Nacido en el madrileño y castizo barrio de Lavapiés, Luis Candelas (1804-1837) representa el prototipo de un bandolero de finas maneras y que nunca cometió delitos de sangre. Aún así, fue ajusticiado a garrote vil el 6 de noviembre de 1837.
Fue famoso por sus robos y asaltos a diligencias, pero también por su indudable atractivo para las mujeres. Ejemplo de ello es esta famosa copla inspirada en sus andanzas con letra de Rafael de León y música de Manuel López Quiroga que inmortalizó, entre otras, la gran Concha Piquer y que dice así:
Decidle al señor alcalde,
decidle al corregidor
que yo por Luis Candelas
me estoy muriendo de amor.
Decidle que es un canalla,
decidle que es un ladrón
y que he dejado que robe
con gusto mi corazón.
Que corra de boca en boca
esta copla que yo canto
como si estuviera loca.
Debajo de la capa de Luis
Candelas,
mi corazón amante vuela que vuela.
Madrid te está buscando para
perderte
y yo te busco sólo para quererte,
que la calle en que vivo está
desierta
y de noche y de día mi puerta
abierta.
Que estoy en vela, que estoy en
vela
para ver si me roba, ¡ay!, Luis
Candelas.
Anoche una diligencia,
ayer el palacio real,
mañana quizá las joyas
de alguna casa ducal.
Y siempre roba que roba
y yo por él siempre igual,
queriéndole un día mucho
y al día siguiente más.
Y no importa que la gente
mi canción, que va en el viento,
traiga y lleva maldiciente.
Divido esta 'media aleluya', pues consta de 24 viñetas cuando el prototipo es de 48, en dos secciones y la reproduzco entera a continuación.
Antonio Lorenzo
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