jueves, 26 de junio de 2025

Coplas graciosas de la viuda y el viudo

 

En los dos pliegos reproducidos, tanto una viuda como un viudo celebran y se alegran por el fallecimiento de su cónyuge.

En el caso de la viuda, tras la muerte de su marido, se fue a cenar con su nuevo esposo y aprovechó el dinero recibido para auto regalarse una nueva indumentaria contraria al convencional luto.

El viudo, por su parte, celebra el fallecimiento de su mujer junto a dos músicos que pasaban por su puerta y tras un lindo baile acudieron juntos a una taberna. Tampoco quiso pagar las misas que se dijeron por ella y se mostró deseoso de que Dios la mantuviera con penas en el infierno.

En este primer pliego no aparece el taller de donde procede ni el año. En el segundo, impreso en Barcelona por los Herederos de Juan Jolis, tras las coplas graciosas se añade la composición Las virtudes de la noche, que conecta temáticamente con los debates o controversias propias de otros pliegos sueltos y a los que he dedicado cierta atención en entradas anteriores.



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©Antonio Lorenzo

miércoles, 18 de junio de 2025

El amante despreciado explica a su dama las virtudes del agua

 

El sugerente grabado que ilustra el primer pliego reproducido representa a un enamorado cortejando musicalmente a su amada que se encuentra asomada en su balcón frente a un jardín con una fuente de las que emanan sugerentes chorros de agua bajo los pies de una escultura en la que dos personajes alzan hacia el cielo lo que se supone el valor del agua.

Tras la exuberante declaración de amor por su dama y recordando las muchas noches que esperó lloviendo y sentado a la puerta de su querida hasta que hiciese su salida, desarrolla toda una retahíla sobre las virtudes del agua como indudable símbolo de fertilidad.

Las virtudes del agua, desarrollada también en otros pliegos, como en el Desafío del agua y del vino, como recurso de controversias o debates, al igual que sucede con las contiendas entre un pobre y un rico, entre la noche y el día, entre un moro y un cristiano, entre la riqueza o la pobreza, etc., guardan estrecha relación temática con conocidos antecedentes literarios tan difundidos en la Edad Media.


Al margen de su relación con la antigua tradición de los debates, lo que parece pretender el pliego es el dotar al agua de un fuerte valor simbólico que puede interpretarse de diferentes formas. Entre otras cosas se da cuenta:

* Juan de Austria gana la batalla naval de Lepanto
* El agua alimenta todo tipo de cereales y plantas.
* Importancia del agua para el aseo, la limpieza y la cocina.
* Importancia del agua en las fuentes y los ríos, así como en el bautismo para los católicos.
* El agua como elemento para ablandar la dureza y que su amada pueda mostrarse más humana y poder retomar la relación tras las metáforas esgrimidas.

El primer pliego fue editado en Madrid en el año 1852 en el taller de José María Marés, y el segundo en Barcelona por los Herederos de la Viuda Pla, sin año, con pequeñas diferencias textuales.




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©Antonio Lorenzo

lunes, 9 de junio de 2025

Quejas y lamentos de un amante desgraciado

 

Reproduzco cuatro pliegos cuyo denominador común reside en que se detallan las quejas y lamentos de un amante desgraciado. El primero de ellos hace hincapié en los placenteros buenos tiempos de la relación con su amada, seguidos de los lamentos de Pablo como consecuencia de la infidelidad de la mujer y acabando el pliego con la muerte del protagonista. Como suele suceder en este tipo de pliegos, aparece un conglomerado de composiciones más o menos dispersas y de autores desconocidos que no suelen guardar relación unas con otras, pero que resulta frecuente el que se agavillen para construir el pliego. 

El primer ejemplo se hallaba a la venta, sin que figure el año, por el conocido distribuidor barcelonés Antonio Bosch, pliego asociado en este caso al taller de José Torras, calle de la Canuda, núm. 27.

El segundo pliego, titulado Lamentos y quejas de un amante en unas glosas muy curiosas queda asignado a la imprenta y librería de Manuel López (y Gimeno) el año de 1814. Dicho impresor valenciano, ya establecido como librero desde 1808 hasta su fallecimiento en 1848, fue también el impresor del Diario de la Valencia del Cid, del Diario mercantil de Valencia y de la Gazeta (sic).

El tercero, con el encabezamiento de Quejas de una ingrata seguido de una segunda parte y unos lamentos de un amante desgraciado, a la venta en casa de Antonio Bosch en la calle del Bou de la Plaza Nueva, número 18, asociado en este caso con la imprenta de Ramírez y Compañía.

Sobre la trayectoria editora de Antonio Bosch, nacido en el municipio gerundense de Tortellá en 1818, abrió su propio negocio en el 1848 y al que trasladó en 1869 a la calle del Bou de la Plaza Nueva en su periodo de máxima expansión. En 1875 lo traspasó a sus sucesores Pedro Vidal y Joan Pera, siendo el primero de ellos el continuador de su actividad impresora.

Por último, reproduzco una hoja doble, procedente de la imprenta barcelonesa de F. Vallés, imprenta más bien de segundo orden y de producción limitada en cuanto a pliegos sueltos respecto a las más conocidas. En ella se recogen las dos partes de las quejas de la ingrata que aparecen en el pliego, pero se omiten los lamentos de un desgraciado.





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©Antonio Lorenzo

miércoles, 28 de mayo de 2025

Diálogo entre un licenciado y una vendedora de avellanas

 

El diálogo que se recoge en el pliego entre un recién licenciado de las quintas con una castiza vendedora de avellanas sugiere diferentes perspectivas. La cabecera del pliego viene a resaltar el protagonismo de la vendedora de avellanas quedando en una especie de segundo plano el diálogo entre el licenciado Perico y la vendedora Manuela. Tras la crítica del licenciado por las frecuentes prácticas llevadas a cabo por los soldados en las quintas, se establece un diálogo con la vendedora de avellanas, a la que, curiosamente, no reconoce en un principio que en tiempos pasados fuera su prometida. Tras los requiebros entre el licenciado y la vendedora mediante galantes halagos y sugerencias, Manuela acaba confesando que ya se encuentra casada a instancias de los deseos de sus padres, pero que nunca olvidó a Perico ni sus antiguos amores. La decepción de Perico le lleva a expresar las prácticas interesadas de las mujeres, a lo que Manuela responde que su marido pronto morirá y entonces podrán casarse, pero que mientras ella siga vendiendo avellanas su marido comerá de las malas y Perico de las buenas. Ante la queja de Manuela por ser víctima de un matrimonio concertado a la fuerza por los padres, Perico se hace eco de las argucias y el orgullo propio de las mujeres para beneficiarse.

En el pliego, al igual que sucede en sus otras impresiones por distintos talleres, no aparece el nombre de su autor, algo característico de estos papeles volanderos. Sin embargo, investigando por internet, he logrado acceder al autor del mismo, cuyo nombre corresponde a Baudilio Pujol, del que no he encontrado ninguna otra documentación. Su nombre aparece en el Boletín Oficial del Ministerio de Fomento, vigente en pleno reinado de Isabel II y correspondiente al mes de junio de 1856. En dicho boletín también se recogía y registraba por entonces la ley de propiedad literaria, donde se daba cuenta de los dramas, zarzuelas, entremeses, comedias o pliegos, así como de sus editores. Estos boletines constituyen una importante documentación testimonial para conocer el nombre de los autores que no suelen aparece en el colofón de los pliegos.
Lista de las obras científicas y literarias remitidas al Ministerio de Fomento por los Gobernadores de provincia en el mes de junio de 1856 para los efectos del Real decreto de 10 de junio de 1847 sobre propiedad literaria.

La referencia al 10 de junio de 1847 es importante, pues es la fecha en la que se promulgó el Real decreto de la primera ley española en recoger y regular la propiedad intelectual. Mediante esta ley se trataba de proteger los derechos de los autores o traductores estableciendo una serie de reglas y condiciones para llevarlas a cabo. Acogiéndonos a dicha ley es como he podido averiguar el autor de los versos del pliego.

Aparte del contenido del pliego, tanto los vendedores ambulantes como los oficios tradicionales fueron una fuente y motivo de inspiración, para ilustrar versos y para dibujantes y grabadores, al que dediqué una anterior entrada el pasado año 2021 para señalar su importancia costumbrista bajo la etiqueta "Canciones y pregones de los vendedores ambulantes".


Estos vendedores, que "gritaban" sus mercancías para atraer a su clientela, no solo en Andalucía, sino también en los barrios madrileños, fueron motivo para ilustrar una colección de calcografías realizadas por el grabador Miguel Gamborino y publicadas con el título de Los gritos de Madrid entre 1809 y 1817, siendo muy apreciadas por los coleccionistas.

En el mundo de los pliegos sueltos también aparece la figura de la avellanera junto a otras vendedoras ambulantes, como la castañera, la buñolera y la jardinera, todas ellas ilustradas con versos, del que entresaco el referido a la avellanera con claras referencias a personajes y a barrios madrileños.


Otro ejemplo de diálogo humorístico, aunque se trata en este caso entre Paco y Manola, vendedora andaluza de castañas, aparece como añadido en un pliego del año 1863 donde figura como autor Enrique Gavarró Mestres, conocido también por sus sainetes.


La figura de la avellanera también se ha utilizado en los ventalls o abanicos en Cataluña donde se aprovecha la misma xilografía de Josep Noguera en el pliego suelto por pertenecer a la misma casa editora, aunque con versos diferentes.


La avellana, distribuida por los vendedores callejeros, se asocia también con aspectos eróticos mediante metáforas de doble sentido y no siempre fáciles de interpretar, aunque amparándose en una aparente e inocente forma de anunciarlas mediante una forma de ambigüedad desenfadada. La avellana se asocia a la cáscara dura que protege un interior jugoso, lo que viene a sugerir y a simbolizar la fuerza y el vigor sexual. El árbol del avellano, cuyos frutos se producen una temprana edad, se asocia su maduración en refranes aludiendo al santoral del calendario o en coplas desgajadas de cantares populares. La venta callejera, donde se grita y exalta el producto de una forma aparentemente neutral, esconde de forma ambigua referencias a asociaciones placenteras respecto a frutos como a las almendras o  piñones.

El mismo Lope de Vega, en su obra El villano en su rincón incluye una alusiva copla cantada por las vareadoras de aceitunas aprovechando un momento de descanso:

Deja las avellanicas, moro,
que yo me las varearé,
tres y cuatro en un pimpollo
que yo me las varearé.

En coplas desgajadas de cantares también se utilizan las avellanas a modo de galanteo y de incitación amorosa, lo que recuerda la costumbre de arrojar arroz a los recién casados para desearles felicidad.

Ese que me está tirando
al delantal avellanas,
parece que quiere ser
cuñado de mis hermanas.

Otras frases representativas se dedican a minusvalora a la mujer:

* La mujer es como la avellana, la más hermosa suele venir vana
* Las avellanas malas hacen más ruido que las sanas
* La avellana mala rompe los dientes y no quita la gana.
* Como sé que te gustan las avellanas, por debajo la puerta te echo las vanas

La avellana como acertijo:

Ave es mi nombre,
llana mi condición,
si no lo aciertas,
eres un gran simplón.

¿Cuál es el ave que tiene la panza llana?

Soy ave y soy llana, pero no tengo pico ni alas 

El pliego 






©Antonio Lorenzo

lunes, 19 de mayo de 2025

Hechos y atrocidades del bandolero jerezano Agustín Florencio

 

En la literatura popular impresa es frecuente la presencia de bandidos ajusticiados en el patíbulo como consecuencia de los crímenes o desmanes cometidos. Ello suele ir contextualizado, tanto por la sentencia condenatoria, como por la confesión y el arrepentimiento de quien va a ser ejecutado. El interés por la lectura de estos pliegos descritos de forma efectista es variado. De una parte, acrecienta en el público el morbo por los hechos narrados, y por otra, vienen a contribuir y a mantener de alguna forma el orden social y a señalar las consecuencias finales de un mal comportamiento. A ello se une el sentido moral donde se entremezcla lo pernicioso y lo heroico vinculado todo ello al imaginario social. Este tipo de literatura popular distribuida mediante pliegos sueltos agrupa toda una serie de personajes que pueden aparecer etiquetados como jaques, guapos, forajidos, rufianes, reos, bandoleros o ladrones.

El romance sobre los hechos y atrocidades del jerezano Agustín Florencio, gozó del favor del público desde comienzos del siglo XVIII hasta bien entrado el siglo XIX, según se deduce por su amplia trayectoria editorial. Sus más conocidas reimpresiones llevadas a cabo por distintos talleres corresponden, entre otros, al malagueño Félix de las Casas, al valenciano Agustín Laborda y al barcelonés Ignacio Estivill, al que se une el reproducido en esta entrada proveniente del taller de José María Moreno en Carmona (Sevilla). 

El personaje, que se autodefine de una forma ególatra como nacido valiente y soberbio, nos dice que entró en prisión "por no sé qué cosillas", cuya trayectoria fue el haber asesinado, entre otros muchos, a un mulato y a un alférez. Entre sus variadas fechorías se añaden también la de contrabandista y comerciante fraudulento de cereales, seda y tabaco. Dio muerte a un hombre en una casa de juegos, a un mesonero y hasta a un alcalde. La trayectoria del personaje, es, como puede apreciarse, todo un ejemplo significativo de criminalidad desarrollada en la primera parte del pliego de amplio recorrido. Tras su arrepentimiento por las tantas fechorías cometidas fue conducido al cadalso arrastrado en un serón viejo atado a la cola de un caballo por las calles aledañas. Es en la segunda parte del pliego donde se detalla parte del relato judicial llevado a cabo en la Chancillería de Granada y donde se enumeran los delitos cometidos entresacados desde los documentos judiciales conservados. 

El arrepentimiento y el reconocimiento de tantos desmanes cometidos por el criminal viene a contribuir de alguna forma a la difusión no censurada de estos papeles sueltos, ya que se inscriben dentro del orden moral establecido donde los presentes solicitan: "Pidamos que le perdone y que a nosotros nos haga cuerdos para que nunca incurramos en quebrantar sus preceptos". 

Este pliego aporta un interés añadido, puesto que se se conocen detalles documentales sobre la sentencia condenatoria del bandido jerezano. En la segunda parte del pliego, que se aleja un tanto del patrón narrativo más sensacionalista, se hacen referencias a la documentación judicial de la Chancillería de Granada en la que se enumeran los delitos atribuidos al reo y se ofrecen informaciones aportadas por los testigos durante el proceso.

La relación entre las causas judiciales documentadas y los textos de los romances, como ocurre con el pliego reproducido, ofrece un notorio interés tal y como ha estudiado magníficamente Juan Gomis en sus referenciales investigaciones sobre este y otros ejemplos etiquetados como Literatura de patíbulo, lo que constituye todo un subgénero de interés vinculado a otros contextos europeos. Todo ello guarda relación con las disposiciones y alternancias prohibitivas de las autoridades sobre la difusión de este tipo de pliegos, aunque no lograron impedir su larga difusión a lo largo del tiempo.

Sobre el jerezano Agustín Florencio, ejecutado aproximadamente en 1715 y al que se le adjudican 35 muertes y otra serie de delitos, generó tal interés en el público que hasta el valenciano Gabriel Suárez escribió, hacia 1732, una comedia de bandoleros recreando la vida fantasiosa del bandolero jerezano y añadiendo escenas e ingredientes de carácter costumbrista sobre la resonancia que tuvo dicho personaje en la España de aquellos años.


Otro aspecto interesante sobre las andanzas del bandolero Florencio se relaciona también con la historia política de la guerra de Sucesión, llevada a cabo entre los partidarios del rey Felipe V frente a las pretensiones del archiduque Carlos de Habsburgo, como consecuencia del conflicto sucesorio tras el fallecimiento sin herederos de Carlos II. Dicha interpretación novedosa y poco estudiada es otro ingrediente a tener en cuenta sobre el bandolerismo andaluz de la época. Dicho aspecto, que abre un nuevo camino de investigación, es estudiado y documentado por Juan José Iglesias Rodríguez, donde aporta y señala los conflictos y tensiones entre la justicia real y la eclesiástica en relación con el bandido jerezano nacido en el último tercio del siglo XVII, lo que abre y nos ofrece nuevas perspectivas de análisis.

Tras esta amalgama de datos sobre el historial delictivo del jerezano pleno de rasgos sensacionalistas (crímenes, asesinatos, castigos, atrocidades, arrepentimientos y ejecuciones) características de este tipo de papeles sueltos, me limito a la reproducción del pliego en cuestión, propio de un blog divulgador y generalista, pero al que añado a continuación importantes referencias académicas para enmarcar y contextualizar estos sucesos.









Para saber más

* Gomis, Juan (2016), Los rostros del criminal: una aproximación a la literatura de patíbulo en España, en "Cuadernos de Ilustración y Romanticismo", Universidad de Cádiz, nº 22, 2016.

* Gomis, Juan & Bonet, Clara (2020), Crimen y castigo en pliegos de cordel: hacia una poética de lo criminal, "De los cantares de gesta a los cantares de ciego", Instituto de Estudios Auriseculares, Estados Unidos, 2022.

* Iglesias Rodríguez, Juan José (2015), Bandolerismo y actitudes políticas en la Andalucía de la guerra de Sucesión, Chronica Nova, 41, 2015.
©Antonio Lorenzo