jueves, 29 de agosto de 2019

Canciones entresacadas de obras teatrales o zarzuelas: "Los 4 sacristanes" y más [III]


Pliego donde se recogen varios números entresacados de zarzuelas y apreciados en su día por el público.

El primero de ellos está entresacado de la revista bufo-política Los cuatro sacristanes, estrenada en el madrileño Jardín del Buen Retiro en julio de 1875. El autor del libreto es Ricardo de la Vega y el de la partitura José Acebes. Tras el éxito de esta comedia, el libretista estrenó al año siguiente, a modo de continuación, La muerte de los cuatro sacristanes. La contextualización del libreto hay que entenderlo como que los cuatro sacristanes simbolizan al clero carlista que pretendían casarse con España (Concha España), lo que no consiguieron porque quién acabó casándose con Concha España no fue otro sino don Justo Moral, de nombre también claramente alegórico.

En una entrada anterior, también daba noticia de la inclusión de uno de los números de esta zarzuela junto a otros de diversa procedencia


De la zarzuela Los cuatro sacristanes el pliego se detiene en el himno de la Marsellesa, convenientemente adaptado y retocado al gusto español

El siguiente número está entresacado de la obra Inés de Laro o la justicia de Dios. Obra menor, en dos actos, con letra de Antonio Faura y música de Francisco de Asís Altamira.


El siguiente número corresponde a la zarzuela Marina, con texto de Francisco Camprodón y música de Emilio Arrieta, estrenada el 21 de septiembre de 1855 en el Teatro Circo de Madrid.

Estrenada también en el madrileño Teatro Circo, acaba el pliego con un número entresacado de la zarzuela El marqués de Caravaca, estrenada el 8 de abril de 1853, con letra de Ventura de la Vega y música de Francisco Barbieri. La acción se desarrolla en el madrileño pueblo de Leganés un domingo de carnaval.

Resulta curiosa la diferencia en años entre los estrenos de estas zarzuelas, pues van desde 1853, con El marqués de Caravaca, hasta Los cuatro sacristanes en 1875, pasando por el estreno de Marina en 1855 y el de Inés de Laro, en fecha indeterminada. Da la sensación, por parte de los impresores, del aprovechamiento de números dispersos para alargar su periodo de comercialización y también para completar el pliego según el tamaño de los números elegidos.





©Antonio Lorenzo

lunes, 26 de agosto de 2019

La muerte del demonio: experiencia para los fanáticos y más


«Un cura con sus ruegos se presentó en casa de un enfermo riquísimo para administrarle los sagrados auxilios y por dos veces los rehusó. Dijo en alta voz a los concurrentes, que al espirar [sic] ya se encargaría el diablo de conducirle al infierno. Efectivamente se presentó uno vestido de demonio para llevarse el cadáver, y con tres tiros de revólver fué muerto por un criado, y reconocido resultó ser el sacristán del pueblo».

Por si todo esto fuera poco, el pliego añade unos sucesos ocurridos en la ciudad italiana de Capua y que se dicen copiados de un diario. Un cura, que dirigía una escuela de niños, tuvo que ausentarse, lo que aprovecharon los niños para liberar, por diversión, un canario enjaulado muy apreciado por el sacerdote. A su regreso, y ante el anuncio de terribles castigos, los niños acabaron acusando a uno de ellos para salvarse. Los padres del muchacho, ante la falta de noticias de su hijo, se dirigieron a la escuela y acabaron descubriendo el horrible espectáculo de su hijo con los brazos puestos en cruz y un clavo en cada mano y con los pies cortados, como consecuencia de resultar corta la mesa. La venganza del padre sobre el malévolo cura no se hizo esperar.

El pliego, independientemente de los sucesos que narra, no esconde la intencionalidad final de prevenir a los feligreses frente a la antigua práctica de atemorizar a los parroquianos mediante sermones para obtener algún tipo de beneficio, lo que enlaza con un anticlericalismo ideológico de largo recorrido.

                                                     «Bien podréis abrir el ojo
                                                     y limpiarlo con pincel,
                                                     que no os saquen el chaleco,
                                                     cuidado aún la piel...»





©Antonio Lorenzo

viernes, 23 de agosto de 2019

Relación del robo y horroroso homicidio por cuadrilla de ladrones


En la librería de Juan Llorens, proveniente de la imprenta barcelonesa de José Tauló (año 1857), podía encontrarse este y otros muchos pliegos de contenido escabroso, tan del gusto popular de mediados del siglo XIX. Ello no era óbice para que en la misma casa convivieran este tipo de pliegos con otros de contenido devocional, libritos, sainetes y tonadillas, o de temática variada. La imprenta de José Tauló distribuía los pliegos que imprimía a conocidas librerías para su difusión y venta, siendo la principal la de Juan Llorens, a la que también servía hojas recortables de soldados estampados, hojas de abanicos (ventalls), o aleluyas.

En la actualidad, el distrito de Horta-Guinardó es uno de los más extensos en territorio de la ciudad de Barcelona y comprende el antiguo municipio de San Juan de Horta y parte del antiguo municipio de San Martín de Provensals, así como parte del antiguo municipio de San Andrés de Palomar.





©Antonio Lorenzo