jueves, 9 de octubre de 2014

Niño abandonado y criado por lobos (El hombre-lobo)


El niño que sobrevive a un abandono y es criado por animales salvajes, preferentemente por lobos, se ha convertido en un arquetipo que se encuentra en la mitología y en las leyendas de numerosas culturas.

Sobre la creencia de que algunos humanos se convierten en lobos, ya fuera de forma voluntaria como fruto de prácticas mágicas, o de forma involuntaria sin control por su parte,  ya la encontramos desde Herodoto, viajero e historiador del siglo V a.d.c. y en leyendas de la antigua Roma. Esta transformación de una persona en lobo se conoce como licantropía.

Tanto en la Europa medieval como en el Renacimiento y en el Barroco tuvo un especial arraigo el terror a la licantropía como consecuencia del miedo a determinadas prácticas hechiceriles. Entre las supersticiones conocidas sobre el origen de la transformación de un humano en lobo podemos citar: por haber sido concebido fuera del matrimonio, por haber nacido en Nochebuena, por ser el séptimo hijo, etc.

La creencia sobre la existencia del hombre-lobo se mantiene relativamente viva en las sociedades tradicionales menos letradas. Son numerosas las leyendas recogidas en los núcleos rurales, tanto en España como en Iberoamérica, sobre este antiquísimo tópico.

El pliego que reproduzco, editado en la madrileña imprenta de la calle Colegiata,  Nº 6, fechado en 1874, centra su argumento en el tópico del niño abandonado y criado por lobos u otros animales salvajes. Por citar algunos antecedentes literarios recordemos a los hermanos Rómulo y Remo (amamantados por una loba según el mito fundacional de la antigua Roma), Enkidu (en la Epopeya de Gilgamesh, también criado por animales), y los más cercanos de Mowgli en el famoso relato de Rudyard Kipling El libro de la selva (1894) o el personaje de Tarzán de Edgar Rice Burroughs (1912).

El desarrollo del pliego sitúa la acción en Galicia donde un niño, fruto de la deshonra y el pecado de la madre, es abandonado al lado de un precipicio siendo descubierto por una loba que atentamente lo cría. Ya de mayor, causa el espanto  de la población por las muertes que produce. Pero es en el inverosímil ataque a una diligencia donde ¡¡armado de un trabuco, a modo de los bandoleros de Sierra Morena!!, se lleva a su cueva a una mujer herida de muerte que a la postre, y como no podía ser menos, resulta ser su inhumana madre. Para abundar más en la poética tremendista del pliego se nos informa que el mismo personaje que depositó al niño en el monte es quien traslada la truculenta historia a un sacerdote que lo pone en papel y aprovecha el relato para incluir la previsible advertencia de que toda culpa tiene al final su castigo.
  
    'El mismo que dejó al niño
     en el monte es el que narra
     estos hechos que al papel,
     un sacerdote traslada;
     porque sirvan de escarmiento
     a madres tan descastadas,
     y comprendan que la culpa
     tarde o temprano se paga,
     que la Providencia vela
     y que el castigo no tarda'.

El Romancero también se ha hecho eco del tópico del niño criado por una loba.
Por su relación con el tema tratado, publico una versión inédita que recogí en la comarca cacereña de Las Hurdes junto a mis compañeros José Luis Puerto y Félix Barroso.

Versión de Nuñomoral (Cj. Nuñomoral), de Ángela Expósito Velaz, de 51 años.
Recogida en 8 de julio de 1991. Música registrada.

                  Una noche tormentosa,   cuando más relampagueaba,
                   a la orilla de un barranco   un pobre niño lloraba.
                   Pasó por allí una loba   oliéndole a carne humana,
                   lo ha cogido por su boca,   le ha colocado sus garras,
                   y a su cueva se lo lleva,   de sus pechos lo amamanta;
                   como si fuera su madre,   el pobre niño mamaba.
                   La mañana de un domingo   las campanas repicaban;
                   las campanas repicaban,   las campanas bien se oyen,
                   toda la gente va a misa   a la boda de una joven.
                   Ya está el cura revestido   y los novios en la iglesia,
                   para hacer la ceremonia   con todas las diligencias.
                   Al hacer la ceremonia   se oye un grito de terror;
                   preguntan por el alcalde,   y el alcalde es cazador.
                   –Una loba traigo muerta,   y un niño debajo el brazo,
                   que se lo pude quitar   matándola de un balazo.–
                   El niño cuenta tres años,   con su risa angelical,
                   y al ver a la novia dice:   –"Ay, qué guapa está mamá".
                   Mamaíta, dame un beso,   que no me has dado ninguno,
                   que me ha matado la loba   ese cazador tan tuno.
                   Esa sí que me quería,   y dirás que era una fiera;
                   más fiera y mala eres tú,   yo no tengo quien me quiera.
                   Tú mataste a mi padre,   porque no era de tu igual,
                   pero nunca lo pensaste   cuando fuiste a pecar.
                   A pecar, mujer impura,   tú que engañas a los hombres,
                   Dios te quitará la vida,   para que a más no deshonres.







Antonio Lorenzo

sábado, 4 de octubre de 2014

Imágenes para leer: Habitantes de todos los países del globo


Curiosa aleluya que nos recuerda aquellas colecciones de cromos de nuestra infancia, de las que doy algunos ejemplos, donde eran frecuentes los temas de historia natural, las maravillas del mundo, las razas y las banderas, las provincias españolas y sus trajes típicos, etc. Si bien es cierto que en el pliego no se utiliza el término 'raza', subyace la idea de una visión claramente etnocéntrica que prima a los europeos frente al resto.
















Ejemplos de esta visión etnocéntrica son las descripciones que acompañan a alguno de los personajes. Desde el 'elegante español' de la primera viñeta, pasando por el 'magistrado sueco', 'cantor italiano', 'bandido napolitano' [sic], el 'comerciante alemán', 'noble ruso' o el 'marinero inglés', al lado de gentilicios que ahora nos resultan tan exóticos como 'samojeda', 'kalmuco', 'ostiaco' o el 'isleño moluco'.

De la arbitraria selección entre los que están y los que faltan de los 'halbitantes' [sic] de ¿todos? los países del globo, doy algunas notas.

El territorio de los Samojedas se extiende a lo largo de las costas árticas de la Rusia europea hasta el extremo norte de Siberia.

Los Kalmucos (calmucos) se refieren a un pueblo mongol que habita en la República de Kalmukia (Rusia), China y Mongolia. En el libro 'La rebelión de los tártaros', publicado en el año 1837 por Thomas De Quincey, narra la gran huida protagonizada por los calmucos desde Rusia hasta las fronteras de China. El libro cuenta, además, cómo en enero de 1771 los tártaros calmucos, súbditos de la zarina Catalina la Grande, iniciaron un viaje a través de la estepa rusa que los llevaría hasta la mismísima Gran Muralla china, donde fueron acogidos por el entonces emperador Qianlong. Un descendiente ilustre de los calmucos por parte de sus abuelos fue Vladimir Lenin.

Los Ostiacos, habitantes de la Siberia occidental, son descritos de esta forma tan ofensiva y humillante en una enciclopedia francesa de finales del siglo XVII y traducida al castellano poco después:


Los conocidos como Hotentotes, se refiere a un pequeño grupo étnico nómada del África del sudoeste, específicamente de Botsuana y Namibia, y relacionados con los bosquimanos. Éstos fueron los habitantes con quienes se toparon los primeros pobladores europeos al llegar a la zona de la Colonia del Cabo. Los holandeses les llamaron "hotentotes" (hottentots), palabra que fue profusamente usada durante los tiempos coloniales.

Los Caledonios: nombre latino antiguo para designar a los habitantes de Escocia.

Siam fue un reino situado en el centro del sudeste de Asia, que comprendía los territorios de lo que hoy es Tailandia, Camboya y Laos.

Malabar: parte occidental de la península de la India
A partir de la década de 1950 a 1960 el término 'raza' ha caído en desuso a raíz de los modernos estudios de la genética humana y de las nuevas corrientes antropológicas, siendo desaconsejado su uso en el lenguaje científico prefiriéndose el término de etnia o población. Estas teorías sostienen que todos los hombres poseen el mismo repertorio genético con pequeñas diferencias, por lo que hay una sola raza: la humana.

Un grupo de expertos reunido por la Unesco, promulgaron de común acuerdo cuatro declaraciones sobre las razas en diferentes momentos. La última enfatizaba los tres puntos siguientes:

A. Todos los hombres que viven hoy día pertenecen a la misma especie y descienden del mismo tronco.
B. La división de la especie humana en 'razas' es en parte convencional y en parte arbitraria, y no implica ninguna jerarquía en absoluto. [...]
C. El conocimiento biológico actual no nos permite imputar los logros culturales a las diferencias en el potencial genético, sino que solo deberían atribuirse a la historia cultural de los diferentes pueblos. Los pueblos del mundo actual parecen poseer igual potencial biológico para alcanzar cualquier nivel de civilización.

Editada en Madrid en la imprenta de la calle Juanelo (s.a.) divido la aleluya en secciones y la reproduzco completa a continuación.








Antonio Lorenzo

miércoles, 1 de octubre de 2014

Imágenes para leer: abecedarios sencillos español y gótico


Las aleluyas, junto con los romances, estampas piadosas, etc. fue un medio barato y adecuado para ofrecer una formación rudimentaria a los lectores menos instruidos.

En el caso de este pliego de aleluyas, dirigido a un público infantil, se nos presenta el abecedario asociando cada letra a una imagen supuestamente representativa, donde el mundo taurino cobra una especial relevancia.

No figura ni el año ni el editor.


Antonio Lorenzo

viernes, 26 de septiembre de 2014

Libro de las conquistas o arte de hacer el amor

Eugen von Blaas (1843-1932) - The Flirtation
Ejemplo de misoginia y desvalorización de la mujer es este pequeño librito editado en Reus (s.a.) donde se recogen los desafortunados consejos sobre 'el arte de hacer el amor' en un intento de hacerlos pasar como de carácter burlesco o satírico. No voy a entrar en detalles sobre lo que cualquier lector avisado puede fácilmente entresacar y deducir, pero creo que hay que admitir que es un reflejo, no el único, de una cierta mentalidad de la época. Aunque el concepto de mentalidad resulte ambiguo podemos aceptarlo como el resultado de tradiciones, valoraciones irreflexivas, costumbres y formas de pensar e imaginar la realidad de una forma acrítica más emocional que racional.

En efecto, creo que no debemos establecer fáciles conclusiones generales atendiendo solamente a unas determinadas manifestaciones populares por muy sesgadas que nos parezcan. El modelo social que nos pintan los pliegos de cordel sobre las criadas, modistas o mujeres en general no son los únicos exponentes que nos permiten establecer la mentalidad de sus consumidores, pues aunque en principio estos pliegos iban supuestamente destinados a un público más bien iletrado, rural y de pocos medios económicos, también sabemos que eran degustados por amplias capas de población urbana, pues no debemos olvidar que tanto la producción como la difusión y distribución de esta literatura provenía de las ciudades. Los valores sociales que apreciamos, pues, en los pliegos de cordel no constituyen en exclusiva las únicas apropiaciones de la realidad por parte de sus consumidores, sino simplemente uno de sus aspectos.

El concepto de mentalidad popular, o imaginario social o como lo queramos llamar, a pesar de su ambigüedad terminológica, puede resultarnos útil como marco o herramienta conceptual para describir o delimitar con cautela modelos de conducta, sin pretender por ello elevar a categorías o a conclusiones generales un determinado aspecto sin tener en cuenta otros factores moduladores que exigirían estudios previos.

En efecto, la carga moral negativa que se aprecia en estos pliegos es evidente, y abunda en el imaginario social y moral de la época, pero de ahí a sacar conclusiones definitivas sobre patrones o valores culturales de una determinada sociedad va un largo trecho.

Como el propósito de este blog es meramente ilustrativo y divulgativo, paso, sin más, a reproducir este 'importante remedio para las doncellas' que concluye al final con un interesante índice de los productos que se hallan a la venta en los almacenes 'La Fleca'.




















Antonio Lorenzo

domingo, 21 de septiembre de 2014

Pliegos de aleluyas: El cómico de la legua


El llamado cómico de la legua, actor que recorría pequeñas poblaciones donde ofrecía sus espectáculos, bien solo o con una pequeña compañía, tiene como antecedente más próximo a los actores de la Commedia dell'arte italiana. Estos cómicos, llamados 'de la legua' por la prohibición de que acamparan a menos de una legua de la población, alegraron la vida de los habitantes de los medios rurales durante el llamado Siglo de Oro.

La legua es una antigua medida de longitud variable que solía oscilar entre los 4 y los 7 kilómetros y consistía en lo que una persona podía caminar en una hora. Obviamente, la indefinición de la distancia recorrida variaba de un sitio a otro. La legua castellana quedó fijada en el siglo XVI entre los 5'5 y los 6 kilómetros.

El cómico de la legua era un actor que no hallaba acomodo en una compañía fija y se veía obligado a trabajar en poblaciones pequeñas y en compañías ambulantes. La distancia de mantenerse a una legua (o más, según las disposiciones) de la Corte o de poblaciones importantes donde desarrollaban su labor las compañías fijas tenía por motivo el no hacerse competencia mutua.

Agustín de Rojas Villandrando (1572-¿1635?), escritor y también comediante, en su obra El viaje entretenido (1603) nos relata en forma de diálogo hasta ocho 'variantes' de este tipo de trashumantes cómicos: el Bululú (actor solitario), Gangarilla (tres o cuatro actores con un muchacho que hacía el papel femenino), Cambaleo (cinco actores con actriz cantante), etc.

La Segunda República promovió y rescató de alguna forma esta especie de teatro ambulante formado por universitarios e intelectuales para difundir el teatro clásico, el cine, las canciones, títeres y marionetas, etc. por zonas rurales y aisladas. Esta labor cultural se integró en las llamadas Misiones Pedagógicas donde nombres como Alejandro Casona, con su Teatro del pueblo, o Federico García Lorca con La barraca recorrieron de 1931 a 1935 numerosas poblaciones desarrollando una importante, aunque efímera, labor cultural que se vio cercenada por el estallido de la guerra civil.

Antes de reproducir la aleluya incluyo un pliego editado en Valencia por la imprenta de Martín Peris en 1817, cuyo autor es un desconocido J.C.T. donde el protagonista desarrolla con cierta gracia las miserias que comporta el oficio de cómico y lamentándose de haber abandonado su antiguo oficio de sillero en Madrid.































De la imprenta madrileña de la calle Colegiata, 6, este pliego de aleluyas (s.a) donde se nos narra la azarosa y rocambolesca vida de este cómico de 'teatral anhelo' donde tiene que sortear las numerosas imprecaciones de un público que le lanza tomates, botellas y sillas, acabando de apuntador y con un desgraciado final.

Divido la aleluya en cuatro secciones y la reproduzco entera el final.








Antonio Lorenzo

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Pliegos de aleluyas: Escenas grotescas contemporáneas


Editadas en Madrid por Hernando y anteriormente por los editores José María Marés y Manuel Minuesa, estas escenas de carácter burlesco que conectan con las ilustraciones de la prensa y de las revistas satíricas de la época.

Divido la aleluya en cuatro secciones para que pueda apreciarse mejor y la reproduzco completa a continuación.








Antonio Lorenzo