Este pliego de Villancicos del tío Pingajo y de la tía Fandanga, recoge una serie de coplas deshilvanadas y ambientadas en la época navideña donde se entremezclan motivos y alusiones a estos dos ambiguos personajes y a su estrambótica forma de comportarse.
Si el pliego resulta curioso y divertido por sí mismo, lo es más porque los nombres de sus protagonistas fueron rememorados de nuevo en el título de la obra teatral Bodas que fueron famosas del Pingajo y la Fandanga, escrita en el año 1965 por el que fuera gran dramaturgo José María Rodríguez Méndez. En el título de su obra el autor rescata los nombres ya aparecidos en el pliego suelto, aunque sin citar su procedencia, que ya formaban parte de la memoria colectiva en el último cuarto del siglo XIX.
El conjunto de las obras teatrales escritas por José María Rodríguez Méndez (1925-2009) constituyen un valioso ejemplo del uso de materiales populares en forma de refranes, canciones o pliegos sueltos utilizados para encuadrar diferentes escenas, como sucede en su obra coincidente con el mismo título que el pliego.
La obra está estructurada en siete estampas (relacionadas con las aleluyas distribuidas por los ciegos cantores) y un epílogo. La primera estampa comienza aludiendo a coplas populares madrileñas; "de bellotas y cascajo…" y con un conjunto de niñas que canta a coro: "En la era patatera/yo le dije al conductor:/que toma la Nita y Nita, /que toma la Nita y no. /Ay sí; ay no".
Mediante un rico y popular lenguaje con toques saineteros, que recuerdan a Ramón de la Cruz, las escenas se enmarcan en la pérdida del imperio colonial español en los años de desgracia en torno a 1898. Al igual que en el pliego se nos presenta una galería de tipos marginados viviendo en arrabales y donde las mujeres eran víctimas sometidas al hombre.
Esta obra de Rodríguez Méndez sufrió la soterrada "Ley del silencio" en plena dictadura de Franco al no ser publicada ni estrenada hasta muchos años más tarde como ejemplo de un teatro popular y marginado.
Con colorido lenguaje y peculiar estilo esperpéntico la obra acabó estrenándose por fin en la conmemoración del 40 Aniversario de la creación del Centro Dramático Nacional siendo puesta en escena en el Teatro Bellas Artes de Madrid el 21 de noviembre de 1978, dirigida por José Luis Gómez, en contraposición al teatro comercial y burgués propio de la dictadura y que nunca fue sometido a censura alguna.
El teatro, "como expresión social y cultural" según las propias palabras de Rodríguez Méndez respecto a un teatro popular, desarrolla su obra ambientada en el desastre colonial de 1898, donde el Pingajo, que es un soldado repatriado de Cuba, gana mediante el juego de la Rana a una niña de trece años llamada Fandanga e hija del Petate y de Carmela, con el fin de celebrar una futura y sorprendente boda de una forma grotesca y esperpéntica.
Dicha obra, figuraba incluida en el volumen que dedicó a su teatro la colección "El Mirlo Blanco", de la editorial Taurus, aunque una vez impreso el volumen dicha obra fue separada del conjunto por decisión de la censura propia de la época franquista, hasta que, tras una cierta "apertura" fue autorizada su publicación el año 1974.
La obra teatral está ambientada en los arrabales madrileños, al igual que sucede en el pliego, aunque este último no guarda relación con los sucesos de la obra teatral, puesto que en el pliego La Fandanga es una robusta mujer de ojos azules llegada desde Asturias a Madrid donde se encuentra con El Pingajo. El resto de las coplas, donde La Fandanga engaña al Pingajo con un aguador asturiano, están impregnadas de dobles sentidos que las hacen divertidas y bien arraigadas en el imaginario popular.
Este es otro ejemplo de la relación de la literatura popular impresa con el teatro.
Nota: Parte del texto del pliego puede escucharse interpretado por Joaquín Díaz, con arreglos de Michel Lacomba, incluido en el disco Música en la calle del año 2003.
https://www.youtube.com/watch?v=VgaTdSjwMWg&ab_channel=JoaquinDiaz-Topic
©Antonio Lorenzo
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