Cromolitografía: El general Prim al frente de los voluntarios catalanes |
Si hay un personaje destacado que brillara con luz propia en esta primera guerra contra Marruecos no es otro que el general Prim.
Nacido en Reus en 1814 y muerto en atentado en Madrid en 1870, llegó a ser presidente del consejo de ministros en 1869, cargo al que precedieron otros como el de capitán general de Puerto Rico. Acreditó su valor y estrategia en la Primera Guerra Carlista y, sobre todo, en la campaña de África.
Su victoria en la batalla de Castillejos (1 de enero de 1860), le valió el título de marqués de los Castillejos y grande de España otorgado por Isabel II. Con la incorporación de un batallón de voluntarios catalanes al segundo cuerpo del ejército bajo su mando, a principios de febrero de 1860, se produjo una importante victoria con la conquista y toma de Tetuán a la que se añadió unos días más tarde la victoria en la batalla de Wad-Ras (marzo de 1860). El tratado de paz entre España y el sultanato de marruecos, representados por O’Donnell y el hermano del sultán Muley-el-Abbás, se firmó el 26 de abril, como da cuenta el pliego editado en Barcelona en el mismo año de la firma o como refleja el cuadro que reproducimos a continuación.
Joaquín Domínguez Bécquer: La Paz de Wad-Ras |
Como curiosidad añadida, un comentario: los leones que hoy lucen en la entrada del Congreso de los Diputados en
Madrid, fueron moldeados en bronce con los cañones fundidos de los capturados a
los marroquíes en dicha batalla.
Las biografías y hazañas que se
recogen en los pliegos de cordel, aún en vida del protagonista, son numerosas. Reproduzco,
a título de ejemplo, las portadas de algunos de ellos.
Episodio de la guerra de África de 1859 |
Los pliegos de cordel y las
coplas divulgadas por los ciegos constituyen una fuente de información paralela
muy poco tenidos en cuenta por los historiadores y sociólogos. Al margen de la
prensa oficial, estos romances y coplas atienden más a los sentimientos de las
madres o las novias por la marcha de un recluta al frente que a las consecuencias
políticas de los acontecimientos. De ahí su interés como expresión de una
mentalidad popular que se ha mantenido en el tiempo. Salvo los romances o
coplas que aluden expresamente a determinadas batallas o hechos conocidos,
otros pueden referirse a cualquiera de los diferentes enfrentamientos
desarrollados en un amplio margen del tiempo. Los hechos pasan, los
sentimientos y la memoria permanecen.
Transcribo a modo de ejemplo unas cuantas coplas donde se ridiculiza a los moros extraídas de los 'Cantos populares' (1882-1883) de Rodríguez Marín.
De las
patillas de un moro
tengo
que hacer una escoba,
para
que barra el cuartel
[de]
la infantería española.
Del
pellejo del rey moro
tengo
de hacer un sofá,
para
que se siente en él
el
capitán general.
De las
costillas de un moro
me
atrevo a formar un puente,
para
que pase la España [sic]
y su
ejército valiente.
¿Qué
importa que los moros
tengan
“pingardas” [sic],
si
luego se las quitan
con la metralla?
Otras coplas contextualizan más
su procedencia aludiendo expresamente a la batalla de la Sierra de Bullones ganada por el general Zabala.
una morita decía:
–¡Ya viene la flor de España!
¡Ya dio fin la morería!
¿Qué importa que los moros
tengan cañones,
si la plaza de Tánger
la gana O’Donnell?
¿De qué le sirve a Marruecos
tener bombas y cañones,
si ha perdido a Tetuán
después de Sierra Bullones?
¿Quién me compra una chinela
del hermano del sultán,
que se le cayó al salir
huyendo de Tetuán?
O en esta airosa seguidilla:
A tus ojos le llaman
Sierra Bullones,
que pelean por ellos
los españoles,
y con sus rayos
iluminan y alumbran
hasta el Serrallo.
Las Aleluyas (auques o aucas en catalán) forman parte de la literatura popular y se hallan emparentadas con los pliegos de cordel. Consisten, por lo general, en un pliego impreso por una cara que contiene en su forma arquetípica un conjunto de 48 viñetas (aleluyas) que suelen ir acompañadas cada una de ellas por unos versos, generalmente pareados, donde tratan de explicar cada una de las ilustraciones.
Resultan de gran interés por cuanto son una fuente de estudio sobre la evolución de la imagen gráfica y claros precursores de la prensa gráfica, el comic o las foto-novelas.
Su uso como formas primitivas de lectura en una sociedad poco alfabetizada descansa en su función informativa-narrativa, comunitaria y oralizada, lejos aún del recogimiento de una lectura individual.
Atendiendo al caso que nos ocupa reproduzco la impresa en Barcelona por Ramírez en 1861.
Antonio Lorenzo