sábado, 11 de mayo de 2013

Controversias y debates (Entre un moro y un cristiano)


Los debates literarios medievales recibieron un fuerte impulso en las aulas universitarias, donde era frecuente la práctica de debates jurídicos o las porfías entre los representantes de la Iglesia o de las religiones.

El éxito de estos debates y su amplia difusión sugiere que se incorporaron de forma resumida a la tradición oral, donde siempre fueron apreciados, habida cuenta la gran cantidad de impresiones que sobre los mismos hacían las imprentas. Esta difusión oral proviene de refundiciones de autores anónimos y que, a través de un proceso de ida y vuelta, pasaron de lo escrito a lo oral y de lo oral de nuevo a lo escrito. No podemos desdeñar, pues, la memorización de determinados preceptos o proverbios morales que pasaron de la escritura a la cadena oral.

Recordemos que muchos de los cuentos folklóricos que circulaban oralmente durante la Edad Media fueron fuente y claros inspiradores de las obras de autores cultos, como las colecciones de «exempla» utilizadas por don Juan Manuel en «El conde Lucanor» en un proceso de retroalimentación que pasaba por la lectura, la memorización, la reescritura y vuelta de nuevo a la cadena de la oralidad.

Creo que, al igual que sucede con el Romancero de temática religiosa, la memorización de oraciones o de romances no constituye propiamente un proceso de tradicionalización, sino más bien de memorialización, puesto que su variabilidad es muy escasa, así como su «apertura» de intriga y significados, ya que su función primordial consiste en servir de soporte de una enseñanza moral para interiorizar y consolidar creencias y pautas de comportamiento.




Debido a su carácter didáctico, estos debates fueron usados como herramientas por los predicadores en sus sermones sirviéndose de ellos como ejemplos de una enseñanza doctrinal.

Algunos de estos debates, simplificados y adaptados, han llegado hasta nosotros a través de los pliegos, y aún en épocas recientes han podido recogerse oralmente en las encuestas llevadas a cabo por algunos colectores de tradiciones.

Veamos algunas portadas y ejemplos sobre estas controversias doctrinales entre un moro y un cristiano. 









Madrid, Impr. D. José Marés, 1848


Facsímil sin lugar ni fecha de impresión

Estos debates creo que se apartan y que no guardan similitud con las tan conocidas representaciones simbólicas de carácter popular de las fiestas de «Moros y Cristianos». Estas fiestas rememoran episodios locales y se integran en las festividades anuales de cada localidad como un ritual festivo. Estos combates entre el bando de los héroes (los cristianos) y el bando de los enemigos (los moros) tienen una dimensión sociológica y antropológica de tal complejidad que rebasa con mucho la intención meramente divulgadora de este blog.

Aunque su incierto origen parece remontarse en apariencia a la «reconquista», con profusión de combates fingidos con pólvora, sobre todo en la zona de Levante, en algunas representaciones se incluye un breve parlamento entre el jefe moro y el cristiano que puede recordar algo a lo recogido en los pliegos sueltos.


Parlamento entre un moro y un cristiano
 en Laza (Ourense), festividad que se
celebra el 3 de mayo


Los «pasillos» y las «relaciones de comedias»


Un caso aparte, pero que considero que tiene mucha mayor relación con las contiendas verbales entre el moro y el cristiano en los pliegos de cordel, es su analogía con las «relaciones de comedias» y los «pasillos dialogados» que circulaban en folletos de bajo coste y que recogían los pasajes más representativos y que se han venido reimprimiendo en pliegos hasta bien avanzado el siglo XIX. Estas relaciones eran susceptibles de ser recitadas o representadas en las tertulias. Habitualmente recogen los pasajes que desarrollan el enfrentamiento entre el moro y el cristiano en el terreno doctrinal, por lo que estos pliegos se encuentran en la frágil frontera entre lo escrito y lo oral y que necesitarían de una mirada más atenta.

Doy unos ejemplos donde en uno de ellos se sugiere el escenario adecuado para ser representados.


Barcelona, Impr. de Juan Llorens, 1862


Reus, en Casa Vidal, sin año.

No quisiera acabar esta entrada sin señalar a vuelapluma la importancia de la «décima» como tipo de estrofa que se manifiesta en estos debates y en los anteriores que hemos visto. Ya sea en su variante de décima glosada o no, es un tipo de estrofa que se ha mantenido (y mantiene) con gran vitalidad en las islas Canarias como género musical de ida y vuelta con el continente americano. 

Como ha estudiado con sagacidad Maximiano Trapero, la décima en Canarias está vinculada al fenómeno migratorio, sobre todo con Cuba, de fines del siglo XIX y comienzos de XX. Estos pliegos de controversia que hemos mostrado, en esta y en entradas anteriores, son un caso anómalo de utilización de un tipo de estrofa que prácticamente ha desaparecido en la tradición oral peninsular pero que pervive con inusitada fuerza en Canarias al haber sido paso obligado durante muchos siglos entre la península y América. El uso de la décima en los pliegos sueltos merecería, sin duda, un estudio pormenorizado que abarcase todas sus variantes y modalidades.



Antonio Lorenzo



domingo, 5 de mayo de 2013

Controversias y debates (La riqueza y la pobreza)



Ya Durán, en su célebre e imprescindible «Romancero General o colección de romances castellanos anteriores al siglo XVIII» daba cuenta de este famoso pliego en el número 1348 de su segundo volumen, al que situaba dentro de la sección de romances vulgares de controversia, agudeza e ingeniosidad.

El gran colector y erudito no pudo sustraerse a la mentalidad de su época y se prodiga en unas moralizantes reflexiones donde alaba la antigua resignación religiosa (aludiendo a la que conoció a principios del siglo XIX), frente a la de su tiempo de mediados y finales del mismo siglo, donde el pobre esperaba su consuelo en la vida eterna y no perseguía la riqueza a toda costa.

En su comentario expresa lo siguiente:
«Aún a principios del siglo actual he visto pobres, orgullosos de serlo, considerarse como representantes de Jesucristo, y muy confiados de que en la gloria ocuparían un lugar preferente. Yo he visto a un mendigo expulsado de un café, que dijo estas palabras llenas de profundo sentimiento: “no me duele la afrenta que se me hace como hombre; pero me horroriza que la falta de caridad con que se me trata sea una ofensa hecha al mismo Jesucristo, a quien por resignado y pobre represento”».

Reproduzco un pliego, sin lugar de edición, pero de 1739.





El mismo pliego, más moderno, editado en Córdoba en la imprenta de don Rafael García Rodríguez, sin año.




Adjunto otra portada del mismo pliego, editado en Carmona, en la imprenta de don José M. Moreno, en 1851.




De parecida trama es otro pliego suelto, del que no he encontrado rastro, publicado con el número 1349 en Durán, titulado «Contienda y argumento entre un pobre y un rico», del que existe impresión el Córdoba en la imprenta de Rafael García Rodríguez, y cuyo comienzo es:

Atiendan pobres y ricos
a esta relación curiosa,
si quieren desengañarse
de lo que es mundo y su pompa…



Antonio Lorenzo


sábado, 4 de mayo de 2013

Controversias y debates (El cuatro y el tres)



Los números han sido desde siempre portadores y vehículos de analogías con otras realidades. En su aspecto humano, el número es símbolo que expresa la relación de nuestra vida y nuestra mente con la naturaleza. Es decir, con nuestra existencia y nuestras posibilidades y facultades. El símbolo opera por analogía mediante un proceso de significación y ordenación. En la Edad Media lo simbólico es parte fundamental de la teología, de la filosofía y de la mística. La función simbólica se cristianiza en el caso de los números, asociando a ellos determinados aspectos religiosos. Es el caso de estos pliegos donde el litigio de dos números tan significativos como son el cuatro y el tres sirve para afianzar conceptos y asociarlos al imaginario religioso católico.


En este pliego que publico, editado en Barcelona en la Imprenta 'El Abanico', sin año, se recoge un pequeño diálogo sobre las excelencias de ambos números en relación a aspectos religiosos e incluso cosmogónicos. El resto del pliego desarrolla y combina versos de variada índole, donde incluso baraja una hipotética jerarquía militar con Cristo de coronel y arcángeles y santos componiendo el resto del regimiento, todo ello aderezado con coplas y glosas de carácter amoroso que conforman una especie de desordenado mosaico festivo.





Publico un segundo pliego impreso en Madrid en la Imprenta de J. M. Marés, sin año, donde varía tanto la xilografía como el contenido. Aparte de la disputa entre el cuatro y el tres se recoge la disputa entre un moro y un cristiano, de honda tradición, junto a unas décimas a lo divino y una cuarteta glosada en alabanza a María, mucho más acorde con el sentido general del pliego.





Añado la portada de otro pliego sobre el mismo asunto con la particularidad de contar con una xilografía diferente, donde se ve a una dama tañendo la guitarra y apoyando su pie en una especie de taburete en extraña posición, junto a un caballero que parece acompañarse con una pandereta.




Publico también un facsímil moderno sobre las excelencias y virtudes del número cinco con forzadas analogías y referencias a determinados juegos, como el referido a una variante francesa del billar donde se denomina «chapot"a lo que en francés sería «chapeau».





Para saber más


Adjunto el enlace al que fuera mi primer artículo (1981) y que trataba precisamente sobre «La simbología del número en el folklore y en la canción tradicional».

                      http://www.funjdiaz.net/folklore/07ficha.cfm?id=37

Para escuchar

http://www.ivoox.com/disputa-entre-tres-cuatro-audios-mp3_rf_2010916_1.html




Antonio Lorenzo