viernes, 26 de enero de 2024

Relación del médico pintor San Lucas

Giorgio Vasari (1511-1574) - San Lucas retratando a la Virgen

En el pliego reproducido, como sucede con tantos otros, no se cita el nombre del autor, pero sabemos que corresponde a un fragmento extraído de la comedia áurea El médico pintor San Lucas, firmada con el seudónimo de Fernando de Zárate, aunque su nombre real era Antonio Enríquez Gómez, ya que al ser judeoconverso le ocasionó enfrentamientos con el Santo Oficio, algo que finalmente hizo que perdiese la vida estando encerrado en una de las cárceles sevillanas. La vida y obra de este importante, aunque poco conocido dramaturgo, contemporáneo de Lope y Calderón, ha permanecido envuelta en una aureola de complejidades y de misterio debido a su ascendencia judía. En la actualidad contamos con valiosos estudios sobre su biografía y obra que sería prolijo enumerar en esta sucinta entrada.

El interés que suscita el pliego, no solo hace referencia al autor del texto y a su anonimato en otras producciones suyas, sino también a la su actividad literaria y a la temática que desarrolla en la comedia y en el pliego sobre la supuesta actividad artística de San Lucas como pintor.

Estas relaciones entresacadas de comedias impresas en pliegos de cordel fueron comunes desde finales del siglo XVII en adelante, donde era frecuente que se reutilizaran o versionaran argumentalmente. Este tipo de pliegos de procedencia teatral estaban destinados para ser leídos individualmente o para ser difundidos en tertulias o en reuniones sociales o familiares donde se recitaban fragmentos escogidos al margen de su puesta en escena en teatros. Este tipo de relaciones impresas era una forma comercial de acercamiento a un público que podía acceder a ellos de una forma fácil y barata.

¿Quién fue Antonio Enrique Gómez bajo el seudónimo de Fernando de Zarate y Castronovo? Este prolífico y poco reconocido escritor de indudable interés procedía de una familia judeoconversa, es decir, que seguían las prácticas secretas del criptojudaísmo propias de los apodados como "marranos". Nacido en la ciudad de Cuenca en torno al año 1600 acabó falleciendo en Sevilla en 1663. Aparte de dramaturgo y poeta desarrolló una notoria labor comercial en su ajetreada vida exportando e intercambiando lanas y paños con Francia, labor heredada de su padre. Escribió numerosas piezas para los entonces corrales de comedias donde alcanzó cierta notoriedad. A su vuelta de tierras francesas se instaló en Granada donde contrató como criada y mantuvo una apasionada relación con María Felipa de Hoces. Se establecieron finalmente en Sevilla dedicándose también al comercio con las Indias adoptando el seudónimo de Fernando de Zárate. Identificado al fin por la Santa Inquisición como judío converso, fue detenido en septiembre de 1661. Tras dos años y medio de cárcel, confesar sus culpas y manifestar su arrepentimiento, recibió la extremaunción falleciendo finalmente en la cárcel del castillo de Triana, sede del Santo Oficio sevillano.


La enigmática vida de tan insigne autor, ha dado pie a fomentar unas interesantes investigaciones sobre su biografía y obra publicada por distintos autores, al provenir de una familia criptojudía envuelta en una intrincada madeja genealógica, así como repasar las disposiciones conservadas de los procesos que se llevaron a cabo. La ajetreada vida del dramaturgo y su persecución por parte del Santo Oficio, provocó el que se exiliase durante un tiempo en ciudades extranjeras como en París, Nantes, Rouen o Burdeos.

Es notorio el hecho de que el dramaturgo combine en su producción literaria obras con apariencia católica para librarse de acusaciones que pudieran perjudicarle. Esa técnica del disfraz y de la ambigüedad y argucias temáticas en algunas de sus obras no siempre le salieron bien, pues, por citar un ejemplo de su producción, en su comedia El mayor prodigio de las misas de San Vicente Ferrer, de 1661, fue prontamente censurada por la Inquisición, algo propio del espíritu contrarreformista de entonces, ya que el autor se mostraba condescendiente con el protagonista, el negro Muley, haciéndose eco de la marginalidad y prejuicios añadidos por ser negro en un mundo de blancos. Fernando de Zárate, seudónimo con el que también firmó esta comedia, fue detenido seis meses después.

Resultaba habitual en aquellos años la vigilancia que ejercía la iglesia sobre las obras que se representaban en teatros, aunque más que las publicadas en impresos, poniendo especial énfasis en la combinación entre lo cómico y lo religioso, algo que podría resultar dañino a un tipo de público de escasa preparación provocándoles disonancias morales.  

Respecto a San Lucas, eje sobre el que descansa la comedia y el pliego, fue censurada posteriormente en Madrid por Juan de la Hoz y Mota y por Josep de Cañizares en diciembre de 1708, enmendando o suprimiendo versos. La iglesia católica sostiene que San Lucas no solo fue el autor del tercer evangelio canónico, sino que también lo fue de los Hechos de los Apóstoles (quinto libro del Nuevo Testamento), aunque algunos prestigiosos investigadores pongan en duda su directa autoría al considerar una serie de anacronismos y controvertidos aspectos inclinándose más hacia la autoría de un discípulo. Los dispersos datos sobre la biografía de San Lucas lo señalan como un afamado médico, aunque puede interpretarse de forma metafórica a modo de sanador espiritual, a semejanza a las curaciones físicas o mentales obradas por el propio Jesús. Según la tradición se le adjudica también como un acreditado pintor de la propia Virgen, aparte de predicador, escritor y santo. Todo ello viene a expandir toda una leyenda sobre el considerado autor del tercer evangelio, refrendado como auténtico o sinóptico junto a los de Mateo, Marcos y Juan.

Lucas no fue directamente apóstol de Cristo, pero su evangelio se cree redactado a finales del siglo I d.C. y destinado a los no judíos. En su evangelio se entremezclan sus referencias al Jesús histórico con su reinterpretación o elaboración procedentes de otras fuentes, aunque la iglesia católica asume su veracidad completa de una forma acrítica.

Los escritos conservados señalan que fue amigo, compañero de viajes y seguidor de San Pablo de Tarso, según cita el propio San Pablo en la Carta a los Colosenses (Col. 4, 14), al que acompañó y asistió con lealtad durante los dos encarcelamientos que sufrió San Pablo en Roma. Nacido en Antioquía (Siria) en el siglo I d.C., no conoció personalmente a Jesús, pero sí a la Virgen María. A San Lucas se le representa junto con un buey o toro, según la época, como símbolos asociados a animales de sacrificio en relación con la Pasión de Cristo y por extensión con el espíritu de sacrificio de los cristianos.

En cuanto a sus dotes pictóricas, leyenda que no es anterior al siglo VI, aparte de su condición de médico según la tradición, algunos teólogos han puesto en duda esa actividad, como el mismo San Agustín. La enorme exageración de obras pictóricas atribuidas a San Lucas, ya que se presupone que también el evangelista pintó numerosos retratos de la Virgen María, algo que puede relacionarse con la abundancia de reliquias conservadas de la crucifixión de Jesús en cuanto a las hiperbólicas astillas de la cruz de Jesús que circularon por toda Europa, por citar algunas de las más conocidas y extravagantes. Ninguno de los retratos de la Virgen atribuidos a San Lucas puede ser suyo.

Pero centrándonos en la intención generalizadora de la comedia y en el pliego fragmentario que nos ocupa, su desarrollo consiste en destacar su labor evangelizadora para convertir al cristianismo a cuatro paganos o gentiles: Alejandro, primo de la infanta, el virrey Tiberio, la princesa de Tebas y la infanta de Antioquía. Desde un punto de vista pictórico es interesante señalar cómo la princesa de Tebas, para acreditar su encuentro con el Nazareno mientras recorría el Templo de Salomón (que ya no existía materialmente y solo en la ficción), lo describe de una forma detallada:

Digo que era el Nazareno
de muy agradable rostro,
el cabello largo y liso,
hasta llegar a los hombros,
de allí abajo crespo o rizo,
ni muy pardo ni muy rojo,
partido en crencha igualmente,
más dilatado que corto.
La frente llana y serena,
la tez delicada, en copos
blancos y rosados, lisa
y sin arruga en el rostro.
Pobladas las cejas negras,
pestañas del mismo modo,
los ojos bellos y garzos,
graves, dulces y amorosos,
la nariz en proporción,
pequeña la boca, y todos
los dientes como el armiño,
iguales y muy lustrosos.
La barba un poco más clara
que el cabello misterioso,
partida a lo nazareno;
el pelo blando y copioso;
la estatura en igualdad:
brazos ni largos ni cortos;
talle divino diseño,
las manos de dadivoso,
los pies pequeños y el paso
con misterioso decoro,
porque señala el andar
la prudencia de los doctos.

Tras esta exuberante descripción del aspecto físico del Nazareno, la princesa de Tebas expone también de una forma didáctica sus cualidades morales 

El mirar grave y severo,
y entre severo piadoso,
gravedad con alegría,
su hablar reposado y poco.
En el reprender terrible,
en el consejo amoroso,
en el castigo muy pío,
en el perdonar muy pronto,
en lo humano sin igual,
pero en lo divino solo.
Su edad de treinta y dos años,
muy tierno en llorar con todos,
y aunque es la misma alegría,
el amigo más celoso
no le vio reír jamás.
En predicar es asombroso,
único en sabiduría.

Estas descripciones de la princesa sobre el Nazareno, hicieron las veces de conjuro para que la infanta sanase y expulsase al demonio que llevaba dentro (algo que aparece en la comedia, pero no en el pliego), lo que recuerda las prácticas exorcistas que el propio Jesús hizo en vida expulsando a los demonios, según queda recogido en distintos escritos con sólido fundamento documental. 


La intención de Fernando de Zárate a lo largo de su comedia o de algunos fragmentos incluidos en el pliego era resaltar de una forma anacrónica la figura de San Lucas como un excelente retratista que inculca a través de sus atribuidas pinturas una profunda devoción a sus observadores, algo bien tenido en cuenta por la iglesia católica en el sentido de resaltar las pinturas como importantes elementos de carácter doctrinal y didáctico.

La leyenda tejida sobre la biografía de San Lucas viene recogida en parte en el famoso y muy traducido Año Cristiano del Padre Croisset, donde se dice:
Afirma san Jerónimo que murió de edad de ochenta y cuatro años, y que fue virgen toda la vida. San Gregorio Nazianzeno, San Paulino y San Gaudencio aseguran que coronó con el martirio una vida tan ilustre después de tantos trabajos; y Nicéforo se adelanta a decir que fue colgado de un olivo por los gentiles. Lo cierto es que pocos santos padecieron más por amor de Jesucristo, y que toda su vida se puede llamar un glorioso martirio; que aún por eso la Iglesia en la oración de su día da el glorioso testimonio de que llevó continuamente grabada en su cuerpo la mortificación de la cruz por el nombre de su divino Maestro. 
El desenlace de su vida permanece envuelto en el misterio, puesto que no se sabe con certeza si falleció de forma natural o padeció el martirio. Sus restos mortales son objeto de veneración en la actualidad en la basílica de San Justino en Padua, aunque las leyendas relatan traslados de su cuerpo a otros lugares, como Constantinopla y Venecia.

La festividad de San Lucas se viene celebrando el día 18 de octubre y se le considera a modo de patrón o protector de los gremios de pintores, y de forma oficial como patrón de Medicina, aunque los santos mártires San Cosme y San Damián parece que vinieron a disputarle su patrocinio en distintos lugares.

Independientemente de la credibilidad otorgada a los hechos narrados, la lectura de este pliego, ciertamente farragosa, motiva a desarrollar una mejor y adecuada contextualización, pero de lo que se trata en este caso es traerlo como ejemplo de la antigua práctica de extraer determinados pasajes de comedias para convertirlos en pliegos de cuatro hojas que sirviesen para otros menesteres al margen de su inicial intención representativa.





©Antonio Lorenzo

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