La conocida y difundida expresión «Tener más cuento que Calleja» ya figura como frase coloquial en el Diccionario de la Real Academia Española desde el año 2001 en el sentido de fantasear, ocultar o exagerar la realidad, con la idea subyacente de considerar en su conjunto la actividad de la que fuera famosa editorial de cuentos y de libros escolares durante prolongada trayectoria.
La Editorial Calleja fue una de las casas editoriales más importantes y significativas de la España de la Restauración. Fundada por Saturnino Calleja en 1876, mantuvo su actividad hasta 1958, pero el episodio más brillante de su trayectoria abarca de su fundación hasta 1929. La trascendencia de esta editorial puede considerarse crucial en la educación española a través de sus textos didácticos o libros escolares enmarcados en colecciones como «el Pensamiento infantil», «Lecciones de una madre», «Método completo de primera enseñanza cíclica o progresiva» (compuesta a su vez por diversas colecciones). Otro aspecto importante a destacar en su producción se refiere a los libros de lectura, ya fueran específicos para el aprendizaje de la misma o para dar a conocer obras clásicas de la literatura o cuentos populares.
El propio Saturnino Calleja fue un decidido promotor de este regeneracionismo pedagógico e impulsor de las tareas docentes de muchos maestros y en el desarrollo del hábito lector de niños y jóvenes mediante su lema de Todo por la ilustración, un eslogan cuyo doble sentido mostraba la interrelación necesaria entre la imagen y el saber, entre la apariencia bella y el contenido riguroso en su afán de deleitar e instruir.
Instruir deleitando, como se proclama en los numerosos títulos dedicados a la labor pedagógica escolar supone toda una declaración de principios de la filosofía educativa de Calleja, expresión retomada del Arte poética del poeta latino Horacio en el siglo I a.C, recogida en su Epístola a los Pisones, donde recomendaba a los poetas «prodesse et delectare».».
Estos libros de lectura utilizan las ilustraciones como soporte explicativo del texto, difundiendo de forma iconográfica los valores que intentan transmitir. Se trataba, en definitiva, de consolidar determinados patrones de conducta combinando de forma conjunta el texto y la imagen.
De los diferentes periodos que atravesó la conocida editorial, es fundamental el estudio: Ruiz Berrio, J. (dir.); Martínez Navarro, A.; Colmenar, C. y Carreño, M. (2002). La editorial Calleja, un agente de modernización educativa en la restauración. Madrid: UNED Ediciones.
Una de las colecciones de Calleja, iniciada en el último cuarto del siglo XIX, de la que se conocen numerosas partes y ediciones, es la conocida como El pensamiento infantil. Método de lectura conforme a la inteligencia de los niños. La tercera parte de esta colección es la que he elegido para compartir algunas de sus ilustraciones que he agrupado en imágenes dobles.
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