciones caricaturescas de los tres primeros números de la revista fueron en blanco y negro, continuando a color a partir de los siguientes números. Desde un punto de vista multidisciplinar la contextualización de las ilustraciones y de sus personajes parece más propia de los historiadores que de quienes pretendemos divulgarlas.

N.º 1 (5 de abril de 1872)

N.º 2 (10 de abril de 1872)

N.º 3 (17 de abril de 1872)

A partir del número 4 comenzaron a aparecer las ilustraciones con la técnica de impresión de la llamada cuatrocromía.

N.º 4 (18 de septiembre de 1872)

N.º 5 (26 de septiembre de 1872)

N.º 6 (6 de octubre de 1872)

N.º 7 (13 de octubre de 1872)

N.º 8 (20 de octubre de 1872)

N.º 9 (27 de octubre de 1872)

N.º 10 (3 de noviembre de 1872)
©Antonio Lorenzo

miércoles, 1 de enero de 2025

El piscator de las damas o las comedias de Carabanchel


Todo comienzo de un nuevo año nos retrotrae en la memoria a un trayecto emocional sobre lo sucedido y a las expectativas de lo que pueda acontecer. Ello guarda cierta relación con el enorme y diverso campo de los almanaques y las predicciones sobre todo el año que comienza. La diversidad y variedad del contenido de los mismos invitan y sugieren el adentrarnos en ellos de un modo generalista, y al margen de toda pretensión académica, con el fin de detenernos en algunas de sus características, ilustraciones o contenidos entresacados de unos y de otros y sin el afán de contribuir a mejorar el amplio conocimiento de los mismos al contar con excelentes estudios.

En esta ocasión me detendré en una de las publicaciones con el nombre de Piscatores que se publicaron durante el siglo XVIII en relación con los almanaques y que contienen toda una miscelánea de contenidos diversificados con una clara finalidad comercial. El piscator y los piscatores hacen referencia sobre aquellas personas que se atribuyen la posesión de facultades para pronosticar los acontecimientos a suceder. El conocido autor pionero del género no es otro que el salmantino Diego Torres Villarroel en su intento de acercarse a todo tipo de público donde ofrecía una amplia gama de noticias de carácter práctico junto a consejos y predicciones de tipo meteorológico o astrológico dentro de un ámbito claramente popular. Torres Villarroel fue el introductor de estas predicciones al ámbito propiamente literario y con vertientes creativas. Ello supuso un nuevo modelo evolutivo de las predicciones meteorológicas y astrológicas, propias de pasados siglos, a partir de su primera publicación del calendario para el año 1719 que obtuvo una calurosa acogida desde el principio.

Diego de Torres Villarroel (1694-1770), conocido como El gran piscator de Salamanca fue, entre otras muchas otras actividades, poeta, dramaturgo, matemático, médico, sacerdote y catedrático de la universidad salmantina. Muy famoso por sus pronósticos y enigmas que causaron gran expectación y estima en toda clase de gentes.

La publicación de estos piscatores para las damas, como otro modelo de la literatura popular impresa al igual que los pliegos de cordel, pueden considerarse como el primer almanaque concebido primordialmente para las señoras y como precedentes de la posterior evolución de los almanaques, tan prolíficos durante el siglo XIX y de naturaleza híbrida, popular y divulgativa. La incorporación al alza de textos literarios en este tipo de publicaciones generalistas abrió un nuevo camino en su desarrollo a la par que se acentuó la progresiva decadencia y el desprestigio de las predicciones astrológicas. La incorporación de variados contenidos era una forma de superar la validez anual de los mismos para dotarles de una mayor trayectoria.

Pero en lo que centraremos la atención en esta entrada es por la mención a Carabanchel en El piscator de las Damas o las Comedias de Carabanchel, de Joseph Julián de Castro, seguidor de los pasos de Diego Torres de Villarroel, personaje del que por cierto existe una muy reciente calle con su nombre en Carabanchel Alto y que por su ubicación cercana a mi lugar de nacimiento y donde resido desde siempre es lo que en parte me ha motivado y sugerido este acercamiento.


José Julián López de Castro (1723-1762) formó parte de una familia de actores y regente de dos imprentas madrileñas en la calle Jesús y María y en la del Correo, llegó a tener un puesto de venta de libros en la misma Puerta del Sol. Aparte de dramaturgo popular como ocurre en el caso de la pieza incluida en este almanaque, fue reconocido literariamente por haber escrito una comedia en verso titulada Más vale tarde que nunca, once sainetes y diez entremeses conservados.

Las predicciones para el próximo año se refieren al 1754 y como previamente se anuncia viene adornado de varias curiosidades, noticias, invenciones, enigmas o quisicosas, y del famoso Entremés nuevo de los indianos de Hilo negro para casas particulares, cuyo fin era el de entretener, divertir y alegrar al auditorio.

El impreso está dedicado con tratamiento protocolario a la Excelentísima señora doña María Luisa del Rosario Fernández de Córdova, de la Cerda, y Moncada, duquesa de Arcos, Maqueda... etc., etc. ¿Quién era esta señora? Pues la que estuvo casada con Francisco Ponce de León, duque de Arcos, de Maqueda y de Nájera, e hija de los XI duques de Medinaceli con la distinción de Grande de España, lo que era una forma de distinguir por cortesía a la esposa de un noble en este tipo de eventos.

A continuación se detalla la aprobación del opúsculo por el titular del fiscal de comedias a lo que se añade la autorización por el secretario del rey y por el corrector general de su majestad.

Tras estas aprobaciones el autor ensalza las magnificencias propias de Carabanchel, tanto por su saludable clima, delicadas aguas y fértiles cosechas que atrajeron a distinguidas familias de la Corte para establecer allí su domicilio veraniego. Estas fincas de recreo adquirieron una más amplia notoriedad durante el siglo XIX, de las que se conoce una cuidada documentación sobre las mismas.

Las quintas de temporada y de recreo fueron desde antiguo residencias estacionales propias y establecidas en los Carabancheles, Alto y Bajo, por familias burguesas y aristocráticas al encontrarse cercanas a la Corte madrileña y por gozar de un singular espacio acogedor desde el siglo XVIII y especialmente en el XIX.

 Se cita también a San Isidro y a Santa María de la Cabeza dando noticia, a su vez, del legendario y controvertido milagro del "prodigioso caso del lobo", que se sigue ensalzando y dando credibilidad en la actual ermita de Ntra. Sra. de la Antigua, que es el templo mudéjar más antiguo de toda la Comunidad de Madrid, construido en el siglo XIII, que se utiliza actualmente como capilla del cementerio parroquial de San Sebastián. También se alude en el folleto que se conserva como "preciosa inmemorial reliquia unos curiosos manteles que aseguran fueron propios de los dos bienaventurados consortes, y que se exponen en algunas festividades a la pública reverente veneración". En Carabanchel Bajo se exhibió el mantel que, según la tradición, obviamente como leyenda, utilizó Santa María de la Cabeza en la comida que dio a San Isidro cuando ingresó en la llamada Hermandad de Santiago quedando custodiado por el entonces regidor del pueblo Benigno Díez. Sobre este curioso mantel se publicó una noticia en el diario político y de noticias La correspondencia de España del día 15 de mayo de 1896.


Siguiendo con el piscator de las damas, tras el juicio del año para 1754 y sus pronósticos para cada una de las cuatro estaciones y para cada mes, se nos ofrece a continuación un historial de noticias excelentes sobre la invención, principio y origen de algunas cosas con clara intención satírica. Sigue más adelante con unos divertidos enigmas o quisicosas, como en este par de ejemplos:

¿Cuál es la casa formada
de vestidos animales,
donde tienen su aposento
cinco hermanos desiguales?
(el zapato)

En las manos de las damas
en verano estoy metido,
unas veces estirado
y otras veces encogido.
(el abanico)

Tras este sucinto repaso se adjunta en este piscator de las damas el entremés nuevo Los Indianos de hilo negro como anexo o complemento del Piscator de las damas, con la idea de representarse como comedia en Carabanchel ante un público dispuesto a entretenerse de una forma desenfadada. Teniendo en cuenta también el poco gasto que requeriría su puesta en escena junto con el número limitado de sus personajes.

Este tipo de teatro de carácter cómico y popular era normal y frecuente el que aparecieran como piezas teatrales en los almanaques durante el siglo XVII. Esta especie de injertos textuales podían tener una vida propia e independiente al margen de su inserción en estas publicaciones y cuyos autores, como se explicita en la portada del impreso del que damos noticia, tenía una vida dramática propia e independiente del resto de los añadidos.

Estas representaciones en casas particulares, como es el caso de las ofrecidas en Carabanchel, tenían por finalidad la de amenizar las veladas de las familias acomodadas que solían estar acompañadas de amistades invitadas. Estas representaciones fueron cada vez más prolíficas debido a la facilidad de usar pequeños espacios escénicos y un número reducido de personajes o actores que facilitaba una mayor comodidad de representación. Desde entonces ya resultaba más cómodo asistir como espectadores a una casa particular que a un corral de comedias (posteriores coliseos).

Los indianos de hilo negro, que es el entremés integrado en el piscator para ser leído o representado, expresión coloquial y desusada, referida a los disfraces que adoptan Bartolo, Martincho y el Gracioso como fingidos indianos con la intención de burlarse de don Judas Rompesquinas, que es el "vejete" y padre de Catanla, Pretorra y Pacorra, las amadas de los indianos. No es el caso de desarrollar el argumento del entremés, sino de resaltar estos curiosos personajes con una clara intencionalidad burlesca.

Este entremés publicado en el Piscator de las damas en 1753 se pudo adquirir suelto, muchos años más tarde, en la librería Quiroga de la calle de la Concepción Gerónima en el año 1793.

En el imaginario colectivo los indianos se asociaban a seres codiciosos que partían hacia las Indias en busca de fortuna. Indiano de hilo negro se define en el DRAE como hombre avaro, miserable y mezquino.

 Aunque no se cita en la obra, la práctica de llevar un hilo negro en el tobillo de la pierna izquierda se asociaba a la protección ante el mal de ojo o a la de cualquier otro incidente maléfico. El hilo negro servía a modo de amuleto defensivo y que te permitía el crecer económicamente. 

Este simple repaso sobre uno de estos piscatores para las damas, antecedentes literarios de los tan prolíficos y misceláneos almanaques posteriores, no es sino una sencilla muestra de todo lo conocido y estudiado posteriormente por insignes estudiosos.

La saga de calendarios y pronósticos para el nuevo año sigue estando vigente hoy en día, como es el caso, entre otros, de la publicación periódica anual del famoso Calendario Zaragozano, "que trae fríos, escarchas y nieves en invierno y calores en verano" formando parte de nuestra historia cultural.


©Antonio Lorenzo

viernes, 25 de marzo de 2022

De almanaques, calendarios y predicciones [XIV]


Este segundo Almanaque de la ilustración para el año 1875 es el continuador del editado bajo la misma etiqueta el año anterior y que bajo dicho rótulo tuvo una amplia trayectoria.

En el "juicio del año" escrito por el editor Carlos Frontaura se trasluce su ideología política decantándose por la restauración monárquica, algo que tomaría forma a finales de diciembre.


El balance que aparece en el almanaque sobre los principales acontecimientos del año 1874 estuvo a cargo del colaborador y escritor Manuel Ossorio y Bernard, donde comienza por justificar el golpe de estado llevado a cabo por el general Pavía el día 3 de enero, apenas comenzado el año en curso. El balance del año, según consta, fue escrito en septiembre, por lo que no pudo prever el pronunciamiento de Martínez Campos en Sagunto el 29 de diciembre que supuso la Restauración borbónica en España, el fin del Sexenio Democrático (1868-1874) y el de la Primera República Española (1873-1874).
«Meros narradores de sucesos públicos, y sin que entre en nuestro ánimo hacer apreciaciones políticas, debemos, no obstante, hacer constar que el hecho realizado por el capitán general y la guarnición de Madrid fue perfectamente acogido por la opinión pública, que, dividida en toda clase de cuestiones políticas, veía, no obstante, en aquel suceso la conservación de la unidad de la patria».
El golpe de estado lo propició el general Manuel Pavía ordenando el desalojo inmediato del Congreso y enviando a las Cortes unas compañías de infantería y de guardias civiles, aunque el general no estuvo físicamente presente, ni aparece en lo registrado ese día en el "Diario de Sesiones", y mucho menos entrando a caballo a lomos de un caballo blanco, lo que se asocia imaginariamente a la difundida imagen del legendario Santiago Matamoros en la también inexistente batalla de Clavijo de la Reconquista.

Independientemente de su controvertido origen, los llamados "soldaditos de Pavía" se asocian, sobre todo en Madrid, aunque conocidos también en algunos establecimientos andaluces, con una fritura de bacalao rebozado acompañado de pimiento rojo, tapa característica de Casa Labra, taberna centenaria madrileña en la calle Tetuán, 12, local protagonista también de la fundación por Pablo Iglesias el dos de mayo de 1879 del Partido Socialista Obrero Español, como recuerda una placa conmemorativa.


El recuento de los principales sucesos del año por Ossorio y Bernard, escritos como hemos señalado en el mes de septiembre, termina con la siguiente reflexión:
«Quiera Dios que en el año próximo pueda ser cronista de venturas y llene en EL ALMANAQUE DE LA ILUSTRACIÓN igual número de páginas que el consagrado a las desgracias de1874».
De las ilustraciones incluidas en el almanaque entresaco las siguientes:

Entrada de las tropas en el Congreso de los Diputados.


El sitio de Bilbao que refleja la ilustración se refiere al enfrentamiento entre los carlistas y los republicanos en el marco de la conocida Tercera Guerra Carlista. Durante dos meses la ciudad de Bilbao estuvo sitiada por las tropas del pretendiente carlista Carlos María de Borbón, algo que finalmente no pudieron lograr y tuvieron que retirarse.


La siguiente ilustración da cuenta de la grave inundación ocurrida en la ciudad de Burgos el 11 de junio de 1874 tras el desbordamiento del río Arlanzón, a consecuencia de una gran granizada e intensa lluvia ocasionando la inundación de numerosas viviendas.


Las siguientes ilustraciones ofrecen una visión costumbrista de la vida social en la isla de Cuba donde se diferencia la población negra de la blanca. Ello se enmarca dentro de los episodios de la Guerra de los Diez Años o Guerra Grande (1868-1878), la primera de las tres guerras cubanas de liberación contra las fuerzas coloniales españolas, lo que acabaría consumándose en 1898.




La ilustración siguiente da noticia del atentado sufrido por el entonces canciller alemán Otto von Bismarck el día 13 de julio de 1874 donde resultó levemente herido.

Al igual que sucede con el caballo de Pavía, se atribuye al famoso "canciller de hierro", que logró la reunificación alemana a finales del XIX, la apócrifa cita sobre España, cita que, de ser verdadera, haría las delicias a los exaltados nacionalistas españoles como "argumento de autoridad": 
«Estoy firmemente convencido de que España es el país más fuerte del mundo. Lleva siglos queriendo destruirse a sí misma y todavía no lo ha conseguido. El día que dejen de intentarlo, volverán a ser la vanguardia del mundo».
Se trata, obviamente, de una cita falsa, pues no se conoce ni la fuente ni fecha alguna de la misma. Resulta cuanto menos extraño que quien fuera el más importante nacionalista (prusiano) de su momento, ponga a España como prototipo del país más fuerte del mundo. 
 

La última ilustración da cuenta del fallido asalto carlista por ocupar Teruel el 4 de agosto de 1874 tras el también intento fallido un mes antes frente al acueducto de Los Arcos o traída de las aguas a Teruel. Tras este último intento de entrar en Teruel el grueso de las tropas carlistas se retiraron a otros puntos limítrofes de la provincia. Tiempo después la ciudad erigiría un monumento a los héroes del 3 de julio y 4 de agosto donde prosperó el estribillo de la jota: "Mientras que Teruel exista / a su historia será fiel / y nunca el bando carlista / podrá triunfar en Teruel".


©Antonio Lorenzo

jueves, 17 de marzo de 2022

De almanaques, calendarios y predicciones [XIII]


Este primer número del Almanaque de la ilustración para el año 1874 fue el comienzo de una serie de almanaques de igual título y factura de periodicidad anual y larga trayectoria. A partir del año 1897 formó parte provisionalmente de la revista Almanaque de la Ilustración española y americana, donde aparecían en las portadas ambas publicaciones, siendo absorbida por completo a partir de 1908.

Su primera época estuvo a cargo de Carlos Frontaura, conocido y prolífico periodista y escritor, director del periódico El Cascabel (1863-1875), periódico que también editaba almanaques para el año próximo bajo su dirección, a los que hemos dedicado atención en anteriores entradas. También colaboró en otras importantes publicaciones, como El Museo Universal, La Ilustración española y americana y como fundador y director de Los Niños, aparte de su obra personal. De ideología conservadora, desarrolló también una actividad política de la mano de Cánovas del Castillo ejerciendo el cargo de gobernador de distintas provincias y contribuyendo a la llamada Restauración borbónica con la figura de Alfonso XII.

El 11 de febrero de 1873, año de la edición del almanaque, se proclamó la I República española, tras la renuncia al trono de Amadeo I, lo que ello supuso de revuelo político y desconocidas expectativas coincidiendo con una turbulenta situación económica y social, entre otros factores por las consecuencias de la Tercera guerra carlista, el recrudecimiento de la guerra  de los Diez años en Cuba, el auge del movimiento obrero y campesino, y el conflicto dentro de las filas republicanas entre unitarios y federalistas «intransigentes». Todo ello desencadenó la llamada Insurrección cantonalista o revolución cantonal que comenzó en julio de 1873 con la proclamación del Cantón de Cartagena, (símbolo del movimiento), queriendo junto a otros territorios que lo secundaron instaurar inmediatamente una "República Federal" sin esperar a que las Cortes Constituyentes elaboraran y aprobaran la nueva Constitución Federal que estaba en marcha, como defendía el presidente del poder ejecutivo de la república Francisco Pi y Margall.

Este levantamiento cantonal contribuyó a debilitar la tambaleante república considerado desde el gobierno central como un movimiento separatista que lo que buscaba era reformar la estructura del estado mediante una división administrativa (región o territorio) que gozase de gran autonomía de gobierno dentro de una organización política más amplia para constituir "desde abajo" la "República Federal" española.

Esta revolución cantonalista se ha descrita de forma parcial por algunos historiadores tachándola tan solo como un movimiento localista y desfasado, liderado por notables burgueses sin atender a los problemas reales de su tiempo y ocultando establecer similitudes con la Comuna de París, movimiento insurreccional activo entre el 18 de marzo al 28 de mayo de 1871 en la capital francesa.

En el "Juicio del año" del almanaque, escrito por Carlos Frontaura, tras repasar la trayectoria mitológica de Júpiter, principal dios de la mitología romana, solicita de forma metafórica su intervención para el año venidero debido a la lamentable situación en la que encontraba envuelta España en ese momento. 


A su vez, en el exhaustivo balance del año 1873 que también desarrolla Carlos Frontaura atendiendo al contexto histórico y social, escribe al final del mismo lo siguiente:
«Triste es, -como puede verse por los anteriores apuntes- la historia del año último: la desgraciada España le ha ocupado casi por entero con el ensayo de la República, pudiendo asegurarse que la revolución del 1868 no ha logrado su desarrollo hasta febrero de 1873. Las pasiones contenidas durante cuatro años (desde la revolución de 1868), se han manifestado en toda su desnudez, y han causado numerosas víctimas; y el problema constituyente, planteado por la abdicación del rey Amadeo de Saboya, queda sin resolver al terminar el año. Tenemos república; pero unos quieren que sea unitaria, otros federal y otros socialista. Suframos sus consecuencias, y pues que tenemos que pasar por dicha forma de gobierno, penetremos con timidez en el año 1874, buscando la mejor de las repúblicas, como el célebre Jerónimo Paturot». (pág. 20)

La mención a Jerónimo Paturot se refiere a la novela satírica de Louis Reybaud, donde comentaba humorísticamente las extravagancias de la sociedad francesa de entonces en su obra Jerónimo Paturot en busca de la mejor república (original de 1848 con edición española de 1856) que alcanzó cierto éxito en los círculos intelectuales. 

La insigne escritora Emilia Pardo Bazán en su ensayo crítico La literatura francesa. La Transición (1911), desarrolla unas lúcidas reflexiones sobre el tránsito del romanticismo al realismo en la literatura gala y los espacios creativos e híbridos entre ellos, sobre los que se detiene.

Comentando la influencia de Louis Reybaud, escribe:

«Si se inclina un poco Reybaud a lo vulgar, sus héroes, Jerónimo y Malvina, serán sencillamente personajes de Paul de Kock; si se remonta, lo serán de Eugenio Sue. La sátira social de Reybaud ha evitado estos dos escollos. Es imposible desplegar mayor donaire en la sencillez. Nótese que esta sátira de un régimen deja muy mal parado al romanticismo; y así tenía que suceder, tratándose de un escritor castizo, dotado del humorismo nacional, y cuyos númenes son la sensatez, la claridad, la moderación y un grano de sal irónica. La forma de Reybaud es sucinta, incisiva, sin galimatías ni digresiones; su vena, cáustica y mordaz. No diré que Jerónimo Paturot llegue a la altura de Gil Blas [se refiere a "La Historia de Gil Blas de Santillana" o "Aventuras de Gil Blas de Santillana", novela picaresca escrita en francés por Alain-René Lesage entre 1715 y 1735, personaje que posteriormente también dio pie a la revista satírica Gil Blas impresa en Madrid entre 1864 y 1872],  pero es de su raza, de la estirpe de esos buscavidas aventureros, descentrados, que al cruzar todos los medios sociales, abarcan en su historia la de una generación». 
A continuación, y bajo la etiqueta de "Recuerdos literarios", el colaborador y escritor Manuel Ossorio (1839-1904) hace un repaso por las más importantes contribuciones artísticas del año 1873 a las que divide en los siguientes apartados:

* Obras de carácter político e histórico
* Literatura científica y filosófica
* Novelas (con especial mención a los primeros cuatro volúmenes ya publicados de los Episodios nacionales de Pérez Galdós.
* Poesía lírica.
* Sobre el Teatro español, comenta lo poco destacado de las obras en estrenos competentes, aunque resalta el éxito popular de lo representado en algún café-teatro "gracias a la benignidad de los espectadores, más larga que los vestidos de las bailarinas, que suelen llevar el secreto de un éxito en sus rosadas pantorrillas de algodón".

Al finalizar el almanaque se recoge un registro de artistas de las letras, ciencias y artes distribuida en meses con las fechas de nacimiento o fallecimiento en su caso señalando su actividad artística.

Ilustraciones destacadas

Las magníficas ilustraciones que aparecen en el almanaque recogen aspectos o episodios característicos del año, como la salida del rey Amadeo I fuera de España; sugerentes imágenes sobre los insurrectos cantonalistas; referencia a la participación española en la Exposición Universal de Agricultura, Industria y Bellas Artes, celebrada en Viena desde el 1 de mayo al 31 de octubre de 1873; referencias a la guerra civil carlista; la catástrofe por descarrilamiento en el puente sobre el río Duero en las cercanías de Viana de Cega (Valladolid) el 11 de septiembre de 1873 con el resultado de 21 muertos y 58 heridos; el traslado de la estatua de Felipe III de la Plaza Mayor madrileña a los almacenes municipales en previsión de posibles actos de vandalismo por la recién proclamada república o la escena donde se recoge la visita de la destronada reina Isabel II al papa Pío IX en 1873 para influir sobre las relaciones entre la Santa Sede y los gobiernos republicanos que promovían entonces el proyecto de separación Iglesia-Estado.









©Antonio Lorenzo