Recibimiento en Madrid al ejército victorioso que regresaba de África, por Joaquín Sigüenza |
Firmada la paz con Marruecos el 26 de octubre de 1860, las tropas que intervinieron en el conflicto regresaron a sus destinos de origen, donde fueron recibidas con grandes aclamaciones. Especialmente brillante fue la acogida en Barcelona a los voluntarios catalanes que sobrevivieron a estos enfrentamientos.
Recibimiento a los voluntarios catalanes en Barcelona |
Una de las marchas militares más conocidas es, precisamente, la dedicada a los voluntarios catalanes, compuesta por Gerónimo Giménez en 1893 y que puede escucharse accediendo al siguiente enlace:
http://www.youtube.com/watch?v=uWnj_HfoYf8&list=PL130119043AE00976&index=1
La exaltación patriótica que suscitó la victoria fue recogida en romances y en pliegos de cordel.
Reconstrucción del atentado al general Prim |
El 27 de diciembre de
1870, en medio de una fuerte nevada en Madrid, el general Prim se disponía a
regresar del Congreso de los Diputados al palacio de Buenavista, su residencia
oficial como presidente entonces del consejo de ministros. En su recorrido por
la calle del Turco (hoy Marqués de Cubas) le salieron al paso unos pistoleros
que, a bocajarro, abatieron a Prim quien moriría días después. Según unos, la
causa de su muerte se debió a la infección producida por las heridas recibidas
en el atentado; según otros, fue rematado aún con vida con un lazo o correa de
cuero según parece apreciarse en el cuello de la momia que ha sido
recientemente estudiada y de lo que existe abundante información a poco que se
busque en la red.
Prim quería instaurar una monarquía constitucional que no fuese borbónica, debido a las malas experiencias pasadas. La búsqueda de un nuevo rey provocó numerosas intrigas entre las fuerzas integristas y conservadoras. Prim fue el principal valedor de Amadeo de Saboya frente a otros candidatos que se postulaban. Prim murió el 30 de diciembre, a los tres días escasos del atentado, por causas aún no aclaradas y discutidas ante el reciente examen de sus restos.
Apenas dos días después de la muerte de Prim, el día 2 de enero de 1871, juró como nuevo rey Amadeo I, al que vemos en el cuadro de Antonio Gisbert ante el cadáver de su valedor.
Amadeo I da el pésame a la viuda de Prim en su primer acto oficial |
El atentado causó una gran conmoción en toda España. Una conocida canción que ha pervivido y que, curiosamente, forma parte del repertorio infantil como canción de corro, así lo expresa:
En la calle del Turco
le mataron a Prim
sentadito en su coche
con la guardia civil.
Con la guardia civil,
con la guardia rural,
a las diez de la noche
en paseo Real.
Cuatro tiros le dieron
en mitad del corazón,
cuatro tiros le dieron
a boca de cañón.
Al pasar por las cortes
le dijeron a Prim:
Vaya usted con cuidado
que le quieren herir.
Si me quieren herir
que me dejen hablar
para entregar las armas
a otro general.
Al llegar a la plaza
salió el hijo mayor.
¿Quién ha sido el ingrato
que a mi padre mató?
¿Quién será ese tirano,
quién será ese traidor?
¿Quién ha sido el infame
que a mi padre mató?
La desaparición del general convirtió en inviable la solución dinástica a largo plazo de los Saboya. Amadeo no tenía más apoyo real que el de Prim. Su reinado duró apenas dos años. Al cabo de ese breve tiempo se vio obligado a abdicar y dar paso a la I República.
Las revistas satíricas de la época constituyen un formidable escaparate para seguir los acontecimientos desde diversos puntos de vista. Detengámonos en la que reproduzco de la revista «La flaca», en 1869.
En la
caricatura puede observarse al general Serrano alzando la corona para ‘subastarla’. A
su derecha se encuentra el general Prim, que guiña un ojo cómplice y a su
izquierda a un serio y circunspecto Juan Bautista Topete, valedor del duque de
Montpensier para hacerse con el trono de España. Entre el público puede verse
pujando al duque de Montpensier a la izquierda de la imagen, al candidato
portugués ofreciendo dinero para comprar la corona y a Isabel II, que alza
en brazos a su hijo, el futuro Alfonso XII.
La siguiente caricatura representa, de manera jocosa, la búsqueda de un
nuevo monarca para España una vez derrocada Isabel II. En ella vemos a la
propia Isabel II junto a su hijo el príncipe Alfonso, el duque de Montpensier y
el aspirante carlista Carlos VII. Todos ellos leen con atención el cartel donde
puede leerse ‘se colocan reyes’.
Adjunto otras interesantes caricaturas publicadas por la revista satírica «La Flaca» alusivas a estos acontecimientos.
Caricatura de la Constitución española de 1869 aprobada tras
el triunfo de la revolución de 1868 «La Gloriosa», que puso fin al reinado de
Isabel II y vigente durante el breve reinado de Amadeo I.
Caricatura sobre la entrada de Amadeo I representado por un mono.
Antonio Lorenzo
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