martes, 29 de agosto de 2017

Carta de amor de un galán a su dama + La canción del pajarito

William Kay Blacklock (1872-1924) - La carta
Ejemplo de pliego con texto relamido y afectado, que oculta bajo la apariencia de galán entregado a su dama, una concepción claramente machista. Contiene las cartas de amor de un galán a su dama y la contestación quejosa por parte de ella en «bonitas décimas».

Hay muchos ejemplos de este tipo de correspondencia amorosa en pliegos y en libritos con modelos de cartas para este tipo de necesidades.

No resultan tan antiguos, pues el formulario de cartas amorosas que reproduzco remonta al último cuarto del pasado siglo, donde a mediados de los años 80 tuve la oportunidad de comprarlo junto a otros impresos similares que contenían letras de canciones más o menos conocidas.



Los "manuales epistolares" con ejemplos de cartas de todo tipo para una población de escaso nivel cultural estuvieron a la orden del día.

Un ejemplo de mediados del XIX es esta Telegrafía amorosa conteniendo Lenguajes de las Manos; los Brazos; del Abanico: de los Colores y el de las flores seguido de MODELOS DE CARTAS para los Amantes y para Todos.

Su autor es D. M. del C., que corresponde a Mariano del Castillo y reeditado en numerosas ocasiones.

Aconseja el señor Castillo que antes de dirigirse por escrito a las mujeres declarándoles su amor, se debe estudiar su carácter con atención y tener mucho cuidado con las palabras que se emplean, desaconsejando usar un papel con viñetas alusivas, así como tintas de colores, pues pueden resultar de mal gusto. Si las relaciones no cuentan con la anuencia de los padres, los amantes pueden entenderse utilizando los signos que se incluyen en el manual.

Otro ejemplo es el titulado Manuscrito metódico, reeditado repetidas veces, y original de 1894, del ilustre maestro y pedagogo catalán Antoni Bori i Fontestà (1861-1912). Este manuscrito contiene una amplia colección de cartas, documentos mercantiles y oficiales, junto a ejemplos literarios para ilustrar y ejercitar a los niños y niñas en la lectura.

Esta especie de manuales fueron poco a poco sustituyendo el oficio del llamado memorialista, labor sobre la que me detendré algo más en una posterior entrada.

A estos manuales de "urbanidad y de buenas costumbres", de "conversación", del "lenguaje de las flores", "el arte de usar el abanico", "fórmulas para agradar", etc. habría que añadir estos "manuales epistolares", con numerosos modelos de cartas. Entre muchos de los consultados quiero detenerme por su interés en en los Modelos de cartas de Carmen de Burgos.

Carmen de Burgos Seguí (1867-1932), tuvo una vida intensa en el terreno personal e intelectual. Casada muy joven con el periodista Arturo Álvarez Bustos, se separó tempranamente y se trasladó a Madrid con una hija desde su Almería natal. En Madrid ejerció como periodista, maestra, traductora, conferenciante, corresponsal de guerra en África y escritora prolífica. Mantuvo una relación sentimental con Ramón Gómez de la Serna entre 1908 y 1929. Conocida por sus ideas feministas y avanzadas para su época, fue precursora de los derechos civiles de la mujer: defensora del sufragio femenino, de la igualdad salarial de hombres y mujeres, del divorcio y contra la pena de muerte. De hondas convicciones republicanas, su obra fue silenciada por la censura franquista tras su fallecimiento en 1932.

Pero al margen de este pequeño apunte biográfico, lo que ahora nos interesa para el caso que nos ocupa es por ser la autora de Modelos de cartas (1916), con el seudónimo de «Colombine», donde reúne una extensa gama de modelos para ser usados como plantillas a las que se pueden agregar las oportunas modificaciones que convengan. Hay modelos para felicitaciones variadas, cartas de pésame, solicitud de recomendaciones, variados tipos de cartas comerciales y cartas de amor y sus contestaciones, que no aparecen en la primera edición, pero sí en la posterior de 1923: Útimos modelos de cartas, de las que no me resisto a reproducir la propuesta del «modelo»:


Según mi apresurada apreciación, si bien es cierto que sin ahondar en el tema, algunos de los títulos de su producción parecen entrar en contradicción con el espíritu abierto y luchador que todos parecen otorgarle. Me baso para ello en algunas de las obras de la autora en las que, atendiendo solo al título, no parece que se corresponda con el laureado espíritu luchador y feminista de la misma.

Carmen de Burgos fue, sin duda, una figura singular e interesante que cultivó diferentes facetas, algunas de ellas, como la que nos ocupa, posiblemente impulsada a escribir para poder subsistir con la escritura y aceptando encargos que le proporcionaran una relativa comodidad económica.

Entre la relación de su extensa obra entresaco títulos como estos:

             La mujer en el hogar
             Salud y belleza
             Arte de saber vivir
             Vademécum femenino
             El arte de ser amada
             Arte de ser elegante
             El tocador práctico
             La mujer jardinero
             Moderno tratado de labores 
             Las artes de la mujer
             La cocina moderna
             ¿Quiere usted comer bien? (Manual práctico de cocina)
             ¿Quiere usted conocer los secretos del tocador?
             ¿Quiere usted ser amada?
             ¿Quiere usted ser bella, tener salud?
             El arte de seducir (El arte de la belleza)
             Últimos modelos de cartas (1923)
             El arte de ser mujer. Belleza y perfección

El pliego en cuestión, que me ha dado pie para estos comentarios, está editado en Murcia en la imprenta de Pedro Belda, quien ejerció su propia actividad impresora entre 1857 y 1895, impresor al que dediqué una anterior entrada.







Para completar esta entrada añado este otro pliego con «La canción del pajarito» o carta discreta y amorosa, editado en Barcelona por la imprenta de Narciso Ramírez y compañía, sin año, y distribuida por la Casa de Antonio Bosch.

Las décimas recogidas en el pliego son obra de un poeta culto, del que he podido averiguar que pertenecen al cubano fray José Rodríguez Ucres (1715-?), que respondía al seudónimo de «Padre Capacho», cultivador de espinelas jocosas desenfadadas que no parecen propias de la pluma de un religioso. A él pertenecen estas originales «Quejas que un amante despreciado envía a su dama» y la «Respuesta de la dama desengañada», que es como aparecen originalmente, aunque modificadas, en otras ediciones de impresos populares. Se trata de otra prueba más del temprano trasiego cultural de todo tipo entre Cuba y España.

Estas décimas, escritas en pleno siglo XVIII, desarrollan el tópico del ave portadora de noticias (pájaro, gavilán, paloma o águila), que es motivo recurrente en numerosos textos y canciones de todo el ámbito panhispánico, incluido el sefardí.





Ilustración del pliego editado en Barcelona por Juan Llorens en 1858

©Antonio Lorenzo

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