domingo, 26 de septiembre de 2021

Catástrofe en la isla de La Martinica por un volcán en 1902

Impactados por el preocupante comienzo de la erupción de un volcán en la isla de La Palma el pasado domingo 19 de septiembre, me ha sugerido el dar noticia del sufrido en la isla de La Martinica en mayo de 1902, afortunadamente sin las terribles consecuencias que causó en la isla caribeña.

El pliego recoge con detalle la descripción y los daños sufridos en la ciudad de San Pedro por anteriores erupciones volcánicas y terremotos en los siglos XVIII y XIX. Esta erupción de 1902 causó, nada menos, que alrededor de 30.000 muertos

Tras el pliego entresaco una descripción de la isla descubierta por los españoles el día de San Martín (de ahí su nombre) en 1493 y las sucesivas apropiaciones de la misma. Los datos están entresacados del libro Teatro de la guerra, escrito por Andrés F. Ollero, publicado en 1898 y custodiado por la Biblioteca Nacional de España, al igual que la lámina descriptiva de la isla del año 1781 confeccionada por Juan López.






©Antonio Lorenzo

martes, 21 de septiembre de 2021

Literatura popular ilustrada: Los españoles pintados por sí mismos [III]

 
En esta tercera entrada sobre Los españoles pintados por sí mismos incluyo el resto de las ilustraciones que faltaban para completar la obra, así como el índice parcial y general de la recopilación a lo que añado una interesante y posterior lámina de auca o aleluya que da fe del interés despertado por los tipos populares en fechas posteriores.

La confluencia de la imagen y el texto favoreció el éxito de la obra y su posterior desarrollo e imitación en parecidas compilaciones posteriores suscitando de forma renovada el interés del público. La actividad editora también utilizó parte de estas ilustraciones disponibles para ilustrar determinados artículos que fueron publicados antes o después en la prensa o semanarios. Es sabido que debido a las necesidades editoriales para abaratar los precios de edición se reutilizaron algunos de los dibujos de los tipos representados en otras publicaciones, por lo que la idea original de representar tipos populares en trance de desaparición (según expresa en el prólogo Rodríguez Rubí) queda cuanto menos en entredicho. Eso ocurre con figuras como el senador, el ministro, el diplomático o el diputado a Cortes..., al igual que sucede con otros «tipos» que no son propiamente representativos de lo intrínsecamente español, como el grumete, el patrón de barco o el jugador, de características más universales.

Al margen de las controvertidas ideas sobre el llamado género costumbrista, lo que nos ha guiado en estas tres entradas es el ofrecer las imágenes de los tipos representados de una forma ordenada, más atrayente y completa.

El género costumbrista, según estudios más recientes y documentados, ha pasado de considerarse como depositario de simples recursos casticistas y pintorescos, propios de una ideología conservadora y nacionalista, a ser interpretado desde puntos de vista más amplios, ya que en ellos no se proponen modelos moralistas de conducta, sino que su propósito se centra en la descripción de una serie de personajes donde lo transitorio es el eje de lo verdaderamente común. La valoración del pasado no debe confundirse como propio de una mente conservadora, retrógrada o inmovilista respecto a los cambios sociales, algo que la historia literaria ha venido achacando al escritor costumbrista.

El costumbrismo, en definitiva, excede los límites de lo literario puesto que trata de ofrecer testimonio de una realidad concreta, de ambientes y de situaciones cotidianas que cubren un gran espectro social. Una especie de cajón de sastre donde confluyen distintos puntos de vista que combinan la tradición con la innovación, lo que amplía su visión de conjunto y su límite cronológico hasta fechas más recientes.

La comadre + El mayoral + El diplomático

El gaitero gallego + El sereno + La actriz

El cómico + El maragato + La viuda del militar

La monja + El Seise de la catedral de Sevilla + El ratero

La posadera + El ministro + La colegiala

La cigarrera + El emigrado + El accionista de minas

El celador de barrio + El agente de bolsa + La prendera

El usurero + El buhonero + La mirasabidilla

La señora mayor + El covachuelista + El boticario

El diputado a Cortes + El portero + El español fuera de España

El ciego + El retirado + El índice de autores de esta entrada

Índice general de los artículos y autores de la compilación

En el índice general se aprecia un error en el título del artículo dedicado erróneamente al canónigo (página 272, por Juan Pérez Calvo), cuando en realidad corresponde a la figura  de «El cómico», aunque ya figura corregido en las ilustraciones.

Añado este auca o aleluya, de tono desenfadado y burlón sobre Los españoles pintados por sí mismos, reflejo de un itinerario de «longue durée». La reproduzco primeramente en secciones  para una mejor visualización.





©Antonio Lorenzo

viernes, 17 de septiembre de 2021

Literatura popular ilustrada: Los españoles pintados por sí mismos [II]

 

Continuando la entrada anterior reproduzco las siguientes imágenes entresacadas de Los españoles pintados por sí mismos, obra colectiva aparecida entre los años 1843 y 1844, y compilada en un solo volumen en 1851 por Gaspar y Roig formando parte de su «Biblioteca ilustrada», que es la que manejamos.

En esta compilación de 1851, aunque no tan cuidada como la publicada anteriormente en dos tomos por el editor Ignacio Boix (1843-1844), se incluyen casi un centenar de láminas, que son las reproducidas a lo largo de estas entradas y que aparecen intercaladas de una manera informal, ya sean dentro o fuera del texto, dibujadas por Giménez y grabadas en madera por Capuz, Carnicero, Severini, Cibera, Rico, Vilaplana, Toro… representando los variopintos tipos populares que acompañan a los distintos artículos incluidos en la obra. Al igual que en la entrada anterior, el interés de esta segunda selección, conservando el orden de la compilación, es dar a conocer de una forma visualmente más amplia estas imágenes y al mismo tiempo suscitar el interés por su lectura.

La historia de la lectura en España no ha sido estudiada ni tenida en cuenta hasta hace relativamente pocos años, algo de lo que aún contamos con escasas perspectivas de análisis multidisciplinares en lo que significa la historia cultural. De ahí la importancia de recuperar y realizar un mínimo recorrido por la producción de los editores del pasado siglo XIX, sobre todo de los años centrales, donde se produjo un claro desarrollo de las técnicas de impresión junto al avance de la difusión de los libros y de la prensa de distinto signo. En esos años centrales la ilustración comenzó a adquirir un carácter más enraizado con el texto proporcionando elementos más interactivos y complementarios con los textos, por lo que servían para interpretar lo escrito según diferentes ópticas, ya fuesen de crítica social, formas de vestir, de sátira caricaturesca, o simplemente como complemento de lo que se lee. La trayectoria general de las ilustraciones en esos años puede resumirse como el recorrido de las imágenes para ver a las imágenes para leer.

El propósito explícito de esta compilación de tipos y oficios populares obedece a la idea, según expresa en la introducción Tomás Rodríguez Rubí, de salvaguardar lo considerado como el genuino carácter puro español frente a las influencias extrajeras.

Rodríguez Rubí lo expresa en el prólogo de la compilación de esta forma:

«Ningún otro pueblo ciertamente merecía tanto el ser pintado como el español, porque ningún otro es tan numeroso y variado en sus tipos, ni tan original. ¿Dónde hallaríais un torero? ¿dónde un gitano como el español? ¿un contrabandista como el andaluz? ¿una manola como la madrileña? En ninguna parte; y si hubiésemos tardado algo mas en pintarnos, ni en España mismo, porque la sociedad entera se está rejuveneciendo y la moda francesa nos ha ido desnudando pieza por pieza para vestirnos al instable capricho de ese pueblo, que así arroja un rey una mañana al canal de la Mancha como se quita una camisa y la echa á la ropa sucia». 

El costumbrismo, en su sentido más estricto o ajustado, alude a la tradición literaria del XIX donde se exalta el carácter nacional español como forma propia de ver y entender el mundo. Se trata de una mirada marcadamente nostálgica frente a los cambios sociales que se iban produciendo en aquellos años convulsos de mediados del siglo XIX. En los relatos costumbristas no solo se nos ofrece un relato literario sino también una representación visual.

La asociación entre el costumbrismo y la novela realista, entendido el primero como paso precursor o intermedio del realismo es un tema cuestionable para los críticos en el sentido de que en las novelas consideradas realistas  incorporan de forma habitual los usos y costumbres de la época, escenarios y tipos por lo que la interacción intertextual entre ellas, consideradas como géneros según su característico lenguaje literario, y al igual que sucede con el teatro, es frecuente y no fácil de deslindar, como ocurre, por ejemplo en el caso del genial Galdós, donde reconoce en sus Observaciones sobre la novela española contemporánea (1870):

«Pero la clase media, la más olvidada por nuestros novelistas, es el gran modelo, la fuente inagotable. Ella es hoy la base del orden social: ella asume por su iniciativa y por su inteligencia la soberanía de las naciones y en ella está el hombre del siglo XIX con sus virtudes y sus vicios, su noble e insaciable aspiración, su afán de reforma, su actividad pasmosa. La novela moderna de costumbres ha de ser la expresión de cuanto de bueno y malo existe en el fondo de esa clase, de la incesante agitación que la elabora, de ese desempeño que manifiesta por encontrar ciertos ideales y resolver ciertos problemas que preocupan a todos, y conocer el origen y el remedio de ciertos males que turban a las familias. La grande aspiración del arte literario en nuestro tiempo es dar forma a todo eso».

Tras esta segunda compilación de imágenes indico al final los autores correspondientes de cada artículo.

El presidiario + El cochero + El ejecutor

El calesero + El médico + El dómine

El exclaustrado + El patrón de barco + El elegante

El hospedador de provincia + El cartero + El anticuario

La celestina + La casera de un corral + El canónigo

El avisador + El demanda o santero + El pastor trashumante

El aprendiz de literato + La político-Mana + El grumete

El contrabandista + El senador + El segador

La maja + El bandolero + El colegial

El patriota + La doncella de labor + El baratero

El poeta + El ventero + El jugador


Relación de autores de los artículos


©Antonio Lorenzo


martes, 14 de septiembre de 2021

Literatura popular ilustrada: Los españoles pintados por sí mismos [I]


Los españoles pintados por sí mismos es una obra colectiva y referencial del llamado género costumbrista de nuestro país, aunque a semejanza e imitación de lo publicado anteriormente en Francia con Les français peints par eux mêmes, Paris: L. Curmer, (1840-42), obra en ocho volúmenes donde se recoge en texto y en imágenes los tipos y costumbres de los franceses de mediados del siglo XIX.

Los españoles pintados por sí mismos comenzó a publicarse a través de la prensa en artículos sueltos y por entregas en los últimos meses de 1842 escritos por distintos y significativos autores. Su primera recopilación apareció en dos volúmenes entre 1843 y 1844, a cargo del librero y editor Ignacio Boix. La colección fue reimpresa posteriormente en un solo volumen en 1851, recogiendo los mismos textos, aunque no siempre los mismos grabados, formando parte de la Biblioteca Ilustrada de Gaspar y Roig editores, que es la que manejamos. Dicha editorial fue creada en 1845 en Madrid por José Gaspar Maristany y José Roig Oliveras, centrándose al principio en publicaciones por entregas con especial preferencia de obras francesas, como Nuestra Señora de París, de Víctor Hugo. En esta famosa biblioteca fueron apareciendo títulos tan significativos como las Escenas matritenses, de Mesonero Romanos, Diario de un testigo de la guerra de África, de Pedro Antonio de Alarcón o las primeras colecciones ilustradas en España de Julio Verne. A modo de curiosidad, la primera obra traducida de Julio Verne en España, que publicó la Librería de Gaspar y Roig fue Los Ingleses en el Polo Norte, en mayo de 1868.

La obra contiene noventa y ocho artículos, acompañados de ilustraciones, algunos de ellos debidos a la pluma de escritores de reconocido prestigio, como Mesonero Romanos (bajo el seudónimo de El Curioso Parlante), Bretón de los Herreros, Estébanez Calderón (El Solitario), Juan Eugenio Hartzenbusch, etc.

Las ilustraciones que acompañan a los textos constituyen un elemento importante puesto que ayudan a imaginar, entender y profundizar en los relatos, por lo que sugiero, si se quiere ahondar en ello, buscar y leer los textos que acompañan a las láminas. La obra puede verse en línea o descargarse a través de la Biblioteca Digital Hispánica o mediante Internet Archives, lo que da pie para adentrarse en tan rica y variada obra de un modo generalista o de forma parcial sobre un determinado tema.

Teniendo en cuenta las habituales características de lo considerado como un blog informativo, dudé en un principio sobre la conveniencia de reproducir las láminas de forma suelta e individual o agrupadas seleccionando oficios o separando las dedicadas a hombres y mujeres para que resultaran más accesibles. Para obtener una visión de conjunto opté al final por agruparlas de tres en tres y distribuirlas en siguientes entradas conservando el orden de la publicación para no tener que andar pasando o rebuscando páginas en la obra original para acceder a ellas, pues de lo que se trata es el obtener una visión general del tema. De esta forma, sugiero recorrer a través de las imágenes los textos  de tan famosa y atractiva obra, a la que luego siguieron otras de parecido sentido y estructura, como El álbum del bello sexo o las mujeres pintadas por sí mismas (1843), del que sólo aparecieron dos entregas, una de ellas compuesta por Gertrudis Gómez de Avellaneda, Los cubanos pintados por sí mismos (1852), Los valencianos pintados por sí mismos (1859), Las españolas pintadas por los españoles (1871-72), o Los españoles de ogaño (1872), entre otras.

El interés añadido que se desprende de muchas de ellas tiene que ver también por su relación con numerosos pliegos de cordel donde se retratan tipos y oficios populares como la castañera, el charrán, el aguador o la gitana, entre otros, de lo que venimos dando cuenta en este blog.


La colección da cuenta de numerosos y variados tipos populares, generalmente de procedencia urbana, que desarrollan oficios o trabajos analizados desde diferentes perspectivas, colección continuada posteriormente y dando paso a otros tipos y personajes que proporcionan un claro interés para estudiar los cambios del imaginario social a lo largo del tiempo según la historia cultural.

El género etiquetado como costumbrista se ha estudiado desde muy distintas perspectivas: desde un punto de vista historicista y su interrelación con lo publicado en la prensa periódica o como antecedente de la llamada novela realista. El costumbrismo se ha asociado a la descripción de usos y costumbres de la época, de hábitos sociales y escenarios con límites fronterizos y elásticos, aunque con la idea subyacente de reivindicación de nuestras costumbres frente a lo foráneo.

La crítica académica ha considerado a este tipo de literatura como un género menor o de segunda fila, aunque estudios recientes reivindican su importancia y su carácter híbrido.

En la publicación aparecen datos y detalles de la vida cotidiana, la jerarquía de las clases sociales junto a las profesiones de aquella época, lo que permite extraer detalles sobre determinados oficios, algunos ya desaparecidos, y sobre las condiciones de vida de las mujeres, desde una óptica masculina, de interés general para la historia cultural española de aquellos años.

Al final de esta primera entrada incluyo el nombre del autor de cada artículo y la página correspondiente de esta significativa obra coral. 

El torero + La patrona de huéspedes + La castañera

El barbero + El indiano + El escribiente memorialista

El ama del cura + El pretendiente + La criada

La nodriza + La coqueta + El empleado

El cesante + El alcalde de Monterilla + El ama de llaves

El escribano + El sacristán + La santurrona

El clérigo de misa y olla + El charrán + El hortera

El guerrillero + El aguador + La mujer del mundo

La lavandera + El choricero + El escritor público

El estudiante + La cantinera + El cazador

El alguacil + La gitana + El mendigo

Relación de autores de esta primera entrada

©Antonio Lorenzo