Tomás Muñoz Lucena (1860-1943) - Cantando villancicos
Los cantares navideños en Andalucía, y más concretamente en los pueblos de la provincia de Cádiz, se mantienen y gozan de un fuerte arraigo. Son muy conocidas las llamadas «zambombas», tal y como se conocen a las tradicionales reuniones familiares y de amigos en localidades como en Arcos o en Jerez de la Frontera, donde al villancico tradicional se le han ido acomodando formas y ritmos flamencos como la bulería o los tangos. Las costumbres festivas navideñas, especialmente de los jerezanos y junto a la integrada comunidad gitana, han perfilado y enriquecido estas originales muestras de religiosidad popular con un carácter propio que últimamente se quiere vender como «villancico flamenco», en lo que no ha sido sino la recreación y resignificación de antiguos cantares, coplas o romances tradicionales conservados por tradición oral.
Las fiestas navideñas por bulerías, a las que sin duda han contribuido las grabaciones discográficas con la incorporación de guitarras flamencas, zambombas, cañas rocieras, palmas, cajas y diálogos coreados, otorgan a estas manifestaciones escénicas de una peculiar forma de interpretar este acervo popular enriqueciéndolo melódica y rítmicamente. Hay que señalar, sin embargo, que estas representaciones aflamencadas del repertorio navideño bajoandaluz no dejan de ser, a la postre, un reclamo comercial exportable, un imaginario estético teatralizado por grupos más o menos profesionales y que ya poco tienen que ver con el ancestral repertorio tradicional que se desarrollaba en un espacio de socialización participativo.
La identificación de la zambomba de Jerez, en su reciente dimensión aflamencada, fue declarada por la propia Junta de Andalucía en el año 2015 como Bien de Interés Cultural (léase más bien comercial), al considerarse como «una de las expresiones culturales navideñas de mayor interés etnológico de la comunidad autónoma». Ni qué decir tiene que la comercialización de estas manifestaciones aflamencadas como reclamo turístico, acompañadas de la dulce repostería, de pestiños, botellas de anís y vinos de la tierra, ha solapado al verdadero y ancestral villancico tradicional que, en forma de canciones, coplas o romances, se desarrollaba de forma espontánea y participativa entre amigos, familiares y vecinos en los patios de las antiguas corralas, y ajeno a su actual reinvención como "industria cultural" exportable, promovidas por las agencias de viaje o las propias instituciones como aliciente turístico y nuevas formas de negocio. Rastreando por internet, en este mismo año (2017) se pueden disfrutar en hermandades, peñas, bares, cofradías, etc. de Jerez, desde el 17 de noviembre en adelante, de más de ¡¡250 zambombas!!
Para saber más y para tener una visión de conjunto del papel desempeñado por la zambomba, recomiendo el fundamental libro de José Manuel Fraile Gil: Tradición oral y zambomba, Ed. Lamiñarra, Pamplona, 2016.
El pliego que reproduzco, editado en 1856 en Madrid por la imprenta de J. María Marés, no recoge, obviamente, la forma de interpretar los villancicos que integra, pero sí recoge el texto del conocidísimo "Antes de las doce a Belén llegar", con estructura del viejo zéjel, recogido en innumerables ocasiones e interpretado, al llegar a su conocido estribillo, de forma comunitaria.
©Antonio Lorenzo
No hay comentarios:
Publicar un comentario