lunes, 23 de diciembre de 2013

Las guerras de España con Marruecos [4ª parte: 1859-1860]

Recibimiento en Madrid al ejército victorioso que regresaba de África, por Joaquín Sigüenza 

Firmada la paz con Marruecos el 26 de octubre de 1860, las tropas que intervinieron en el conflicto regresaron a sus destinos de origen, donde fueron recibidas con grandes aclamaciones. Especialmente brillante fue la acogida en Barcelona a los voluntarios catalanes que sobrevivieron a estos enfrentamientos.


Recibimiento a los voluntarios catalanes en Barcelona

Una de las marchas militares más conocidas es, precisamente, la dedicada a los voluntarios catalanes, compuesta por Gerónimo Giménez en 1893 y que puede escucharse accediendo al siguiente enlace:

http://www.youtube.com/watch?v=uWnj_HfoYf8&list=PL130119043AE00976&index=1

La exaltación patriótica que suscitó la victoria fue recogida en romances y en pliegos de cordel.

















Reconstrucción del atentado al general Prim

El 27 de diciembre de 1870, en medio de una fuerte nevada en Madrid, el general Prim se disponía a regresar del Congreso de los Diputados al palacio de Buenavista, su residencia oficial como presidente entonces del consejo de ministros. En su recorrido por la calle del Turco (hoy Marqués de Cubas) le salieron al paso unos pistoleros que, a bocajarro, abatieron a Prim quien moriría días después. Según unos, la causa de su muerte se debió a la infección producida por las heridas recibidas en el atentado; según otros, fue rematado aún con vida con un lazo o correa de cuero según parece apreciarse en el cuello de la momia que ha sido recientemente estudiada y de lo que existe abundante información a poco que se busque en la red.

Prim quería instaurar una monarquía constitucional que no fuese borbónica, debido a las malas experiencias pasadas. La búsqueda de un nuevo rey provocó numerosas intrigas entre las fuerzas integristas y conservadoras. Prim fue el principal valedor de Amadeo de Saboya frente a otros candidatos que se postulaban. Prim murió el 30 de diciembre, a los tres días escasos del atentado, por causas aún no aclaradas y discutidas ante el reciente examen de sus restos.

Apenas dos días después de la muerte de Prim, el día 2 de enero de 1871, juró como nuevo rey Amadeo I, al que vemos en el cuadro de Antonio Gisbert ante el cadáver de su valedor.




Amadeo I da el pésame a la viuda de Prim en su primer acto oficial

El atentado causó una gran conmoción en toda España. Una conocida canción que ha pervivido y que, curiosamente, forma parte del repertorio infantil como canción de corro, así lo expresa:

                                       En la calle del Turco
                                       le mataron a Prim
                                       sentadito en su coche
                                       con la guardia civil.
                                       Con la guardia civil,
                                       con la guardia rural,
                                       a las diez de la noche
                                       en paseo Real.

                                       Cuatro tiros le dieron
                                       en mitad del corazón,
                                       cuatro tiros le dieron
                                       a boca de cañón.

                                       Al pasar por las cortes
                                       le dijeron a Prim:
                                       Vaya usted con cuidado
                                       que le quieren herir.
                                       Si me quieren herir
                                       que me dejen hablar
                                       para entregar las armas
                                       a otro general.

                                      Al llegar a la plaza
                                      salió el hijo mayor.
                                      ¿Quién ha sido el ingrato
                                      que a mi padre mató?
                                      ¿Quién será ese tirano,
                                      quién será ese traidor?
                                      ¿Quién ha sido el infame
                                      que a mi padre mató?

La desaparición del general convirtió en inviable la solución dinástica a largo plazo de los Saboya. Amadeo no tenía más apoyo real que el de Prim. Su reinado duró apenas dos años. Al cabo de ese breve tiempo se vio obligado a abdicar y dar paso a la I República.

Las revistas satíricas de la época constituyen un formidable escaparate para seguir los acontecimientos desde diversos puntos de vista. Detengámonos en la que reproduzco de la revista «La flaca», en 1869.



En la caricatura puede observarse al general Serrano alzando la corona para ‘subastarla’. A su derecha se encuentra el general Prim, que guiña un ojo cómplice y a su izquierda a un serio y circunspecto Juan Bautista Topete, valedor del duque de Montpensier para hacerse con el trono de España. Entre el público puede verse pujando al duque de Montpensier a la izquierda de la imagen, al candidato portugués ofreciendo dinero para comprar la corona y a Isabel II, que alza en brazos a su hijo, el futuro Alfonso XII.

La siguiente caricatura representa, de manera jocosa, la búsqueda de un nuevo monarca para España una vez derrocada Isabel II. En ella vemos a la propia Isabel II junto a su hijo el príncipe Alfonso, el duque de Montpensier y el aspirante carlista Carlos VII. Todos ellos leen con atención el cartel donde puede leerse ‘se colocan reyes’.




En las siguientes caricaturas observamos al general Prim manejando el bombo de la lotería y sosteniendo con su prestigio el precario trono del futuro rey.




















Adjunto otras interesantes caricaturas publicadas por la revista satírica «La Flaca» alusivas a estos acontecimientos.

Caricatura de la Constitución española de 1869 aprobada tras el triunfo de la revolución de 1868 «La Gloriosa», que puso fin al reinado de Isabel II y vigente durante el breve reinado de Amadeo I.


Caricatura sobre la entrada de Amadeo I representado por un mono.



Antonio Lorenzo

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