La RAE iguala la adivinanza con el acertijo. Al acertijo lo define como enigma o adivinanza que se propone como pasatiempo. El enigma, a su vez, se considera como un enunciado de sentido artificiosamente encubierto para que sea difícil de entender o interpretar.
A pesar de la imprecisión de estos términos, la tradición popular española suele denominar "adivinanza" a los dichos que están en verso. Cuando están en prosa suelen denominarse "acertijos" y se reserva para "enigma" un significado de carácter más elevado o culto.
La estructura en verso (característica propia de la adivinanza) frente al acertijo u otros tipos de juegos verbales supone siempre un cierto esfuerzo intelectual, ya que las variedades de figuras léxicas (polisemia, calambur, antinomia, paradojas, alegoría, analogía, metáforas...), exigen un esfuerzo de interpretación para resolverlas.
Es sabido que las adivinanzas existen en todas las culturas y en todo tiempo y responden a la profunda necesidad de relacionar simbólica y metafóricamente elementos distintos de la naturaleza en un intento de interpretar esa relación.
Según los especialistas José Luis Garfer y Concha Fernández (Acertijero antológico español, Ed. Anaya, 2010, pág. 9):
Al margen de las discusiones sobre el carácter propio de la adivinanza, su función, y su inevitable ambigüedad respecto a otros juegos verbales, lo que nos nos interesa en nuestro caso es la relación de las 69 adivinanzas (enigmas, según el pliego) recogidas junto a sus soluciones o significados en este curioso pliego editado en Barcelona, sin que figure el año, por la imprenta de José Gorgas.
La estructura en verso (característica propia de la adivinanza) frente al acertijo u otros tipos de juegos verbales supone siempre un cierto esfuerzo intelectual, ya que las variedades de figuras léxicas (polisemia, calambur, antinomia, paradojas, alegoría, analogía, metáforas...), exigen un esfuerzo de interpretación para resolverlas.
Es sabido que las adivinanzas existen en todas las culturas y en todo tiempo y responden a la profunda necesidad de relacionar simbólica y metafóricamente elementos distintos de la naturaleza en un intento de interpretar esa relación.
Según los especialistas José Luis Garfer y Concha Fernández (Acertijero antológico español, Ed. Anaya, 2010, pág. 9):
"Esquemáticamente podemos señalar que el acertijo es una prosa espontánea, lineal, racional, objetiva, abierta a todos los temas, menos creativa y dentro de una literatura más crítica. A su vez, la adivinanza se expresa en verso; más elaborada, pictórica y musical, resulta, ante todo, intuitiva, subjetiva, circunscrita a la creación estética, más enriquecedora y perteneciente a una literatura mucho más poética".La adivinanza sería, pues, una subcategoría de carácter poético-tradicional del género más amplio del enigma.
Al margen de las discusiones sobre el carácter propio de la adivinanza, su función, y su inevitable ambigüedad respecto a otros juegos verbales, lo que nos nos interesa en nuestro caso es la relación de las 69 adivinanzas (enigmas, según el pliego) recogidas junto a sus soluciones o significados en este curioso pliego editado en Barcelona, sin que figure el año, por la imprenta de José Gorgas.
©Antonio Lorenzo
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