De la imprenta cordobesa de Luis de Ramos y Coria este pliego dedicado a los dolores de María Santísima.
©Antonio Lorenzo
De la imprenta cordobesa de Luis de Ramos y Coria este pliego dedicado a los dolores de María Santísima.
©Antonio Lorenzo
Ilustración del devocionario |
El Sumo Pontífice Gregorio XVI en 22 de enero de 1836 concedió á todos los fieles que á lo menos con corazón contrito recen devotamente las oraciones de los Gozos y Dolores arriba puestas en siete domingos continuos, las siguientes indulgencias: 300 días en cada uno de los seis primeros domingos; plenaria en el séptimo confesando y comulgando.El Papa Pío IX, en 01 de febrero de 1847, se dignó conceder una indulgencia plenaria para cada uno de los siete domingos de San José, si se observan las condiciones de confesión, comunión y visita en cualquier templo, rogando por las necesidades del Sumo Pontífice y de la santa Iglesia.No hay época señalada para practicar la devoción de los siete domingos; pero sí se exige que sean seguidos, sin interrupción, y que en cada domingo se recen todos los siete Dolores y Gozos de San José; y quien no sabe leer rece siete veces el Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Se recomienda á la piedad de los fieles que en cada domingo lean una de las meditaciones que van á continuación.Las indulgencias son aplicables por las almas del purgatorio.
Fondo de la imprenta barcelonesa de Estivill |
©Antonio Lorenzo
«Santa imaginaria que como santa Salsa, nació de un despropósito iconográfico. Su leyenda se forjó a principios del siglo XIX, según una inscripción manipulada.En 1802 se descubrió una tumba cristiana en la catacumba de Priscila, en Roma. La inscripción de los ladrillos que cerraban el habitáculo decían Lumena Pax tecum Fi. Al reordenar las letras, se obtuvo Filomena Pax tecum, y de inmediato se concluyó que estaban ante los restos de una joven virgen y mártir llamada Filomena.En 1805, un sacerdote de Mugnano, cerca de Nápoles, obtuvo estas pretendidas reliquias para su iglesia. Poco después, una visionaria imaginó la vida detallada de la santa. El emperador Diocleciano habría ordenado que la arrojasen al Tíber con un ancla al cuello, pero los ángeles cortaron la cuerda y la santa llegó a la ribera opuesta sin mojarse. Recapturada por sus perseguidores, fue asaeteada, pero las flechas se volvieron contra los arqueros. Al fin la decapitaron.Esta Pasio, un tópico de la clase más trivial, promovió peregrinaciones acompañadas de milagros. En realidad, esta recién llegada a la devoción católica nunca existió. «La pretendida Filomena -concluye el bolandista H. Delehaye- no tiene derecho alguno al culto que se le profesa».Por ello la iglesia se honraría a sí misma aboliendo el culto usurpado por una falsa santa, tan sospechosa como san Expedito. Pero es más fácil inventar una santa que hacerla descender de los altares».
«Para que las fiestas de los santos no prevalezcan sobre los misterios de la salvación, déjese la celebración de muchas de ellas a las iglesias particulares, naciones o familias religiosas, extendiendo a toda la iglesia aquellas que recuerden a santos de importancia realmente universal" (Sacrosanctum Concilium 111)».
Detalle del grabado de Patricia R. Muñoz (2003) |
Tras las reflexiones que vengo desarrollando sobre el juego de la oca en anteriores entradas quiero detenerme en algunas de las muestras impresas más antiguas de las que tenemos noticia, con especial atención a las españolas, al margen del tablero que acompañaba a la Filosofía cortesana (1587), al que dediqué la entrada anterior.
Los orígenes arcaicos del juego de la oca han suscitado todo tipo de interpretaciones, muchas de ellas poco creíbles o de dudosa solvencia a la que he dedicado algunas líneas en las entradas anteriores. Como antecedente remoto del juego se ha señalado el disco cretense de Festos, su invención por Palamedes, su representación de un calendario o de una secta herética protestante, su origen oriental, una especie de guía secreta del Camino de Santiago vinculado a la orden del Temple, su simbología mántica asociada a juegos infantiles, significaciones cabalísticas y numerológicas, etc.
Al margen de la simbología sobre los juegos de azar practicados desde la antigüedad, entre los que se podría considerar el juego de la oca, no es sino hasta el siglo XVI cuando a consecuencia del regalo de un tablero de juego de Francisco del Medicis a Felipe II, alrededor de 1580, el juego se extendió por toda Europa donde proliferaron multitud de tableros y se introdujeron numerosas variantes e incorporando aspectos y facetas de la vida cotidiana y cortesana, todo ello en distintas impresiones y calidades de las láminas.
Aparte del extraordinario tablero al que se refería la Filosofía cortesana de Alonso de Barros, si aceptamos que el Juego del ganso tiene sus raíces en Italia, la impresión más antigua conocida es la publicada en Venecia por Carlo Coriolani en 1640, donde es probable que el nombre del juego, como de la oca, se derive de ahí.
Lo que resulta curioso es que el motivo central al llegar a la casilla 63 reproduzca una versión muy alejada a las interpretaciones esotéricas tradicionales donde se representa a una familia sentada alrededor de una mesa puesta y en el medio un ganso asado presto para ser degustado. Esta interpretación tan materialista de que el premio consiste en comerse el ganso pondría en cuestión tanta versión simbólica a la que ha dado lugar el juego.
Carecemos de falta evidencia contemporánea confiable de la importancia del ganso para los inventores del juego. También es posible que hayan tomado prestado el símbolo del ganso de un juego anterior, ahora perdido.
Il delettevole Gioco di Loca |
Il delettevole Gioco di Loca (edición moderna coloreada) |
Il delettevole Gioco di Loca (edición moderna coloreada) (detalle) |