En esta tercera parte voy a detenerme fundamentalmente en las invocaciones a los patronazgos más comunes de la santa y a las oraciones para pedir su protección. Desde siempre se ha vinculado a santa Bárbara como protectora ante los rayos y centellas, recordando alegóricamente cómo su padre fue calcinado por uno de ellos tras degollarla con su espada. Pero esta protección ante los rayos y los estragos de las tormentas conectaba muy bien con el campesinado, muy preocupado por sus actividades agrícolas o ganaderas y que trataban de neutralizar los efectos desastrosos de las tormentas y temporales mediante invocaciones a la santa junto a determinadas prácticas. Una tormenta repentina podía arruinar la cosecha de un año. Por eso, era una de las principales amenazas contra la economía rural. Todos los campanarios solían contar con una campana dedicada a Santa Bárbara, abogada contra las tormentas, que se hacía sonar cuando estas se aproximaban. La pérdida de uno o más animales, o la cosecha de todo un año, significaba una terrible desgracia en la economía de las familias en tiempos donde no existía ningún tipo de seguro agrario.
La variedad de prácticas para protegerse de las tormentas son numerosas: desde el repicar las campanas para ahuyentar a las nubes mediante su estruendo y agitaciones en el aire o lanzando tiros de artillería contra los nublados, en la creencia de que calentaban el aire y transformaban el granizo en lluvia benéfica, práctica basada en la suposición de que disipaba y dispersaba las tormentas. También se encendían velas bendecidas el Jueves Santo, se quemaba laurel o romero o se exponían en forma de cruz los palos de limpiar el horno; se arrojaban piedras o puñados de sal contra las nubes o se colocaban las hoces con el filo hacia el cielo, entre otras muchas prácticas. Si todo esto fallaba siempre quedaba la intervención del sacerdote conjurador, admitido más o menos de forma subrepticia por las autoridades eclesiásticas como remedio último.
El culto a santa Bárbara como protectora de las tormentas se solapa con el dedicado a san Bartolomé, auxiliar también en alumbramientos y en partos dificultosos, pero centrémonos en santa Bárbara.
El culto a santa Bárbara como protectora de las tormentas se solapa con el dedicado a san Bartolomé, auxiliar también en alumbramientos y en partos dificultosos, pero centrémonos en santa Bárbara.
Breve repertorio de invocaciones populares
Detente, detente,
no mates a la gente.
Detente nublao,
que vienes "mu" cargao.
Detente nublao,
no vengas derrotao.
Detente nublao,
que vienes "mu" cargao.
Detente nublao,
no vengas derrotao.
Detente nublao,
si vienes enfadao.
Detente, detente,
no mates a la gente.
Detente nublao,
no mates a la gente,
ni tampoco al ganao.
no mates a la gente.
Detente nublao,
no mates a la gente,
ni tampoco al ganao.
La más conocida es la siguiente:
que en el cielo estás escrita,
con papel y agua bendita,
y en el ara de la Cruz.
Pater Noster,
Amén, Jesús.
O con variantes:
líbranos de la centella
y del rayo mal parado.
Jesucristo está clavado
en el arco de la Cruz.
Pater Noster,
Amén, Jesús.
que en el cielo estás escrita,
con papel y agua bendita,
guarda el pan y guarda el vino
y a la gente del camino.
Si eres agua, ven acá;
si eres piedra, vete allá.
Santa Bárbara doncella,
que en el cielo fuiste estrella,
líbranos de esta centella
como libraste a Jonás
del vientre de la ballena. (versión chilena)
Si eres agua, ven acá;
si eres piedra, vete allá.
Santa Bárbara doncella,
que en el cielo fuiste estrella,
líbranos de esta centella
como libraste a Jonás
del vientre de la ballena. (versión chilena)
Novenas, gozos e indulgencias
Hans Baldun Grien - (ca. 1484-1545) |
En una posterior entrada comentaré su relación con el teatro del Siglo de Oro y con otros patronazgos: como el de ser también abogada de los mineros y artilleros, así como su relación con la santería.
Antonio Lorenzo
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