sábado, 25 de octubre de 2025

Sufrimientos en la nación por la diversidad de ideas entre unos y otros


El pliego reproducido viene a señalar que la confrontación de ideas y las discrepancias ideológicas viene de antiguo en lo que actualmente viene designándose con el término "polarización". La diversidad de ideas se contextualiza en el pliego a través de diferentes apartados sin recurrir a la palabra que actualmente se ha puesto de moda y dejando al margen su más acorde sentido significativo.

En estos últimos años el término polarización se ha popularizado y extendido su significado a cualquier situación de confrontamiento contextual utilizado de una forma abusiva y estratégica, tanto por parte de los medios informativos como de las redes sociales, con el fin de captar la atención y posicionarse en un lado frente al otro. Dicho término se utilizaba básicamente en el terreno de lo científico o tecnológico, pero su uso en la actualidad se ha extendido a cualquier forma de discrepancia, ya sea política, económica o cultural buscando conseguir un efecto exagerado e incisivo encuadrado en una postura ideológica sin apenas fisuras o matizaciones.

Es tal la incidencia del término polarización en los últimos años que La Fundación del Español Urgente (FundéuRAE), promovida por la Real Academia Española y la Agencia EFE, ha escogido dicho término como la palabra del año 2023 frente a las otras doce candidatas finalistas como ejemplo representativo y de elevada presencia en los medios de comunicación.

El fenómeno creciente del uso del término, abierto a cualquier significado para expresar oposición, conlleva todo un recurso añadido de cara a fomentar lo emocional y afectivo y sumergirse en un marco ideológico como herramienta acrítica, sin apenas aristas y alejada de cualquier divergencia. 

Si nos detenemos en este pliego del siglo XIX se postulan las distintas controversias en los siete apartados recogidos.

 - Las lágrimas
 - Buenos y malos
 - Madres e hijos
 - La duda
 - El siglo
 - Tristeza y alegría
 - El telar

En último apartado del pliego comienza con una recurrente cuarteta de amplio recorrido:
Hoy la España es un telar
y el que se meta a tejer
va enredando más la tela
que el que tejió antes en él.
La metáfora del telar, como máquina artesanal destinada a tejer mediante un entramado de hilos y urdimbres para elaborar tejidos, viene a simbolizar de forma alegórica los entrecruzamientos y la diversidad de ideas que son propias de la complejidad inherente a toda realidad social.

El telar constituye metafóricamente un marco de referencia donde los hilos propios de la urdimbre son la clave del desarrollo y resultado final del tejido a elaborar. El telar es todo un símbolo ancestral desde la mitología griega, donde Aracne, de gran habilidad tejedora, desafió a la diosa Atenea acabando castigada y transformada en araña y condenada a tejer sin cesar.

Velázquez - La Fábula de Aracne o Las hilanderas
El telar, con su variedad y manejos de hilos y urdimbres, viene a simbolizar de manera metafórica cualquier realidad social desde la noche de los tiempos.

El pliego fue impreso en Madrid, sin que figure el año, por la Imprenta Universal, fundada en 1850 y de la que se conocen distintos emplazamientos, entre otros: uno, en la calle Cabestreros, 5; en la travesía de San Mateo, 1, en la calle del Oso, 21 y en la Carrera de San Francisco, 6.





©Antonio Lorenzo

domingo, 19 de octubre de 2025

La cubana americana


En los dos pliegos reproducidos se nos narra la salida de un viajero desde Cuba hacia España a través de un "paquete" proveniente de Nueva York en el que venía desde allí una cubana. El término "paquete", se relaciona y hace referencia a cómo se denominaban entonces a las embarcaciones que transportaban correos, y también pasajeros, entre las orillas trasatlánticas de unos puertos a otros. Dicho término, ya desusado completamente, venía a ser sinónimo de "paquebote", referido a los navíos que se utilizaban para las conexiones económicas y culturales de todo tipo entre las orillas transatlánticas de América del Norte o América del Sur con distintos puertos europeos a finales del siglo XIX.

Centrándonos en el primer pliego, donde en su primera parte se desarrolla el cortejo y enamoramiento de ambos viajeros hasta llegar a España, se añade a continuación el Vals del molinero de Subiza prosiguiendo con unas Décimas para cantarse con el tono de El Paño.

El texto que aparece en el pliego bajo el título de El vals del molinero de Subiza está entresacado de un baile de jota incluido en la zarzuela del mismo título. Dicha zarzuela, en tres actos y en verso, fue estrenada el 21 de diciembre de 1870 en el madrileño Teatro de la Zarzuela. Su compositor musical fue Cristóbal Oudriz (1825-1877), quien fuera célebre pianista y director de orquesta. El libreto de la obra se debe al escritor y abogado Luis de Eguilaz (1830-1874). El texto del pliego viene a expresar los trastornos afectivos ocasionados por la belleza de las mozas y que derivan en calenturas.

Las Décimas para cantarse con el tono de El Paño hace referencia a una recurrente y conocida melodía popular como compás de amalgama y pieza representativa de "lo murciano". Recogida en los primeros cancioneros murcianos surgen dudas respecto a su origen al ser una melodía muy influenciada por su condición de canto de ida y vuelta y su estrecha vinculación con el "Punto de la Habana" y con "La petenera", debido a su patrón rítmico al margen de aparecer con variantes melódicas y textuales. La melodía popular de el paño, ya aparece con variantes, tanto de la melodía como en el texto, en las numerosas recopilaciones de cancioneros desde la primera mitad del XIX.

Desde un punto de vista literario, el texto incluido en el pliego comienza con una copla de cuatro versos seguida de la décima con un sentido romántico de temática amorosa.

Andrés Blanco, en sus Escenas murcianas. Apuntes para cuadros y costumbres y tipos de Murcia y de su huerta y campo (Murcia, Tip. de Rafael Albaladejo Brugarolas, 1894), señala que:
"El paño era uno de los cantos populares más hermosos de los ejecutados con acompañamiento de guitarra, sosteníase por un ritmo original y sencillo que no podía adaptarse, como el de las seguidillas, malagueñas y jotas a ninguna otra clase de canciones. Había tres clases de paños completamente distintos: el primero era el "moruno" y el de la tierra o murciano, que tenía el mismo acompañamiento, y solo se diferenciaban en alguna variante accidental y en que el moruno se cantaba en modo mayor y el murciano en modo menor. El segundo era el "lorquino" y el tercero el "americano". (pág. 216)
Al margen de las tres señaladas variantes evolutivas y cambiantes de esta melodía popular es notorio que sirvieron como fuente de inspiración para célebres compositores, como Granados o el propio Falla. A la popularidad de la melodía se une el que aparezca como referente en determinados pliegos sueltos distribuidos por los ciegos cantores como fuente de venta e improvisación. 

La diversidad de versiones del paño como cantinela popular, se conoce mayoritariamente con la copla:

Al paño fino en la tienda
una mancha le cayó,
por menos precio se vende
porque perdió su valor.

Desde un punto de vista alegórico se alude a la pérdida de la virginidad femenina y a su depreciación como mujer, al igual que sucede cuando un paño fino pierde valor al mancharse. La pérdida de la honra no deja de ser un desprecio machista hacia la mujer basado en la creencia de que el sexo no puede ser mancillado antes del matrimonio. Obviamente, estas apreciaciones corresponden a la mentalidad de la época.

Como singular referente, aunque con diferente texto, puede escucharse en la versión cantada por Joaquín Díaz recogida en el compact disk recopilatorio, editado por Openfolk en el año 2001, con el título Canto Murciano (el paño moruno): [https://funjdiaz.net/joaquin-diaz-canciones-ficha.php?id=109].

El segundo pliego, dividido en dos partes, reproduce igualmente el encuentro del viajero que venía de Cuba con una cubana que venía de Nueva York. A causa de una tempestad el barco se hundió, pero logró salvarse junto a la cubana agarrados ambos a un madero y llegando a un islote. En la segunda parte se nos informa de que ambos ya se encuentran en Barcelona tras haber desembarcado en la ciudad desde hacía tres meses. El resto son simples coplas de carácter amoroso alabando y exaltando las cualidades de la cubana.





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©Antonio Lorenzo

domingo, 12 de octubre de 2025

Si a tu ventana llega una paloma...

 

La etiqueta El trovador de las hermosas hace referencia a todo un surtido de coplas y canciones distribuidas de forma seriada en pliegos sueltos, impresos a mediados del siglo XIX en Barcelona, donde se recogen variados tipos de canciones para cantar los enamorados a sus damas.

El número uno de dicha serie, con la etiqueta de La americana cubana, adquiere un reconocido interés al incorporar versos de la celebrada canción La Paloma del gran Iradier. Debido a la enorme difusión de esta composición a lo largo del tiempo, varios países la han considerado como de su pertenencia, como consta en algunas recopilaciones de tangos argentinos o como ejemplo de la típica y referencial habanera cubana.

Como se sabe, La paloma es una habanera que fue escrita y compuesta por el compositor español Sebastián de Iradier y Salaverri (1809-1865), hacia el año 1860 tras su visita a Cuba. De sus numerosos viajes por Europa y América mantuvo una estrecha relación, tanto con compositores, políticos o escritores, como también con personajes de la más alta aristocracia de Madrid, ya que fue profesor de música y maestro de canto de Eugenia de Montijo, que llegaría a ser emperatriz de Francia tras su boda con Napoleón III en 1853.

En las giras que emprendió Iradier por Estados Unidos, México y Cuba, encontró inspiración para componer canciones basadas en ritmos populares criollos.

La enorme popularidad de esta melodía corresponde a sus conocidísimos versos:

Cuando salí de la Habana
¡Válgame Dios!
nadie me ha visto salir
si no fui yo,
y una linda Guachinanga,
sí, allá voy yo,
que se vino tras de mí
¡Que sí señor!

Si a tu ventana llega
una Paloma
trátala con cariño
que es mi persona.
Cuéntale tus amores,
bien de mi vida
corónala de flores
que es cosa mía.
¡Ay! ¡chinita que sí!
¡Ay! ¡que dame tu amor!
¡Ay! que vente conmigo,
chinita, adonde vivo yo!

De esta composición se conocen centenares y centenares de versiones, no solo en países europeos como Francia, Italia, Grecia o Alemania, sino también por su enorme expansión en países latinos, preferentemente en México y en Cuba. Las letras que acompañan a la melodía se han utilizado de diferentes maneras y con significados distintos dependiendo de cada país. Hay que recordar que Cuba era entonces una provincia española donde el intercambio comercial con España era constante a través de embarcaciones y por el trasiego de marineros.

A lo largo de su más que centenaria trayectoria, se conocen adaptaciones guitarrísticas de grandes maestros, como Francisco Tárrega e incluso del gran Paco de Lucía. Obviamente, se conocen también numerosas adaptaciones, tanto vocales como musicales, como la interpretada por el considerado rey del rock and roll, Elvis Presley, en la película Blue Hawái con el título de No More ("No más") de la que grabó diferentes tomas aparecidas en distintos álbumes.

Su melodía, tan cautivadora y nostálgica, se ha mantenido a lo largo del tiempo, como puede comprobarse en la letrilla incluida en este curioso y representativo pliego, fechado en 1861, tan cercano a la creación de la bella melodía del músico alavés. 

Los orígenes polémicos de la habanera la hacen derivar de la contradanza europea, aunque no hay que soslayar su estrecha relación con rasgos criollos y africanos. Ello está asociado al oficio de la marinería a lo largo del siglo XIX mediante el flujo continuo de un comercio tan activo entre las dos orillas y cuyo patrón musical alcanzó gran fortuna en la zarzuela española del siglo XIX.

La letra contiene expresiones coloquiales cubanas como "guachinanga", referida a una persona sencilla, apacible y zalamera o "chinita", en el sentido de apodo cariñoso hacia a una mujer india o mestiza.

El pliego acaba con unos versos del Rataplam, término que se considera una onomatopeya que trata de imitar el sonido de un tambor.

Tras este primer ejemplo de El trovador de las hermosas, la paloma sigue volando.




     
   ©Antonio Lorenzo