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domingo, 12 de mayo de 2024

Más ejemplos de testamentos burlescos

 

Esta nueva entrada sobre los testamentos burlescos tiene por objeto el ofrecer algunos otros testimonios de procedencia oral o literaria de este conocido subgénero difundido de forma oral o escrita. La continuidad interpretativa de estas manifestaciones, de tan hondo arraigo temporal, enlaza con antiguas manifestaciones literarias y satíricas del Siglo de Oro que han pervivido con sorprendente continuidad hasta épocas recientes.

En anteriores entradas en este mismo blog, que pueden consultarse en este par de enlaces sugeridos, ya me referí al testamento del gitano cantado como tanguillo de Cádiz e interpretado y escenificado como ejemplo de copla andaluza de mediados del siglo XX, sobre lo que añadiré algo más de información.

https://adarve5.blogspot.com/2017/05/testamentos-burlescos-apunteme-usted.html

https://adarve5.blogspot.com/2017/05/testamentos-burlescos-apunteme-usted_30.html

La tradición de la llamada copla andaluza no ha sido ajena a la difusión de motivos o recursos literarios anteriores, donde se mezcla lo popular con lo culto mediante un lenguaje coloquial y directo. En el caso del testamento del gitano, con clara finalidad humorística, enlaza con una arraigada tradición de testamentos de carácter burlesco. La historia y el entorno de la copla, tal y como la conocemos actualmente, fue decantándose de forma ideológica a través de diferentes medios de expresión a lo largo de los años hasta llegar a su utilización ideológica por el franquismo, donde la censura obró un importante papel propagandístico identificándola como vertebradora de un modelo "españolista" afín al régimen dictatorial apropiándose y manipulando símbolos obviamente descontextualizados.

Desde finales del siglo XIX y comienzos del XX la conocida como canción popular española y su innegable entronque con la poesía tradicional, fue adquiriendo poco a poco una tendencia nacionalista cuyas letras trataban de concentrar en unos pocos versos historias de todo tipo. La amplia difusión de la llamada copla española, vinculada al canto popular tradicional por todo el territorio nacional desde los años veinte, continuó de forma activa en los años de la II República y durante todo el largo periodo dictatorial franquista, preferentemente entre los años cuarenta y sesenta, donde se trataba de identificar lo tópicamente andaluz con lo tópicamente español, como estrategia y seña para consolidar una imagen homogénea de España como identidad estatal y unidad nacional.

Los testamentos burlescos, ya sean como inventarios de bienes, utensilios, o de imaginarias pertenencias, gozan de una amplia tradición en todo el ámbito panhispánico. La tradición literaria de poesía de disparates, nos remonta al Siglo de Oro, y como ejemplo literario, al margen de su entremezclada intención jurídico-doctrinal o claramente humorística, nos acerca, por citar algunos, al testamento de La Celestina o el testamento de Don Quijote,  lo que dio pie a la reelaboración burlesca de Quevedo sobre el episodio de su muerte, junto a otros ejemplos de testamentos literarios, muy bien estudiados y documentados por reconocidos especialistas, donde se ironiza sobre sus curiosas pertenencias y las "mandas" que se ofrecen.

Este tipo de testamentos burlescos guardan en ocasiones una estrecha relación con el refranero, frases proverbiales, con determinadas representaciones teatrales o con los cuentecillos tradicionales o folklóricos. A modo de ejemplo adjunto noticia de un juguete cómico teatral publicado en La Habana el año 1865, así como de unos cuentos recogidos en diferentes provincias con el motivo burlesco del testamento y como forma cantada recogida oralmente.


Este primer ejemplo fue recogido en Valdecaballeros (Badajoz) por Rodríguez Pastor, Juan: Cuentos extremeños obscenos y anticlericales, Diputación de Badajoz, 2001.


Adjunto otro par de cuentos, en correspondencia temática por el anterior, que entresaco del trabajo de campo editado por el insigne Julio Camarena en distintas fechas y provincias. El primero de ellos está incluido en el segundo volumen de Cuentos tradicionales de León, Madrid: Seminario Menéndez Pidal, UCM y Diputación Provincial de León, 1991.


Este otro fue recogido en el término municipal de Alamillo (Ciudad Real) y publicado más recientemente en Cuentos tradicionales recopilados en la provincia de Ciudad Real. II. Instituto de Estudios Manchegos, Ciudad Real, 2012.


Como muestra de la pervivencia de este testamento burlesco, como canto de carnaval en la memoria colectiva, es esta versión recogida en Navalmoral de la Sierra (Ávila) e incluida en la tesis doctoral El repertorio vocal profano en Castilla y León a través del trabajo de campo realizado para elaborar los programas Raíces y El Candil de Radio Nacional de España (Universidad de Salamanca, 2015) de la tristemente fallecida etnomusicóloga María Dolores Pérez Rivera (1971-2022).

Apúnteme usted 
tres santos rompidos 
que ni Cristo sabe 
los santos que han sido. 
 
Apúnteme usted,  
señor escribano, 
apúnteme usted, 
con la pluma en la mano. 
 
Apúnteme usted 
un colchón 
que por cada roto 
le coge un melón. 
 
Apúnteme usted… 
 
Apúnteme usted 
un almirez 
que no tiene culo 
de tanto moler. 
 
Apúnteme usted… 
 
Apúnteme usted 
un San Lorenzo 
que se escapó el burro 
y nos dejó tieso. 
 
Apúnteme usted… 
 
Apúnteme usted 
un orinal 
que no tiene culo 
de tanto mear. 
 
Apúnteme usted,  
señor escribano, 
apúnteme usted, 
con la pluma en la mano, 
tintero y papel. 


La readaptación de estos recursos en forma de testamentos burlescos como ingredientes de las coplas conocidas a mediados del pasado siglo XX, fueron interpretadas por figuras tan señeras como Conchita Martínez, Miguel de Molina, La Argentinita, Carmen Amaya, Estrella Morente e incluso por la figura actual de gran proyección internacional como Rosalía, que lo integra en un popurrí junto a otros temas conocidos y que pueden rastrearse a través de youtube.

La grabación del Tango del escribano, cantado por Encarnación López, "La Argentinita", en 1933, lo retomó Miguel de Molina posteriormente acompañado con orquesta, con el título de Testamento gitano. También fue interpretado por Rita Hayworth en un desastroso español en la película Los amores de Carmen de 1948, dirigida por Charles Vidor y protagonizada por Rita Hayworth y Glenn Ford en los papeles principales y basada en la novela Carmen de Prosper Mérimée.


El gusto popular por esta clase de ocurrencias testamentarias puede apreciarse hacia la mitad del siglo XIX a través de librillos y folletos de honda repercusión en las clases populares, como es el caso de esta cuarta edición de Las mil y una barbaridades, del polifacético Pedro Felipe Monlau y Roca, nacido en Barcelona en 1808, que estudió Medicina y Filosofía, e impartió Literatura e Historia como catedrático en la universidad de Barcelona. Fue también catedrático de Higiene e impartió docencia en la Escuela Superior de Diplomática. Ocupó también el cargo de director del Museo Arqueológico Nacional y fue miembro de número de la Real Academia Española durante doce años, desde 1859 hasta su muerte en 1871.

No es este el único caso donde se recogen chanzas o anécdotas sobre determinados testamentos, como también es el caso, entre otros, de los dos volúmenes de Boira, Rafael El libro de los cuentos, cuya primera edición data del año 1859, con la intencionalidad de divertir al público en general y donde también se encuentran alusiones sobre estrafalarios testamentos. 

Con ello quiero resaltar que la publicación de una serie de trabajos y libros de corte académico por el citado autor, Felipe Monlau, no estaba reñido en absoluto con su implicación con el humor propio de toda clase social, como es el caso de esta interesante publicación que alcanzó una gran popularidad desde su primera edición en 1857 donde se recogen alusiones a testamentos.



El testamento de la abuela

Una variante procedente de la tradición oral es esta versión del jocoso Testamento de la abuela, recogida en Tolbaños de Arriba (Burgos), de la que se conocen otros textos similares, que puede escucharse interpretada y grabada por el entonces Dúo Raíces a través del siguiente enlace:
 


Les voy a contar a ustedes
de qué se murió mi abuela.
Se murió de borrachera,
y esta vez no es la primera.
To los días se llevaba
a la cama un garrafón,
en el cual ponía ron,
que bebía en vez de agua.
La víspera de morir
Me dijo de esta manera:
- Acuérdate de tu abuela
que te deja un capital,
si lo sabes conservar
como lo conservó ella.
Ahí te deja una botella
llena de zarzaparrilla;
cuatro bancos y una silla,
el fuelle, la calavera.
También te deja un borrico
con un ojo de madera.
También te deja un caldero
que se usaba en otro tiempo,
pero ahora le entra el viento
por arriba y por abajo;
cuatrocientas ristras de ajos 
del año cuarenta y tres;
cuatro peras y una nuez,
y esta última podrida.
Una patata cocida,
los sesos de la gallina
y de la mula la cola,
para el día en que te cases
que celebres bien la boda.
A la novia también dejo
una falda y media enagua;
la camisa sin faldón,
porque ese se lo quité
para colar el café
porque colador no había.
Y una pequeña bujía
que esa es de San Francisco,
y una caja de rapé
que era herencia de mi tío.
Cuatro espadas en sin punta,
buenas para un desafío.
La cama de matrimonio
te la dejo como nueva.
Le falta la cabecera,
cuatro patas y un tornillo,
el mango del molinillo
para que hagáis el café;
una docena de platos,
todos rotos menos tres.
La quinta parte de un horno
que no sirve para nada.
No tiene puerta de entrada
ni tampoco chimenea;
el culo de una botella
y un paraguas nuevecito
que no tiene cobertura,
ni mango ni varillaje,
ni tampoco cerradura.
Y aquí se ha acabado el cuento
de la herencia de la abuela.

©Antonio Lorenzo

viernes, 29 de marzo de 2024

El testamento y el codicilo de Cristo en los pliegos de cordel

 

Los pliegos que recogen el Testamento y el Codicilo de Cristo, que pueden ir acompañados de otras composiciones, tienen tras de sí una curiosa historia: no solo por los escasos ejemplares conservados, sino también por el hecho de figurar en el índice de prohibidos por el Santo Tribunal de la Inquisición. Uno de los fines del Santo Oficio era tratar de controlar y combatir la heterodoxia en cuanto a la importación o circulación de libros o impresos. Bien es cierto que la expurgación de la literatura popular impresa, debido a su carácter efímero y a su dispersa y poco controlable distribución resistió mejor la censura inquisitorial al no aparecer en ellas, en muchos casos, ni el nombre del autor ni el lugar de impresión.

Se conocen numerosos pliegos de temática religiosa donde se describe la pasión de Cristo, a la que se le añaden otras composiciones que tuvieron una muy amplia acogida hasta épocas relativamente recientes. No obstante, a pesar de apartarse algunos de ellos de la considerada ortodoxia doctrinal, se supone que se permitió su difusión, a modo de vista gorda, por contener una clara adhesión a las creencias católicas. No obstante, todo ello es discutible y exigiría una mayor atención documental que se aleja de las simples pretensiones de dar a conocer algunas muestras de la literatura de cordel en esta entrada. 

Según eminentes estudiosos el primer índice español de libros prohibidos por la Inquisición española data del año 1547, del que no se conserva ningún ejemplar, pero sí en citas y copias de cartas que validan su existencia. El primer catálogo publicado por la Inquisición española es de 1551, según las cuatro ediciones impresas de Valladolid, Toledo, Sevilla y Valencia, aunque con algunas diferencias textuales y donde se citan las obras condenadas por la Inquisición española.

El testamento de Cristo

Sobre el testamento de Cristo conocemos en pliegos dos versiones con el mismo título y cuyos textos podían imprimirse por separado y contener otras composiciones añadidas con variaciones textuales como veremos de forma sucinta. Dada la variabilidad de pliegos, en alguno de ellos la pasión viene precedida por un conmovedor diálogo entre Cristo y su madre, que circuló repetidamente en pliegos y en oraciones.

El primer pliego que reproduzco comienza con la frase inicial muy repetida: "Sepan cuantos esta carta vieren", expresión coincidente con los protocolos notariales de entonces.





La importancia del testamento según las antiguas creencias cristianas y como expresión de las últimas voluntades resulta fundamental para entender el paso a la otra vida una vez expuestas y designadas como "mandas", referidas a la fórmula inicial «Ítem mando» designando las últimas voluntades a sus herederos. Con el testamento se consideraban resueltos los asuntos terrenales hereditarios y uno se preparaba espiritualmente para afrontar el camino para la salvación.

Cristo, en su testamento, sigue de forma ordenada las pautas a observar, pues figuran presentes como testigos sus once discípulos, excepto Judas "que por falso no lo cuento", y los cuatro evangelistas, a modo de escribanos, para dar testimonio fehaciente como albaceas.

Ciertamente, el motivo de los testamentos se extiende como recurso literario a otros muchos pliegos conocidos de carácter burlesco, como los testamentos del gallo, la zorra o del asno, así como a testamentos de personajes reales o ficticios, como el del Gran Palanquín, don Guindo y Pascual Cerezo, Juan de Austria, Felipe II, Judas o Luzbel.

El codicilo

El codicilo hace referencia a una especie de añadido, a modo de complemento, que amplía o introduce nuevas disposiciones. En caso de haber modificaciones, estas no serán sustanciales ni alterarán las últimas voluntades otorgadas aún en el caso de haberse otorgado previamente el testamento. El codicilo del testamento de Cristo, se amplía con nuevas mandas y reflexiones sobre sus discípulos, con especial condena a Judas y resaltando a Elena, madre del emperador Constantino, quien será quien encuentre los restos del madero donde fue sacrificado Jesucristo que se convertirían en imaginarias e inconsistentes reliquias tan aprovechadas por la iglesia.

Tanto el testamento como el codicilo que lo acompaña, son claramente apócrifos en el sentido de redacciones paralelas que tratan de explicar aspectos de la historia sagrada, pero con posibilidades de que fueran prohibidos y condenados (a falta de una confrontación textual según los títulos con textos no conservados) en alguno de los Índices prohibidos por Fernando de Valdés (1559) o por Gaspar de Quiroga (1583), donde se especifica de forma generalizada que "no conviene que anden en romance".

Esta tradición combina elementos apócrifos y devotos puesto que a pesar de su aparente contradicción van unidos en este caso. Efectivamente, dicho testamento, al igual que muchos otros casos o milagros difundidos en pliegos carecen de fundamento real, pero en cambio han servido para promover la devoción de amplios sectores de la población.

En este primer pliego reproducido se agrega tras el codicilo el Romance de un alma contrita donde tampoco aparece el autor y se utiliza el arrepentimiento como útil vía afectiva para el adoctrinamiento. Se trata en este caso de un romance que aparece incluido en el Romancero espiritual (1612), escrito o compilado por José de Valdivielso (1565-1638) con el título de Romance de un alma convertida, aunque su atribución no deja de ser dudosa, aunque como autor del mismo aparece en la portada de otro pliego con el testamento de Cristo fray Francisco Bernardo de Salazar, de la Orden de Predicadores.


En el siguiente pliego sobre el Testamento de Cristo, difiere del reproducido anteriormente con un desarrollo y texto distinto haciendo hincapié en la presencia al pie de la cruz de las Tres Marías a lo que se añade un devoto romance sobre la Asunción de la Virgen, con recorrido en otros pliegos de cordel.





Como añadido a los antiguos pliegos conservados sobre el Testamento de Cristo reproduzco la fotocopia de la parte de un pliego conservado en la «Biblioteca Valenciana Digital» con un texto del testamento más moderno e inconsistente temporalmente. Tras resaltar su línea materna y paterna incluye advertencias a insignes predicadores de órdenes religiosas para redimir a los cristianos de los agarenos o musulmanes. Dicho testamento figura añadido a unas Coplas a la divina aurora. En el pliego tampoco aparece el autor, ni la fecha ni el lugar de impresión.



La readaptación o reutilización de fragmentos, motivos o versos de romances profanos vueltos «a lo divino», como recurso adaptativo del romancero tradicional fue propio del siglo XVI y conocido con el término de «contrafacta». Mediante estas contrafacturas los autores de poesía religiosa pretendían alcanzar una mayor popularidad. Muchos versos, motivos sueltos o episodios de estos romances de carácter originalmente profano fueron readaptados a lo divino por escritores de los que se conservan escasos vestigios orales recientes, como veremos más adelante en relación al testamento de Cristo.

El romancero religioso no tiene un solo origen basado en lo "canónico", sino que sus fuentes provienen de una tradición innovadora tal y como se refleja en los múltiples ejemplos recogidos y en sus interacciones con historias piadosas, donde la figura de María adquiere un notable protagonismo que no figura en los escritos propiamente evangélicos, sino más bien de inspiración piadosa donde se mezclan e intercambian versos y motivos temáticos.

Los romances religiosos entremezclan textos de procedencias heterogéneas, considerados muchas veces como oraciones, hace difícil una clasificación de los mismos y el asignarles un título identificativo para catalogarlos

El testamento de Cristo guarda indudable relación textual con composiciones escritas de temática religiosa por distintos autores. Un caso representativo es el romance escrito por Alonso de Ledesma en sus Conceptos espirituales, cuyo primer tomo data del año 1600, y donde en el testamento pronunciado por Cristo se encuentra presente en escena su madre y donde Juan (San Juan Evangelista) figura como escribano señalando que el testamento debe de ser firmado y corroborado por cuatro testigos (los Evangelistas). Su comienzo es A las palabras que dijo Cristo en la cruz en metáfora de testamento

En una cama de campo
estaba Cristo a la muerte,
que en cama de campo nace,
y en cama de campo muere...
 
 


Muestras recogidas oralmente

La expresión poética del nacimiento y la muerte en una cama de campo se asocia metafóricamente con el ciclo natural del comienzo y el fin de la vida, presente también en oraciones y en otros romances trasmitidos oralmente, como en el recogido por Agapito Marazuela en 1933 y conservado en el Archivo de Menéndez Pidal.
Versión de Hoyocasero (ay. Hoyocasero, p.j. Ávila, Ávila, España). Recitada por T. Martina Giménez. Recogida por Agapito Marazuela Albornos, 00/00/1933 (Archivo: AMP). Publicada en IGR-vulgar 1999, p. 290. 022 hemist. Música registrada.
En una casa de campo   está mi Dios a la muerte;
en cama de campo vive,   en cama de campo muere.
Tan estrecha era la cama   que rodearse no puede,
para ver de estar en ella   un pie sobre el otro tiene.
Manda venir a San Juan,   que quiere que esté presente,
que quiere hacer testamento   de sus tan queridos bienes,
y un escribano de pluma   pa que testamento ordene.
El cuerpo manda a la Iglesia,   y en la custodia le entierren,
y el día del Sacramento   por las calles le celebren;
las entrañas manda al hombre,   para que de mí se acuerde,
y el corazón a mi madre,   que de derecho la viene.

Otro de los muy escasos ejemplos recogidos de la tradición moderna y relacionados con el romance de El testamento de Cristo, es el recogido por Javier Asensio y Carlos Muntión en Baños de río Tobía en La Rioja en el año 2003. (https://www.riojarchivo.com/el-testamento-de-cristo/)

En cama de campo, madre,
en cama de campo nace   está Jesús a la muerte
y para poder estar   un pie sobre otro tiene.
Llamen, llamen a San Juan   que hacer testamento tiene
la pluma del escribano,   ¡ay, qué presente lo tiene!
El cuerpo deja a su madre   porque derecho le viene
el corazón a la iglesia   pa que con él se consuele.

Otro ejemplo de la pervivencia en la tradición oral de este tipo de composiciones de temática religiosa en referencia al testamento de Cristo es este romance recogido por tradición oral en la localidad extremeña de Alcuéscar en el año 1903 por el folklorista don Rafael García-Plata de Osma con el título de Jesús y la Magdalena, reproducido por Bonifacio Gil en sus Romances populares de Extremadura, donde se recoge y contrafacta «a lo divino» versos del romance profano Las quejas de doña Urraca.



Para saber más

González, William H.: Romancero religioso de tradición oral, Madrid, Eypasa, 1994.

De Sancha, Justo (ed.): Romancero y cancionero sagrados. Colección de poesías cristianas, morales y divinas, sacadas de los mejores ingenios españoles. Tomo XXXV de la Biblioteca de Autores Españoles, de Manuel Rivadeneira. Madrid, 1855.

Trapero, Maximiano: Los romances religiosos en la tradición oral de Canarias, Ediciones Nieva, 1990.

©Antonio Lorenzo