miércoles, 15 de marzo de 2023

Castigo a la criada de un sacerdote por ultrajar a los pobres

 

Pliego donde se nos informa del espantoso castigo recibido por la criada de un sacerdote por tratar de forma desconsiderada a los pobres que se acercaban a pedir ayuda y también por no atender a Cristo que se presentó disfrazado en forma de pobre a pedir ayuda. Es este uno más de los significativos casos de misoginia que puede rastrearse en la literatura popular impresa para echar las culpas a las mujeres, ya sea por su insolencia o afán vengativo. El pliego se hace eco del castigo a la criada por su falta de caridad para con los indigentes, lo que le llevó a ser devorada por demonios.

Se conocen varios ejemplares de pliegos con el castigo a la desgraciada Teresa, donde en alguno de los cuales ni siquiera se la nombra en la cabecera, como el que reproduzco, lo que sí sucede en otras reimpresiones de las que añado al final algunas xilografías de sus portadas.

Dentro del marco social y cultural de la literatura popular impresa, estos aspectos sobre el papel desempeñado por las criadas han sido magníficamente estudiados y analizados por Alison Sinclair en Historias de dos desgraciadas: estereotipos de la culpa en la literatura popular española de los siglos XVIII y XIX, en la revista digital "Cuadernos de Ilustración y Romanticismo", nº 22, (2016) y por Juan Gomis Coloma en Sirvientas en la literatura de cordel, o la criada como enemigo doméstico, en el nº 20 (2014) de la revista anteriormente citada.

La presencia de Cristo en traje de pobre, como aparece en el pliego, es recurrente en algunos cuentos tradicionales, acompañado a veces por San Pedro, como tuve la oportunidad de referirme a ello en el trabajo que publiqué en las Actas de las III Jornadas de Etnología de Castilla-La Mancha (Guadalajara, 1985) Los viajes de Cristo y san Pedro por el mundo. En los relatos tradicionales la figura de Cristo, ya sea solo o acompañado, pide ayuda para comer o para alojarse, algo que o bien les es negado o por el contrario son acogidos de forma hospitalaria, donde se recompensa a los benefactores con la gloria eterna o con la posibilidad de realizar sus deseos. A quienes les han negado la ayuda o la hospitalidad les sobrevienen desgracias. En estos cuentecillos tradicionales, al margen de su función didáctica como modelos de conducta o dimensión propiamente ética, adquiere una mayor importancia lo gracioso y lo cómico, ya que sirven para ofrecer humorísticas explicaciones sobre el porqué San Pedro se quedó calvo o tiene una oreja más alta que la otra, como en el cuentecillo San Pedro y los higos [Tipo 774 G].

En el Romancero también encontramos ejemplos donde aparece la figura de Cristo como pordiosero pidiendo ayuda a un labrador o a una posadera. Los títulos de los romances trasmitidos oralmente se conocen con diversos títulos, como "Cristo pordiosero", "Jesucristo en traje de pobre", "La criada despiadada", "Cristo pide limosna", etc. Como ejemplo, el texto del romance que adjunto guarda una innegable relación con el pliego que nos ocupa. Lo entresaco de la recopilación El Romancero vulgar y nuevo, llevada a cabo por Flor Salazar (Centro de Estudios Históricos Menéndez Pidal, con la guía de Diego Catalán, Madrid, 1999, pp. 302-303), con el título de "La maldita Teresa" donde se nos ofrece todo un resumen de la altanería de la criada y su espantoso final devorada por demonios en forma de gatos "sacándola la asadura, las entrañas y la lengua".

El romance




El pliego





Aunque en los pliegos que conocemos desarrollan la misma historia de la criada del sacerdote, resulta curioso la diferente localización de los hechos y en el nombre del sacerdote en el pliego editado por la imprenta vallisoletana de Santarén. Los más comunes señalan el nombre del párroco del pueblo de la facticia localidad gallega de Peñasalquera, perteneciente al obispado de Tuy, con el nombre de don Jacinto Varela, mientras que en el pliego editado por Santarén, se localizan los hechos en la otra facticia localidad de Aldea Nueva, perteneciente al obispado de Cartagena y cuyo párroco tiene por nombre Manuel de Lucena.

Otras xilografías de portadas


Editado en Carmona por José M. Moreno (1854)

Editado en Valencia (s.a.) por la imprenta de Laborda

Editado en Valladolid por la imprenta de Santarén (1832)

Editado en Madrid (s.a.) por la imprenta de Luis Siges y Sotos

©Antonio Lorenzo

jueves, 9 de marzo de 2023

Inconvenientes de la dama Casimira para encontrar marido

 

Curioso pliego donde la dama Casimira, que había nacido para ser casada según ella misma expresa, analiza las posibles consecuencias o inconvenientes de elegir a su marido según el oficio que desempeñara. A lo largo de su amplio recorrido mental reflexiona de forma burlona sobre cada uno de los 68 oficios de los que doy cuenta en la siguiente tabla. 

Tras este amplio recorrido sobre las desventajas de cada uno de los oficios señalados, decide finalmente encerrarse como monja en un convento y llevar de ese modo una vida tranquila.

El pliego fue reimpreso en Barcelona (sin año) por el taller de Cristina Segura, viuda del tipógrafo Antonio Llorens, hijo del que fuera reconocido impresor y divulgador de impresos populares Juan Llorens. Fue en 1870 cuando retomó la actividad difusora y editora de su padre su hijo Antonio y tras el fallecimiento de este último se hizo cargo su viuda en los años finales del siglo XIX.





El pliego fue también reimpreso, como solía ser habitual, por otros talleres dedicados a la producción de pliegos de cordel. A modo de ejemplo añado el encabezamiento del editado en Madrid por el conocido taller de José María Marés y Compañía, en la calle Juanelo 19.

©Antonio Lorenzo

domingo, 5 de marzo de 2023

Consejos de un francés a su hijo para que viviera feliz en España

 

Pliego donde un padre francés alecciona a su hijo sobre cómo debe comportarse en su viaje a España para que se encuentre cómodo y a gusto. No deja de resultar curioso por el repaso a los modos y formas de vida atribuidos a los españoles. El pliego se basa en la consideración de que los españoles son cristianos viejos y patriotas, al tiempo que se detiene sucintamente en señalar algunas de las características atribuidas a los habitantes de algunas regiones españolas donde aconseja no hablar de política ni alardear de vestimenta. También aconseja no hablar de Napoleón ni aplaudir en las corridas de toros, a las que considera una barbaridad según el punto de vista francés. También considera el francés que los españoles son holgazanes, "trabaja uno y miran tres" y que prefieren el fandango como danza salada y nacional frente al can can extranjerizante. Sostiene también que no deben creerse las historias que le cuenten sobre moros y judíos, ya que las considera plenas de inverosimilitud y, como resumen final, le aconseja guardar el dinero ganado y ahorrado de joven para tener una vejez digna.

Respecto a Cataluña, le aconseja que no hable de la "libre introducción, porque en aquellas provincias es el todo el algodón". Ello hace alusión a que desde mediados del siglo XIX la industria textil catalana subsistió gracias a las medidas proteccionistas del mercado interno y su no dependencia de las importaciones de fuera, lo que convirtió por entonces a Cataluña en la principal región industrial de España modernizando la Cataluña rural.

A lo largo de tantas especulaciones basadas en estereotipos, el contenido del pliego viene a ser todo un alegato y recorrido nacionalista donde subyace una mirada crítica hacia lo francés para resaltar los considerados valores nacionales. Todo ello hay que enmarcarlo dentro del contexto de los años de creación y difusión del pliego a mediados del siglo XIX, impreso en Barcelona en la imprenta de Ignacio Estivill.





©Antonio Lorenzo

miércoles, 1 de marzo de 2023

Máximas, proverbios y refranes por "El buen Sancho de España" [Marzo]

Jean François Millet - Campesinos plantando patatas (1861)

Continuando con ejemplos de refranes propios de la sabiduría popular recogidos en la temprana obra de José María Sbarbi y Osuna (1834-1910), Colección metódica de máximas, proverbios, sentencias y refranes, publicada en 1862, aunque oculto bajo el pseudónimo de "El Buen Sancho de España", entresaco lo relativo al mes de marzo bajo las etiquetas de meteorognosia (conocimiento de los fenómenos atmosféricos), labranza, zootecnia, moral, economía, higiene y administración.











©Antonio Lorenzo

viernes, 24 de febrero de 2023

La maja del Barquillo celebra la feliz llegada a Madrid de Carlos III

Goya - Baile de majos y majas a orillas del Manzanares (cartón para tapiz)

No cabe duda de que la entrada de Carlos III en Madrid en 1759 procedente de Nápoles para asumir el trono de España ocasionó un enorme revuelo en la población festejando su llegada.

La cabecera del pliego reproducido hace referencia a la maja del Barquillo, aludiendo al castizo barrio de Madrid tan característico en el siglo XVIII. El majismo fue un movimiento estético e ideológico de gran alcance social entre las clases populares, principalmente en Madrid, como forma de protesta frente a las modas extranjeras y a los cambios sociales protagonizados por los afrancesados, como queda reflejado en las fuentes literarias, principalmente en los sainetes y las tonadillas donde se recogen las costumbres sociales de la época de Carlos III.

Los habitantes del entonces conocido barrio popular madrileño del Barquillo eran conocidos con el sobrenombre de chisperos, al igual que se aludía a los majos del barrio de Maravillas (actual barrio de Malasaña) o a los manolos o chulapos, propios de los barrios de Lavapiés y Latina. Cada barrio se fue configurando en relación a los diferentes oficios que regentaban. Los majos del barrio de Maravillas solían ser carpinteros, zapateros, alfareros y comerciantes en general, mientras que los manolos o chulapos del barrio de Lavapiés solían dedicarse al curtido de pieles mientras que las chulapas solían ser modistillas, fruteras, cigarreras o floristas, obviamente de una forma muy generalizada.
 
El apelativo chispero hace referencia a que en dicha zona el herrero era uno de los oficios más extendidos durante los siglos XVII y la mitad del XVIII en los solares que hoy ocupan las Salesas Reales y sus calles adyacentes. Don Ramón de la Cruz se inspiró en aquellos tipos populares para contextualizar algunos de sus entretenidos sainetes.

La rivalidad entre los grupos de población madrileña de los diferentes barrios era frecuente, tanto es así que los llamados manolos, de aspecto más acicalado, llamaban chisperos a los del barrio del Barquillo por su aspecto más desaliñado y sucio debido al gran número de fraguas en la zona.

El pliego reproducido añade un elemento más a lo expresado en la entrada anterior sobre la entrada en Madrid del nuevo monarca que puede consultarse a través del enlace:

https://adarve5.blogspot.com/2023/02/seguidillas-de-las-vasallas-con-motivo.html


Lorenzo Quirós - Ornato de la Puerta de Guadalajara con motivo de la entrada a Madrid de Carlos III

La maja del Barquillo que da título al pliego resalta por seguidillas la invitación al nuevo rey y a su mujer, Amelia de Sajonia, a visitar a los artesanos del barrio, escrito por un autor del que no he encontrado referencias.





De similar contenido laudatorio es este otro pliego del que adjunto la plana inicial.


©Antonio Lorenzo

sábado, 18 de febrero de 2023

Seguidillas de las "vasallas" con motivo de la entrada de Carlos III en Madrid

Lorenzo Quirós - Entrada de Carlos III por la calle de las Platerías en Madrid

El 11 de septiembre de 1759 se celebró en Madrid la llegada del rey Carlos III a su regreso de Nápoles tras ejercer su reinado con el nombre de Carlos VII durante nada menos que 25 años. Carlos III (1716-1788), era hijo de Felipe V e Isabel de Farnesio, segunda esposa del rey borbón nacida en la ciudad italiana de Parma. Carlos era, pues, el hermanastro de los anteriores tres hijos varones de quien fue la primera esposa del monarca María Luisa Gabriela de Saboya: Luis, Felipe Pedro y Fernando. 

Las posibilidades de que Carlos llegase a ser rey de la corona española eran muy remotas, ya que tenía por delante a sus hermanastros. Las circunstancias, sin embargo, se fueron poniendo a su favor de forma progresiva, ya que Felipe Pedro murió con apenas 7 años en 1719. Luis, que llegó a ser rey de España bajo el nombre de Luis I, falleció tras un efímero reinado que ni siquiera duró un año. Fernando, su otro hermanastro, reinó durante trece años como Fernando VI, hasta que falleció en 1759 sin dejar descendencia.

Para situar convenientemente todo este trasiego de nombres y derechos sucesorios, conviene recordar que la promulgación en la Pragmática Sanción del 10-V-1713 de la llamada Ley Sálica, establece que la Corona de España será heredada sólo por los descendientes varones por línea de varón de Felipe V, y sólo en el caso de extinguirse todas las líneas de varón, será llamada a la sucesión la descendencia varonil de la Infanta más próxima en parentesco al último Rey.  

Hagamos un pequeño recorrido: el rey Felipe V, en enero de 1724, aquejado de depresiones y de grandes desórdenes mentales, renunció de forma inesperada al trono de España en favor de su hijo Luis. Tras el fallecimiento del tan poco conocido Luis I, sin alcanzar siquiera un año de reinado, su padre se vio obligado a retomar de nuevo el trono español hasta su muerte en 1746 concluyendo sus dos periodos de reinado. El trono español pasó entonces a su hijo Fernando con el nombre de Fernando VI. Pero fue, tras la muerte de Fernando sin descendencia en el año 1759, cuando entró en juego su hermanastro Carlos, aunque anteriormente ejerció en la corona europea como Carlos VII de Nápoles y Carlos V de Sicilia. Tras la muerte de Fernando VI, asumió la regencia la reina madre Isabel de Farnesio donde tuvo la oportunidad de declarar como nuevo rey a su hijo, tras ocupar desde su nacimiento un puesto de infante segundón en la línea sucesoria para el trono español. Tras estos acontecimientos Carlos fue proclamado como rey de España en 1759, aunque previamente hubo de renunciar a la corona de Nápoles, ya que los tratados internacionales impedían reunir ambas coronas en la misma cabeza.

A lo largo de tan ajetreado y rocambolesco recorrido en la línea sucesoria al trono de España, su madre, (la "parmesana", que era como se la apodaba por entonces y que hoy nos recordaría de forma divertida a una modalidad de pizza), intervino desde un principio para que su hijo fuese nombrado como rey de Nápoles y de Sicilia, a consecuencia de lo acordado en el Tratado de Utrech donde se cambió el mapa político de Europa poniendo fin a Guerra de Sucesión Española entre los años 1713 y 1715.

La trayectoria de Carlos se resume a través del siguiente cuadro.


En octubre de 1759 partió de la bahía de Nápoles el físicamente poco agraciado monarca, que contaba entonces con 43 años, con hombros caídos, baja estatura y nariz prominente, como queda reflejado en los cuadros donde se le representa. Tras recabar en el puerto de Barcelona se dirigió a la capital madrileña donde se le tributó un brillante recibimiento oficial en ceremonia jalonada por tapices, colgaduras y efímeros arcos triunfales diseñados para la ocasión y suscitando un enorme entusiasmo popular que marcó el inicio de su reinado tras haber pasado numerosos años fuera de España.

Pietro Fabris - Salida de Carlos III de la bahía de Nápoles

Todo lo expuesto anteriormente de forma sucinta y sin duda enrevesada solo tiene por objeto el contextualizar a grandes rasgos el contenido del pliego reproducido que trata de las seguidillas que le cantaron "las vasallas" madrileñas a su llegada a Madrid procedente de Nápoles.

A Carlos III se le achaca un gran talento político y sentido del deber. Aunque de una forma un tanto controvertida se le conoce como el mejor alcalde de Madrid, paradigma del reformismo ilustrado y artífice de reformas administrativas y urbanísticas de la ciudad al rodearse por ilustrados y competentes ministros y colaboradores.

Con motivo de la llegada del nuevo monarca a Madrid las calles por donde había de pasar el rey se engalanaron profusamente para exaltar su llegada en una gran escenografía recogida en variados lienzos, como los que pintó Lorenzo Quirós, de los que reproduzco algunas de las muestras que pertenecieron en su día a la colección reunida por Manuel Godoy.

Lorenzo Quirós - Proclamación de Carlos III en la Plaza Mayor

Lorenzo Quirós - Entrada de Carlos III por la calle de Carretas

El pliego que nos ocupa recoge una serie de seguidillas laudatorias a la entrada del nuevo rey Carlos III cantadas por las autoproclamadas vassallas y apasionadas matritenses, vecinas de los barrios de Maravillas, Barquillo, y Labapies.

En el pliego se menciona también a la mujer del nuevo rey, nacida en Polonia, a algunos de los 13 hijos de los nuevos monarcas españoles y a conocidos personajes con títulos nobiliarios.





©Antonio Lorenzo