miércoles, 28 de mayo de 2014

Trovos nuevos para cantar los galanes a sus queridas damas


El trasiego de pliegos de unas imprentas a otras para su comercialización no es infrecuente. Otra cosa es el intercambio de los tacos de bojes que servían para ilustrar gráficamente los pliegos y que, por lo general, eran celosamente guardados siendo señal y distintivo de cada imprenta.

El pliego que reproduzco, y según consta en el pie, está editado por la imprenta turolense de Alcañiz por Ulpiano Huerta y se halla también a la venta en la Casa Vidal en Reus en 1866. Este puede ser un caso de comercialización por acuerdo entre dos imprentas. Hay que tener en cuenta que la distancia entre las dos poblaciones no es excesiva, lo que permitiría llegar a determinados acuerdos para difundir e incrementar las ventas de sus respectivos productos o bien llegar a acuerdos sobre los 'propietarios' o 'licencias' de impresión.

El pliego recoge coplas de carácter amoroso añadiendo al final otras de carácter escatológico, tan del gusto popular, como las que transcribo:

  “Una vieja se pedió
  en las Islas Filipinas
  del estampido que dio
  se llevó once mil esquinas.
  Seis batallones hirió
  muchos de ellos hay sin cura
  todo el mundo se aturdió,
  encima una sepultura
  una vieja se pedió”….

En la tradición oral han pervivido numerosas coplas, chascarrillos, adivinanzas o refranes más o menos soeces sobre temas excrementicios. Este cancionero escatológico ha sido ocultado o censurado, por lo general, por antiguos o remilgados folkloristas y recopiladores de tradiciones orales por considerar estas manifestaciones como indecorosas o de mal gusto. Sin embargo, existe una larga tradición literaria que pasa por la Edad Media, el Renacimiento y el Siglo de Oro, cuyo más célebre exponente son las 'Gracias y desgracias del ojo del culo' (1620-1626) de Quevedo, que se ha venido reimprimiendo ininterrumpidamente hasta nuestros días.

Un brevísimo ejemplo de coplas recogidas por tradición oral sobre el motivo de  'la vieja cagona' son las siguientes:

                               Una vieja se comió
                               siete kilos de judías,
                               y su culo parecía
                               un cañón de artillería.

                              Una vieja se comió
                              siete kilos de sardinas,
                              y toda la noche estuvo
                              sacando del culo espinas.

                              Una vieja en el corral
                              se ha tirao un peo mu gordo,
                              ha matao siete gallinas
                              y al guarro lo ha dejao sordo.

                              Una vieja muy revieja
                              con un pedo mató a un burro,
                              ¡vaya demonio de vieja
                              cuánta fortaleza tuvo!
                          
                              Una vieja tiró un pedo
                              al pie del canto una olla
                              y salieron los garbanzos
                              pidiendo misericordia.







Antonio Lorenzo


domingo, 25 de mayo de 2014

Andrés Vázquez y sus hermanos bandoleros


De la imprenta y librería madrileña de Andrés de Sotos, en la calle de Bordadores, reproduzco el pliego, sin año, donde se describen y narran los numerosos crímenes de estos siete hermanos, capitaneados por Andrés Vázquez, 'sucedidos en el presente año', conocida fórmula intemporal para  prolongar su venta a lo largo del tiempo. Los hechos asombrosos e inverosímiles de estos siete hermanos, naturales de Cazalla, se extienden a lo largo y ancho de la geografía peninsular en un sinfín de hechos delictivos. La relación de lugares donde cometen sus crímenes y fechorías no dejan de llamarnos la atención por lo desmesurado: Cantillana, Córdoba, Granada, Cartagena, Murcia, Valencia, Alicante, Orihuela, Cuenca, Atienza, Soria, Tortosa, Zaragoza, Pamplona, La Rioja, Bilbao, Asturias, León, Madrid, Toledo… siendo capturados, al fin,  en la provincia de Ciudad Real donde fueron ejecutados tras la confesión de sus fechorías:

     “Ciento y dos muertes hicimos,
     robamos catorce Iglesias,
     veinte casadas forzamos,
     solteras mas de quarenta,
     los robos son infinitos,
     con insultos, y torpezas”.

Como suele ser habitual en este tipo de pliegos, antes de morir ahorcados los criminales muestran gran arrepentimiento y alertan a los padres para que eduquen bien a sus hijos y no acaben como ellos.

El éxito del pliego de Andrés Vázquez sus hermanos 'vandoleros' tiene el precedente de la cita que he encontrado del Barón Davillier, quien en su célebre 'Viaje por España' (aparecido primero por entregas entre 1862 y 1873), viaje en el que estuvo acompañado por el pintor e ilustrador Gustavo Doré, nos dice que compró en Carmona la canción andaluza titulada 'el bandolero' y comenta que en las calles se vendían por dos cuartos pliegos sobre las vidas de Diego Corientes, Orejitas, Palillos, los siete niños de Écija, así como el reproducido de los siete hermanos bandoleros, editado seguramente por alguna imprenta andaluza.







Antonio Lorenzo

domingo, 18 de mayo de 2014

Coplas del bolero donde se declara cómo el bolero tiene engañadas a las danzarinas boleras

Baile de majos
De la imprenta madrileña de Agapito Fernández Figueroa, de la calle de las Aguas, reproduzco este interesante pliego donde se recogen los consejos que ofrece el Bolero quién, a modo de narrador omnisciente, describe cómo las danzarinas boleras de los castizos barrios madrileños de Lavapiés, Chamberí, Barquillo y Maravillas, se las componen para 'limpiar la faltriquera' a los mocitos incautos y advirtiendo a éstos para que no se casen con ellas si no quieren verse pobres y sin fortuna.

El pliego concluye con la clásica petición al auditorio de algunas monedas para el pobre que lo ha cantado.

“…Compre este papel,
pues aquí se vende,
compre este papel
todo aficionado:
compre este papel
y afloxe la bolsa:
compre este papel
quien le haya gustado”.

Aunque en el pie de imprenta no figura la fecha puede deducirse por el tono y el asunto que se corresponde con las modas de la ya bien entrada segunda mitad del siglo XVIII o de los primeros años del XIX, donde el llamado 'majismo' imperaba en el Madrid de aquel tiempo. El bolero, que comenzó como réplica de la contradanza francesa, acabó convirtiéndose en lo que sería una escuela clásica de danza. De origen popular, el bolero pasó de la calle a los salones de baile de las clases adineradas, cosa que no sucedió con otros bailes populares como la jota o el fandango, por ejemplo.

El 'majismo madrileño', como movimiento popular, guarda una estrecha relación con el 'andalucismo o majismo andaluz' donde los majos y majas aparecen repetidamente como personajes centrales en las tonadillas del siglo XVIII, de tanto éxito en la capital. El majo o maja pertenecen a las clases populares madrileñas. Su etimología parece provenir de los 'mayos' y 'mayas', fiesta donde se celebraba la llegada de la primavera de honda y antigua raigambre. Del majismo, como fenómeno popular urbano frente al rural, surgieron luego otras variantes como el 'manolismo', los 'chisperos' y 'curtidores', con características superpuestas propias, pero que nos alejaría del tema que tratamos.

El majo madrileño no es propiamente el 'guapo matón' o el 'bravo arriscado' que suele aparecer en la literatura de ambiente andaluz, aunque guarden cierta relación, sino que se trata de personajes ataviados a 'lo goyesco', de finas y afectadas maneras, tan bien ilustradas en las pinturas y tapices de Goya. Boleros, seguidillas y fandangos se convirtieron en los bailes de moda desde la década de 1750 en adelante. El majismo, en fin, puede considerarse también como una reacción patriótica frente a lo extranjero.

Recojo algunas citas textuales entresacadas de la interesante y muy desconocida obra del hispanista y erudito alemán Adolf Friedrich von Schack (1815-1894) donde comenta ciertos aspectos que vienen al caso y que resultan de interés por las fechas en que fueron escritas.


"El Bolero, que se diferencia de los anteriores por la mayor viveza de sus movimientos, de cuya particularidad viene su nombre, debió inventarse hacia el año de 1780 por D. Sebastián Cerezo, celebérrimo bailarín de aquel tiempo. Añádanse también á éstos La Jota aragonesa, que se baila por tres personas; Las Sevillanas; Las Manchegas, especie de bolero; El Chairo, etc.".
"Lope de Vega se queja, en La Dorotea, de que hayan caído en tal desuso bailes antiguos, como La Gibadina y La Alemanda, que ya en su tiempo no se conocían bien; y dos siglos después hace lo mismo otro celoso defensor de las costumbres nacionales españolas contra los afrancesados, respecto de La Zarabanda, La Chacona, El Escarramán, El Zorongo y otros de este jaez . No nos es posible dar hoy una descripción acabada de estos bailes, de que tanto hablan los antiguos escritores españoles; pero por lo que puede rastrearse de sus indicaciones aisladas, se asemejaban en lo esencial al tipo común, de donde salieron La Jota, El Bolero, El Fandango y otros de la misma especie, más ó menos licenciosos".
"En poco tiempo se extendieron las seguidillas desde la Mancha, su patria, por todas las provincias españolas. El Fandango, El Bolero, La Tirana, El Polo y otros bailes más sonados en los últimos tiempos que la seguidilla, son modificaciones ligeras de ésta, y tan parecidas a ella, que es necesario tener una vista muy ejercitada para distinguirlos".
[Adolf Friedrich von Schack: 'Historia de la literatura y del arte dramático en España', (1845-1846), tomo II].





Antonio Lorenzo