martes, 2 de enero de 2024

Fiesta de los pastores celebrando el nacimiento de Cristo

Domenico Ghirlandaio - Capilla Sanssetti (Florencia), 1483-1485
 
Como es sabido, el conjunto de las celebraciones navideñas se encuentra lleno de ficciones y leyendas, como sucede con las sorprendentes imágenes y relatos sobre la Adoración de los pastores festejando el nacimiento de Jesús. La escena bíblica de la adoración, descrita en el Evangelio de San Lucas, donde, por cierto, es el único evangelio de los considerados canónicos que recoge el episodio de la adoración pastoril, si bien también se menciona en otros evangelios apócrifos, como en el Evangelio del Pseudo Mateo o en el Evangelio Árabe de la Infancia. En el canónico Evangelio de Lucas, se afirma que un ángel se apareció a algunos pastores durante la noche mientras vigilaban sus rebaños para anunciarles la gozosa noticia del nacimiento en Belén del Salvador del mundo. Ello tuvo una enorme repercusión artística como tema iconográfico a través de numerosos grabados, esculturas, mosaicos, cuadros y tallas tratando de representar el supuesto suceso. El arte europeo, a partir del siglo XII en adelante, recogió el lado más humano del nacimiento ensalzando la pobreza del lugar y el habitáculo donde se produjo, ya fuera cueva, cabaña, gruta excavada en roca o establo, aunque con el siempre elemento recurrente del pesebre. Ello dio pie a que los artistas ofreciesen en sus obras distintos tratamientos paisajísticos, de la luz, los ropajes, los animales o las expresiones de los rostros.

Al margen de la amplia difusión iconográfica de este episodio, las narraciones o menciones escritas sobre este suceso también han quedado recogidas en pliegos de cordel, como en este que reproduzco del siglo XVIII, conservado en la Biblioteca Nacional de Portugal, donde se recoge la concurrida fiesta llevada a cabo por los pastores en su visita a Belén. Los pastores vinieron pertrechados con todo tipo de utensilios para cocinar una gran variedad de comidas, donde no faltaron los carneros, lechones, terneras, ciervas y venados, conejos, perdices, gallinas y pavos. Tras encender una gran hoguera tampoco faltaron los manjares, como bollos de manteca, miel y mazapán, buñuelos, pestiños, natillas y bizcochos. Tras esta suculenta comida dieron paso a una danza de dos horas de duración donde se tocaron sonajas, rabeles, guitarras, castañuelas, etc.

El pliego es un curioso ejemplo donde se asocia la adoración de los pastores con toda una grandiosa fiesta para celebrar el Santo Nacimiento. 





©Antonio Lorenzo

No hay comentarios:

Publicar un comentario