sábado, 17 de enero de 2015

Santos protectores y sanadores: Hasta san Antón, pascuas son

                                         
                                                                                                           Oh glorioso san Antón,
                                                                                                           siempre te encuentro leyendo,
                                                                                                           si nunca pasas la hoja
                                                                                                           ¿qué leches estás haciendo? 
                                                                                                                 [copla popular]

El 17 de enero se celebra la festividad de san Antón o san Antonio abad, patrón de los animales. Se trata de una de las celebraciones más importantes de las fiestas de invierno y es costumbre muy extendida el llevar a la iglesia animales domésticos o de trabajo para su bendición.

A san Antón se le considera un santo muy «milagrero» y debido a la similitud del nombre muchas personas lo confunden con San Antonio de Padua, que se celebra el 13 de junio.

Cuenta la tradición que su vida fue una serie ininterrumpida de milagros: libró del demonio a un sinnúmero de posesos, curó a multitud de enfermos, por su intercesión brotaron milagrosos manantiales, domó a las fieras y venció numerosas tentaciones.



















Se le suele representar con un cerdo o jabalí junto a él. La leyenda cuenta que en el parto de una cerda uno de los lechones nació enfermo. La piedad del santo hizo que se compadeciese del pobre animal y lo bendijese. En aquel mismo instante el cerdito sanó y comenzó a andar. Otra leyenda cuenta que un jabalí, malherido por unos cazadores, había quedado ciego y fue a refugiarse junto al santo. San Antón, muy entristecido por la ceguera del animal, lo sanó. Desde entonces el jabalí se quedó a vivir junto a él defendiéndolo de cualquier fiera o alimaña que se acercase a su guarida.

Otro elemento que suele aparecer en los cuadros de san Antón es el cuervo llevándole un pan. Este motivo es frecuente en la imaginería de todos los anacoretas. A san Antón el cuervo le llevaba todos los días una hogaza. En este cuadro de Velázquez aparece junto a san Pablo, el ermitaño, mientras un cuervo les lleva la comida.


La leyenda cuenta también que llegado a la edad de 105 años sintió que su fin se aproximaba, lo que aprovechó para dar sus últimos consejos durmiéndose con el sueño de los justos el 17 de enero del año 356 entre 'conciertos angélicos'.

Aún subsiste en algunos pueblos de Castilla y León la tradición de celebrar las llamadas «hogueras de san Antón» y las vueltas propiciatorias a la iglesia antes de la bendición a los animales. Dicha tradición se sigue celebrando con gran vitalidad en muchas localidades, entre ellas en la ciudad de Madrid, donde tras las consabidas vueltas a la Iglesia de San Antón, en la calle Hortaleza, se recogen los «panecillos del santo» que se guardarán hasta el próximo año.


En algunos lugares aún se conserva la costumbre del llamado «marrano o cerdo de san Antón». La cofradía o alguno de sus miembros regalaba un cerdo a la comunidad donde era alimentado por el vecindario. El cerdo podía deambular por donde quisiese y solía llevar una esquila al cuello para avisar de su presencia. El cerdo se lo acababa quedando el ganador de una rifa y el dinero recaudado por la venta de las papeletas quedaba para el culto al santo.


San Antón es también motivo común en los llamados Gozos o Goigs en el ámbito catalán y valenciano.


Goigs del glorios Abat Sant Antoni, Barcelona, Estamper y llibreter Juan Centene, s.a.

©Antonio Lorenzo

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