domingo, 1 de marzo de 2015

Apuntes sobre impresores y estamperos populares: Pedro Belda, de Murcia


Son pocos los datos de que disponemos sobre la literatura murciana de cordel, a lo que se une la escasez y dispersión de documentos recogidos tanto en las bibliotecas públicas como privadas a pesar de las pesquisas y el interés por estas 'menudencias de imprenta' de figuras señeras como lo fue el bibliófilo ciezano Antonio Pérez Gómez (1902-1976).

Utilizo datos entresacados de los libros Antología de la literatura de cordel en la Región de Murcia (siglos XVIII-XX, de Juan González Castaño y Ginés José Martín-Consuegra, Editora Regional de Murcia, 2004, y de José Pío Tejera y R. de Moncada (1846-1902): Biblioteca del murciano o ensayo de un Diccionario biográfico y bibliográfico de la Literatura de Murcia, dispuesto y compilado por... , obra premiada por la Biblioteca Nacional en concurso público en 1896.


















Si atendemos en exclusiva a los impresores de pequeños opúsculos establecidos en la capital murciana en el siglo XIX, donde aparte de los pliegos de cordel, que exigían escasa inversión y tenían facilidad de venta, editaban también bandos, novenas, sermones, edictos o folletos de todo tipo, podemos citar a la viuda de Santamaría y a su hijo José, establecidos en 1820 en Murcia en la calle de la Platería número 20, aunque ya contaban con establecimiento abierto cuatro años antes en Lorca. Aparte de otras actividades los Santamaría editaron pliegos de cordel hasta 1854. Otros impresores de pliegos fueron José Carles Palacios, con imprenta abierta en 1841, Antonio Molina, instalado desde 1851 o Fermín Guirao, con establecimiento conocido entre 1849 y 1858. Pero si hubo una imprenta dedicada preferentemente a los pliegos de cordel y estampería general en la capital murciana en la segunda mitad del siglo XIX fue sin duda la de Pedro Belda.

La cronología de la actividad impresora de Pedro Belda, y a la luz de los datos consultados, podemos establecerla de la siguiente forma:

- Durante unos tres años regentó el establecimiento tipográfico de los Herederos de Teruel. El iniciador de esta imprenta fue don Felipe Teruel, quien desarrolló su actividad impresora en la segunda mitad del siglo XVII, entre 1781 y 1799, pasando luego a su viuda, Antonia Ramírez, quien se hizo cargo del taller entre 1781 y 1799. El hijo de ambos, Juan Vicente Teruel, siguió regentando la imprenta entre 1800 y 1822, al que sucedieron los Herederos de Teruel, editores entre 1824 y 1855. 

- Tras regentar durante esos primeros años la imprenta de los Herederos de Teruel y conseguido su traspaso se estableció por su cuenta a partir de 1857 y editando con continuidad hasta al menos 1895 en la calle de la Lencería, nº 20 de la capital murciana.

Como ejemplo de lo editado en el taller de Pedro Belda en 1858, este pliego característico de la jactancia propia de los pliegos de jaques y valientes. En este caso el protagonista es un tal Pepito el jerezano, ejemplo de un andalucismo trasnochado, reimpreso en numerosas ocasiones.






©Antonio Lorenzo

domingo, 22 de febrero de 2015

Doña Francisca la cautiva


El tema literario del cautivo y el renegado ha sido motivo común en las novelas o comedias de autores como Cervantes, Lope o Calderón, pues en su tiempo la piratería turca era una amenaza constante en el convulso Mediterráneo de los siglos XVI y XVII, continuada con el comercio de esclavos hasta bien avanzado el siglo XVIII. Esta temática fue igualmente fuente de inspiración de estrafalarias y fantasiosas historias recogidas en los pliegos de cordel, siendo degustadas incluso a lo largo del siglo XIX por contener ciertos elementos de verosimilitud de tiempos pretéritos. En los pliegos de cordel que tratan de esta temática es frecuente la intervención de elementos religiosos como intercesores y obradores de prodigios extraordinarios, ya sea la Virgen del Carmen o san Antonio de Padua.

En el pliego que nos ocupa se nos cuenta que doña Francisca, navegando desde Nápoles a Roma con sus tres hijos pequeños, fue cautivada por los turcos. Comprados para su servicio por un renegado (ex esclavo cristiano convertido al Islam) pretende hacerla renegar de su fe cristiana y conseguir sus favores martirizándola a ella y a sus pequeños hijos. Gracias a la intervención de la Virgen del Carmen el renegado se arrepiente de todos sus pecados y acaba bautizándose en Roma junto a cuarenta turcos que viajaron con él al tiempo que quedan liberados ochenta y ocho cristianos que se encontraban cautivos.

El 'autor de la plana' de tan reeditado pliego dice ser un tal Pedro de Fuentes, del que nada sabemos. Sea como fuere, el caso es que la gran cantidad de ediciones y reediciones del pliego nos permite acreditar la feliz acogida que tuvo la historia a lo largo del tiempo.

El pliego de doña Francisca la cautiva ha sido reeditado en numerosas ocasiones. Entre otros, y por citar sólo algunos de ellos, por los impresores Andrés de Sotos, Marés y Hernando en Madrid; por Santarén en Valladolid; por Rafael García Rodríguez y María Josefa de Gálvez en Córdoba; por Los Herederos de la Viuda de Pla y por Estivill en Barcelona; por Ildefonso Mompié y Laborda en Valencia, etc. También se encuentra recogido por Durán en su Colección de romances castellanos anteriores al siglo XVIII. El éxito de la historia ha logrado incluso sobrevivir parcialmente hasta nuestros días, puesto que Maximiano Trapero ha recogido por tradición oral muestras fragmentarias de esta historia en sus trabajos de investigación en las islas Canarias (Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote).

Si bien hay pocas variaciones léxicas y textuales si cotejamos los diferentes pliegos, sí se observan mayores diferencias en las distintas maneras de ilustrar la historia con xilografías superpuestas o bien elaboradas ex profeso para su edición, tal y como podemos observar en las diferentes portadas que reproduzco.

Edición vallisoletana de Santarén (1862)
Edición madrileña de Marés (s.a.)



















Oficina Mª Josefa de Gálvez (Córdoba)
Viuda de A. Laborda (1850)



Reproduzco completo las dos partes del pliego editado por Agustín Laborda en Valencia, sin año, aunque sabemos que su actividad impresora se desarrolló entre 1746 y 1774, actividad que continuó su viuda a partir de 1780.











Antonio Lorenzo

miércoles, 18 de febrero de 2015

Nueva y graciosa satirilla entre un barbero y un miliciano


De la imprenta vallisoletana de Santarén, sin año, esta 'nueva y graciosa satirilla' donde se explican los malentendidos entre un barbero y un miliciano.







Antonio Lorenzo