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sábado, 14 de enero de 2023

Las cabañuelas y la predicción del tiempo

Observaciones del explorador y cosmógrafo Américo Vespucio (1454-1512)

Cada comienzo de un nuevo año suscita incertidumbres sobre cómo va a transcurrir su desarrollo, tanto en lo personal como en otros aspectos dispares como en lo meteorológico. Respecto a este último gozan de especial relevancia las conocidas cabañuelas como forma de anticipar y prefigurar las predicciones del tiempo a lo largo de todo un año. Las cabañuelas, independientemente de las fechas elegidas para establecer las predicciones, se centran en la observación durante los doce días elegidos para presagiar el tiempo que hará durante los meses venideros. Estas creencias, de ancestrales orígenes, también son propias de diferentes culturas de países europeos y americanos.

Las fechas que sirven de referencia para las predicciones anuales varían de unos lugares a otros. Los doce días elegidos para prefigurar el tiempo que va a hacer durante los restantes meses del año suelen asociarse a los doce días que separan la Navidad y la Epifanía, con ligeras variaciones sobre el comienzo o el último día para una correcta observación. Otras variantes se detienen en los doce días que transcurren entre el 13 de diciembre, festividad de santa Lucía asociada al solsticio de invierno, hasta el día de Navidad (excluido del recuento).

Este ancestral método de predicción se basa en creencias que guardan relación con aspectos mágicos, rituales o lúdicos de difícil interpretación como vaticinio colectivo. 

El Diccionario de la Real Academia Española, no registra en su actualización de 2022 el término que nos ocupa, aunque en su 21 edición de 1992, aparece la acepción del término de cabañuelas del siguiente modo:

«Cálculo que, observando las variaciones atmosféricas en los doce, dieciocho o veinticuatro primeros días de enero o de agosto, forma el vulgo para pronosticar el tiempo que ha de hacer durante cada uno de los meses del mismo año o del siguiente».

Las cabañuelas se asocian en otros lugares a los primeros doce días de agosto. Luis Martínez Kleiser en El tiempo y los espacios de tiempo en los refranes (1945), recoge en la página 280 el dicho:
Agosto está en el secreto
de doce meses completo.

Otro dicho popular alude a que en el mes de agosto ya se encuentran los higos en sazón:

El mes de las cabañuelas
es el mes de las higueras.

Los doce días de agosto, en plena estación veraniega, contrastan con las más habituales predicciones invernales entre la Navidad y Epifanía, lo que viene a sugerir una difícil interpretación y contextualización con lo sabiamente apuntado por el ilustre Mircea Eliade (1907-1986) en El Mito del eterno retorno. Arquetipos y repetición. (Madrid, Alianza editorial, 1996; original de 1949).

Las cabañuelas, como antiguo método para la predicción del tiempo, guarda relación terminológica con la fiesta judía de Los Tabernáculos (o de las cabañas) en su celebración ceremonial durante siete días para rememorar los cuarenta años de peregrinación del pueblo de Israel por el desierto antes de llegar a la tierra de promisión, según se recoge el Tomo II del Diccionario de Autoridades (1729).

Tras este breve repaso resulta de interés comprobar cómo estas predicciones fueron recogidas en almanaques y calendarios, como en las páginas entresacadas que reproduzco para el año 1885, editado el año anterior en la localidad pacense de Fregenal de la Sierra, con un interesante recorrido sobre las diversas fechas asociadas a las cabañuelas.

En la portada de este Calendario popular, aunque figuran solamente las iniciales de su autor L. R. y E., corresponden al folklorista Luis Romero y Espinosa (1852-1891). La recopilación está dedicada a don Antonio Machado y Álvarez (Demófilo), iniciador de los estudios del folklore español y padre de los hermanos Machado. 

Este Calendario popular goza de interés añadido por representar un valioso ejemplo de los inicios de los estudios folclóricos en España, donde Demófilo creó en 1881 en Sevilla el Folk-Lore Andaluz, y un año más tarde Romero y Espinosa, siguiendo los pasos de su amigo y maestro, creó como sociedad el Folk-Lore Frexnense, para el estudio folklórico con sede inicial en Fregenal de la Sierra (Badajoz), importante foco cultural que contó con magníficos colaboradores. Romero y Espinosa, a pesar de no ser muy conocido y fallecer con apenas 39 años, es uno de los folkloristas que más han contribuido durante el último cuarto del siglo XIX en el estudio y difusión de la cultura popular extremeña.

La sociedad de Folk-Lore Fraxinense se constituyó en Fregenal de la Sierra (Badajoz) el día 11 de junio de 1882, siendo presidente honorario Vicente Barrantes y presidente efectivo Luis Romero y Espinosa, recopilador de este magnífico Calendario Popular donde se incluye toda una amalgama de aspectos folklóricos y de sabiduría popular.

Un dato de interés sobre la obra recopilatoria de Luis Romero es la moderna edición de El refranero de agricultura, tras el hallazgo de una prueba de imprenta, nunca editada, hasta su valiosa recuperación por Juan R. Pastor y Juan Andrés Serrano, publicada en Saber popular, revista extremeña de folklore, nº 3, 1988.

Reproduzco las páginas donde se alude a las creencias de las cabañuelas y donde se nos ofrece un muy interesante recorrido sobre los diferentes cómputos predictivos de estas creencias basadas en las variadas técnicas de observación donde, entre otras, se tenían en cuenta las nubes, el viento o el comportamiento y el vuelo de las aves.

Este Calendario Popular se custodia en la Biblioteca Virtual del Patrimonio Bibliográfico, del Ministerio de Cultura y Deporte.







©Antonio Lorenzo

martes, 27 de diciembre de 2022

El dibujante Francisco Ortego y la Navidad

 

Mencionar el nombre de Francisco Ortego (Madrid, 1833-Bois-Colombes, París, 1881) nos remite a un extraordinario dibujante y caricaturista español al que debemos un reconocimiento memorístico y emocional por su merecida e impresionante obra, aunque olvidado en los tiempos actuales, y que desgraciadamente murió fuera de España y en la miseria.

Innovador por su forma de concebir el dibujo, colaboró prolíficamente como dibujante en numerosas publicaciones de la época con fina ironía y como agudo observador de las costumbres, siendo entre las más conocidas: el semanario ilustrado El Museo Universal; dibujante y colaborador como corresponsal de guerra de la famosa obra literaria de Pedro Antonio de Alarcón Diario de un testigo de la guerra de África (1860), aparecida primero en fascículos y recopilados posteriormente en libro por la célebre editorial Gaspar y Roig; en El Cascabel (1863); en la revista satírica Gil Blas, publicada desde finales de 1864; en El Siglo Ilustrado, donde comienza a representar de forma oronda a la reina Isabel II tras su exilio a Francia en 1868; como ilustrador de almanaques y pionero dibujante de los primeros carteles publicitarios conocidos en España patrocinados por la empresa chocolatera de Matías López en 1871. En dicho año decidió trasladarse a Francia debido a la mala situación económica de su familia y a su decepción por la nueva restauración de la monarquía con la inesperada figura del rey Amadeo de Saboya. A pesar de su reconocido talento se trasladó a París tratando de mejorar su futuro. Debido a su carencia de recursos económicos se desplazó en el que fuera su último año de vida a Bois-Colombes, pueblo cercano a París. Allí permaneció hasta su triste fallecimiento en 1881, aquejado de tuberculosis y con apenas 48 años, el insigne dibujante sin haber logrado mejorar su precaria situación económica.


Sus dibujos y caricaturas, como formas de literatura y de lectura gráfica, nos aportan de forma expresiva todo un conjunto de referencias que nos ayudan a entender o a interpretar el contexto situacional que formulan y donde en cada ilustración se refleja el ambiente sobre la vida cotidiana de mediados del XIX, dibujando a vendedores, tipos madrileños en plazas y esquinas, ferias y diversiones, etc., a lo que se une la visión y la intencionalidad de su creador. A través de sus recreaciones nos ofrece todo un paisaje de situaciones, personajes y lugares propios asociados a un costumbrismo, preferentemente de ambiente urbano, mediante sus ilustraciones gráficas.

No es este el lugar ni el sitio adecuado para trazar siquiera un recorrido por tan magna obra, de la que me limito a rescatar algunos de sus dibujos en relación con la Navidad, donde cada uno de ellos merece un recorrido por los detalles que aporta y que nos traslada a todo un imaginario colectivo de mediados del siglo XIX.

Esta pequeña muestra de dibujos relacionados con la Navidad proviene en su mayor parte de lo recogido en el álbum que sobre este insigne dibujante editó en Madrid, Gaspar Editores, en 1881, empresa en la que Ortego colaboró durante años en buena parte de su producción gráfica. Dicha empresa, el mismo año de su fallecimiento y como homenaje a quien fuera su ilustre colaborador, editó el álbum reseñado donde se recoge una pequeña muestra de tipos y escenas populares de su producción gráfica entre 1857 y 1868 para ayudar con los beneficios de su compra a la familia del fallecido. A todo ello se unió la iniciativa de algunos artistas españoles creando una suscripción para sufragar en parte los gastos de su entierro y atender en lo posible a las necesidades familiares por la pérdida de tan genial artista que nos ilustró visualmente con sus chispeantes e inolvidables caricaturas y dibujos.








Para finalizar este pequeño recorrido y recordatorio de la figura de Ortego adjunto el dibujo realizado por su amigo Pellicer donde recoge la triste escena del exterior de la casa mortuoria de Ortego y que apareció en la revista La Ilustración española y americana del 8 de noviembre de 1881.

©Antonio Lorenzo

viernes, 9 de diciembre de 2022

Acertijos curiosos y enigma de un amigo a otro

 

De un tal Tío Pancho, el Gabulista, se publicó en Valencia en 1843 👉El libro de las tertulias, Dividido en cuatro partes, y arreglado a 4 horas, de varios juegos, para las noches de invierno. Entre los juegos de salón que se proponen se intercala en su parte cuarta un conjunto de 33 enigmas titulados las "Las quiquiricosas o sea adivinallas". Dichos enigmas están retomados de compilaciones anteriores, copiados o adaptados sin citar su procedencia de la referencial obra de Cristóbal Pérez de Herrera 👉Proverbios Morales y consejos christianos... y Enigmas Filosóficas, Naturales y Morales... de 1618.


Aparte de El libro de las tertulias añado como referencias otras recopilaciones del siglo XIX como antecedentes literarios de los pliegos reproducidos. Es el caso de la miscelánea, de autor anónimo, que lleva por título 👉Manual de enigmas, logogrifos y charadas. Modos de componerlos y descifrarlos, editado en Madrid en 1847 y conservado en los fondos de la Biblioteca Nacional. La publicación contiene enigmas en prosa y en verso, de los que reproduzco estos últimos. En cuanto a los logogrifos, más desconocidos, el recopilador anuncia que el logogrifo, tanto en prosa como en verso, "es una especie de enigma, que se forma de una palabra, combinando de diferen­tes modos todas las letras de que consta, y presentando así muchos vocablos significativos".






Si hay una obra referencial que obtuvo gran éxito desde su publicación es la recopilación de Rafael Boira, cuya primera edición es de 1859, a la que siguió otra más completa de 1862, donde se incluyen más de un centenar de adivinanzas bajo el título:

👉El libro de los cuentos, colección completa de anécdotas, cuentos, gracias, chistes, chascarrillos, dichos agudos, réplicas ingeniosas, pensamientos profundos, sentencias, máximas, sales cómicas, retruécanos, equívocos, símiles, adivinanzas, bolas, sandeces y exageraciones. almacén de gracias y chistes. Obra capaz de hacer reir á una estatua de piedra, escrita al alcance de todas las inteligencias y dispuesta para satisfacer todos los gustos. recapitulación de todas las florestas, de todos los libros de cuentos españoles, y de una gran parte de los extranjeros.

Dentro del ámbito español, otras recopilaciones significativas del siglo XIX son las conocidas:

Cecilia Böhl de Faber "Fernán Caballero": 👉Cuentos, oraciones, adivinas y refranes populares e infantiles (Leipzig, 1874, y Madrid, 1877)

Antonio Machado y Álvarez "Demófilo": 👉Colección de enigmas y adivinanzas en forma de diccionario (1880)

Francisco Rodríguez Marín: 👉Cantos populares españoles, 5 vols., (1882-1883). Las adivinanzas se encuentran incluidas en el volumen primero.

León María Carbonero y Sol, 👉Esfuerzos del ingenio literario (1890), donde dedica todo un erudito capítulo de carácter literario al enigma.

Las adivinanzas constituyen también un recurso para el desarrollo de un nutrido grupo de cuentos folklóricos populares e integradas de una forma forma dispersa como complementos en numerosos almanaques con la función de ejercitar el ingenio verbal para el entretenimiento.

Por facilitar un ejemplo de estos cuentos de adivinanza, sugiero consultar el trabajo que dediqué hace unos años (1992) al cuento 👉El enigma del molinero, que puede consultarse a través del siguiente enlace:


En su relación con los pliegos de cordel reproduzco este pliego editado en Barcelona por el conocido taller de Ignacio Estivill.





Reproduzco a continuación este otro pliego impreso en Gerona en el taller de Agustín Figaró, quien estuvo casado con María Oliva, hija del impresor Antoni Oliva i Ferrán. Agustín se hará cargo de la imprenta de su suegro tras la muerte de éste en 1823. En el taller de Agustín Figaró se confeccionó gran parte de los impresos gerundenses publicados en la primera mitad del siglo XIX hasta su fallecimiento en 1847. Su actividad impresora la retomaron desde entonces su viuda y su hijo, tal como figura en los pies de imprenta hasta el año 1855.





©Antonio Lorenzo

viernes, 25 de marzo de 2022

De almanaques, calendarios y predicciones [XIV]


Este segundo Almanaque de la ilustración para el año 1875 es el continuador del editado bajo la misma etiqueta el año anterior y que bajo dicho rótulo tuvo una amplia trayectoria.

En el "juicio del año" escrito por el editor Carlos Frontaura se trasluce su ideología política decantándose por la restauración monárquica, algo que tomaría forma a finales de diciembre.


El balance que aparece en el almanaque sobre los principales acontecimientos del año 1874 estuvo a cargo del colaborador y escritor Manuel Ossorio y Bernard, donde comienza por justificar el golpe de estado llevado a cabo por el general Pavía el día 3 de enero, apenas comenzado el año en curso. El balance del año, según consta, fue escrito en septiembre, por lo que no pudo prever el pronunciamiento de Martínez Campos en Sagunto el 29 de diciembre que supuso la Restauración borbónica en España, el fin del Sexenio Democrático (1868-1874) y el de la Primera República Española (1873-1874).
«Meros narradores de sucesos públicos, y sin que entre en nuestro ánimo hacer apreciaciones políticas, debemos, no obstante, hacer constar que el hecho realizado por el capitán general y la guarnición de Madrid fue perfectamente acogido por la opinión pública, que, dividida en toda clase de cuestiones políticas, veía, no obstante, en aquel suceso la conservación de la unidad de la patria».
El golpe de estado lo propició el general Manuel Pavía ordenando el desalojo inmediato del Congreso y enviando a las Cortes unas compañías de infantería y de guardias civiles, aunque el general no estuvo físicamente presente, ni aparece en lo registrado ese día en el "Diario de Sesiones", y mucho menos entrando a caballo a lomos de un caballo blanco, lo que se asocia imaginariamente a la difundida imagen del legendario Santiago Matamoros en la también inexistente batalla de Clavijo de la Reconquista.

Independientemente de su controvertido origen, los llamados "soldaditos de Pavía" se asocian, sobre todo en Madrid, aunque conocidos también en algunos establecimientos andaluces, con una fritura de bacalao rebozado acompañado de pimiento rojo, tapa característica de Casa Labra, taberna centenaria madrileña en la calle Tetuán, 12, local protagonista también de la fundación por Pablo Iglesias el dos de mayo de 1879 del Partido Socialista Obrero Español, como recuerda una placa conmemorativa.


El recuento de los principales sucesos del año por Ossorio y Bernard, escritos como hemos señalado en el mes de septiembre, termina con la siguiente reflexión:
«Quiera Dios que en el año próximo pueda ser cronista de venturas y llene en EL ALMANAQUE DE LA ILUSTRACIÓN igual número de páginas que el consagrado a las desgracias de1874».
De las ilustraciones incluidas en el almanaque entresaco las siguientes:

Entrada de las tropas en el Congreso de los Diputados.


El sitio de Bilbao que refleja la ilustración se refiere al enfrentamiento entre los carlistas y los republicanos en el marco de la conocida Tercera Guerra Carlista. Durante dos meses la ciudad de Bilbao estuvo sitiada por las tropas del pretendiente carlista Carlos María de Borbón, algo que finalmente no pudieron lograr y tuvieron que retirarse.


La siguiente ilustración da cuenta de la grave inundación ocurrida en la ciudad de Burgos el 11 de junio de 1874 tras el desbordamiento del río Arlanzón, a consecuencia de una gran granizada e intensa lluvia ocasionando la inundación de numerosas viviendas.


Las siguientes ilustraciones ofrecen una visión costumbrista de la vida social en la isla de Cuba donde se diferencia la población negra de la blanca. Ello se enmarca dentro de los episodios de la Guerra de los Diez Años o Guerra Grande (1868-1878), la primera de las tres guerras cubanas de liberación contra las fuerzas coloniales españolas, lo que acabaría consumándose en 1898.




La ilustración siguiente da noticia del atentado sufrido por el entonces canciller alemán Otto von Bismarck el día 13 de julio de 1874 donde resultó levemente herido.

Al igual que sucede con el caballo de Pavía, se atribuye al famoso "canciller de hierro", que logró la reunificación alemana a finales del XIX, la apócrifa cita sobre España, cita que, de ser verdadera, haría las delicias a los exaltados nacionalistas españoles como "argumento de autoridad": 
«Estoy firmemente convencido de que España es el país más fuerte del mundo. Lleva siglos queriendo destruirse a sí misma y todavía no lo ha conseguido. El día que dejen de intentarlo, volverán a ser la vanguardia del mundo».
Se trata, obviamente, de una cita falsa, pues no se conoce ni la fuente ni fecha alguna de la misma. Resulta cuanto menos extraño que quien fuera el más importante nacionalista (prusiano) de su momento, ponga a España como prototipo del país más fuerte del mundo. 
 

La última ilustración da cuenta del fallido asalto carlista por ocupar Teruel el 4 de agosto de 1874 tras el también intento fallido un mes antes frente al acueducto de Los Arcos o traída de las aguas a Teruel. Tras este último intento de entrar en Teruel el grueso de las tropas carlistas se retiraron a otros puntos limítrofes de la provincia. Tiempo después la ciudad erigiría un monumento a los héroes del 3 de julio y 4 de agosto donde prosperó el estribillo de la jota: "Mientras que Teruel exista / a su historia será fiel / y nunca el bando carlista / podrá triunfar en Teruel".


©Antonio Lorenzo

jueves, 17 de marzo de 2022

De almanaques, calendarios y predicciones [XIII]


Este primer número del Almanaque de la ilustración para el año 1874 fue el comienzo de una serie de almanaques de igual título y factura de periodicidad anual y larga trayectoria. A partir del año 1897 formó parte provisionalmente de la revista Almanaque de la Ilustración española y americana, donde aparecían en las portadas ambas publicaciones, siendo absorbida por completo a partir de 1908.

Su primera época estuvo a cargo de Carlos Frontaura, conocido y prolífico periodista y escritor, director del periódico El Cascabel (1863-1875), periódico que también editaba almanaques para el año próximo bajo su dirección, a los que hemos dedicado atención en anteriores entradas. También colaboró en otras importantes publicaciones, como El Museo Universal, La Ilustración española y americana y como fundador y director de Los Niños, aparte de su obra personal. De ideología conservadora, desarrolló también una actividad política de la mano de Cánovas del Castillo ejerciendo el cargo de gobernador de distintas provincias y contribuyendo a la llamada Restauración borbónica con la figura de Alfonso XII.

El 11 de febrero de 1873, año de la edición del almanaque, se proclamó la I República española, tras la renuncia al trono de Amadeo I, lo que ello supuso de revuelo político y desconocidas expectativas coincidiendo con una turbulenta situación económica y social, entre otros factores por las consecuencias de la Tercera guerra carlista, el recrudecimiento de la guerra  de los Diez años en Cuba, el auge del movimiento obrero y campesino, y el conflicto dentro de las filas republicanas entre unitarios y federalistas «intransigentes». Todo ello desencadenó la llamada Insurrección cantonalista o revolución cantonal que comenzó en julio de 1873 con la proclamación del Cantón de Cartagena, (símbolo del movimiento), queriendo junto a otros territorios que lo secundaron instaurar inmediatamente una "República Federal" sin esperar a que las Cortes Constituyentes elaboraran y aprobaran la nueva Constitución Federal que estaba en marcha, como defendía el presidente del poder ejecutivo de la república Francisco Pi y Margall.

Este levantamiento cantonal contribuyó a debilitar la tambaleante república considerado desde el gobierno central como un movimiento separatista que lo que buscaba era reformar la estructura del estado mediante una división administrativa (región o territorio) que gozase de gran autonomía de gobierno dentro de una organización política más amplia para constituir "desde abajo" la "República Federal" española.

Esta revolución cantonalista se ha descrita de forma parcial por algunos historiadores tachándola tan solo como un movimiento localista y desfasado, liderado por notables burgueses sin atender a los problemas reales de su tiempo y ocultando establecer similitudes con la Comuna de París, movimiento insurreccional activo entre el 18 de marzo al 28 de mayo de 1871 en la capital francesa.

En el "Juicio del año" del almanaque, escrito por Carlos Frontaura, tras repasar la trayectoria mitológica de Júpiter, principal dios de la mitología romana, solicita de forma metafórica su intervención para el año venidero debido a la lamentable situación en la que encontraba envuelta España en ese momento. 


A su vez, en el exhaustivo balance del año 1873 que también desarrolla Carlos Frontaura atendiendo al contexto histórico y social, escribe al final del mismo lo siguiente:
«Triste es, -como puede verse por los anteriores apuntes- la historia del año último: la desgraciada España le ha ocupado casi por entero con el ensayo de la República, pudiendo asegurarse que la revolución del 1868 no ha logrado su desarrollo hasta febrero de 1873. Las pasiones contenidas durante cuatro años (desde la revolución de 1868), se han manifestado en toda su desnudez, y han causado numerosas víctimas; y el problema constituyente, planteado por la abdicación del rey Amadeo de Saboya, queda sin resolver al terminar el año. Tenemos república; pero unos quieren que sea unitaria, otros federal y otros socialista. Suframos sus consecuencias, y pues que tenemos que pasar por dicha forma de gobierno, penetremos con timidez en el año 1874, buscando la mejor de las repúblicas, como el célebre Jerónimo Paturot». (pág. 20)

La mención a Jerónimo Paturot se refiere a la novela satírica de Louis Reybaud, donde comentaba humorísticamente las extravagancias de la sociedad francesa de entonces en su obra Jerónimo Paturot en busca de la mejor república (original de 1848 con edición española de 1856) que alcanzó cierto éxito en los círculos intelectuales. 

La insigne escritora Emilia Pardo Bazán en su ensayo crítico La literatura francesa. La Transición (1911), desarrolla unas lúcidas reflexiones sobre el tránsito del romanticismo al realismo en la literatura gala y los espacios creativos e híbridos entre ellos, sobre los que se detiene.

Comentando la influencia de Louis Reybaud, escribe:

«Si se inclina un poco Reybaud a lo vulgar, sus héroes, Jerónimo y Malvina, serán sencillamente personajes de Paul de Kock; si se remonta, lo serán de Eugenio Sue. La sátira social de Reybaud ha evitado estos dos escollos. Es imposible desplegar mayor donaire en la sencillez. Nótese que esta sátira de un régimen deja muy mal parado al romanticismo; y así tenía que suceder, tratándose de un escritor castizo, dotado del humorismo nacional, y cuyos númenes son la sensatez, la claridad, la moderación y un grano de sal irónica. La forma de Reybaud es sucinta, incisiva, sin galimatías ni digresiones; su vena, cáustica y mordaz. No diré que Jerónimo Paturot llegue a la altura de Gil Blas [se refiere a "La Historia de Gil Blas de Santillana" o "Aventuras de Gil Blas de Santillana", novela picaresca escrita en francés por Alain-René Lesage entre 1715 y 1735, personaje que posteriormente también dio pie a la revista satírica Gil Blas impresa en Madrid entre 1864 y 1872],  pero es de su raza, de la estirpe de esos buscavidas aventureros, descentrados, que al cruzar todos los medios sociales, abarcan en su historia la de una generación». 
A continuación, y bajo la etiqueta de "Recuerdos literarios", el colaborador y escritor Manuel Ossorio (1839-1904) hace un repaso por las más importantes contribuciones artísticas del año 1873 a las que divide en los siguientes apartados:

* Obras de carácter político e histórico
* Literatura científica y filosófica
* Novelas (con especial mención a los primeros cuatro volúmenes ya publicados de los Episodios nacionales de Pérez Galdós.
* Poesía lírica.
* Sobre el Teatro español, comenta lo poco destacado de las obras en estrenos competentes, aunque resalta el éxito popular de lo representado en algún café-teatro "gracias a la benignidad de los espectadores, más larga que los vestidos de las bailarinas, que suelen llevar el secreto de un éxito en sus rosadas pantorrillas de algodón".

Al finalizar el almanaque se recoge un registro de artistas de las letras, ciencias y artes distribuida en meses con las fechas de nacimiento o fallecimiento en su caso señalando su actividad artística.

Ilustraciones destacadas

Las magníficas ilustraciones que aparecen en el almanaque recogen aspectos o episodios característicos del año, como la salida del rey Amadeo I fuera de España; sugerentes imágenes sobre los insurrectos cantonalistas; referencia a la participación española en la Exposición Universal de Agricultura, Industria y Bellas Artes, celebrada en Viena desde el 1 de mayo al 31 de octubre de 1873; referencias a la guerra civil carlista; la catástrofe por descarrilamiento en el puente sobre el río Duero en las cercanías de Viana de Cega (Valladolid) el 11 de septiembre de 1873 con el resultado de 21 muertos y 58 heridos; el traslado de la estatua de Felipe III de la Plaza Mayor madrileña a los almacenes municipales en previsión de posibles actos de vandalismo por la recién proclamada república o la escena donde se recoge la visita de la destronada reina Isabel II al papa Pío IX en 1873 para influir sobre las relaciones entre la Santa Sede y los gobiernos republicanos que promovían entonces el proyecto de separación Iglesia-Estado.









©Antonio Lorenzo