martes, 20 de septiembre de 2022

Costumbrismo, casticismo y andalucismo en los pliegos de cordel [VII]

Siguiendo con los pliegos de cordel donde aparecen coplas en las que se aprecia claramente el casticismo y el andalucismo reproduzco tres pliegos editados en distintas fechas.

El primero de ellos, editado en Sevilla en la temprana fecha de 1816, contiene entre otras La canción del pincho, Canción de la jaca de terciopelo, y La canción de la caracolera, donde creo encontrar en esta última un precedente literario más del posterior estilo flamenco de Los caracoles, estilo consolidado por el cantaor Antonio Chacón como modelo a seguir a partir de un pregón de la caracolera que vendía su género por las calles y donde ya aparecen unos clásicos versos, repetidos y adaptados como: «son mis ojos dos soles, vamos viviendo...»

Los caracoles, según señala Faustino Núñez: [https://flamencopolis.com/archives/248]

Al igual que el mirabrás los caracoles es una cantiña conformada por variaos cantables con diferentes medidas que, a modo de popurrí, fueron ordenados por Antonio Chacón.
   La denominación de caracoles procede del estribillo con el que se concluye el cante, un pregón de caracolera que vendía el género por las calles gaditanas y cantaba ese estribillo que después se integraría en el repertorio de Antonio Chacón, quien marcó la forma definitiva de estos cantes.
   Se suele apuntar como antecedente un baile de la escuela moderna de palillos conocido como caracoles clásicos. El Granaíno los hizo como cantiña para bailar, y más tarde los amoldó a su estilo otro cantiñero de pro, Paco El Sevillano Francisco Hidalgo también apodado Paco el Gandul, quien los interpretaba con un aire vivo, hasta que Chacón los configuró definitivamente como estilo flamenco para cantar como hoy los conocemos.
Arrojar luz sobre esta amplia familia de cantes englobados en las cantiñas, familia que engloba diversos estilos gaditanos como, entre otros, las alegrías, el mirabrás, las romeras, los caracoles o las rosas junto a sus variaciones melódicas, resulta tarea ardua para los investigadores. En cuanto a los caracoles, apuntan los investigadores que parece que fue Tío José El Granaíno quien lo incorporó al cante flamenco y lo introdujo en los cafés cantantes de la época creando la primera versión flamenca de ambas. Sin embargo, quien les dio forma y cuadratura, reelaborando coplas de pregones y formas personales de interpretación convirtiéndolo en cante para ser escuchado fue don Antonio Chacón.

Como canto referente a Los Caracoles también se conoce desde 1873 la canción compuesta por Manuel Sanz (1829-1888) titulada La Caracolera, aunque se conocen precedentes anteriores a los que vengo a sumar este interesante pliego que retrae, hasta al menos 1816, este pregón popular con reminiscencias textuales al cante.

En el pliego también se incluye La canción del punto de la Habana, La canción del torero y la más conocida y reimpresa de Los toros del Puerto. Se trata, sin duda, de un curioso pliego que antecede textualmente con coplas variadas muchos años antes de la consolidación del estilo flamenco que merece una mayor atención teniendo en cuenta su temprana fecha de edición en 1816.





Añado a continuación este otro pliego que contiene El calesero andaluz, al que sigue La verdulera de Madrid. El pliego fue editado en Barcelona en 1859.





Para concluir esta entrada reproduzco otro pliego, impreso en Barcelona en 1878, que incluye las cuatro canciones tituladas: Las caleseras, El capitán a su amor, La Pepiya y El toro.





©Antonio Lorenzo

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