viernes, 4 de noviembre de 2022

Inauguración del tren Madrid-Aranjuez (1851)

Vista del Palacio Real de Aranjuez (siglo XVIII)

Curioso pliego editado el mismo año de la inauguración del trayecto ferroviario Madrid-Aranjuez en 1851. El pliego se hace eco de una serie de situaciones protagonizadas por personajes populares como las cigarreras, las manolas que engañan a un lechuguino para sacarle el dinero, peones de albañil, modistas o caleseros, aprovechando como pretexto la inauguración del Ferrocarril Madrid-Aranjuez en pleno reinado de Isabel II.

Es conocido que la primera línea ferroviaria a nivel nacional fue el trayecto entre Barcelona y Mataró, siendo la segunda la de Madrid a Aranjuez inaugurada por la reina Isabel II el 9 de febrero de 1851. En su primer viaje, donde no existía estación intermedia alguna, ya que el servicio ferroviario fue concebido primeramente para el uso y disfrute de la Corte española hasta las inmediaciones del Palacio Real de Aranjuez.

El tramo de este primer ferrocarril madrileño que unía la capital con la única estación de Aranjuez, discurría por las poblaciones de Getafe, Pinto, Valdemoro, Cienpozuelos, Seseña y Aranjuez, lo que constituyó el primer eslabón de la línea ferroviaria que uniría posteriormente la capital con el puerto mediterráneo de Alicante en 1858. Las obras de este primer desarrollo ferroviario comenzaron en 1846, paralizadas en 1847 y reanudadas en 1849, tras una ayuda del gobierno en 1850 quedando terminadas las obras en 1851.

Este proyecto nació gracias al tesón de José de Salamanca y Mayol (1811-1883), más conocido como el marqués de Salamanca, el más importante hombre de negocios en el reinado de Isabel II, que supo mover convenientemente tanto la política como la economía a sus intereses, ya que consiguió que le nombrasen ministro de Hacienda, cargo que mantuvo en dos gobiernos beneficiando sus propias inversiones mediante decretos. La idea del trazado de este ferrocarril era la de llegar a las costas españolas del sur en un recorrido más directo, siendo el primer tramo construido de lo que luego sería la línea férrea de Madrid-Alicante.

La inauguración fue todo un acontecimiento, con asistencia de la Familia Real, el Gobierno, dirigentes militares, periodistas y, cómo no, por autoridades eclesiásticas como el eminentísimo cardenal y arzobispo de Toledo señor Bonel y Orbe. Para trasladar a los invitados se organizaron varios viajes de ida y vuelta entre el embarcadero de Atocha y la primitiva estación de Aranjuez, situada frente al Palacio Real.


La fiesta de inauguración contó con coros y bandas populares que amenizaron la curiosa espera del paso del ferrocarril con la reina Isabel II a la cabeza.

Según las crónicas de la época, miles de madrileños se lanzaron desde primera hora a las calles para curiosear y participar de algún modo en la fiesta, repartidas por todas las localidades por las que pasaba la línea. Como la reina Isabel II era muy aficionada a la música de salón, el maestro Hipólito Gondois compuso para la ocasión una suite para piano titulada De Madrid a Aranjuez, una colección de polkas, mazurkas, chotis y galop (danza húngara de ritmo muy vivo).


La estación primitiva se localizaba frente a la Plaza de Armas del Palacio Real disponiendo de un ramal exclusivo para la monarquía que llegaba hasta la Puerta de Damas del palacio. En el año 1923 la estación cambió de emplazamiento al crearse un edificio de estilo neomudéjar que se mantiene en la actualidad.

Estación de tren de Aranjuez (1924)





El mismo año de la inauguración se editó el Manual del Ferro-Carril Madrid a Aranjuez, que venía acompañado con una serie de láminas que también creo de interés reproducir.










También se editó la llamada Cartilla del maquinista con el fin de no depender de maquinistas extranjeros, como se recoge en la introducción, acompañada de nociones teóricas sobre el calor y el vapor, deberes y obligaciones del maquinista, alimentación de la máquina antes de la salida, alimentación de la máquina en camino, accidentes que pueden suceder durante la marcha, etc.


©Antonio Lorenzo

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