Collage de imágenes de san José |
La figura de San José se encuentra envuelta en una especie de neblina en el imaginario colectivo de los cristianos. Las más de las veces se le asocia con la figura de un anciano que lleva en una de sus manos una vara florecida de nardo (o azucena) o bien con la figura de un ebanista que contempla los juegos de su hijo entre las virutas de la carpintería.
Los
evangelios canónicos apenas nos facilitan noticias sobre José. Tan sólo en los
primeros capítulos de los evangelios de Mateo y Lucas se nos ofrece una escueta
información sobre el mismo y ambos se inician después de los desposorios de
María con José.
Los fieles
cristianos han querido suplir esa falta de información con lo narrado en la
famosa Leyenda Dorada (o Áurea) de Jacobo de la Vorágine, a mediados del siglo
XIII, o en diversos evangelios apócrifos, esto es, en aquellos evangelios no admitidos por la Iglesia como revelados.
De esta forma se ha conformado una imagen de san José que entronca con
elementos legendarios que embellecen y amplifican lo que no se nos cuenta en
los evangelios ‘oficiales’ y que, a pesar de su manifiesta ingenuidad, resultan
sugerentes en gran medida.
Las
principales fuentes apócrifas que ofrecen noticias sobre san José son las
siguientes:
Este episodio de la vara recuerda a los poderes milagrosos de la vara florecida de Aarón, el hermano de Moisés, custodiada en el Arca de la Alianza junto con las Tablas de la Ley y un recipiente conteniendo el maná, Arca que simboliza el pacto entre Dios y el pueblo judío.
- El Protoevangelio de Santiago
- El Pseudo-Mateo
- El Evangelio de la natividad de la Virgen
- Historia de José, el carpintero
- Vida de la Virgen y muerte de José
Este episodio de la vara recuerda a los poderes milagrosos de la vara florecida de Aarón, el hermano de Moisés, custodiada en el Arca de la Alianza junto con las Tablas de la Ley y un recipiente conteniendo el maná, Arca que simboliza el pacto entre Dios y el pueblo judío.
En el
apócrifo titulado ‘Historia de José, el carpintero’ (Siglos VI ó VII), se nos cuenta que José tenía de su primer
matrimonio cuatro hijos y dos hijas, y hasta nos facilita sus nombres: Judas, Justo,
Jacobo, Simeón, Assia y Lidia, y que, viudo de su primera esposa tras 49 años
de matrimonio, recibió a María que contaba entonces alrededor de 12 años de edad.
De forma
ingenua y candorosa nos aclara también que no perdió ni un solo diente de su boca y que
conservó siempre su vitalidad y que vivió hasta los ciento once años.
En realidad
no conocemos fehacientemente ni su procedencia exacta (Belén o Nazaret) ni
tampoco su edad. Algunos exégetas suponen que José tendría entre 40 ó 50 años a
la hora de su matrimonio con María; otros, lo cifran en torno a los 19 ó 20 años.
Tampoco se
sabe con exactitud si en verdad fue carpintero (de gran predicamento en la
tradición pictórica) o herrero, como quiere san Isidoro de Sevilla.
Joan de Joanes - San José con el niño Jesús |
Lo que nos
dicen los evangelios canónicos es que María ya se encontraba desposada con él y
que antes de que conviviese con su prometido ella apareció en estado, lo que
resulta contradictorio si no tenemos en cuenta las costumbres de la época donde
se celebraban los ‘desposorios’ en casa de la novia y constituía de facto un verdadero matrimonio aún antes de
la ceremonia matrimonial propiamente dicha.
Luis Juárez - Desposorios de la Virgen |
Giotto - Desposorios de la Virgen |
Rafael de Urbino - Desposorios de la Virgen |
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Los pliegos de cordel, como ejemplos de literatura popular impresa, se han hecho eco de estos acontecimientos con la intención de incitar y promover la piedad hacia aquellos a quienes van dirigidos, que no es otro que el pueblo llano y popular. Veamos un ejemplo sobre este tema proveniente de mi colección
Desposorios de María Santísima con san José. Barcelona, Impr. Cristina Segura, Vda. de Llorens, s.a._A |
Desposorios de María Santísima con san José. Barcelona, Impr. Cristina Segura, Vda. de Llorens, s.a._B |
Adjunto un romance, recogido por tradición oral en la provincia de Burgos por Narciso Alonso Cortés y un enlace a otra versión del mismo tema.
A unos desposorios castos convida la Iglesia, amigos.
Los desposados son
santos; vamos, seremos testigos.
El desposado es
José, ¡qué grande dicha ha tenido:
que se casa con
María, hija de Joaquín, su tío.
Tiene la novia mil
gracias, de quince años no cumplidos;
José tiene treinta y tres, hermoso y bien parecido;
pues para no estar
ocioso, de carpintero es su oficio.
De reyes y patriarcas
ambos descienden, de fijo.
pues lo dijo San
Mateo en un Evangelio escrito.
Crióse aquí esta
doncella en el templo y con retiro;
a los doce años,
José ha hecho este voto mismo;
de este modo se
ordenó desposorios tan divinos.
Era esta doncella
rica y sus padres eran ricos;
era santa y muy
hermosa, y por aquiestos
motivos
cuantos mancebos
había de aquel linaje han venido
cada uno
deseando la dicha de ser marido;
entonces vino
José más que con otros destinos.
Más bella que un serafín
su esposa le ha recibido.
Allí todos
conocieron que era José el escogido
para esposo de María;
dijo José enternecido:
-Esposa, ¿te se
ofrece algo? Yo acudo en vuestro
servicio.-
Respondió: -Nada me
falta. Sólo quisiera deciros
un secreto que en
mi pecho siempre he tenido escondido.
Esto fue de que
pequeña siempre mi deseo ha sido
conservarme en
castidad entonces reino suplicio (?)-
Se componía su casa
en tres cuartos divididos:
en uno pone
José sus herramientos de oficio
y en otro pone María para el descanso preciso.
Trataba de
caminarse cogiendo un saco y dinero (sic)
Se echó a descansar
un rato, luego se quedó dormido.
La Virgen, que no
ignoraba de San José los destinos,
dijo: -Levanta,
José, despierta si estás dormido,
que el preñado de
tu esposa es por misterio divino.-
-Me retiro a Galilea, donde no sea conocido.-
Durante la Edad Media los anillos de la boda de María y José ejercieron cierta fascinación en la religiosidad popular influenciada por las narraciones apócrifas. De hecho, hay localidades que dicen poseer estos anillos donde son venerados. Hay monasterios benedictinos en Francia que aseguran poseer estas alianzas y que justifican por unas rocambolescas peripecias de los cruzados hasta llegar a su poder. Incluso en Notre Dame de París se llegó a afirmar que allí se custodiaban esas alianzas durante finales del siglo XIV y principios del XV. Pero es el anillo conservado en la catedral de San Lorenzo de Perugia el más afamado según la devoción popular, aunque no faltan otros ingredientes, casi de novela negra, como el tráfico de reliquias, robos de frailes ladrones, etc. La oferta de ganancias espirituales, milagros, favores e indulgencias fueron disputas comunes por la veracidad de la reliquia entre distintas ciudades.
Rafael de Urbino - Desposorios de la Virgen (detalle) |
Como
curiosidad, y debido a la falta de información para representar a san José, tengo
a la vista un curiosísimo librito, editado en 1850, sobre la manera correcta de
representar a san José, del que no me resisto a ofrecer unas imágenes.
Adjunto unos ejemplos, también de mi colección. El primero de ellos con una extraña anotación en la sobrecubierta que reproduzco.
La vara florida de san José, Madrid, 1875 |
Novenario a San José. S.l, 1811. |
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¿Porqué a
los José se les llama también Pepe?
Para cerrar esta entrada quiero dar respuesta a una curiosidad que no todos conocen.
En efecto,
el llamar también Pepe a los José tiene su explicación. José no es el padre
biológico de Jesús, es un padre putativo (es decir, el que se tiene o ejerce de
padre pero sin serlo). Las iniciales de padre putativo son PP (me abstengo de
comentar otras similitudes en el ánimo de todos). Estas iniciales se hicieron
muy famosas, ya que figuraron en las imágenes del santo e incluso, muchas
veces, cuando se leía un fragmento del evangelio o de algún teólogo en el cual
salía el nombre de José, se añadía a continuación las iniciales PP.
Antonio Lorenzo