Ilustración sobre esta guerra aparecida en 'Le Petit Journal' (18-11-1893) |
La guerra de Melilla de 1893-1894, también conocida como guerra de Margallo o primera guerra del Rif, no fue propiamente una guerra contra Marruecos, sino contra las cabilas o tribus que rodeaban la ciudad de Melilla y que instigaban a las tropas españolas.
Tras la guerra de 1860, el gobierno de Isabel II consiguió una ampliación del campo de Melilla y el establecimiento de una zona neutral ante la plaza. No obstante, los ataques rifeños no dejaban de producirse. En el mes de julio se comenzó en esta zona neutral la construcción de un fuerte que sirviera de posición a las tropas españolas. La escasa visión estratégica de los mandos españoles, no contempló el que se comenzasen a excavar los cimientos de un nuevo fuerte en los terrenos de un cementerio donde reposaba un moravito (santón) muy popular entre los rifeños. Estos destruían inmediatamente lo comenzado originando numerosas escaramuzas. El general Juan García Margallo, gobernador por entonces de la plaza de Melilla y bisabuelo del actual ministro de Exteriores José Manuel García Margallo, intentó desalojar el campo para proseguir las obras comenzadas. La agresividad de los rifeños y la escasez de las fuerzas españolas, hicieron al general refugiarse en el fuerte de Cabrerizas, próximo a Melilla, donde hubo de soportar un durísimo asedio. El general intentó una salida desesperada y fue abatido por tres balazos el 28 de octubre.
El general Margallo según 'La Ilustración española y americana'
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En el transcurso de esta guerra tuvo una especial intervención el entonces capitán Juan Picasso González, tío segundo del célebre pintor y que, andando los años, sería el encargado de elaborar un informe, conocido por el «Expediente Picasso», que resultaría decisivo para dilucidar las responsabilidades del desastre de Annual en 1921.
Abastecimiento del fuerte de Cabrerizas |
Salida de un convoy para aprovisionar los fuertes |
Fuerte de Rostrogordo en Melilla en 1893 |
Cercadas las tropas españolas del general Margallo, resultaba vital el envío de refuerzos. Picasso, extraordinario jinete, se ofreció voluntario para traspasar las líneas enemigas y llegar al fuerte de «Rostrogordo» para pedir ayuda. Situado en tierra de nadie y con enorme riesgo de su vida, consiguió llegar a Melilla en su caballo «Príncipe» a través de innumerables disparos enemigos. Su atrevida y arriesgada acción le valdría la laureada de San Fernando.
Como testimonio del seguimiento popular reproduzco esta aleluya que da cumplida cuenta de los acontecimientos de este conflicto.
Sobre estos episodios nos da
cuenta el romance que transcribo a continuación, inédito hasta ahora, donde el nombre del general Margallo se
trastoca en un sorprendente Marigallo. La
versión fue dictada por Moisés Crespo Azabal, de 61 años, en la alquería hurdana de Martilandrán
(Cáceres), en el verano de 1985. Respeto la grafía tomada de la audición.
El año noventa y tres, el mes de octubre corría,
y al general Marigallo los marroquinos herían:
siete tiros en el pecho y otros siete en la barriga,
y otros siete al su caballo que en la tierra se rendía.
Y a cuenta de tantos tiros, Marigallo se moría.
Cuando se estaba moriendo, a sus tropas les decía:
–Allí alante, allí alante, más alante de Melilla,
un millón de marroquinos quieren conquistar Melilla.
Y yo vos digo, hijos míos, hijos de la patria mía,
que donde esté un español no se admite la porfiria.–
Mandó el sultán marroquino a toda la morería,
no quedara un español con el latido de vida.
Y asaltaron los fortines que había en la tierra asiria.
Y un soldadito español vio la bandera perdida.
Al irla a recuperar, los moros vinon encima.
Le han cortado los dos
brazos, le han cortado las dos piernas;
con la boca sostenía el asta de la bandera.
A grandes voces gritaba y decía de esta manera:
–¡Viva nuestro general y viva la España entera!
¡La bandera no caerá en las manos de estas fieras!
Reproduzco otras ilustraciones sobre esta guerra tomadas de la prensa de la época.
Cádiz: calurosa despedida al Regimiento Pavía camino de Melilla |
Málaga: salida del Regimiento de
Dragones de Santiago para Melilla
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Vitoria: despedida a las tropas del 2ª Regimiento de Artillería de
Montaña
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Desembarco de penados destinados a trabajos de atrincheramiento del
fuerte de Sidi Guariax
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Llegada del general Mártínez Campos a Melilla al fondear el «Alfonso
XII»
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Alojamiento de tropas en Melilla |
Portada del almanaque del semanario satírico anticlerical y republicano 'Campana de Gracia' de 1894, al año siguiente de comenzada la guerra del Rif. En ella se ve a una mujer con barretina y falda catalana que lleva en su mano izquierda una bandera española y en su mano derecha un fusil de asalto.
Antonio Lorenzo
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