viernes, 6 de octubre de 2023

Sermón burlesco para representarse en cualquier función con zurra a monigote

Xilografía del pliego editado en Carmona por José Mª. Moreno en 1863

El bachiller Descuerna-Cabras, tejedor de pergaminos y capador de ranas, junto a otras habilidades y títulos, nos obsequia en este pliego con un sermón burlesco apto para representarse en cualquier función donde se da zurra a todo monigote.

Ya he señalado en anteriores entradas que estos pliegos de sermones y arengas burlescas guardan cierta relación con la forma de vida e ideología que remonta nada menos que a los goliardos de los siglos XII y XIII en cuanto a sus similitudes temáticas de aprecio al vino, a la gula y a la vida tabernaria.

Como se sugiere en el encabezamiento, el texto del pliego es susceptible de representarse en cualquier función, aunque en realidad se trata en este caso de un único "predicador" el encargado de llevarlo a la práctica ante su auditorio.

La relación de este tipo de pliegos con el teatro breve en sus diversas modalidades parece innegable. El adjetivo "burlesco" merece todo un desarrollo conceptual donde no siempre puede considerarse como sinónimo de lo "irónico", "satírico" o "cómico", ya que fluctúa con distintas variedades en su puesta en escena, así como en su relación con la estética de lo "carnavalesco" o del mundo al revés. La risa que se pretende lograr en el auditorio tiene una serie de características más propias e incisivas que otras modalidades burlescas de mayor extensión (comedias, pasillos o entremeses), donde la parodia se decanta como el elemento esencial que refleja las costumbres o creencias de la época junto a las alusiones críticas que hay que contextualizar en cada caso.

Este tipo de pliegos van dirigidos de forma preferente a un tipo de auditorio de condiciones sociales y económicas más precarias respecto a un público más "ilustrado" y habitual asistente a representaciones teatrales. Los efectos risibles de estos pliegos se nos muestran más acelerados y cercanos en relación a los desarrollados en los teatros a causa de su más reducida extensión textual. Por ello, se utilizan de una forma más ágil y reiterada expresiones o guiños al oyente, ya sea mediante chascarrillos vulgares y con dobles sentidos que suelen declamarse con distintas entonaciones y acompañados de gestos alusivos en la búsqueda de un acercamiento más rápido y efectista con sus oyentes.

El pliego contiene alusiones a expresiones de sentido religioso como "Sea para siempre bendito y alabado", "Por la señal del arcaduz (caño por donde se conduce el agua)" o "En el nombre del padre y aún del hijo", añadiendo a lo largo del texto frases en latín macarrónico y con finalidad hilarante. El conjunto del texto está encaminado a resaltar los beneficios del consumo del vino, ya que cambia la pena en alegría, es consuelo de los afligidos y al hombre más tímido lo hace valiente. En referencia a los fieles parroquianos "no hay iglesia tan buena y frecuentada como la taberna bien acreditada". En cuanto al aguardiente, lo ensalza por sus efectos brillantes, al igual que al resoli (aguardiente con canela, azúcar e ingredientes olorosos), licor típico y vinculado a la ciudad de Cuenca y más conocido como «resolí», con aromas añadidos de café y de anís para disfrutar de su degustación.

El pliego fue impreso en Madrid  en el taller de José María Marés en 1847.









©Antonio Lorenzo

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