Este pliego, de tono burlón y satírico en airosas estrofas de seguidillas, constituye otro ejemplo más sobre la minusvaloración de la mujer tan extendida en el imaginario social de épocas no tan lejanas.
Considerado el matrimonio como clave para sostener y mantener el orden social, esta cartilla trata de prevenir a los mozos solteros sobre conveniencia de encontrar esposa y no dejarse llevar por las primeras impresiones o por las tretas femeninas.
En una segunda parte, dedicada a las mujeres casaderas, se manifiesta la idea de que la única salida para la mujer es el matrimonio, reduciéndose sensiblemente los inconvenientes para encontrar pareja respecto a los varones, claro ejemplo del papel marginado de la mujer subordinada socialmente según el arraigado imaginario de la época.
pues no tenéis, señoras,
otra prebenda:
Reeditado también por otras imprentas, como por la vallisoletana de Santarén, esta versión fue impresa en Madrid, sin año, por la Imprenta Universal de F. Hernández en la calle del Oso, 21, pral.
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