lunes, 9 de enero de 2017

Pliegos y zarzuela: "Aquí va a haber algo gordo" y "La Viejecita"


Traigo otro ejemplo de la desatendida, aunque estrecha relación, entre los pliegos de cordel y la zarzuela, relación que merece sin duda una mayor dedicación y a la que contribuiré con sucesivas entradas.

Los pliegos donde se incluyen letras de arias, cuplés, chotis, etc. que provienen de zarzuelas, más o menos conocidas, suelen combinarse en uno solo ejemplar contenedor. Como es habitual, en dichos impresos, salvo excepciones, no se suele mencionar a los autores ni se aporta dato alguno sobre su procedencia. Esta anonimia, propia del genero de cordel en su conjunto, puede deberse a la supuesta creencia de que el público era conocedor la obra por la proximidad de su representación y por el éxito popular de determinadas escenas, algo que los avispados editores se esmeraban y recogían prontamente en el pliego para que sirviera de recordatorio.

Este es el caso de una de las hojas del pliego que reproduzco y que recoge textos de los números musicales más recordados de dos zarzuelas: Aquí va a haber algo gordo o La casa de los escándalos y La viejecita.

Aquí va a haber algo gordo o La casa de los escándalos, con libreto de Ricardo de la Vega (1839-1810) y música de Gerónimo Giménez (1852-1923), compositor mucho más conocido por obras tan populares como La tempranica o El baile de Luis Alonso, entre otras, se estrenó en el madrileño Teatro Apolo el 26 de junio de 1897.



Por su parte, el aria de "La Viejecita" pertenece a la zarzuela del mismo nombre, La Viejecita, estrenada el madrileño Teatro de la Zarzuela el 29 de abril de 1897, con libreto de Miguel Echegaray (1848-1927), hermano de José, el que luego fuera premio Nóbel de literatura en 1904, y con música de Manuel Fernández Caballero (1835-1906), compositor más conocido por obras como: Gigantes y Cabezudos (1898) o El dúo de la africana (1893).








El éxito de esta zarzuela está acreditado por la recogida en pliegos de sus números musicales más conocidos u otras composiciones de diversas procedencias en un "totum revolutum". Es el caso del pliego editado, en las tardías fechas de mediados del siglo XX, por la imprenta de la madrileña calle Rodas, 26, del que entresaco las referencias a esta zarzuela.



El éxito de esta zarzuela se documenta en la crítica editada por el diario liberal El Imparcial del día 1 de mayo de 1897 tras su estreno, de la que recorto parte de la misma.


La permanencia de la obra en la memoria colectiva perduró durante años, como acredita la novela teatral, editada en 1917, sobre la citada obra.


©Antonio Lorenzo

viernes, 30 de diciembre de 2016

Divertidos villancicos del gurrumiau, gurrumiau

Francisco Soria Aedo (1898-1965) - "Villancicos"
Unos satíricos, divertidos e irónicos villancicos sobre ciertas costumbres madrileñas, donde no faltan las consabidas críticas a las suegras ni las alusiones a conocidas calles de la capital.

El conocido estribillo "carrasclás, carrasclás, carrasclás", ya era ampliamente conocido como villancico desde mediados del siglo XIX y ha servido de modelo para añadir letras alusivas a acontecimientos sociales: ya fuesen críticas al gobierno de turno o coplas anónimas alusivas a determinados momentos.

No encuentro clara relación, aunque es posible que la tenga, con la famosa canción infantil de excursión, tan usada, por cierto, en los dos bandos de la Guerra Civil, así como en el repertorio estudiantil de tunas, que dice:

                                                   Carrascal, carrascal,
                                                   qué bonita serenata;
                                                   carrascal, carrascal,
                                                   que me estás dando la lata.

En ambos casos, el popular estribillo, coreado por los presentes, viene antecedido por un número indeterminado de cuartetas o coplas más o menos improvisadas que reflejan o satirizan diversas cuestiones.

El célebre escritor nicaragüense Rubén Darío, en el capítulo titulado Málaga, incluido en su obra Tierras solares (1904) comenta al respecto del "carrasclás":
"Las borracheras populares comienzan a hacer ruido por la noche. Se oyen pasar las sonoras «parrandas», reuniones de muchachos y muchachas del pueblo, que van cantando coplas por las calles, coplas que recuerdan la celebración del día, la Virgen en el pesebre, José, el niño Jesús, el buey y la mula. Y de paso va entremezclada la copla amorosa o satírica, al son de las zambombas, al grito de los pitos, al chocar de las almireces y castañuelas, al rasgueo de la inseparable guitarra. Hay quien se acuerda todavía de por qué se celebra esa noche; hay quien piensa, por la tradición, en la estrella de los reyes magos, en la aldea de Belén, en el Dios de los cristianos que nació pobremente, que murió hace muchos siglos, y por el cual se pasan ratos muy agradables y regocijados.
                                               La nochebuena se viene,
                                               la nochebuena se va,
                                               y nosotros nos iremos
                                               y no volveremos más.

                                               ¡Carrasclás, qué gordo está el pavo;
                                               carrasclás, qué gordito está;
                                               carrasclás, qué enjundia que tiene;
                                               carrasclás, carrasclás, carrasclás!"

Tras la reproducción del pliego, editado en Madrid, s.a., por la Imprenta Universal de la calle Cabestreros, incluyo antecedentes del "carrasclás" entresacados de la prensa histórica.





Añado parte de un pliego, editado igualmente en Madrid (mediados del siglo XX) por la Imprenta de la calle Rodas, con letra de Pedro Antón Martín, aunque en este caso, eso sí, por la estructura del estribillo parece corresponder a la clásica melodía de la canción infantil "Carrascal, carrascal, qué bonita serenata".


Referencias al "carrasclás" en la prensa histórica

"El Museo Universal" (25-12-1864)

Madrid, 20 de diciembre de 1894

"El Cabecilla", 20 de diciembre de 1894
Aunque la cita es larga, resulta ilustrativa como ejemplo del uso de un villancico popular en esta publicación del "periódico montaraz de pura raza", para criticar la situación política de 1894. Los dobles sentidos se encuentran presentes, como la referencia al olor a romero, en alusión a Francisco Romero Robledo, quien fuera ministro de la Gobernación en varios gobiernos de Antonio Cánovas del Castillo.

"Apréndanse de memoria los conservadores, si es que no la saben, esta endecha popular; compren cuantas zambombas, castañuelas y panderos encuentren en las plazas de la coronada villa, y el dia de Noche Buena, al compás de aquellos callejeros y populares instrumentos, cuando las piernas les pidan baile y la cabeza jaleo y el estómago una toma de leroy; cuando los excesos de la glotonería presupuestívora les convierta á todos en parlantes figuras del más conocido cuadro de Velázquez, entónenla á coro, cántenla en el diapasón que su estado les permita y repítanla sin cesar, porque esa endecha es la despedida de los conservadores, es el aviso para que se solacen á placer en la ultima de sus ministeriales bacanales. 
Gocen á placer y rían sin cesar en la noche que los cristianos consagran á la adoración del nacimiento del Hijo de Dios, los eternos adoradores del dios Éxito, del dios Pan, del dios de los curdas, porque la estrella que brilló en los campos de Sagunto, se va eclipsando de tal modo para ellos, que en vez de noches buenas, solo noches malas les esperan. 
¡Y cómo se pondrán los muy bellacos de turrones, mazapanes, pavos y demás menesteres comibles y bebibles el dia de Noche Buena! Con ser grandes todos los dias y todas las noches para los presupuestívoros, la Noche Buena es, sin embargo, la más cabal de todas. Desde el primero y el más alto funcionario del Estado, hasta el más bajo, aquel que habita suntuoso palacio ó el que vive en modesta portería de un público edificio nacional, todos, absolutamente todos, comen en esa noche del suculento pavo del presupuesto, de ese sabroso pavo por el que suspira sin cesar una jauría de liberales hambrientos, capaces de vender su honra, su conciencia y su dignidad por el más pequeño de sus sustanciosos pedazos. 
Coman en buen hora y revienten con él, si así les place, los partidos que tal admiración le rinden y que solo aspiran al poder por el gusto de saborearle; coman sobre todo los conservadores, que EL CABECILLA, sin pretensiones de adivino les profetiza que será el último que coman. El próximo año de gracia del 85, se contentarán con el olor y con un palillo para los dientes. 
Y menos mal si en vez de palillo no se encuentran con un trancazo, que les haga digerir de mala manera todo lo que han tragado en tanto tiempo.
Aprovéchense, pues, y procuren este año sacar la tripa lo más repleta posible. 
Porque sabe Dios cuando se verán en otra: que no todos los días se encuentra un loco que haga una sargentada, ni el país está en condiciones, ni en humor de que se lo coman por pavo. 
Vengan, pues, zambombas y castañuelas y panderetas y á cantar:
                                     La Noche Buena se viene 
                                     La Noche Buena se vá, 
                                     Pero este pavo sabroso 
                                     No le probaremos más. 

                                    ¡Carrasclás, pobrecito Antonio! 
                                    iCarrasclás, que pronto te vas! 
                                    jCarrasclás y cuanto me alegrol 
                                    ¡Carrasclás, carrasclás, carrasclás! 

                                    El gobierno canovista 
                                    olía antes á  romero, 
                                    ahora  todo el mundo sabe 
                                    que está  oscuro y huele á queso. 

                                    En el portal del Belén 
                                    estamos hace unos meses, 
                                    y el que se nos echa encima 
                                    vale por muchos belenes.

                                    Carrasclás, que  quieras ó nó 
                                    carrasclás  ¡tú te marcharás! 
                                    carrasclás,  de grado ó por  fuerza, 
                                    carrasclás, carrasclás, carrasclás. 

                                    Me vas á hacer un  obsequio, 
                                    Paquito el jacarandoso; 
                                    ¡no venirnos otra vez 
                                    con las pamplinas del morbo! 

                                    El cólera en otro tiempo 
                                    era  el coco de la tierra; 
                                    ahora se han aprovechado 
                                    para que estire la cuerda.

                                    Carrasclás,  y todo es inútil, 
                                    carrasclás, porque esto se va, 
                                    carrasclás  no tiene remedio, 
                                    carrasclás, carrasclás, carrasclás...


"El Solfeo" (24-12-1875)

"Blanco y Negro" (29-12-1900)

"Madrid Cómico" (1 de enero de 1898)
La popularidad del villancico era tal, que hasta figura en el título de un juguete cómico-lírico, con letra de Ángel María Segovia y música de Rafael Taboada: La noche del besugo o ¡Carraclás qué niño tan gordo!, según recoge la noticia "El Heraldo de Madrid" del 20 de diciembre de 1890, si bien no figuran en ella los autores de la pieza.


©Antonio Lorenzo

martes, 27 de diciembre de 2016

Aleluyas: Don Tembleque y la bruja narigona

 
Retomando los pliegos de aleluyas, traigo en esta ocasión la curiosa historia de don Tembleque. El pliego está editado en Madrid y se hallaba de venta al por mayor en la castiza y galdosiana calle de La Colegiata 6.

Para apreciarlo mejor, subdivido el pliego en tres partes y lo expongo completo a continuación.





©Antonio Lorenzo

sábado, 24 de diciembre de 2016

Nuevos villancicos al Sagrado Nacimiento

Giorgione - La adoración de los pastores (c. 1500-1510)
Editado en Madrid por la Imprenta Universal, s.a., estos nuevos villancicos al Sagrado Nacimiento.





©Antonio Lorenzo

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Desposorios de María Santísima con el patriarca San José

Collage de San José
Hace ahora cuatro años, en uno de mis primeros escarceos por este mundo de las bitácoras, dediqué una entrada a los desposorios de María y José, del que adjunto el enlace.


Retomo de nuevo el tema y reproduzco sendos pliegos de cordel: el primero, por primera vez; y el segundo, con un distinto ejemplar de mejor definición.

El primero de ellos es el editado en Córdoba por Luis de Ramos y Coria, cuya actividad impresora se desarrolló entre los años de 1765 y 1825.





El segundo, ya lo reproduje hace cuatro años en edición de Barcelona por Cristina Segura, viuda de Llorens. Lo reproduzco de nuevo utilizando otro ejemplar donde se aprecia mejor tanto la xilografía como el texto.





©Antonio Lorenzo

domingo, 18 de diciembre de 2016

Gallego cambia esposa por burra de leche y cinco duros más

Léon-Augustin Lhermitte (1844-1925) - La paga de los segadores (1882)
Las primeras connotaciones negativas sobre el gallego ya aparecen en las recopilaciones de refranes, como la de Diego García de Castro, en el último tercio del siglo XV, Seniloquium. Refranes que dizen los viejos, así como en posteriores recopilaciones de refranes, como las de Fernán Nuñez, Pedro de Vallés, Francisco Espinosa o Gonzalo Correas. Obviamente, no es sino un ejemplo más de los muchos que podíamos enumerar donde se muestra la exclusión o el desprecio que el grupo mayoritario siente por aquellos que considera diferentes. En el refranero castellano el gallego representa el pobre rústico frente al oriundo de Castilla, lo que también podría extenderse a los vizcaínos, montañeses, asturianos o a los judíos.

En una anterior entrada daba cuenta de un pliego de cordel que trataba sobre el fingido parto de un gallego.

http://adarve5.blogspot.com.es/2015/02/el-hombre-prenado-el-parto-del-gallego.html

Este estereotipo se consolida en el siglo XVI en el imaginario popular y puede rastrearse fácilmente en las numerosas citas que aparecen en las obras de los grandes clásicos como Cervantes, Lope, Tirso, Góngora o Quevedo.

Desde el punto de vista popular, la imagen despectiva del gallego, el asturiano o pasiego hallan eco en los cuentos populares y, curiosamente, en las letras de los villancicos cantados por Navidad, de los que buena parte de ellos aparecen reiteradamente en los pliegos de cordel.

Antes de dar paso al pliego he considerado de interés el reproducir la descripción del segador gallego en la célebre obra Los españoles pintados por sí mismos, publicada por primera vez en Madrid en dos tomos durante 1843 y 1844. En dicha obra, donde intervinieron las mejores plumas de la época, se trataba de reflejar los tipos, comportamientos y hábitos de los habitantes de las distintas regiones, constituyendo un importante documento de la literatura costumbrista de la época.





Traigo como ejemplo el chasco ocurrido entre seis gallegos, cambiando uno de ellos a la esposa por una burra de leche y 5 duros más. En el pliego no aparece ni año ni lugar de edición.




©Antonio Lorenzo