Los españoles pintados por sí mismos es una obra colectiva y referencial del llamado género costumbrista de nuestro país, aunque a semejanza e imitación de lo publicado anteriormente en Francia con Les français peints par eux mêmes, Paris: L. Curmer, (1840-42), obra en ocho volúmenes donde se recoge en texto y en imágenes los tipos y costumbres de los franceses de mediados del siglo XIX.
Los españoles pintados por sí mismos comenzó a publicarse a través de la prensa en artículos sueltos y por entregas en los últimos meses de 1842 escritos por distintos y significativos autores. Su primera recopilación apareció en dos volúmenes entre 1843 y 1844, a cargo del librero y editor Ignacio Boix. La colección fue reimpresa posteriormente en un solo volumen en 1851, recogiendo los mismos textos, aunque no siempre los mismos grabados, formando parte de la Biblioteca Ilustrada de Gaspar y Roig editores, que es la que manejamos. Dicha editorial fue creada en 1845 en Madrid por José Gaspar Maristany y José Roig Oliveras, centrándose al principio en publicaciones por entregas con especial preferencia de obras francesas, como Nuestra Señora de París, de Víctor Hugo. En esta famosa biblioteca fueron apareciendo títulos tan significativos como las Escenas matritenses, de Mesonero Romanos, Diario de un testigo de la guerra de África, de Pedro Antonio de Alarcón o las primeras colecciones ilustradas en España de Julio Verne. A modo de curiosidad, la primera obra traducida de Julio Verne en España, que publicó la Librería de Gaspar y Roig fue Los Ingleses en el Polo Norte, en mayo de 1868.
La obra contiene noventa y ocho artículos, acompañados de ilustraciones, algunos de ellos debidos a la pluma de escritores de reconocido prestigio, como Mesonero Romanos (bajo el seudónimo de El Curioso Parlante), Bretón de los Herreros, Estébanez Calderón (El Solitario), Juan Eugenio Hartzenbusch, etc.
Las ilustraciones que acompañan a los textos constituyen un elemento importante puesto que ayudan a imaginar, entender y profundizar en los relatos, por lo que sugiero, si se quiere ahondar en ello, buscar y leer los textos que acompañan a las láminas. La obra puede verse en línea o descargarse a través de la Biblioteca Digital Hispánica o mediante Internet Archives, lo que da pie para adentrarse en tan rica y variada obra de un modo generalista o de forma parcial sobre un determinado tema.
Teniendo en cuenta las habituales características de lo considerado como un blog informativo, dudé en un principio sobre la conveniencia de reproducir las láminas de forma suelta e individual o agrupadas seleccionando oficios o separando las dedicadas a hombres y mujeres para que resultaran más accesibles. Para obtener una visión de conjunto opté al final por agruparlas de tres en tres y distribuirlas en siguientes entradas conservando el orden de la publicación para no tener que andar pasando o rebuscando páginas en la obra original para acceder a ellas, pues de lo que se trata es el obtener una visión general del tema. De esta forma, sugiero recorrer a través de las imágenes los textos de tan famosa y atractiva obra, a la que luego siguieron otras de parecido sentido y estructura, como El álbum del bello sexo o las mujeres pintadas por sí mismas (1843), del que sólo aparecieron dos entregas, una de ellas compuesta por Gertrudis Gómez de Avellaneda, Los cubanos pintados por sí mismos (1852), Los valencianos pintados por sí mismos (1859), Las españolas pintadas por los españoles (1871-72), o Los españoles de ogaño (1872), entre otras.
El interés añadido que se desprende de muchas de ellas tiene que ver también por su relación con numerosos pliegos de cordel donde se retratan tipos y oficios populares como la castañera, el charrán, el aguador o la gitana, entre otros, de lo que venimos dando cuenta en este blog.
La colección da cuenta de numerosos y variados tipos populares, generalmente de procedencia urbana, que desarrollan oficios o trabajos analizados desde diferentes perspectivas, colección continuada posteriormente y dando paso a otros tipos y personajes que proporcionan un claro interés para estudiar los cambios del imaginario social a lo largo del tiempo según la historia cultural.
El género etiquetado como costumbrista se ha estudiado desde muy distintas perspectivas: desde un punto de vista historicista y su interrelación con lo publicado en la prensa periódica o como antecedente de la llamada novela realista. El costumbrismo se ha asociado a la descripción de usos y costumbres de la época, de hábitos sociales y escenarios con límites fronterizos y elásticos, aunque con la idea subyacente de reivindicación de nuestras costumbres frente a lo foráneo.
La crítica académica ha considerado a este tipo de literatura como un género menor o de segunda fila, aunque estudios recientes reivindican su importancia y su carácter híbrido.
En la publicación aparecen datos y detalles de la vida cotidiana, la jerarquía de las clases sociales junto a las profesiones de aquella época, lo que permite extraer detalles sobre determinados oficios, algunos ya desaparecidos, y sobre las condiciones de vida de las mujeres, desde una óptica masculina, de interés general para la historia cultural española de aquellos años.
Al final de esta primera entrada incluyo el nombre del autor de cada artículo y la página correspondiente de esta significativa obra coral.
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El torero + La patrona de huéspedes + La castañera
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El barbero + El indiano + El escribiente memorialista
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El ama del cura + El pretendiente + La criada
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La nodriza + La coqueta + El empleado
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El cesante + El alcalde de Monterilla + El ama de llaves
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El escribano + El sacristán + La santurrona |
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El clérigo de misa y olla + El charrán + El hortera |
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El guerrillero + El aguador + La mujer del mundo |
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La lavandera + El choricero + El escritor público |
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El estudiante + La cantinera + El cazador |
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El alguacil + La gitana + El mendigo |
Relación de autores de esta primera entrada
©Antonio Lorenzo