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miércoles, 3 de julio de 2019

Canciones entresacadas de obras teatrales o zarzuelas: "Los cuatro sacristanes" + "La cola del diablo" y otras [I]

Grabado de Carlos Enrique Pellegrini (Primera mitad siglo XIX)
El auge de la zarzuela propició el que sus más conocidos números fueran aprovechados para imprimirlos en hojas volanderas y que el público en general tuviera un fácil y económico acceso a los números más representativos.

El pliego que reproduzco contiene una serie de canciones provenientes de diferentes obras y autores. La revista bufo-política Los cuatro sacristanes, en un acto y en verso, fue estrenada en el madrileño Jardín del Buen Retiro en julio de 1875, siendo el autor del libreto Ricardo de la Vega y José Acebes de la música. El mismo Ricardo de la Vega estrenó al año siguiente La muerte de los cuatro sacristanes como continuación de la primera. Contextualizando el título los cuatro sacristanes simbolizan al clero clero carlista que pretendían casarse con España (Concha España), algo que al final hizo con don Justo Moral. Estas comedias hay que entenderlas como sátiras y críticas políticas enmarcadas en la agitada época de la Restauración borbónica en el último tercio del XIX, como se recoge en el himno dedicado a Alfonso XII.

Antes de dar paso al pliego, reproduzco las carátulas con la información de las zarzuelas elegidas para confeccionar el impreso.




El pliego se encontraba a la venta en la tienda de Borrás e impreso en la ciudad de Palma de Mallorca en 1876 por Bartolomé Rotger.





©Antonio Lorenzo

lunes, 7 de mayo de 2018

El tío Caniyitas y otras canciones zarzueleras y de preflamenco

Una escena del Tío Caniyitas ilustrada por Doré
Este pliego merece una contextualización algo más amplia antes de dar paso a su reproducción. Editado en 1851, se recogen en él varias canciones que nos sitúan en una interesante época donde se perfilan las características de lo que posteriormente se denominará como zarzuela grande y que entronca también con el llamado preflamenco o su periodo de gestación y conformación con su amplia diversidad de influencias y variedades tras un largo proceso de transculturación: un arte mestizo, en definitiva, y precursor del llamado arte jondo. Pero comencemos por situar cada una de las canciones.

El tío Caniyitas


El tío Caniyitas, o el mundo nuevo de Cádiz, es una ópera cómica (una forma de evolución y resurgimiento de la zarzuela, para entendernos) en dos actos, de José Sanz Pérez como autor del libreto y de Marciano Soriano Fuertes como compositor de la música. Se estrenó en el Teatro San Fernando de Sevilla en noviembre de 1849, convirtiéndose, meses más tarde, en todo un fenómeno de masas, alcanzando la cifra de ciento treinta representaciones seguidas en tres teatros gaditanos a la vez. A poco más de un año de su estreno se representó en lugares como Málaga, Valencia, Madrid, Granada e incluso en La Habana durante el año 1853. Su popularidad fue enorme y su crítica elogiosa (menos benevolente en Madrid), pero sin duda marca un antes y un después para la posterior consolidación de la zarzuela.

El fulgurante éxito de la obra propició que al tío Caniyitas se le reprodujera en litografías, grabados, librillos de papel de fumar, cajas de pasas, en abanicos que se vendían en las corridas de toros y hasta dando título a algunos periódicos de Sevilla o de Madrid.

La acogida en Madrid, en cambio, no fue bien valorada por la crítica. En el periódico madrileño El Pasatiempo musical se criticaba con dureza, tanto al compositor como a la obra, señalando justo lo que nos interesa: una música escrita para el pueblo y para que la cantasen los ciegos.
"Su música está escrita para el pueblo y no para el arte, que los ciegos la han cantado y cantan por las calles; y que si esto era suficiente para la completa satisfacción de un maestro compositor, nadie mejor que el señor Soriano podía llamarse feliz oyéndose ejecutar en los talleres y plazuelas.
No tuvo otra idea el señor Soriano que la de escribir para el pueblo, y puesto que para el arte, lo habían hecho ya muchos y distinguidos compositores; y si consiguió con creces su objeto, de más está la crítica de los escolásticos imitativos, que tan tolerantes fueron con otras muchas obras de recopilaciones extranjeras".
Los gaditanos se identificaron prontamente con la obra, no solo por sus escenarios conocidos, como la Plaza de San Juan de Dios, sino por los personajes que tan cercanos les resultaban. La subordinación de los músicos a los modelos de la ópera italiana de aquellos años, se va poco a poco desinhibiendo y despejando con obras donde la música y los ambientes españoles (especialmente andaluces) van ganando cada vez más peso escénico.

Copio el resumen que sobre la obra ofrece María Encina Cortizo en su magnífica tesis doctoral: La restauración de La Zarzuela en el Madrid del XIX (1830-1856), Universidad Complutense de Madrid, 2014, nota 22, pág. 270:
 El asunto se reduce a la historia de un joven inglés (Mr. Frich), que llega a Cádiz y quiere aprender el "caló" de labios de una joven gitana. El tío Caniyitas, gitano marrullero, vendedor de objetos de hierro viejo, creyendo sacarle mucho dinero al inglés, le conduce a ver a Catana, hermosa gitana de la cual se enamora el inglés perdidamente. Pero Catana, que tiene amores con el herrero Pepiyo, en vista de los celos de éste y de las pretensiones del inglés, a la vez que ofendida por los buenos oficios de Caniyitas, provoca la venganza de los compañeros de fragua de Pepiyo, que cogen a los dos culpables y les chamuscan el pelo y las patillas, dejando a ambos escarmentados y contentos.
El texto reproducido en el pliego forma parte del acto primero donde se desarrolla un diálogo entre el inglés Frich, Caniyitas y el coro, aunque en el pliego no se especifican las frases de los intervinientes y figura el texto de forma continuada.

Como ha señalado y sugerido José Luis Ortiz en su fundacional ¿Se sabe algo? Viaje al conocimiento del Arte Flamenco en la prensa sevillana del XIX (Sevilla, 1ª ed., Ediciones El Carro de la Nieve, 1990) y posteriormente, junto con  Faustino Núñez, en La rabia del placer: el origen cubano del tango y su desembarco en España (1823-1923 (Diputación Provincial de Sevilla, 1999), ambos autores, en su rastreo por las hemerotecas municipales de Sevilla, Madrid y La Habana, certifican que estos cantos guardan una estrecha relación con el llamado "tango americano" y sus derivados, siendo precursores y originarios de un posterior cante flamenco personal. A través de las noticias publicadas en la prensa de aquellos años se abre un extraordinario mundo nuevo para la documentación de los estudios flamencos ayudando a desmitificar viejos tópicos, como el "hermetismo" de los años oscuros o la dependencia absoluta del elemento gitano en la conformación del cante jondo.

La importancia de estas composiciones de Soriano Fuertes, en plena época del reinado de Isabel II, resulta notoria porque recoge la moda del andalucismo-gitanismo a través de los personajes populares que coincide con una primera aproximación del turismo incipiente en su trato con los extranjeros y en una dudosa y burda imitación de sus modales o maneras de hablar.

Coplas al tío Pinini

En el pliego, aparecen a continuación unas coplas dirigidas al tío Pinini, pariente del tío Caniyitas. Se trata, obviamente, de una continuación o prolongación de la obra anterior, motivada sin duda por el gran éxito que obtuvo la primera. Con música también de Mariano Soriano Fuertes y con libreto, en esta ocasión, de Enrique Salvatierra, El tío Pinini, autotitulado juguete cómico-lírico-bailable en un acto, se estrenó en el madrileño Teatro de la Comedia en noviembre de 1850, justo al año siguiente del Tío  Caniyitas.

Este juguete cómico-lírico-bailable incluía varios números musicales, como un zapateado (a modo de "jaleo" gaditano),  el Vito sevillano o el Polo nuevo andaluz. Según las compañías que lo representaban iban variando el repertorio adaptándose a los actores y a los lugares donde se representara, pero sin duda provenían del repertorio popular andaluz. El pliego nos ofrece una serie de cuartetas con el común estribillo de una jota jaleada:

A la jota del tío Pinini
el que se jalea con su tirinini;
a la jota del viajo pindongo,
el que se jalea bailando el zorongo.

 La jardinera

El pliego continúa con la canción de La jardinera, cantable que pertenece a la zarzuela, en dos actos llamada El Duende, con libreto de Luis Olona y música de Rafael Hernando. Estrenada en el madrileño Teatro Variedades el 6 de junio de 1849. En su acto segundo es donde aparece la canción de La jardinera, si bien con el nombre de la florera en un diálogo con el coro, del que incluyo un excelente grabado aparecido en "La Ilustración".


La Caracolera

El impreso concluye con la canción de La Caracolera, donde se incluye en el pregón  el conocidísimo ¡Caracoles, caracoles!, convertido y consolidado en estilo flamenco por Antonio Chacón, quien lo adaptó a partir del conocido estribillo del pregón.

Vemos, pues, como en este pliego editado en Madrid por la Imprenta de José María Marés en 1851, se recoge todo un conjunto de elementos que nos iluminan sobre los años del llamado preflamenco y su indudable influencia en su posterior desarrollo como estilos consolidados y reconocibles.





©Antonio Lorenzo

miércoles, 21 de marzo de 2018

Zarzuela: Boccaccio + Canciones de los polvos


Este pliego recoge los más conocidos cantables de la zarzuela Boccaccio. La obra fue estrenada en el madrileño Teatro de la Zarzuela el 12 de diciembre de 1882. Dicha zarzuela es una adaptación de la opereta vienesa de igual título, situándose la acción en la Florencia de 1340.

Los libretistas alemanes originales de la obra fueron Camillo Walzel y Franz Friedrich Richard Genée, y la música compuesta por Franz von Suppé. La original opereta cómica en tres actos se estrenó en Viena el 1 de febrero de 1879 con el título de Boccaccio, o el príncipe de Palermo. La adaptación y estreno en España, a los tres años de su representación alemana, se explica por el auge de un tipo de obra ligera de carácter cómico, donde se alternaban diálogos con el canto y la música instrumental. En este género primaba lo satírico y burlesco con escasa o nula relación con la realidad, por lo que su trama rozaba frecuentemente con lo inverosímil o disparatado.

Entre la segunda mitad del siglo XIX  y en la primera mitad del siglo XX,  la zarzuela recibió una influencia de la opereta de corte ligero, no solo de la que se desarrollaba en Francia, sino también de la vienesa, produciendo obras como la que nos ocupa.

Si leemos las distintas críticas de la obra, no parece que fuera acogida con gran entusiasmo por el público. No obstante, la edición en pliego de parte de los cantables, así como el argumento de la obra podía adquirirse en un quiosco vallisoletano en 1903 a un precio de 10 céntimos.


El arreglo musical de la opereta, en su versión española, corresponde al maestro Nieto y la adaptación del texto a don Luis Mariano de Larra.

Don Luis Mariano de Larra fue hijo del célebre escritor y periodista don Mariano José de Larra y de su mujer, doña Josefa Wetoret Velasco, con la que contrajo matrimonio en 1829, matrimonio del que nacería en 1830 su primogénito Luis Mariano. Al poco de su nacimiento el matrimonio se separó, y cuando el niño contaba con apenas siete años, su padre se pegó un tiro la noche del 13 de febrero de 1837 a raíz de su desengaño amoroso con Dolores Armijo.

Luis Mariano de Larra destacó por su obra teatral, sus novelas y libretos de zarzuelas (siendo la más conocida y destacada El barberillo de Lavapiés). Alejado paulatinamente de la corte, su figura fue cayendo en el olvido falleciendo en 1901 a los 71 años.


El pliego procede de la imprenta de Damián Vilarnau y podía adquirirse en la casa de los sucesores de Antonio Bosch y en la tienda de M. Borrás en la isla de Palma de Mallorca. El pliego incluye también en catalán unas 'canciones de los polvos' donde se critica a las mujeres que, atendiendo a las nuevas modas, se embadurnaban la cara y el cuerpo con polvos en la creencia de resultar más atractivas.

Tras el pliego, adjunto un coloreado "ventall" o abanico donde una de sus planas se dedica a la obra que nos ocupa.







©Antonio Lorenzo

martes, 13 de febrero de 2018

Zarzuelas: La boda + Enseñanza libre

Valeriano Becquer - Baile popular (1866)
Continuando con la entrada anterior, reproduzco dos pliegos donde se recogen variados textos de la zarzuela titulada La boda, de la que no he encontrado datos, junto a otros correspondientes a la zarzuela Enseñanza libre, a los que se añaden otras composiciones ajenas a la obra.

El primer pliego carece de pie de imprenta y el segundo está editado en Madrid por la Imprenta Universal, sin año.









©Antonio Lorenzo

martes, 30 de enero de 2018

Couplets de la zarzuela "Tragaldabas" + Coplas de las elecciones + Sucesos de la isla de Cuba

Xilografía coloreada impresa por Pellerin en Epinal (ca. 1840)
El pliego que reproduzco recoge los cantables más característicos de la zarzuela Tragaldabas, zarzuela en un acto y tres cuadros en prosa, original de Eduardo Villegas y música de Tomás López Torregrosa. Fue estrenada en el madrileño Teatro Eslava la noche del 23 de noviembre de 1893.


La obra se representó un año más tarde en el desaparecido Teatro Duque de Sevilla. Extraigo la crítica aparecida en El Arte Andaluz (revista semanal de espectáculos) (Sevilla, 4 de noviembre de 1894, nº 18), donde no parece que fuera del agrado del crítico, según se desprende de la crónica aparecida.


El pliego recoge los pasajes más conocidos de la obra, pero creo que resulta de bastante más interés las Coplas de las elecciones y los Sucesos de la isla de Cuba integrados en el pliego. Estos efímeros impresos populares aportan una valiosa información muy poco tenida en cuenta, como ya he señalado en otras ocasiones, tanto por historiadores como por sociólogos. 

En las Coplas de las elecciones se critica abierta y satíricamente  los desmesurados gastos de las elecciones a diputados mientras nuestros soldados morían en la guerra de Cuba. En dicha relación se critican también los tejemanejes que impidieron al marqués de Cabriñana, es decir, a Julio de Urbina, para que fuese elegido como diputado a Cortes como candidato independiente en 1898. Se alude también al pucherazo promovido por el señor de Fustigueras (Alberto Bosch y Fustigueras), que fue alcalde de Madrid y autor, por cierto, de un Manual de Astronomía popular (1880), junto a Romero Robledo como instigadores  para alterar las elecciones a diputados.

El marqués de Cabriñana, en carta dirigida al pueblo de Madrid, se expresaba del siguiente modo:
"Madrid no ha conseguido lo que se proponía, a pesar del supremo esfuerzo realizado, y los autores de las inmoralidades municipales, que dieron lugar a la inolvidable manifestación de protesta de todo un pueblo, han impedido que yo vaya a las Cortes, para que queden impunes y en el silencio sus desvergüenzas y procacidades."
Por contextualizar someramente la mención que se hace en las citadas coplas de las elecciones, solo unos apuntes. En ellas se hace una mención al embargo que sufrió el marqués de Cabriñana. Dicho embargo vino como consecuencia de un malogrado intento de sobornarle a propósito de unos terrenos de su propiedad incluidos en un proyecto de ordenación urbana. En todo este conglomerado de influencias y cargos electorales sobrevolaba como trasfondo la guerra colonial cubana, los intereses especulativos de la banca y los monopolios industriales y comerciales, así como el desarrollo urbanístico del suelo.

La revista satírica El Motín, creada en 1881 con el subtítulo de "periódico satírico semanal" dedicó al controvertido Romero Robledo unas burlonas caricaturas que no me resisto a reproducir:


El pliego recoge también unos Sucesos de la isla de Cuba, donde se ensalza la figura del general Valeriano Weyler (1838-1930) por su proximidad a las tropas que embarcaban para sofocar la insurrección de los cubanos y su decisión de acabar con la guerra. Sin embargo, la opinión generalizada en torno a su figura, lo considera como un dirigente cruel y brutal, al que acompaña la terrible fama de haber promovido una política de exterminio a través de la llamada "reconcentración" de la población campesina en las ciudades, medida de extrema violencia que ocasionó miles de muertos y pérdidas colosales en la agricultura, lo que motivó enfermedades y una pobreza generalizada en la isla.

Weyles fue retirado de Cuba el 31 de octubre de 1897 por Práxedes Mateo Sagasta tras sustituir a Antonio Cánovas del Castillo, asesinado el 8 de agosto del mismo año.





©Antonio Lorenzo

miércoles, 29 de noviembre de 2017

La tonta del capirote

Fco. de Goya - De la serie "Los caprichos" (1799)

Este pliego recoge algunos de los números musicales de la zarzuela La tonta del capirote. Es de suponer que el público que comprara el impreso era fiel conocedor del desarrollo de la obra, pues lo recogido en el mismo tan solo se limita a reproducir el texto de los números cantables sin que figuren en ningún caso los diálogos previos que dan pie a los mismos. Su simple lectura, sin conocer el contenido de la obra, no guarda una relación argumental con su desarrollo.

La tonta del capirote se trata en realidad de un juguete cómico-lírico en un acto, con libreto de José Jackson Veyán (1852-1935) y música de Joaquín Valverde ("Quinito") (1875-1918) y Ramón Estellés (1850-1899), estrenada con gran éxito en el madrileño Teatro Martín el 18 de noviembre de 1896.


















Como es sabido, el capirote  es ese gorro con forma de cucurucho invertido que desde los tiempos de la inquisición se obligaba a llevarlo sobre la cabeza a todo aquel acusado de pecado o herejía. Todo aquel que llevaba el capirote era objeto de escarnio público y sujeto de burlas. Hoy en día, la expresión de tonto o tonta de capirote se usa como una locución adverbial para designar a una persona como necia e incapaz e intensificando la palabra tonto o tonta.





El pliego está editado, sin fecha, por B. Rotger, impresor del que sabemos se corresponde con Bartolomé Rotger, quien tuvo su taller en Palma de Mallorca desde finales del siglo XIX prolongando su actividad hasta al menos 1924. Por regla general, las imprentas y editoras establecidas en Mallorca publicaban indistintamente en las dos lenguas mayoritarias entre los ciudadanos. Es el caso, entre otros, de las imprentas de «La Esperanza», «Amengual y Muntaner», «Francisco Soler» o «Guasp». 





©Antonio Lorenzo