miércoles, 21 de marzo de 2018

Zarzuela: Boccaccio + Canciones de los polvos


Este pliego recoge los más conocidos cantables de la zarzuela Boccaccio. La obra fue estrenada en el madrileño Teatro de la Zarzuela el 12 de diciembre de 1882. Dicha zarzuela es una adaptación de la opereta vienesa de igual título, situándose la acción en la Florencia de 1340.

Los libretistas alemanes originales de la obra fueron Camillo Walzel y Franz Friedrich Richard Genée, y la música compuesta por Franz von Suppé. La original opereta cómica en tres actos se estrenó en Viena el 1 de febrero de 1879 con el título de Boccaccio, o el príncipe de Palermo. La adaptación y estreno en España, a los tres años de su representación alemana, se explica por el auge de un tipo de obra ligera de carácter cómico, donde se alternaban diálogos con el canto y la música instrumental. En este género primaba lo satírico y burlesco con escasa o nula relación con la realidad, por lo que su trama rozaba frecuentemente con lo inverosímil o disparatado.

Entre la segunda mitad del siglo XIX  y en la primera mitad del siglo XX,  la zarzuela recibió una influencia de la opereta de corte ligero, no solo de la que se desarrollaba en Francia, sino también de la vienesa, produciendo obras como la que nos ocupa.

Si leemos las distintas críticas de la obra, no parece que fuera acogida con gran entusiasmo por el público. No obstante, la edición en pliego de parte de los cantables, así como el argumento de la obra podía adquirirse en un quiosco vallisoletano en 1903 a un precio de 10 céntimos.


El arreglo musical de la opereta, en su versión española, corresponde al maestro Nieto y la adaptación del texto a don Luis Mariano de Larra.

Don Luis Mariano de Larra fue hijo del célebre escritor y periodista don Mariano José de Larra y de su mujer, doña Josefa Wetoret Velasco, con la que contrajo matrimonio en 1829, matrimonio del que nacería en 1830 su primogénito Luis Mariano. Al poco de su nacimiento el matrimonio se separó, y cuando el niño contaba con apenas siete años, su padre se pegó un tiro la noche del 13 de febrero de 1837 a raíz de su desengaño amoroso con Dolores Armijo.

Luis Mariano de Larra destacó por su obra teatral, sus novelas y libretos de zarzuelas (siendo la más conocida y destacada El barberillo de Lavapiés). Alejado paulatinamente de la corte, su figura fue cayendo en el olvido falleciendo en 1901 a los 71 años.


El pliego procede de la imprenta de Damián Vilarnau y podía adquirirse en la casa de los sucesores de Antonio Bosch y en la tienda de M. Borrás en la isla de Palma de Mallorca. El pliego incluye también en catalán unas 'canciones de los polvos' donde se critica a las mujeres que, atendiendo a las nuevas modas, se embadurnaban la cara y el cuerpo con polvos en la creencia de resultar más atractivas.

Tras el pliego, adjunto un coloreado "ventall" o abanico donde una de sus planas se dedica a la obra que nos ocupa.







©Antonio Lorenzo

domingo, 18 de marzo de 2018

Canciones al estilo moderno: La pamplinera+El tremendo+Los pollos

Verdulera - "Colección de trajes de España"
 de Juan de la Cruz Cano y Olmedilla (1777)
Este es un ejemplo más de la conjunción de andalucismo y madrileñismo en un mismo pliego con diferentes canciones.

La Pamplinera, vendedora de “pamplinas”, alude a la yerba de cierto sabor amargo que se usa en ensaladas y en algunos guisos. También es conocida como “oreja de ratón”, “coruja” o “hierba de la gallinera”. Esta hierba, al crecer con gran facilidad, es causa de malestar entre los agricultores y jardineros a la hora de mantener y recoger sus cosechas. El escaso aprovechamiento de esta hierba perdura en el habla popular en el sentido de algo de poca importancia o valor.

El texto de la canción El Tremendo puede considerarse como una variante de los conocidos jaques o guapos en la literatura popular impresa. Personajes plenos de insolencia y narcisismo que aparecen también en los pasos y pasillos de corte andaluz, como Curro, Dolores y el Tremendo, de Juan Ignacio González del Castillo.


La última canción, de ambiente madrileño, está dedicada a Los Pollos, personajes barbilampiños que presumen de juntar versos en su afán de seducir a las damiselas o a las viejas de "dientes delicados".

El pliego está editado en Madrid, en 1849, por la imprenta de José María Marés.





©Antonio Lorenzo

miércoles, 14 de marzo de 2018

Sangriento y horrible crimen cometido en un cortijo


Un ejemplo más de pliego de asunto escabroso que corresponde a la bien conocida temática de estos impresos populares, donde la truculenta historia es acompañada por una no menos truculenta xilografía como vehículo de atracción morbosa para sus compradores u oyentes. Este gusto por lo truculento tiene un largo recorrido, al que se añade, además, un claro prejuicio incriminatorio sobre la etnia gitana de continuada andadura literaria.

En los pliegos de cordel se puede rastrear fácilmente el rechazo a las minorías étnicas que, si trascendemos sobre su mera literalidad, su estigmatización contribuye a dotar en el imaginario social un sentido de unidad frente a lo ajeno, al tiempo que se resalta lo considerado como propio.

En el  pliego subyace la negativa valoración colectiva de la etnia gitana a la que se le atribuyen una serie de tópicos basados en prejuicios y estereotipos, como embaucadores, inmorales, raptores de niños, ladrones, etc. El estigma étnico que arrastran los gitanos, al igual que sucede con otras comunidades como los judíos o los moros, contrasta en la realidad con su contribución a la economía agraria tradicional de una forma sistemática a lo largo de los años.

Al margen de estos consabidos prejuicios, el pliego nos ofrece una clara marca de oralidad al dirigirse el recitador al público que lo escucha comentando en un inciso:

                                                  Considerad el dolor
                                                  de esta madre desgraciada,
                                                  vosotras que tenéis hijos,
                                                  ¡si estaría desolada!...

El pliego está impreso en Barcelona por José Tauló en 1859 y a la venta en la conocida Casa de Juan Llorens.





©Antonio Lorenzo