viernes, 18 de septiembre de 2020

Pelando la pava + Un provinciano en Madrid


Dos pliegos cuya estructura se aleja de los más comunes o difundidos, tanto por la utilización de un mejor papel, ilustraciones a color más elaboradas, por consignar el precio de los mismos (diez céntimos de peseta) y por la cita final donde se atribuye la autoría de los textos, en este caso a Antonio de San Martín.

Estos pliegos, que llevan en su cabecera la etiqueta de «El Romancero en España», se editaron en el establecimiento tipográfico de los Sres. M. P. Montoya y Cª. Este establecimiento estuvo especializado durante el último tercio del siglo XIX en la edición de comedias, pasillos, juguetes cómicos y libretos de zarzuela. Entre la gran variedad de autores que editó se encuentra especialmente la primera edición, en 1879, de una de las obras menos conocidas de doña Emilia Pardo Bazán: «Pascual López: autobiografía de un estudiante de medicina».

El autor de los pliegos se refiere al escritor coruñés Antonio de San Martín (1841-1887), prolífico autor de novelas folletinescas (más de doscientas) de inspiración histórica y de poesías de corte costumbrista, como las incluidas en los pliegos. De escasa calidad literaria (si lo consideramos desde un punto de vista literario academicista) es acusado de abusar de tópicos y de adjetivos recurrentes.

Al principio del primer pliego comenta el protagonista que viene recién licenciado de la guerra de Marruecos, pues traía su «licencia absoluta, bien limpia de polvo y paja, y encerrada dentro de un canuto de hoja de lata».


En una anterior entrada comentaba como detalle significativo que este canuto o cilindro de hoja de lata se refiere a la antigua costumbre entre los soldados españoles de conservar la licencia absoluta, una vez firmada por el jefe militar correspondiente, enrollada en el interior de ese canuto, a modo de portadocumentos. Los había simples y más elaborados. Se solía decorar con cintas y se colgaba del cuello en su regreso a casa, procediéndose a guardado con delicadeza en un armario, hasta acabar seguramente olvidado en un trastero. Esta práctica fue sustituida por la famosa cartilla conocida como "La blanca".

Respecto a la expresión que da título al pliego de «pelar la pava» Algunos lingüistas creen que la frase hace referencia a que las mozas aprovechaban para quitar las plumas al pavo o el pollo mientras eran cortejadas por el pretendiente, y cuando eran requeridas por la madre o el ama, respondían: ¡estoy pelando la pava! Obviamente, ésta era una actividad que llevaba su tiempo, pasando como expresión popular como el cortejo a la muchacha que se encontraba en la ventana por su pretendiente.

El mozo continúa desarrollando su trayectoria conquistadora ante Angustias, la gitana objeto de su cortejo, con la que acaba casándose,





El siguiente pliego desarrolla el tópico del provinciano que llega a la capital, aunque en este caso provenga de Colmenar de Oreja, pueblo no muy alejado de Madrid. Tras sufrir una serie de vicisitudes y de perder su dinero en una timba, decide regresar al pueblo de su origen lamentando su incursión en la gran ciudad, reivindicando de nuevo el viejo tópico literario del «Menosprecio de corte y alabanza de aldea», que escribiera Fray Antonio de Guevara y tan perdurable en el tiempo.





©Antonio Lorenzo

miércoles, 9 de septiembre de 2020

La que se quemo el qué sé yo qué + La criada laminera


Sátira donde se cuenta cómo una rebendedera [sic] (revenedora en catalán y revendedora en castellano) se vio afectada por diversas heridas que le produjo el brasero y las curiosas contestaciones a quienes le ofrecieron ayuda. 

Se acompaña el pliego con una sátira nueva sobre una criada laminera, en el sentido de criada glotona  a la que gusta comer dulces o golosinas.

El pliego fue editado en Barcelona por José Lluch [183-?].





©Antonio Lorenzo

domingo, 30 de agosto de 2020

La divina peregrina: canción y devoción


Una canción muy extendida y ampliamente recogida por tradición oral es la conocida como «La peregrina» o por su comienzo: «Camino de Santiago». Aunque se conoce a través de diferentes impresiones en pliegos de cordel, las que hemos consultado llevan por título introductorio: «Canción mística que cantaba un religioso a María Santísima, apareciéndose en figura de peregrina, caminando de Roma para Santiago».

Las versiones consultadas, tanto en pliegos como en las recogidas en cancioneros o por tradición oral, no aparece en el texto la figura de la virgen como tal peregrina, por lo que el tema se asemeja mucho más a una canción de requiebros más propia de un amante o galán enamorado que por un religioso. En la canción se va describiendo el cabello, la frente, los ojos, la nariz, la boca, la barbilla, la garganta o el talle.

En realidad, esta canción de curiosa estructura métrica (7+5 ó+estrof.) se asemeja a la muy conocida por «El retrato», muy abundante también en la tradición oral y relacionada ocasionalmente con los cantos y rondas de celebración de los «mayos», donde se celebra la fertilidad y llegada de la primavera junto a los rituales asociados a la figura de la «maya», tradición muy conocida y estudiada.

Esta similitud estructural de la peregrina con la canción del retrato de la dama (de la que se conocen también variantes «a lo divino» dedicadas a la virgen), tiene un antecedente relacional esquemático con el Cantar de los Cantares (4, 1-16), libro traducido y comentado, por cierto, por Fray Luis de León (1527-1591), lo que le costó, por circunstancias que ahora no vienen al caso, su encarcelamiento por la inquisición debido a su traducción reelaborada de la biblia hebrea, ya que por entonces estaba prohibida la traducción de las escrituras sagradas. En el capítulo cuatro del Cantar se encarecen sensualmente las características físicas de la amada por boca de su joven enamorado, lo que ha sido interpretado y extrapolado de diferentes maneras, entre otras como la boda de Jesucristo (esposo) con la Iglesia (esposa).

Adjunto tres ejemplos de pliegos: por los sucesores de Hernando en Madrid, por Santarén en Valladolid y por N. Fidalgo en Astorga. Tras ellos, me detendré en la veneración de algunas representativas imágenes de la Virgen Peregrina, con especial mención a la conservada en la localidad de Sahagún (León) y a la que se considera popularmente como patrona de Pontevedra, aunque la oficial sea la virgen de la O.

Los pliegos












Devoción a la Virgen Peregrina

Nuestra Señora del Refugio, al igual que sucede con la Virgen Peregrina, son dos advocaciones de la Virgen para asistir espiritualmente a los caminantes y que acaban sincronizándose en una misma devoción. La primera advocación tiene su origen en Italia ligada a la vocación misionera de la orden jesuita. Tanto los jesuitas como los franciscanos, en su labor evangelizadora por tierras americanas, difundieron y propagaron ambas advocaciones invocando a María como Virgen Peregrina y como Nuestra Señora del Refugio con distintos modelos iconográficos. Su culto se extendió añadiendo a la imagen los conocidos atributos de peregrina: esclavina, bordón y vieiras, elementos característicos que forman parte de la peregrinación jacobea, gracias sobre todo a la labor misionera de la orden franciscana.

Ambas advocaciones marianas fueron difundidas en el territorio novohispano por las órdenes religiosas: los jesuitas introdujeron la devoción a Nuestra Señora del Refugio y los franciscanos a la Divina Peregrina. Ambas órdenes fueron los principales responsables de su difusión por tierras americanas y su correlato en la península.

Antecedente de la imagen de la Virgen Peregrina es la conservada en Sahagún (León). Se trata de una talla de finales del siglo XVII atribuida a la escultora e imaginera sevillana Luisa Roldán, «La Roldana» (ca. 1654- 1704), hija del famoso escultor Pedro Roldán, destacado maestro de la talla, del que aprendería buena parte del oficio mucho antes de su trabajo como escultora de cámara durante el reinado de Carlos II.

De la novena histórica de 1855, donde se aprecia el sincretismo de estas dos advocaciones, reproduzco la portada junto a una página significativa por los datos que aporta, donde se nos cuenta a pie de página la historia de la talla y el cómo llegó a Sahagún gracias a la aportación económica de unos ricos comerciantes sevillanos.


La talla se conserva actualmente en el Museo de las Madres Benedictinas. La imagen lleva los conocidos atributos de los peregrinos: el bordón rematado por una cruz, las vieiras bordadas sobre la esclavina y una especie de bolso como símbolo del zurrón de los peregrinos.

La imagen de la divina peregrina de Sahagún es una talla de madera de «candelero» o «de vestir», es decir, que solo tiene tallada la cabeza, los brazos y el niño, sobre una estructura o armazón de madera sin tallar donde se asienta la cabeza, permitiendo encajar las manos o cualquier otro elemento que se quiera tener en cuenta con la intención de destacar los rasgos expresivos del rostro donde el creyente imagina una imagen completa al verla vestida.

Una de las finalidades de las artes figurativas del barroco fue la de crear una falsa ilusión de la realidad mediante técnicas conocidas como «trampantojos» (trampa al ojo, en francés «trompe-l'oeil»), donde el espectador se crea la ilusión de estar ante objetos verosímiles, técnica usada preferentemente en la pintura.

Completada esta entrada he tenido la oportunidad de conocer esta hermosa y magnífica reproducción de la Divina Peregrina, composición de grabado y seda original (siglo XVIII), perteneciente al archivo particular de Gregorio Fernández Castañón, a quien agradezco su cortesía por autorizar su reproducción. Imagen entresacada del número 22 (2021) de la revista leonesa CamparredOnda.


Hay que recordar también la proliferación cuadros, esculturas, grabados o estampas y cuadros que se encuentran en otras localidades, como en la de Villapadierna (León), Villaverde de Pontones (Cantabria), Meneses de Campos (Palencia), Leiva de Río Tirón (La Rioja), etc.

La imagen de la Virgen Peregrina, bajo la advocación de Ntra. Señora del Refugio, no tardó mucho en pasar a América como emblema de la labor misionera franciscana donde se fomentó también su devoción. Prueba de ello es la imagen conservada en el Museo de Arte de la Ciudad de Querétaro (México) del artista de origen poblano Luis Berrueco de la primera mitad del siglo XVIII. La imagen de la Virgen tiene su claro referente en las expresiones y posturas de la conservada en Sahagún. Según la cartela inferior la identifica como «La Divina Peregrina Nª. Sª del Refugio que se venera (entonces) en el Seminario de Sn Francisco de Missioneros de Sahagun».

Oleo sobre tela de Luis Berrueco
El Santuario más conocido donde se venera a la Virgen Peregrina se encuentra en la ciudad de Pontevedra siendo uno de los edificios más representativos y populares de la ciudad. Construido en el siglo XVIII con las aportaciones económicas de la Cofradía de la Virgen Peregrina, tiene una planta que recuerda la forma de una concha de vieira, símbolo representativo de la peregrinación a Santiago.

Santuario pontevedrés de la Virgen Peregrina

Imágenes exteriores del santuario

Imagen del Altar Mayor

Muestra de diferentes vestidos donados a la Virgen
La evolución de la canción recogida oralmente, al igual que la impresa en pliegos de cordel, conservan la misma estructura, lo que parece indicar de que se trata de una tradición relativamente reciente. Por otra parte, la etiqueta como «canción mística» del encabezamiento de los pliegos no parece ser la más adecuada para el desarrollo de los requiebros del ardoroso enamorado.

©Antonio Lorenzo