Ya dimos cuenta en la entrada anterior de algunos antecedentes literarios del siglo XVI como referencias del género llamado literatura de problemas y que guardan relación con el tema que nos ocupa.
👉 Luis de Escobar: Las quatrocientas respuestas a otras tantas preguntas... (versión de 1545)
Si nos remontamos al siglo XVII encontramos igualmente antecedentes literarios que mantienen vínculos con los enigmas o juegos verbales en general en la interesante obra del segoviano Alonso de Ledesma: 👉Juegos de Nochebuena moralizados a la vida de Cristo, martirio de Santos y reformación de costumbres. Con unos enigmas hechos para honesta recreación (1611).
Curiosamente, estos Juegos de Nochebuena aparecieron como prohibidos y censurados en el Índice expurgatorio del año 1632 ordenado por el entonces inquisidor general cardenal Zapata, debido supuestamente, al carácter festivo que preconizaba el título.
* Otro valioso ejemplo del siglo XVII se refiere a la obra del salmantino Cristóbal Pérez de Herrera, (1556-1620), quien fuera médico de Felipe II y de su sucesor Felipe III. De su amplia producción literaria, dedicada sobre todo a temas relacionados con la medicina, cabe destacar para nuestro caso sus 👉Proverbios morales, y consejos cristianos, muy provechosos... y enigmas filosóficas, naturales y morales con sus comentos (1618), obra de la que se conocen diversas impresiones.
En el apartado que dedica a los enigmas filosóficos hace referencia a las supuestas antiguas prácticas de los egipcios y donde nos brinda una definición. La obra contiene nada menos que 313 enigmas.
«Llámase la enigma oscura alegoría, que con dificultad se entiende, si no se declara o comenta. Algunas tiene la Sagrada Escritura. Y antiguamente los reyes, y principalmente los egipcios, hablaban por enigmas. Dice, pues, la primera nuestra, que está rica de discreción, porque quien la desatare y explicare ha de ser discreto; que el necio para nada es bueno. No hay persona curiosa, de ingenio claro e inclinado a buenas letras, que no se aplique y guste de leer enigmas, con deseo de entenderlas. Y esta primera se entenderá muy fácilmente advirtiendo las primeras letras de los seis renglones, que dicen ENIGMA».
No ha mucho que tuve vida,y aunque ahora muerta estoy,vivo y sirvo en tu comiday cual hombre resumidame vuelvo cuando me voy
«Todos los árboles tienen vida vegetativa, con que se aumentan y crecen, y por eso dice la enigma que ha poco que la tuvo la leña, aunque después, hecha brasa, torna a vivir, y no vegetable, sino accidentalmente. Sirve el fuego de ella para aderezar de comer. Conviértese en ceniza cuando se acaba, como acontece al hombre; y así se lo trae a la memoria la Santa Iglesia el Miércoles de Ceniza».
* A su vez, la magistral obra 👉Vocabulario de refranes y frases proverbiales (1627), de Gonzalo Correas, catedrático de griego y hebreo en la Universidad de Salamanca, tesoro indiscutible de la sabiduría popular, constituye un fundamental referente donde se encuentran recopiladas más de 25.000 paremias entre refranes o frases proverbiales, junto a adivinanzas, canciones, cuentecillos o juegos infantiles. Dicha obra, tuvo su tardía primera edición por la Real Academia en 1906 y luego en 1924, aunque sin haber corregido las defectuosas copias manuscritas y malas lecturas que se conservaban de las mismas hasta encontrar el paradero del manuscrito original en el Colegio Trilingüe de Salamanca, siendo editado con fidelidad por Louis Combet en 1967 a través de la Universidad de Burdeos como obra referencial y fidedigna de consulta.
También son conocidas numerosas variantes que se reelaboran o entrecruzan de una misma adivinanza dependiendo de su cronología, de su propia estructura o de su procedencia geográfica. Su amplia diversidad hace que se puedan encontrar sueltas en distintos cancioneros o en obras de autores reconocidos, como en la novela pastoril La Galatea de Cervantes, donde los pastores disfrutan de sus momentos de ocio tratando de resolver las diversas adivinanzas propuestas. A través del pastor Elicio se nos ofrece una espléndida definición de la adivinanza que transcribo:
Es muy oscura y es clara,tiene mil contrariedades,encúbrenos las verdades,y al cabo nos las declara:nace a veces de donaire,otras de altas fantasías,y suele engendrar porfías,aunque trate cosas de aire.Sabe su nombre cualquiera,hasta los niños pequeños;son muchas y tienen dueñosde diferente manera:no hay vieja que no se abracecon una destas señoras:son de gusto algunas horas,cuál cansa, cuál satisface.Sabios hay que se desvelanpor sacarles los sentidos,y algunos quedan corridos,cuanto más sobre ello velan:cuál es necia, cuál curiosa,cuál fácil, cuál intrincada,pues sea o no sea nada,decidme qué es cosa y cosa.
Las adivinanzas, sobre todo las de procedencia culta y más elaboradas, también fueron utilizadas de forma dispersa por eminentes escritores como Lope, Góngora o Quevedo, y apareciendo también deslizadas entre los autos sacramentales de Calderón o en la Agudeza y arte de ingenio de Baltasar Gracián.
©Antonio Lorenzo
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