domingo, 5 de marzo de 2023

Consejos de un francés a su hijo para que viviera feliz en España

 

Pliego donde un padre francés alecciona a su hijo sobre cómo debe comportarse en su viaje a España para que se encuentre cómodo y a gusto. No deja de resultar curioso por el repaso a los modos y formas de vida atribuidos a los españoles. El pliego se basa en la consideración de que los españoles son cristianos viejos y patriotas, al tiempo que se detiene sucintamente en señalar algunas de las características atribuidas a los habitantes de algunas regiones españolas donde aconseja no hablar de política ni alardear de vestimenta. También aconseja no hablar de Napoleón ni aplaudir en las corridas de toros, a las que considera una barbaridad según el punto de vista francés. También considera el francés que los españoles son holgazanes, "trabaja uno y miran tres" y que prefieren el fandango como danza salada y nacional frente al can can extranjerizante. Sostiene también que no deben creerse las historias que le cuenten sobre moros y judíos, ya que las considera plenas de inverosimilitud y, como resumen final, le aconseja guardar el dinero ganado y ahorrado de joven para tener una vejez digna.

Respecto a Cataluña, le aconseja que no hable de la "libre introducción, porque en aquellas provincias es el todo el algodón". Ello hace alusión a que desde mediados del siglo XIX la industria textil catalana subsistió gracias a las medidas proteccionistas del mercado interno y su no dependencia de las importaciones de fuera, lo que convirtió por entonces a Cataluña en la principal región industrial de España modernizando la Cataluña rural.

A lo largo de tantas especulaciones basadas en estereotipos, el contenido del pliego viene a ser todo un alegato y recorrido nacionalista donde subyace una mirada crítica hacia lo francés para resaltar los considerados valores nacionales. Todo ello hay que enmarcarlo dentro del contexto de los años de creación y difusión del pliego a mediados del siglo XIX, impreso en Barcelona en la imprenta de Ignacio Estivill.





©Antonio Lorenzo

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