Continuando con la entrada anterior, a la que seguirá una siguiente con más ejemplos de exvotos pintados o «retablitos» como se conocen en México, he elegido en exclusiva ejemplos donde interviene san Pascual Bailón como concesionario de las peticiones recibidas. Todos ellos presentan diferencias en cuanto a su forma o petición de favores, algunos ciertamente hilarantes, pero en su conjunto constituyen brillantes ejemplos de religiosidad popular.
Para la iglesia oficial estos exvotos o retablitos vienen a ser como una especie de «piedrecita en el zapato», al considerarlos como desviaciones de la ortodoxia oficial, ya que a través de ellos se establece una relación directa entre la petición del devoto, la concesión del favor y el agradecimiento como complemento explicativo. De esta manera, el exvoto es también una manera de hacer pública la intervención divina por el favor recibido. La ausencia de sacerdotes en la representación de este tipo de testimonios gráficos confirma las características no institucionales de este tipo de manifestaciones al establecerse un contacto directo entre lo humano y lo divino sin intermediarios.
Los exvotos, en general, causan fascinación por su variedad temática y su original representación visual y artística unida a su carga expresiva como testimonio histórico, fundamentalmente protagonizado por los estratos sociales populares o clases subalternas, por utilizar la feliz expresión de Gramsci.
Aún a riesgo de resultar insistente, en una posterior entrada continuaré mostrando más ejemplos de estos exvotos populares por considerarlos de gran interés sociológico.
Ejemplos de «retablitos»
«Desde el río se vinieron unos cocodrilos hasta mi cocina y se quedaron ahí muy contentos, yo no sabía como sacarlos y no podía cocinar a gusto por miedo a que me arrancaran una pierna, le recé a San Pascualito Bailón para que me ayudara a recuperar mi cocina y él mandó una bendición a mi escoba que pareció brillar de pronto y supe que era un milagro y desde arriba de una silla les di de escobazos a los saunos que huyeron muy asustados por el poder bendito de mi escoba y doy gracias».
«Leonorilda glez. sufría mucho porque cuando comía cualquier cereal o Harina, no dejaba de pedorrearse, aclamó a San Pascual Bailón y logró curarse, despues de mucho rezar, agradece mucho el favor en este retablo».
«Estando en su cosina asiendo un mole Petra Sanches de repente una rata se le subió por las patas asta la ingle le da infinitas gracias en este retablo a san Pascual Bailon que no la mordió. Puebla, 1917».
«Me gusta la comida picante, pero mi Conchita siempre se le pasaba y le echaba harto chile a sus guisos. Le pedí su divina ayuda a San Pascualito porque yo ya no aguantaba las enchiladotas que me daba y ahora mi mujer ya sabe la medida correcta de chile para sus guisos. Casiano Hernández, Puebla, México».
«El dia 28 de junio de 1972 Paquito Gonzalez se hecho la cazuela de dulce de perón irviendo y tubo feas quemaduras. Su mamacita, doña Luz Castrejon de Gonzales se lo encomendo a San Pascual Bailon para que por su divina intervensión el niño se curara de las quemadas. Da gracias al santo por el milagro de que su niño sanara asombrosamente rápido y que quedara muy bien».
«La monja Marcela Gonzalez pone el presente retablo a San Pascual Bailon en agradecimiento por su ayuda en la elaboracion del excelente rompope que fabrican ya que su venta es una gran ayuda para el convento. Puebla, 1920».
«Cuando llegué a trabajar a casa de la familia Sánchez tuve muchos problemas con Rosa, la anterior cocinera, ya que me agarró envidia porque yo tenia mejor sazón que ella, haciéndome maldades en mi comida. Le doy las gracias infinitas a San Pascual Bailón de que mis patrones se dieron cuenta y la regañaron antes de cometer una injusticia conmigo, dejándome ya por fin en paz. Filomena Salazar, Zacatlán, Puebla».
«No se como se nos metieron unos diablos del maíz a la cocina y se la pasaban haciendo travesuras, rompían los platos y las cazuelas, derramaban el aceite y hasta desbordaban el fuego de la estufa poniendonos en peligro de incendio; le rezamos a San Pascual Bailón pidiendo su ayuda y el santo nos mando un hermoso gato negro y como los diablos tienen miedo de los gatos salieron huyendo al verlo, ahora el gato vive en la cocina y ya ni se acetan».
«El demonio de la gula se había apoderado de todos en mi casa y comíamos sin freno todo lo que teníamos a nuestro alcance y estabamos engordando tanto que yo ya no cabía en mis vestidos y pedí ayuda a San Pascual Bailón, el santo se conpadecio de nosotros y nuestra hambre voraz disminuyó gracias a que el santo echo al demonio fuera de nuestra cocina y ahora ya comemos mucho menos y estamos bajando de peso».
«El Padre Macario Mendoza pone el presente retablo a san Pascual Bailon dandole infinitas gracias de que ya se curo del Fuerte Tifo que padeció y ahora ya puede disfrutar de los sabrosos chiles en nogada que hacen las monjas del convento. Puebla, 1917».
«Ramira Tecanguey tenia muchas dificultades con su suegra por que no sabia cosinar se encomendó a san Pascualito y ora cosina tan sabroso que hasta su suegra se chupa los dedos con sus guisos por tan singular beneficio le da infinitas gracias. Puebla, 1914».
«Mis patrones me pidieron que hiciera en mole a dos guajolotes, pero yo sentía rete feo matarlos. Le agradezco a San Pascualito de que pude convencerlos de guizar otra comida y hasta me los regalaron por lo que estoy muy contenta pues me los llevé a mi jacalito. Carmela Jimenez. Oaxaca, México».
«La señora agapita mendez tenia muchos problemas con su suegra por no saber guisar aclamo a san pascualito y ara guisa muy sabroso por lo que agradese y lo baila y pone este retablito. Puebla, 1946».
«La Señora gregoria carreto pone este Retablito a San Pascualito en agradecimiento de La ayuda que le a dado siempre en su cosina para que no la corriera la patrona. Atlixco 25 de junio del año de 1907».
«Hago patente mi agradecimiento en el presente retablo a san Pascual Bailon por que me concedió que mis guisos tengan un gran sazón especialmente el mole poblano y los chiles en nogada. Puebla, 1910».
©Antonio Lorenzo
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